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Chapter 21 - El Reino de Sgrowl (II)

- ¿Un niño?

Kila no se había dado cuenta, después de todo llegó hasta aquí siguiendo un rastro de muerte, además en esta oscuridad incluso a él se le complicaba ver. Pero obviando eso, al final quien hubiera pensando que una figura cubierta de sangre y con ojos guinda brillantes que estaba cerca de las jaulas donde podía escuchar a las personas asustadas, no era un Goblin sino un niño, aunque Kila dudaba en describirlo como tal, ya que esos ojos flotantes le dieron un escalofrío, como si fuera una cría de demonio. 

Su juicio rápido lo llevo a atacar sin pensar, debía matarlo ahora, antes que su presencia traiga ruina al reino o al mundo, pero sin embargo fue empujado. Kila observó su pecho, aun había electricidad saltando en el lugar de impacto y, a pesar de estar usando sus Factores de Mejora, aún sentía una incomodidad. 

- ¡Espera, Kila!

- ¿Huh? ¿Princesa?

Kila no se había percatado, pero nuevamente había alzado su guardia, mostrando estar listo para el segundo asalto, pero por suerte fue detenido por un grito, aquella persona que las demás mujeres trataban de esconder. Abel estuvo genuinamente sorprendido al escuchar "Princesa", aunque se imaginaba de su existencia por el libro que leyeron, en su rostro estaba pintada la pregunta "¿Qué hace en un lugar como este?"

Kila corrió hacia la jaula y separó los barrotes sin dificultad, Abel se molestó porque ni siquiera recibió una disculpa, pero al ver lo preocupado en su rostro decidió dejarlo pasar. 

Las mujeres salieron lentamente después de la princesa, apenas podían caminar, pero no se quejaron. 

- Ya entiendo... 

Abel observó desde lejos y pudo ver como la niña de unos doce años, la princesa, estaba cubierta de la ropa de las mujeres, además se notaba enérgica y en buen estado pese a la situación. Parecía que estas mujeres eran más que solo mujeres a su alrededor, aunque no tenía intención de preguntar de más. Abel se dio la vuelta, normalmente hubiera tratado de hablar y conseguir información, pero su experiencia en la vida le advirtió que involucrarse más sería molesto y quizás algo peligroso, por eso retrocedió lentamente y se movió en las sombras, llegando a la entrada que había creado, pero justo cuando pensó que lo logró, un nuevo grito llegó de su espalda. 

- ¡¿A donde vas?! ¡Espera!

- Casi....

Una aguda mirada se clavó en su espalda, era Kila diciendo que si ignoraba las palabras de la princesa entonces habría un problema, además el tampoco podía dejarlo ir. Abel volteó, mirando a la princesa, obviando la gran cantidad de ropa que tenía, ella gozaba de un encanto y belleza natural que envidiarían muchas personas y por la cual se desataría guerras en la tierra, su cabello era de un celeste tan bello que el hielo alrededor parecía imitarlo... sin duda una belleza, pero Abel respondió indiferente. 

- ¿Qué se le ofrece? Se lastimara si grita de esa manera... princesa.

Quizás fue demasiada formalidad para un pequeño como él y todos parecían sorprendidos, pero algo asustados. Abel lo entendía, estaba cubierto en sangre y se veía sospechoso, pero a pesar de eso parecía haber razones que desconocía y pensó en eso como una razón más para alejarse, aunque parecía que no sería tan fácil. 

- E-Es peligroso... allá afuera... 

Parecía tímida y nerviosa, pero aunque despacio no se detuvo.

- Kila y el Sub Comandante vinieron por mi... pero podríamos llevarte... a tu pueblo... 

- P-Princesa...

Todos respondieron a sus palabras,si parecía haber una razón oculta que Abel desconocía y prefería que así se quede. Por el momento, ya que se le dio la oportunidad, con ella preguntando, solo quiso aclarar una de sus dudas. 

- ¿Pueden? pero no se donde estamos y ... 

- ¡N-No hay problema...! 

Gritó nuevamente, interrumpiendo a Abel, pero parece que recordó las palabras de hace un momento y su tono volvió a la normalidad. 

- Tenías la intención de ayudarnos y como princesa debo pagar esa amabilidad.... oh y sobre donde estamos... 

- ¡Sí! Nos encontramos en la guarida de los Goblins de Hielo ubicada en la cordillera Pico Gélido. 

- ...

"¿Pico Gélido?" Abel no tenía idea de donde podría ser eso, pero lo que sabía es que estaba muy lejos de casa. Kila lo observo detenidamente, parecía querer leer su intención y lo obligaba a dar una respuesta. 

