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Chapter 30 - El Reino de Platius (III)

*********POV Esrael*********

Todos me decían que era especial... pero yo nunca pedí serlo.

Los Mitad-bestia tienen cuerpos especiales, diseñados para ser guerreros desde una edad temprana, ya que de otra forma no hubiéramos sobrevivido en el pasado. Por eso poseemos un cuerpo fuerte desde jóvenes, pero ese no era mi caso... yo me enfermaba fácilmente y cuando cumplí cinco, contrarió a muchos niños de mi edad, yo era débil... delgado... y pequeño.

No todo era malo, sí, era más débil, delgado y pequeño que los otros, pero contrario a la mayoría yo nací con gran sensibilidad al mana, es decir, podía convertirme en un mago, algo muy raro para los Mitad-bestia. Yo estaba feliz y pronto pude llegar al nivel donde podía cubrir mis deficiencias físicas con magia, pero contrario a lo que creía, fue esa la razón que los otros niños comenzaron a llamarme raro o, en algunos casos extremos, monstruo... y fue por esa misma razón nadie quiso jugar o pasar el tiempo conmigo. 

No me importó, yo tenía cinco años, era joven y tenía mucho tiempo por delante o ... eso era lo que me repetía... pero, una vez más todo cambió. 

Los Mitad-bestia somos una raza que pasa por un "despertar" especial a la edad de cinco o seis años, donde la bestia espiritual en nuestro interior se despierta por primera vez y, como todos los niños, yo también pasé por eso. Generalmente luego de este suceso muchos se vuelven populares con los niños y adultos y, aunque no quería aceptarlo, era mi última esperanza, pero lamentablemente para mí... eso era... generalmente... ya que después del día en el que me sucedió todos, niños y adultos, me comenzaron a llamar monstruo. Eso no me dolió, podría decirse que ya estaba acostumbrado, pero las miradas... sus miradas se clavaban en mi corazón como garras... y entendí que por más que espere, por más que viva y siga adelante siempre seré el "Monstruo" de los que todos se alejaran.

Por suerte algunos de mis familiares aún se quedaron cerca de mí, aunque era doloroso verlos, ya que, aunque anteriormente contaba con decenas de personas a las que podía llamar hermanos y hermanas mayores... ahora solo quedaban menos de diez. Mi madre fue alguien que jamás me dejó, de echo ella fue la responsable de enseñarme a manejar mi mana y mi "Asimilación", palabra determinada al cambio o, mejor dicho, la transformación que realizamos los Mitad-bestia al mostrar nuestra Bestia Espiritual. Lastimosamente mi madre no podía verme a los ojos un par de días después del entrenamiento. 

Lentamente me había acostumbrado a vivir y convivir un poco con las personas que no me evitaban o así lo pensé, pero fue cuando cumplí seis años que aquellos a los que había llamado hermanos y hermanas no aparecieron y como todo niño... lloré... lloré sin poder detenerme. 

En medio de mis lágrimas y mocos pude realizar la pregunta que tanto quise, aquella que tanto guardé, "¿Por qué? ¿Por qué a mí?", aunque hasta el día de hoy me arrepiento de haberlo hecho, ya que las lágrimas de mi madre desgarraron mi corazón mucho más fuerte que cualquier mirada.

Desde ese día entendí que no podía llorar y, aunque no haya solución, no me rendiré. Si tenía que ser el "Monstruo" al que tanto temen, entonces lo sería.

Desde entonces siempre estuve sonriendo y nunca dejé que algo me vuelve a afectar, además comencé a practicar por mi cuenta y gracias a eso mi madre siempre pudo estar a mi lado. Aunque debo confesar que siempre mantuve un entrenamiento físico para ganar músculo o crecer. Lastimosamente no dio resultado. 

Cuando cumplí siete cambié mi vestimenta a una más holgada, era grande, muy grande, pero no representó problema ya que también eran cálidas y me ayudaron a no enfermar. Además, aunque ahora podía ignorar todo lo demás, por alguna razón no soportaba que vieran mi delgado cuerpo o me llamaran flaco o desnutrido... 

