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Chapter 52 - El Pequeño Gran Mercenario.

Los movimientos del Rey eran distintos, eran más salvajes y menos calculados. El trabajo en equipo que mantenían los dos Reyes era impecable, eso le había quitado todas las oportunidad a Abel de atacar y estaba limitado a esquivar y aguantar, pero ahora.... aunque era uno solo.... ni esquivar ni aguantar, solo podía huir. 

- ¡Graow!

El Rey ahora gritaba con mucha más frecuencia y si antes no lo había notado ahora era claro que su aliento era horrible.... apestaba a muerte, además de que la sangre en sus puños, por haber golpeado al otro Rey hasta matarlo, aún estaba caliente a pesar del frío y cada que sus brazos eran azotados y Abel esquivaba, la oleada de olor que venía después se unía al de su aliento y el resultado era un aroma tan asqueroso que te haría vomitar en el acto. 

- ¡...!

Abel no entendía la razón, de hecho ni siquiera pensó en buscarla, solo había agradecido la oportunidad para que sus compañeros huyan y liberar la preocupación de sus hombro y por ende, de Leo, sin embargo, conforme Abel esquivaba los ataques se dio cuenta del incremento de la dificultad cuando tuvo que rodar por el suelo para esquivar el agarre del Rey y la verdad llegó a él, seguir como estaba sería muy difícil, entonces debía buscar otra opción.

- Grow...

Las enormes manos del Rey se estrellaban en la nieve donde Abel estuvo hace instantes y sin descanso lo persiguió, pareciendo una bestia salvaje empezó a caminar a cuatro patas y trató de alcanzarlos por todos los medios. El cuerpo de Abel estaba potenciado al punto donde una decena de adultos sufrirían para ganarle en fuerza, sin embargo para los recios brazos del Rey esto era un juego, Sí, los movimientos del Rey eran un poco más rápidos y salvajes, pero seguían siendo lentos, sin embargo, los espacios para escapar se estaban acabando y Abel tuvo que tomar una decisión. 

- ... Espero que me sigas...

Abel susurro mientras exhalaba el aire contenido en sus pulmones, entonces la próxima vez que el Rey se lanzó a por él, junto con el respiro giró y corrió hacia el bosque al ver que sus compañeros y el grupo de Alea no estaban por ningún lado. Por suerte el Rey lo siguió y Leo no debería preocuparse por el Rey, entonces cuando se metió entre los árboles la distancia entre ambos creció. 

El Rey era enorme, incluso entre los Reyes, así que incluso si el otro Rey no hubiera sido tomado por sorpresa el resultado habría sido el mismo cuando empezaran a pelear, por esa misma razón mientras Abel se movía fácilmente en el terreno, su seguidor derribó, rompió y atravesó innumerables árboles para alcanzarlo. 

Abel no conocía los detalles de esta criatura, así que prefirió no salir de su vista mientras corría y esperaba el momento preciso para atacar o, a lo que tenía más esperanzas, escapar y perderlo, pero lamentablemente muy pocas cosas salían como lo quería y llegó a un claro en el bosque. 

- ¿A donde...?

El lugar tenía bastantes desniveles y era bastante accidentado, como si hubiera habido una salvaje pelea, pero no había obstáculos que retrasaran al Rey enloquecido y el sonido de los árboles rompiéndose y demás indicaban que su perseguidor ya estaba próximo a alcanzarlo, además, un sonido distinto se estaba acercando a Abel, quien volteó de inmediato y vio como un bloque de hielo estaba por aplastarlo. La persecución fue corta, pero debido a los intensos movimientos y a las pocas veces que la usó, Abel había dejado de prestar atención a este tipo de ataque. *Estruendo* 

- ¡Arhg!

Abel pudo reaccionar pero no tuvo el tiempo necesario para golpear como es debido, por eso la fuerza del enorme proyectil lo mando a volar mientras rodaba por los aires. 

- ¡Growwwwww!

Se detuvo como pudo, pero el Rey ya había llegado al claro y se lanzó en su dirección de inmediato, así que rondado por el suelo tuvo que arreglárselas para escapar de sus golpes. La situación era mala, Abel había recibido daño pero ya estaba curado casi por completo, sin embargo parecía que mientras el Rey más se enojaba más rápido y fuerte se volvía y el niño sentía que las pocas opciones se reducían a un ritmo alarmante en este lugar descampado. 

- ¡...!

No tuvo tiempo de revisar sus alrededores mientras esquivaba una vez más el agarre del Rey, pero en un hábil movimiento logró levantarse y correr y, al momento de dar el paso que empezaría la huida, el paisaje cambió. 

El terreno era accidentado, si, habían varios rastros de una batalla, pero debido al descampado el suelo estaba cubierto en la nieve blanca que nunca paraba de caer y con la poca atención de Abel más el efecto de continuidad causada por esta, el niño no se dio cuenta de la caía frente a él. 

- ¡Ahhhhhhhh!

