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Chapter 53 - El Pequeño Gran Mercenario (II)

- Ki...ki...ki...

La batalla fue intensa, los alrededores habían terminado destrozados y cuerpos inertes de Goblins se encontraban regados por el suelo, en medio de todo este desastre un hombre estaba frente a una criatura celeste, Leo. Él había logrado vencer al Diablillo de Hielo después de horas de lucha y ahora que finalmente había terminado su cuerpo empezaba a volver a su tono de piel natural, mostrando como había dejado de consumir Factores de Mejora, a su vez tuvo que sentarse y apoyar las manos para no derrumbarse en el suelo, pues sus pulmones parecían estar a punto de reventar y su cuerpo temblaba cada vez que este exhalaba e inhalaba.

- ¡Oh!... y yo que me apresure en venir.

Unos minutos después, cuando el Diablillo por fin había dicho sus últimos sonidos, unas figuras humanoides llegaron a toda prisa y se detuvieron a las espaldas de Leo, quien arrugó la frente al escuchar las palabras. 

- ... ¿Apresurarte? ¿Quién te pidió ayuda?

- Jajaja no seas tan tímido. 

Leo por fin se levanto aguantando el temblor de su cuerpo y volteo para enfrentar al dueño de la voz.

- Ashley... no sabía que habías vuelto. 

El dueño de la voz era una mujer, con cabello largo y desordenado, que le llegaba hasta la cintura, lucía un hermoso rojo tan vivo como el fuego. En su cintura habían dos espadas envainadas y su vestimenta ruda como la de los barbaros en la tierra, algunos dirían que su armadura tan ligera era peligrosa en un mundo como este, sin embargo esas eran preocupaciones infundadas, después de todo esta joven con apariencia de no más de treinta años era la Mercenario más fuerte de todo el Reino de Sgrowl.

- En realidad estaba de camino de vuelta cuando me topé a un grupo interesante corriendo a toda prisa, tuve que detenerlos ya que parecían estar excediéndose y al preguntar la razón me contaron todo... Aunque debo decir que exageraron el asunto si lidiaste con esta criatura tu solo... 

- ¡Ja! Los Diablillos no son nada para mí. 

-Jajaja cierto... pero ... ¿Qué me dices de eso?

Ashley señaló al Rey tumbado inerte que había sido masacrado por su ex compañero y aunque sinceramente Leo no tenía ganas de hablar él sabía que a una loca de las peleas como ella debía darle la información hasta complacerla o saldría como perro rabioso a buscarlas por si misma, entonces Leo contó toda la situación. 

- Ya veo... así que su Magia de ilusión era algo inusual... no solo la cárcel, sino engañar a dos Reyes Goblin para que colaboren o, mejor dicho, guiarlos, eso suena más a control mental...

- Sí....

-Pero aún así...Leo... ¿Me estás diciendo que tú solo acabaste con un Rey y un Diablillo?

Leo le contó todo, todo excepto la existencia de Abel. Él estaba apostando a que Marco y Paul solo hayan mencionado el hecho de que necesitaban ayuda, más no nombraron a nadie, sin embargo era cierto que habían muchos huecos en su historia por más que trate de recalcar la habilidad de Marco y Paul, además, era como decía, Leo era fuerte, pero encargarse de tantos oponentes fuertes mientras protegía y apoyaba en su escape era algo que muy pocas personas podían hacer y frente a él estaba una de esas pocas, es por eso que notó tan fácilmente su mentira. Aunque el punto culminante que desbarataba su mentira era la ausencia del cuerpo del otro Rey. 

Leo solo pudo suspirar y disculparse con Abel en su mente, después de todo la personalidad de esta mujer loca por el combate era algo especial y tarde o temprano se enteraría de su existencia, sin embargo él quería que al menos tenga un poco más de tiempo... 

- La verdad es que....

Resignado contó toda la situación sin omitir la presencia de Abel y la sangre se iba drenando de su rostro cuando una sonrisa divertida erizó su piel.

- Ya veo.... Leo... no puedes guardarte la diversión solo para ti... 

Ashley parecía estar a punto de salir a correr de inmediato en busca del niño prometedor, pero por alguna extraña razón se detuvo y volteó a ver a Leo con una mirada confundida y pensante. 

- ¿Seguro que esa es la verdad? 

- Sí...

- Mmmm te creo, pero ¿sabes? no observé a ningún niño como el que mencionas en el grupo que nos cruzamos.

