*Estelle*
A la mañana siguiente me tumbé de lado, escuchando el agua que salía de la ducha del cuarto de baño contiguo. Miré por la ventana a los compañeros de manada que comenzaban su rutina diaria cuando vi pasar a Charles.
El agua dejó de correr y, poco después, Gabe abrió la puerta para empezar a vestirse. Una vez más, había tenido que madrugar. No me cabía duda de que al menos en parte se debía a tener que lidiar con el arrebato de Charles de la noche anterior. No lograba entender exactamente por qué aquellos dos eran una presencia constante alrededor de Gabe. Parecían sentirse con derecho a su tiempo y su atención.
"¿Por qué aguantas a Charles e Isolda?" pregunté.
Al principio, pensé que no iba a contestarme. Lo habría aceptado. Era una pregunta indiscreta.
Gabe se abrochó la camisa y suspiró.