La caída no fue muy grande, de echo cuando Abel se dio cuenta que estaba cayendo y gritó, solo bastó unos segundos de que se corto grito terminara para que él se golpeara contra el suelo. Ya en el suelo observó hacia arriba y aún con sus piernas lastimadas tuvo que arreglárselas y empujarse hacia adelante porque el gran cuerpo del Rey estaba cayendo sobre él. 

- ¡Growww!

El Rey cayó en el lugar donde estuvo y, con una caída poco más grande que su tamaño, no tuvo problemas para continuar con su persecución, entonces miró a Abel a sus pies y gritó. El aliento fue mucho más espantoso de lo que Abel recordaba y con la situación frente a sus ojos Abel pensó que este podría ser el final, sin embargo, él se reusaba a aceptarlo y principalmente cuando resignado a moverse se concentró en él. 

La sensación de cuando calcino a los Lobos de Nieve aún estaba presente en sus recuerdos, pero él sabía que ese poder no podría atravesar la gruesa y dura piel del Rey, lo que él necesitaba era aquello en sus memorias, aquello que golpeó el castillo y aquello que golpeó contra las sombras. Tratar de recordar ese sentimiento mientras peleaba era algo que no estaba dispuesto a tratar de lograr, pero en esta situación era diferente, no solo era ahora o nunca, él sentía que la experiencia de estar en un camino sin salida era el catalizador que necesitaba para lograrlo, por eso se hundió en su mente y cuerpo, sintió como la elctricidad en su cuerpo corría salvaje por todos lados, pero eso no era lo que necesitaba, así que como recordó dirigió su mente hacia el exterior y, como un metal atraído hacia un imán, la electricidad la siguió. 

Los ojos de Abel se abrieron y sintió que habían pasado varios minutos, sin embargo todo fue solo un parpadeo y cuando los brazos del Rey estuvieron por golpearlo, el olor a humedad llegó a los presentes. *Estruendo*

No hubo truenos, no hubo lluvia, no hubo nubes, sin embargo la electricidad explotó todo alrededor de Abel y empujó con una fuerza varias veces mayor que con los Lobos de Nieve, además que recorrió todo lo que tocó y tensó el cuerpo del Rey, quien fue empujado al suelo y luchaba por moverse. 

- ¡Sí!

Abel abrió lo ojos de la felicidad, ya que tuvo éxito y seguía vivo, pensó que pronto debería buscar otro estímulo y forma de hacer uso de lo que hizo, pero eso solo sería una tarea más que debería anotar en su lista de Aprender. 

- ... ¿Qué...?

Lamentablemente no todo fue felicidad y cuando trató de levantarse solo pudo caer tumbado por completo. 

Abel poseía un cuerpo raro, no sentía dolor y no sentía cansancio, tampoco se le fatigaba la mente por el consumo de Factores de Mejora, pero la Fatiga corporal era otra historia y esta lo golpeó en este momento, indicando que había llegado a su máximo. No era extraño, después de todo el cuerpo de Abel estuvo destruyéndose y curándose durante todo este tiempo, sin embargo, si alguien más fuera consiente de todo sus pensamientos y acciones dirían que este tipo de Fatiga lo golpeaba principalmente por estar "Conforme", ya que también lo golpeó en las salas de entrenamiento y esa vez estuvo lejos de este sobreesfuerzo. 

- ...No...

Sus ojos se cerraban y Abel se mordía el labio tratando de mantenerse despierto, aunque el no sentir dolor le causo una mala jugada y su cuerpo cada vez se adormecía más. 

- Groww...

Incluso el ver al Rey Goblin empezar a recobrar el control de su cuerpo no fue suficiente para que sus ojos resistieran y estos se cerraban una y otra vez como un conteo regresivo. 

- No....

Abel hablaba con las pocas fuerzas que le quedaban, pensando que escuchar sus suplicas harían reaccionar su cuerpo, ya que si se dormía ahora esto sería el final. 

- ....

Lamentablemente no importaba cuanta fuerza de voluntad Abel pusiera, sus ojos casi no se habrían y el Rey, con mucha dificultad, se había levantado. Sin embargo, una escena que podrían ser nada más que su mente jugándole una ilusión, ocurrió en un instante

- ¡GROOOOO-!

El Rey gritó más fuerte que nunca, pero fue interrumpido por un par de dientes en una boca alargada que salió de la nada, esta boca se cerró y le arrancó la cabeza al Rey, quien solo pudo caer al suelo inerte. 

El cuerpo del Rey cayó a solo unos centímetros de él y la sangre que brotó de inmediato empezaba a cubrir a Abel de quien su último pensamiento fue - "Apesta..." - antes de caer dormido.

Una niebla los había rodeado en un segundo y sin que se dieran cuenta y la imagen de como toda esta niebla se juntaba en un solo lugar fue reflejada en los ojos de Abel, aunque este ya había caído dormido y no recordaría esto cuando despierte.