- ¿Qué...? Bueno no es extraño, suele pasar desapercibido y solo creo en lo que te digo porque lo he presenciado.

- No, no, puede ser pero no me estás entendiendo, no había ningún niño en el grupo que vimos.

- ¿...Qué?

Leo no tuvo tiempo de prestar atención a Abel mientras lidiaba con el Diablillo, pero él sabía que el niño no era alguien que se quedaría a pelear una pelea perdida, por eso cuando dejó de sentir su presencia y la del Rey creyó que su plan era perderlo para luego alcanzar al grupo de Alea ya que eso era lo que él mismo hubiera hecho, pero.... ¿Ese no era el caso?

- ¡Debemos buscarlo!

Leo gritó desesperado, algunas imágenes se superponían en su mente como la escena de los lobos y el niño, sin embargo la que lo hizo alterarse tanto fue que por un segundo la imagen de Abel se superpuso con la de su hija... 

Por el contrario Ashley solo sonrió y volteó al grupo de cuatro personas que había llegado con ella. 

- ¡Ya lo escucharon, busquen a mi futuro pupilo!

*******POV Abel******

Desperté, mi cuerpo se sentía mojado y sentía la diferencia de temperatura con la naturaleza, además sentía como la nieve se descongelaba sin descanso a mi alrededor. Entonces abrí los ojos. 

- ... Apesta...

Nieve roja se había acumulado a mi alrededor y el hedor que desprendía era asqueroso, pero aunque esto fue lo primero que percibí no fue lo más importante. 

Mis últimos recuerdos saltaron a mi mente y confundido traté de levantarme llevandome la sorpresa de que mi cuerpo me obedecía y de que no fue un sueño... yo había sobrevivido. 

El enorme cuerpo del Rey Goblin estaba a centímetros de donde estaba... pero sin cabeza, justo como lo recordaba, pero a pesar de mi buena memoria era difícil decir que ocurrió. 

Miré el cielo, aún había luz por lo que no debí de haber dormido mucho, aunque no creía que me quede más de unos cuarenta minutos o una hora de sol. No me preocupaba perderme ya que solo debía subir el pico por donde caí y luego el camino estaba marcado por el paso del Rey... así que debería de volver pero... algo me llamaba y fijándome en la base del pico, a varios metros detrás del cuerpo del Rey, había una cueva. 

- ... ¿Debería tal vez...?

La curiosidad era fuerte y a pesar del estado en el que me encuentro no pude resistirme, así que caminé hacia la cueva.

El lugar era oscuro, como era de esperar por la ubicación y la luz del sol, pero eso no era problema para mí, solo tuve cuidado y entre lentamente, entonces mi ojos se acostumbraron y era igual o más claro que el exterior.

Las paredes eran Altas, los pasajes eran anchos y en el suelo... habían unas enormes huellas, no era experto pero sin duda eran huellas de Lobo. No pude evitar pensar en las malas experiencias que he tenido con ellos, pero por alguna extraña razón la curiosidad y la extraña atracción me hicieron seguir adentrándome y pronto escuché algunos quejidos.

- Woof... 

Era obvio que no entendía el idioma de los lobos, de hecho ni siquiera sé si se podría llamar un idioma o como sea que comuniquen en este mundo, sin embargo esos quejidos estaban llenos de... dolor... y mis pies solo pudieron tomar prisa al escucharlos. 

No tomó mucho tiempo y pronto una enorme figura entró en mi campo de visión. Era enorme, debería de medir al menos unos tres o cuatro metros de alto y su pelaje era de un gris amarrillenta tan hermoso como nada que haya visto, además de las manchas blancas en su pecho y en la parte más baja de sus patas. No pude evitar pensar en que estas bestias son las que más me he cruzado, sin embargo siempre son distintas razas, lo cual me pareció fascinante y, con el enorme ejemplar en mis ojos, terrorífico.

Los aullidos de dolor y pena seguían resonando por el lugar, pero el responsable nunca entró en mi visión, así que esta vez por iniciativa propia traté de acercarme. Todo iba bien, tenía cuidado con mis pasos ya que lo que estaba haciendo era estúpidamente peligroso e iba en contra de mi objetivo de sobrevivir, pero no me detuve. Sin embargo, cuando la distancia ya había sido reducida en gran medida y la fuente de la triteza estaba empezando a ser visible, *Tap*, de casualidad patee una pequeña roca que ocasiono un eco por todo el lugar. 