Era un tema delicado, pero no pude reunir las fuerzas para hablar con mi madre, entonces, aunque hasta el momento no lo hacía muy seguido o solo, me reuní con mi padre, Dillion Platius, el Mitad-bestia más fuerte y genial que conozco. 

Padre me dio unos consejos que sirvieron, aunque sirvió más el hecho de que casi nadie me hablaba. Lastimosamente uno de mis "Hermano Mayores" escuchó la conversación a escondidas y.… nuevamente se me conocería como un "Monstruo". 

Fue un día después de mi entrenamiento, suelo hacerlo muy de mañana para que nadie me vea y siempre volvía a tiempo para comer, pero ese día fui interceptado y, aunque me molestaron gritándome cosas como siempre, fue aquel hermano quien comenzó a gritar lo que escuchó..."Eres un debilucho"... "¿Acaso no comes?".... "¿Por eso usas ropa tan patética?"... "Sí, haces bien en ocultar ese cuerpo raquítico"... y no paró a pesar de que lo ignoré.

No recuerdo mucho de lo que pasó después, por suerte nadie murió, pero recuerdo como incluso adultos que vinieron a ayudar terminaron malheridos o humillados mientras se orinaban en sus pantalones. Al final tuvo que venir mi padre para tranquilizarme.

Después de eso me encerré en mi cuarto y solo salía una vez cada dos semanas a bañarme, era acompañado por mi madre quien se aseguraba que nadie me viera... yo me sentía mal... por eso mientras me bañaba aprovechaba para preguntar, ¿Por qué yo?

Las semanas pasaron y mi padre no había venido, pensé que me odiaba o que me veía como los demás, además mi madre era constantemente juzgada y culpada por los demás, aunque ella dijo que no me preocupe nunca pude evitar echarme la culpa, pero entonces padre vino.

Me explicó que se demoró un poco ya que tuvo que aplacar la ira de los demás, pero ya que la culpa fue de mis hermanos todo se solucionó rapidamente. Sé que había dicho que no lloraría... o al menos frente a los demás, pero por más que traté de evitarlo las lágrimas no paraban. 

Fue padre quien después de esto me dijo que no era un monstruo.

Fue padre quien me dijo que las miradas de los demás no deberían de importarme, ya que tenía a personas que jamás me mirarían de esa forma.

Fue padre quien me dijo que jamás podría mirarme de esa forma.

... pero, aunque no fuera a mí, es mi padre quien mira de esa forma al niño frente a mi...

Yo no lo entendía, no había forma de que lo hiciera sin saber más contexto o saber más del mundo, pero había algo que entendía, este niño no había hecho nada malo, él no tenía la culpa.

La mirada en ojos de todos me hizo hervir la sangre y, con él sentimiento que desgarro mi corazón y garganta, solo pude gritarles a todos los presentes.

- ¡Detente!

**********POV Normal***********

Esrael saltó frente a Kayn, él tampoco había sentido el movimiento de su padre, ni siquiera se había dado cuenta en qué momento lo dejó en el suelo, pero pudo reaccionar igual o más rapido que Kayn cuando observó la situación. 

- ¿Qué hace...?

- ¿Qué?

- ¡Esrael!

Las miradas de odio e intención de matar se reemplazaron por dudas y preguntas, así como un grito de Tsune. Gracias a esto Kayn pudo respirar y evitó desmayarse, aunque esto no era para mejor, ya que una mirada fría caía sobre Esrael, y Kayn podía sentir el dolor que eso le representaba.

- Tu... porque...

Kayn entendió rápidamente que el cachorro, no, que Esrael se estaba ganando el odio de una persona muy importante para él, por lo que solo pudo preguntar atónito. Aunque la respuesta lo dejaría aún más confundido, pero extrañamente llenaría aquel vacío que Kayn había estado tratando de ignorar. 

