—Entonces, ¿me estás diciendo que me una a ti en una travesía por tierras misteriosas? Un viaje que pondrá en peligro nuestras vidas, con un destino incierto, todo para ver si podemos salvar el mundo de un cataclismo o lo que sea que pasará —dijo Jiro, esbozando una sonrisa que mezclaba incredulidad y curiosidad.
—Sí —respondió Retzu, con una firmeza que no admitía dudas—. Y si estoy aquí es porque fuiste elegido por los dioses.Un momento emotivo dónde Retzu y Jiro charlaron y Sellaremos su alianza con un choque de puños.
Ambos jóvenes, con la fervor juventud, se miraron fijamente mientras el aire a su alrededor empezó a vibraba con una tensión que parecía palpable, una mezcla de desafío y respeto mutu se cruzaba en sus miradas por su mentes pasaba lo mismo esa ganas de enfrentarse a un oponente fuerte.
—Quiero comprobar quien de los dos es más fuerte —dijo Jiro, con los ojos brillando de emoción—. Quiero ver cuál de los dos queda en pie si el hijo pródigo del clan del norte o la bestia oculta del clan Yamada.
Jiro asintió, comprendiendo que había asuntos importantes que debían resolverse.—Te ayudaré con lo que sea, ya que eres mi hermano jurado —dijo Jiro, riendo con una sinceridad que iluminó el ambiente.
Retzu, sintiendo un cálido sentimiento de camaradería que creía extinto, asintió y sonrió alegremente.—Sí, hermano —respondió Retzu, con un brillo en los ojos que reflejaba su gratitud.
La promesa de apoyo incondicional entre ellos selló su pacto con una fuerza invisible pero poderosa. Ambos sabían que, aunque el viaje estaría lleno de peligros y desafíos, contarían el uno con el otro en cada paso del camino. En ese momento, su lazo se fortaleció, preparándolos para enfrentar juntos cualquier adversidad que el destino les tuviera reservada.
Mi recuperación fue rapida, pero dos semanas después mi cuerpo estaba totalmente sano. Acepté unirme a la aventura con Jiro, aunque lo analise mucho antes de decidirme. Recordé lo que siempre decía mi madre: —Puedes esconderte, puedes correr y huir, pero nunca escaparás de tu destino—. —Si de alguna manera estaría envuelto en esta trama, prefería hacerlo a mi manera y enfrentarme de frente a lo que viniera—.
Mientras seguía absorto en mis pensamientos meditando, sentí la presencia de cinco personas acercarse a mi cabaña. Identifiqué su Qi y observé que eran el guardia mayor Kasir, su discípulo Danis, Jiro, Leonar, y Sara. A su llegada los observé pasivamente.
Jiro se acercó alegremente, saludándome mientras caminaba hacia mí.—Hey, Retzu, ya pasaron los plazos acordados, así que vine con el guardia Kasir —dijo Jiro sin usar honoríficos, lo que hizo que Danis sintiera una leve falta de respeto hacia su mentor y reclamara:—Guarda el respeto hacia tus mayores —exclamó con un tono agresivo y desafiante.
Mientras todos miraban a Danis, Jiro no le prestó ni un poco de atención y termino de acercarse Ami dando me varios golpecitos en la espalda — Como has estado colega — .
Danis se sintió más ofendido al ver que no le prestaba atención — ¡Basta Danis!— con su característica vos Grueza pero su toque amable su maestro lo regalo y Danis se calmo momentáneamente.
Al tenerlos a todos al frente, miré molesto a Jiro y le pregunté:—Porque hay tantos espectadores ? debiste solo haber traído al guardia mayor Kasir.
Jiro, algo avergonzado, respondió:—Tu hermana me la encontré de camino, y Leonar me escuchó cuando hablaba con Kasir, así que quiso venir.
—Estás siendo muy grosero, ¿no crees? si mi maestro acepto a que todos vinieran tu no debes tener objeciones —interrumpió Danis con desdén evidente—. Soy el primer discípulo del guardia mayor Kasir. Debo estar aquí para estas cosas.
—¡Danis!—gritó nuevamente el guardia mayor Kasir, pero levanté la mano en señal de que no interviniera y procedí:—Danis, de todos los aquí presentes, tú eres el más débil —vi la indignación en su rostro más todas las miradas estaban en Danis y añadí—. Si no lo crees, atácame.
Lo dije mientras permanecía sentado en posición de loto en la parte delantera de mi cabaña. Los cinco me miraban atentamente. Danis tomó el mango de su espada, intentando abalanzarse hacia mí. Al verme sentado y sin armas, inmóvil en una posición aparentemente desventajosa, no logró visualizar ninguna apertura, lo cual suponía algo insólito para su mente. Observé cómo sostenía el mango de su espada en posición de ataque. Mi aura cambió, y usé la presión de mi Qi contra él, viéndolo congelarse de miedo frente a mí. La presión que emanaba ya le estaba pasando factura.
Danis trató de aguantarla como pudo, pero su cuerpo ya estaba al límite. Antes de que colapsara, Kasir intervino con su propia aura, creando una colisión entre ambas y liberando a Danis de mi presión. Aún tambaleante, Danis cayó de rodillas. Kasir se arrodilló en señal de respeto hacia mí y, con un tono solemne, expresó:
—Joven maestro, disculpe la insensatez de mi discípulo. No sabe lo amplio que es el mundo—.
Le sonreí a Kasir, comprendiendo de inmediato el propósito de todo esto. Quería darle una lección a su discípulo, y no me molesté. Danis es alguien con un gran talento, pero aún tiene mucho que aprender.
—Podemos empezar ya —dije, levantándome con calma del lugar donde estaba sentado.
Jiro, sonriendo a la situación, comentó:—Esto no es solo un enfrentamiento con este combate determinaremos quien toma el mando de nuestra incursión básicamente quien será el subordinado de quién.
Con una gran voz, Kasir anunció:—Estaré como referí de este encuentro. Yo decidiré quién ganó o perdió.El ambiente se volvió tenso y expectante. El viento soplaba suavemente, moviendo las hojas de los árboles alrededor. Sara y Leonar observaban con atención, conscientes de la importancia del momento. Mi hermana se mantenía en silencio, pero su mirada mostraba una mezcla de preocupación y orgullo.
Kasir levanto las manos y anuncio la nder.