- ¡...!

Giré mi visión y vi como la pequeña roca rodaba hasta detenerse y luego levanté mi vista para ver al enorme y colosal Lobo preparado para escapar sin mirar a tras, sin embargo... nada, el lobo ni siquiera se movió y a esta corta distancia podía decir que no se movería... ¿Por qué? Porque no estaba vivo. 

- ...

Dudé un poco, pero mi curiosidad, aunque ya no me controlaba, no estaba saciada y sintiendo que los peligros habían disminuido casi por completo no podía detenerme, así que caminé hasta tenerlo frente a mi, pero...

- ¿Nada?

El cuerpo del enorme lobo estaba enrollado como si estuviera descansando o durmiendo y mientras me acercaba podía ver una pequeña figura que se movía en el medio, pero ahora que ese lugar era visible desde mi posición... no había nada. Claro, siempre esta la opción de que se haya escapado, pero estuve muy atento y si fuera una criatura lo suficientemente hábil para escapar de mi vista entonces yo ya no estaría vivo. Podía mentirme a mi mismo diciendo que observé mal y que aquellos quejidos y aullidos en verdad eran los últimos respiros del Lobo... pero... eso era imposible. 

- ¿Huh...? Eso es...

En medio de mi deliberación observé manchas roja en el abdomen blanco del Enorme Lobo, parecían cubiertas, como si este hubiera tratado de disimular que no pasaba nada, pero no hacía falta ser un experto para saber que aquella herida era peor de lo que podía verse y era sin duda la causa de su muerte.

Traté de acercarme para examinar al gran ejemplar, pero cuando mi mano estuvo a punta de tocar su pelaje una niebla me había envuelto en menos de un segundo. 

- ¡Pero qué...!

Estuve atento en todo momento, además que estamos dentro de una cueva, esto debería ser algo imposible así que solo podía significar un ataque, pero ¿De qué tipo? podía ser una ilusión lo que significaba que el agresor era un Diablillo en cuyo caso debía alejarme lo más rápido y rogar por encontrar a Leo, pero podía ser que no sea así y fuera una mala decisión moverse en ella, por lo que solo pude empezar a consumir Factores de Mejora preparándome para lo peor pero...

- ¡Grrr...!

Junto al sonido de un gruñido sentí como mi hombro se calentaba y al dar un vistazo ví como ahora tenía tres rasguños y no pude reaccionar para nada. Barrí el lugar a mi izquierda, ya que ese fue el brazo que me arañaron, pero la neblina era densa y no pude ver mucho, entonces el calor llegó esta vez de mi derecha junto al mismo gruñido.

- ... 

Volteé a ver esta vez la derecha pero la visión era la misma y solo pude sentir como mis piernas y mi torso fue arañado. Por suerte nada de esto era un problema y podía curarme al instante, pero... al sentir el calor en mi cuerpo me di cuenta que si bien me curaba era tan lento que podía decir lo contrario. 

¿Qué pasa...?, consumí más Factores para acelerar la curación, pero no importó, la velocidad fue la misma y esta vez el calor llegó a mi pantorrilla, en la cual no tuve raguños, sino puntos como de mordidas y mi mente se sacudió por un breve instante antes de volver a la normalidad.

La situación era mala, marcando una fea racha de encuentros, sin embargo no podía quejarme, ya que esta vez me lo busque, pero aunque no pueda quejarme no podía seguir aguantando de esta forma y, aunque sabía el resultado, lancé un par de golpes al aire. 

- ¡Hap!¡Fu!

Como esperaba no hubo reacción, pero no había terminado con mi resistencia, entonces, mientras más marcas de mordidas aparecían en mis puntos ciegos, me concentré en mi cuerpo y la electricidad contenida en mis Factores, haciéndola fluir por mi cuerpo, golpee una vez más.

- ¡Jaaa!

Mi golpe como tal no tuvo efecto, sin embargo la electricidad que lo rodeo agitó la Neblina y un quejido se escuchó. 

- ¡Wouf...!

Al parecer esto funcionaba y si continuaba de esta forma entonces podría derrotar al ser que se encontraba oculto, pero me detuve... porque aunque fuera una ilusión ya había comprobado que el enemigo no era un Diablillo ni ningún otro ser que desconozca solo la figura que estuve por ver cuando me acercaba. 

