Sentado en la silla de mi despacho me quedé transpuesto, la interminable jornada de intenso trabajo había provocado el cansancio agotador que me envolvió hasta anestesiarme. El sonido del comunicador me devolvió a la realidad, en la pantalla vi a Hugo, sabía que ese experto en nanotecnología computerizada y gran colega de Alex, traería las informaciones confidenciales que le pedí.
– Hugo, ¿tienes el listado de las fechas de sus copias cerebrales?
– Sí, la última salvaguarda vital tiene más de ciento catorce años.
– Es muy antigua para realizar una clonación integral.
– Sí, cincuenta años es el tiempo legal máximo para que una copia pueda ser utilizada en este tipo
de intervención.
– Muchas gracias.
– De nada. Germán vete con cuidado, todos los datos de Alex están vigilados por trazadores
cibernéticos, quieren saber quién está husmeando en su vida y todos los sistemas están controlados. Llamé al anestesista para que revitalizase brevemente al paciente, quería conversar sobre la
información que acababa de recibir. Le abordé nada más se quedó la habitación vacía.
– Alex, ¿sabes que no tienes ninguna salvaguarda vital válida para que podamos realizar una
clonación integral?
– Sí, las que tuve las borré.
– ¿Por qué?
– Mejor pregunta para qué. Borrarlas era la única forma de evitar que me hiciesen una clonación
contra mi voluntad. Imagínate que el asunto se les va de las manos y muero, con esta salvaguarda podrían clonarme y en doce años me volverían a tener operativo.
– Demasiado tiempo, todo el mundo sabría que estaríamos ante una versión 2.0.
– Al contrario, nadie lo notaría. Con todo el poder mediático en sus manos ya se buscarían la forma de ocultarlo.
– No te entiendo, por qué tienes tanto interés en extinguirte, en morirte, y no dejas que una actualización tuya prolongue tu vida.
– Germán no insistas, ese es un tema personal e íntimo y aunque te lo contase no lo comprenderías. Yo quería saber por qué Alex deseaba morir y él no me lo quería decir. Habíamos vencido toda la muerte, tanto la muerte repentina como a la muerte por vejez. Para superar la primera se utilizaba la clonación integral o versión 2.0 y para la segunda se obtenía el homograma o prolongación vital, pero su gestación es más delicada porque supone destruir el cuerpo anciano. Siempre se ha mantenido el principio
de que no convivan dos versiones de la misma persona.
– ¿No te preocupa que, aprovechando tu conexión al traductor encefálico, obtengamos una copia
de tu cerebro?
– No, si fuese un TE-5G o superior, que son reprogramables, entonces estaría más inquieto, lo
podríais manipular y copiar mi mente. Mientras estas enchufado, los de cuarta generación sólo guardan lo que vives, recuerdas o sueñas.
– Quiero oírlo con tu voz, ¿rechazas que te hagamos una copia actual?
– Sí, mi ciclo vital ha terminado y quiero morir.
Mientras Alex me hablaba, esta conversación y sus posteriores sueños se grababan en el ordenador
de back-up cerebrales del hospital....