- Gracias, pero me las arreglare solo, aunque agradezco tus sentimientos y por eso puedes considerar esa respuesta como el pago por mi amabilidad. 

- ¿Eh? pero eres un bebé... Digo, un niño... 

- ... cierto ...

Abel inclinó su cabeza y miró su pequeño cuerpo, se había olvidado de ese echo una vez más y es que ¿Cómo se supone que trate a una princesa siendo un niño? él no lo sabía, además Kila parecía listo para desenfundar su daga, Abel pensó que debería huir, no lo seguirán ya que tiene que escoltar a la princesa, aunque eso sería malo a futuro, podrían buscarlo e investigarlo, llevando los problemas a sus padres y tíos, así como a Kayn... por suerte su cabeza trabajó rápido y aunque era arriesgado ya que no conocía nada de la situación, decidió intentarlo... ya después podría escapar. 

- ¿Dónde esta el grupo que fue traído contigo? ¿Hay más cuevas? Dile a Kila, él se encargara de liberarlos. 

- Princesa me temo que eso no es posible, primero deberé informar al Sub capitán y- 

- N-No hay... nadie ... más...

Sin duda Kila desconfiaba de él y aunque la princesa parecía preocupada podía sentir cierto sentimiento indescriptible en sus palabras, como si lo estuviera probando, entonces Abel cortó la discusión de ambos y habló.

- ¿A-A que te refieres...?

- ... No hay nadie más... 

- ¿Eh? Eso no puede ser, los Goblins nunca matan a las mujeres, es así como-

- Princesa... deténgase un momento. 

Abel dejo de consumir sus factores y fingió tristeza que solo aumentaba con las palabras de la princesa, entonces cuando estuvo al borde de las lagrimas una de las mujeres la detuvo tocando levemente su hombro. 

- Todos murieron... para que yo escape... 

Mezclar mentiras con verdad, eso es lo que hace un buen mentiroso y si a eso le sumas un acto que hace difícil responder y trabajar sobre el, al menos por el momento, tu mentira será un excito y Abel lo sabía, claro que su mano comenzó a sangrar al recordar como hirieron a Kayn, pero ellos no tenían porque saberlo. 

Kila por fin soltó su daga, parecía haber librado las sospechas sobre él, entonces con las lagrimas a punto de estallar, un escalofrío llegó a su espalda y sus ojos se iluminaron otra vez, consumiendo factores rápidamente. 

- ¡Grwao!

- ¡Cuidado!

Un Goblin saltó sobre él y ya que Kila no estaba preparado no pudo hacer nada más que gritar, la princesa y las mujeres casi no miraban por lo que solo pudieron preocuparse por los sonidos y gritos, pero pronto un estruendo las dejó confundidas. 

Abel giro sobre un pie y rápidamente dio una patada media al Goblin que buscaba su vida, la electricidad cubrió su cuerpo y la fuerza incremento rápidamente, al final el atacante termino volando hasta caer en la pared y los ojos de Kila parecían estar a punto de salirse. Antes lo sospechaba, podría haber visto mal o el niño podría estar usando un artefacto o herramienta... pero ahora no tenía dudas

- C-Cuarto Nivel... al igual que yo... 

Abel volteó a verlos, parecía que si ahora se decidía a correr, el hombre llamado Kila no lo dejaría irse... -"que molestia"- susurro antes de aceptar responder algunas preguntas y a quedarse con ellos.

Casi inmediatamente después, todos se encontraban saliendo por la puerta que debió ser la única entrada. Abel caminaba despreocupado, aunque algo fastidiado por todos los comentarios de la princesa y la sensación de estar siendo observado por Kila y las demás mujeres. 

- ¿Hm?

Llegaron al final del corto pasaje y abrieron la desastrosa puerta que se encontraba. *Estruendo* La vista que se extendió llegó al mismo tiempo que el sonido del Sub Comandante, quien se encontraba de pie mientras la criatura a su espalda caía muerta. Los Magos parecían algo agitados y todos los demás soldados tomaban aire después de lidiar con todos los Goblins, pero voltearon al mismo tiempo cuando escucharon la sorpresa de su Sub Comandante.

- ¿Kila? ¿Así que el camino se unía a donde tenían a los prisioneros?

- A-Algo así...Sub Comandante... la verdad es una larga historia...

Kila parecía conflictuado pensando en como explicar las cosas, entonces el Sub Comandante volteó la vista a Abel, quien aún seguía cubierto de la sangre morada y espesa de los Goblins. 