- Porque... tu... tu no tienes la culpa.

- ¿Qué significa esto?

Dillion preguntó, parecía estar dispuesto a matar a Esrael dependiendo a su respuesta.

- ¡No puedes hacerle daño!

- ¿Qué?

Tsune trató de correr la corta distancia que los separaba, pero fue detenida, así como todos los que estuvieron hablando y murmurando, nadie pudo hablar o moverse, entonces se escuchó la voz de Dillion. 

- Quietos... Esrael... hijo... No entiendes lo que ocurre, apártate. 

- ¡No!

- Te lo pediré una vez más... hijo... no me obligues, apártate. 

- ¡No lo ha-!

- ¡Quítate! ¿No lo entiendes? Estas en peligro, además no nos conocemos.

Kayn gritó interrumpiendo a Esrael, agradecido profundamente entendió que el niño estaba en peligro, pero lamentablemente para él, Esrael resultó ser más terco de lo que pensaba. 

- Escúchalo... no tienes por qué interrumpir y más si el implicado te lo-

- ¡No lo haré! ¡Él no tiene la culpa, es inocente!

Esta vez fue Esrael el que interrumpió a su padre, gritando tan fuerte como le permitió su garganta. Dillion solo pudo ver en silencio, entonces preguntó.

- ¿Como lo sabes? Tú sabes que no entiendes la situación, además, él lo dijo, no lo conoces.

- Yo...

- ¿Ves? Hazte a un lado.

- No... no lo haré

Esrael no habló, pero no porque ko tuviera algo que decir, sino aue parecía reacio a decirlo y por eso temblaba de impotencia a pesar de mantenerse firme, aunque poco servía, ya que el tiempo y la paciencia se habían terminado.

- Ya veo...

- ¡No!

El brazo de Dillion se agitó y de inmediato el trono donde estaba sentado se partió, cubriendo el gritó de Kayn. 

- Oh... 

- ¡Grrrrrr!

Kayn giró la cabeza, quería comprobar algo y suspiró de alivió cuando escucho un gruñido conocido. Pronto Esrael salió caminando de detrás del gran trono y una barrera de mana se caía a pedazos mientras lo hacía.

- Lograste cubrirlo de mi golpe... impresionante, pero-

Dillion desapareció en medio de sus palabras, pero Kayn sabía dónde aparecería. Así, cuando Dillion apareció a su espalda, unos pinchos de piedra salieron del suelo. 

- No es suficiente...

- ¡...!

Kayn pudo ver como los pinchos se rompieron sin poder atravesar la piel de Dillion y un golpe iba dirigido a su rostro, pero mientras cerró los ojos fuertemente esperando el impacto algo lo tomó y tiró de él fuertemente. 

- ¡Tu!

- ¿Estás bien?

Esrael lo había salvado otra vez y Kayn no pudo evitar sonreír a su pregunta, ya que era el pequeño niño quien tenía un rastro de sangre en el rostro. 

- Jajaja eso te pregunto yo.

- ¡...! 

Esrael preguntó, sinceramente preocupado, pero en ese momento recordó el pasado, este niño frente a él había pasado un mal rato por su culpa, así que no esperaba respuesta, aunque se olvido que el niño ya le había respondido antes y por eso se sorprendió mucho cuando Kayn se rio y sonrió mientras le hablaba. Gracias a esto el dolor y vacío en su pecho también comenzó a llenarse poco a poco y cuando se detuvieron del rápido movimiento, Esrael preguntó.

- ¡¿Quieres ser mi amigo?!

- ¿Qué?

La pregunta tomó por sorpresa a Kayn y su reacción fue malinterpretada por Esrael, pero la verdad es que no era el momento ni él lugar para este tipo de preguntas, aunque eso no le molestaba a Kayn, ya que sinceramente él también era de este tipo. 

- ¿No... quieres?