- ¡Garrr!

Las moridas y arañones empezaron a aumentar con velocidad, pero no respondí, solo protegí mi cuello y cabeza y me hundí en mi mente. Esta situación no era de vida o muerte, por lo que el impulso necesario para recrear esos golpes de electricidad sería algo difícil de lograr, aunque claro que no quería dañar, no quería mandarlo a volar, así que se ocurrió una idea y no habría problema en llevarla acabo, ya que era algo que podía hacer de forma aceptable, así empecé a soltar la electricidad libre por todo mi cuerpo en un nivel bastante bajo y giré en mi sitió. 

- ¡Wouf!

La electricidad cubrió mis alrededores y se extendió por la Neblina como si estuviera viva, entonces se escuchó un aullido, no podía evitar que le duela por completo, pero ya me disculparía por eso después, entonces la Neblina empezó a moverse como si estuviera viva y poco a poco empezó a tomar forma, la forma de un pequeño cachorro que gruñía mostrando sus garras y dientes mientras defendía al Enorme Lobo a su espalda. 

- ¡Garrrrrrrrrrrrr! ¡Wouf! ¡Wouf!

El cachorro se tambaleo un poco cuando una electricidad guinda saltó por su cuerpo, pero esta desapareció rápidamente y el pequeño nunca dejo de mirarme. 

- Tranquilo...

Yo no había visto mal y por eso era imposible mentirme a mi mismo, este pequeño era la cría del Enorme ejemplar y era el pequeño que emitía aquellos llantos y quejidos de dolor... 

- Lo siento... no era mi intención hacerte doler...

- ¡Raw!

Traté de acercar mi mano, pero este de inmediato me araño y tuve que retroceder, pero no había terminado.

- Tranquilo... ¿Sí? No te quiero hacer daño...

Mi tono de voz fue suave, quizás era la primera vez que hablaba como un niño desde que llegué, pero no era momento de pensar en eso.

- ¡Gaarrrr!

- Tranquilo... No quiero hacerte daño... y tampoco a tu madre... lamento haber actuado sin pensar...

El cachorro empezó a gruñir más fuerte conforme me acercaba, sin embargo conforme hablaba empezó a calmarse y pronto tuve mi mano frente a él, parecía que había logrado calmar la situación, pero... 

- ¡Raw!

- ¡Ey!

Justo cuando pensé que todo había acabado, el cachorro me mordió en un rápido movimiento. Sus dientes penetraron mi carne como si fuera mantequilla y de no ser porque endurecí y curve mis dedos, este pequeño habría tirado y fácilmente arrancado dos o tres de dos de mi mano.

- ¡Gaaaar!

El pequeño aún gruñía mientras trataba de arrancar mis dedos, sin embargo yo no sentía dolor y por la forma en que tenía la mano y la fortaleza que aumentaba no me preocupaba por eso, entonces levanté mi mano y él terminó colgando, claro que lo hice despacio y el pequeño no se dio cuenta hasta ya estar en el aire. 

- Tranquilo...

Llevé mi mano hacia él y entonces observé como su cuerpo empezaba a desvanecerse en una Niebla. Viendo esto pude comprender un poco su habilidad y no podía dejar que esto ocurriese de nuevo ya que de hacerlo debería lastimarlo de nuevo para que vuelva a su forma y todo lo que hice sería por nada, entonces apresuré mi otra mano y lo acaricie. No fue brusco, no fue despacio, solamente lo acaricié pensando en como este pequeño debería sentirse, lo acaricié pensando en como mi madre me abrazó cuando viví la muerte de Kayn en mi otra vida, lo acaricie... con amor y protección. 

- Vamos... tranquilo... 

Moví mi mano que estaba mordiendo y con algo de dificultad logré abrazarlo con mi brazo, entonces la niebla volvió y su cuerpo se restauró mientras lo acariciaba. El pequeño media unos cuarenta centímetros de largo, sin contar la cola, y unos veinte de alto, muy pequeño considerando el enorme tamaño de su madre, sin embargo debido a mi pequeño cuerpo fue algo dificil de manejar. Al final me senté en el lugar mientras lo acariciaba y pronto soltó mi mano y se acurrucó mientras soltaba algunos aullidos. 

Me maree severamente mientras me mordía, así que quizás eso estaba conectado, pero eso era algo que dejaría para más tarde.