- ¿El también era un prisionero?

- ... Es parte de la larga historia...

- Ya veo...

El Sub Comandante no soltó su espada en ningún momento, de echo arrugo la frente y estrechó la mirada cuando se encontró con los ojos de Abel, pero siguiendo las palabras de Kila decidió dejarlo para el informe posterior. Aunque Abel adivinó y ahora tendría una mirada más sobre él.

- ¡Alexis!

- ¡Princesa, me alegro mucho que este bien!

Una de las mujeres cargaba a la princesa, aunque estaban muy débiles y Kila refutó en dejarlas hacerlo y que era mejor que lo haga él, pero fue convencido cuando respondieron con que él debía estar libre y atento por los enemigos. Por eso, luego del corto intercambio, la mujer que cargaba con ella salió y la princesa gritó alegremente el nombre del Sub Comandante, este se arrodilló de inmediato antes de responder y todos los soldados y magos, incluyendo a Kila, lo siguieron. Aunque Abel decidió no hacerlo, parecía estar resentido por los sentimientos de desconfianza hacía él, aunque eso lo llevó a recibir aún mas miradas furiosas, pero en fin... el era un niño que no sabía nada o eso se repetía. 

El Sub Comandante, Alexis, se disculpó por la cadena de eventos que habían hecho posible que los Goblins se llevaran a la princesa, esta disculpa no le debería servir para nada a Abel, pero sin poder irse solo se limitó a escuchar y, aunque seguía un poco resentido, pudo entender un poco las dudas hacia él.

Tal parece que había aparecido un "Diablillo de Hielo" un monstruo muy raro y con una fuerza e inteligencia superior. La características de este monstruo son su gran afinidad con el mana y su magia de ilusión con la que logra engañar no solo a humanos, sino también a bestias u otros monstruos haciendo que sigan sus ordenes. Fue así como un gran numero de monstruos atacaron el carruaje donde la princesa estaba siendo transportada, y a pesar de haber eliminado a todos los monstruos no se pudo evitar que los Goblins, que llegaron al último, se lleven a la princesa. Además no lograron acabar con el Diablillo y esta era la razón para que ellos estén alerta con el niño cubierto de sangre.

El reporte terminó, la princesa parecía algo nerviosa, pero su mirada estaba extrañamente firme. Entonces, aunque parecía tener reticencia, volteó hacia Abel y preguntó.

- Niño... ¿Me dirías tu nombre?

Abel esperaba una pregunta más preocupante, por lo que se sintió algo aliviado al escucharla y por eso respondió sin problemas.

- Abel, mi nombre es Abel.

La mirada de la princesa tambaleo por un segundo, pero retomó su firmeza como si proclamara haberse decidido. 

- Lamento tener que pedirte esto a pesar de tu buena voluntad hacia nosotros, pero... ¿Nos permitirás cortarte?

- ... 

Abel no reaccionó, entendió perfectamente sus intenciones. Ella quería asegurarse que él, el joven niño, no sea aquello que no pudieron atrapar. Sinceramente no quería hacerlo, pero era obvio que no existía otra respuesta que no sea afirmativa. Entonces, sin hablar, estiró el brazo. 

- Gracias.

La princesa volteó a ver a Kila y este se acercó de inmediato a Abel entonces rápidamente le hizo un corte en la palma. Abel pensó que el echo de aceptar sería suficiente para probar que no era aquello que temían, pero al ver la sangre roja salir de su herida pensó que había mucho que desconocía de ese tal Diablillo de Hielo. 

- Es roja, Princesa.

- Es un alivio... lamento haberte pedido esto, de inmediato haré que te curen-

- No será necesario.

Alexis y los Magos estuvieron apunto de arremeter contra Abel, quien le cortó las palabras a la princesa, pero se detuvieron ante la vista de la herida completamente curada en la mano del niño, cuyos ojos brillaron.

- ... 

La princesa también parpadeó por la sorpresa, aunque ya lo sospechaba por el estruendo que escuchó junto a los gritos de Kila, hace unos minutos. Sinceramente trató de negarlo pero ahora que lo veía era sorprendente. 

- Ki-Kila... 

- Le dije que sería una larga historia, Sub Comandante...

Nadie hizo más que limitarse a mirar, pero Abel sabía que cuando llegaran a donde sea que se dirigieran, las preguntas caerían como lluvia. Entendiendo un poco el porque sus padres y tíos les ordenaron no mostrar sus capacidades a los demás.