- ¡Jajajaj! Por supuesto que sí, eres interesante. 

- ¡...!

Ambos sonrieron enormemente, pero el momento de felicidad no duró demasiado, ya que una sombra los cubrió, era Dillion, quien volvía a golpear desde su espalda.

El golpe apuntaba al centro, de no separarse tomaría un brazo de cada uno y Kayn lo sabía, pero de hacerlo no saldrían a salvo ya que era seguro que el suelo de madera lanzaría astillas o algo, Kayn tenía su barrera para cubrirse de eso, pero Esrael no y era obvio que si se la daba entonces vendría por él, entonces ¿Qué hacer?, era obvio. 

- ¡Cuidado!

Kayn empujó a Esrael y se separaron, entonces el golpe de Dillion llegó hasta el suelo, enviando a volar las astillas como se esperaba y, de la misma forma, rápidamente fue por Esrael, quien no tenía una barrera o así debió ser, pero la barrera que no debió estar ahí también lo cubría y lo protegió de su golpe, aunque nuevamente lo mandó a volar. 

Cuando Kayn empujó a Esrael pudo ver que él también estaba dudando cómo reaccionar, parecía haber pensado lo mismo que Kayn, por eso estuvo sorprendido cuando lo empujó. Pero lo que Esrael y Dillion no notaron fue que, al momento de separarse, Kayn dividió en dos la barreara. No era tan compleja como antes, pero gracias a esto Kayn fue capáz de mantenerlas, claro que ayudó mucho todo el entrenamiento en el bosque. Normalmente para alguien en el nivel de fuerza de Dillion esto no hubiera sido pasado por alto, pero ni él ni nadie presente pensó que el niño llamado Kayn fuera capaz de hacer tanto. Entonces, mientras Dillion y todos reevaluaban el nivel y el peligro de Kayn, esferas de cinco elementos volaron hacia Dillion. 

- Eres astuto y capaz... pequeño. 

- ¡Gracias!

- ¡...!

Junto al grito de Kayn y habiendo esquivado las esferas, unas garras recubiertas de un material celeste, brillante y sumamente filoso, cortaron en dirección a Dillion. Estas lograron hacerle un diminuto corte en el hombro y todos abrieron los ojos a más no poder, ya que esto era algo sumamente difícil de hacer y debió ser imposible para esos niños.

Esrael siguió su camino y se puso al lado de Kayn.

- Eh... ¡Ah! Papá... lo ... lo sient-

- No sigas. 

Esrael miró sus garras, en la punta de una de ellas había una gota de sangre y esto lo había traído de vuelta a la realidad, pero parecía que ya era tarde, ya que su padre no lo dejó hablar. 

- Esrael... hijo... lo siento.

Las palabras de Dillion fueron escuchadas una vez más y entonces desapareció, esta vez apareciendo delante de ellos, su cuerpo estaba como siempre, pero Kayn pudo ver las filosas garras que ahora descendían, pero no sobre él.

- ¡...!

Kayn quitó su barrera, pues entendía que de no hacerlo significaría el final para Esrael, y de inmediato dejó fluir todos los Factores Mágicos que pudo para crear capas de Barreras frente a su nuevo amigo. 

- Interesante... 

- ¡No!

Lastimosamente las garras que apuntaban a Esrael ahora se encontraban detrás de Kayn, mientras su pecho se calentaba, pero no por las emociones que sintió en este breve momento, sino porque sangre fluía de él. 

Kayn abrió mucho los ojos, sorprendido, sangraba mientras perdía la conciencia y vio al pequeño que lo había salvado, entonces por fin escuchó su grito, ¿Cuántas personas gritarían por su muerte?, Kayn no lo sabía, él pensaba en unos cuantos, ¿pero en este lugar?, al menos él estaba feliz por ver que existía uno y no moriría en el olvido. Entonces, antes de que sus ojos se cierren, sus últimas palabras fueron pronunciadas. 

- Oye... no llores, no es tu culpa.