*********POV Kayn*******
Mis parpados pesaban, no, todo mi cuerpo pesaba y, como si eso no fuera suficiente, me sentía todo adolorido, aunque una sensación cómoda, blanda y confortante me abrazaba por la espalda tratando de reconfortarme.
- Hum...
Traté de levantarme sin éxito, ya que, aunque resistiera el dolor muscular, la verdad es que mis fuerzas eran nulas debido al sobre esfuerzo continuo, voluntario o involuntario. Mi cabeza y mis ojos eran los únicos que me obedecían, así mire el lugar donde ahora estaba. Parecía una cabaña, construida de madera y con techo de paja, hojas y ramas, y en caso de no serlo sin duda era una construcción rustica.
Era obvio que no recordaba como llegué a este lugar y eso me molestaba, pero no podía decir sinceramente que no deseaba olvidar aquellos últimos minutos... aquella experiencia... aquel ser...
- Par fin despiertas...
Volví a mirar el techo sobre mí tratando de apartar esas imágenes, pero entonces una cabeza con cabello blanco se asomó mientras hablaba con una rara pronunciación. No hizo ni un solo ruido, pero el causante de mis recuerdos y pesadillas apareció frente a mí sin aviso previo con sus ojos celestes que brillaban extrañamente fuerte a pesar de la buena iluminación del lugar, como si me dijeran que olvidar el pasado estaba fuera de discusión.
Su pronunciación era extraña, pero se notaba el pequeño esfuerzo obligado que hacía para hablarme y que lo entendiera. No mentiría, le tenía miedo, pero las orejas en su cabeza me hicieron tratar de perdonarlo pensando en lo anterior como la travesura de tu mascota... aunque claramente no lo diría en voz alta.
- ... Hola
- Halo, sentí que despertasta así... así que vine a comprobarlo...
Parecía emocionado, pero le agradecería que se tome su tiempo para hablar ya que era difícil para mí seguirle el paso.
- ...
- ¿Huh?
En todo este tiempo el cachorrito no apartó su cabeza y seguía interponiéndose entre mi visión y el techo, pero ante mi silencio se quedó callado mientras me observaba. No hice nada, de echo solo lo salude, así que no pienso que se enoje y el incidente de ayer se repita, pero con cada segundo que pasaba mi ansiedad aumentaba.
Moví mi cabeza y lo vi parado a mi costado, llevaba la misma ropa que ayer, igual de ancha y holgada, pero contrario a su animado estado ahora parecía algo conflictuado como si no supiera si estaba bien proceder con lo que pensaba, frente a esto, sus orejas que subían y bajaban delataban lo que sentía... como un lindo cachorrito regañado por alguna travesura.
- Te perdono...
Fueron sus palabras las que me trajeron a la realidad y me privaron de esos pensamientos tan descorteses y maleducados, pero solo fueron reemplazados por duda, ¿él me perdona? ¿Qué hice para qué él tenga que perdonarme?, en todo caso soy yo el que necesita recibir una disculpa, claro que si supiera de mis pensamientos viéndolo como una mascota pequeña entonces sí sería yo quien se disculpara, pero no es el caso... ¿verdad?
Parecía que no había terminado de hablar, así que solo guarde mi desconcierto y mis preguntas en mi mente, entonces, como esperaba, continuó.
- Mamá me explicá que no fue tu intención... así que te perdona.
- ¿Eh?
Esta vez no pude evitar hacer un gesto, ya que ahora era claro de lo que hablaba.
- Espera... estas diciendo que me disculpas por lo que pasó, en vez de disculparte por lo que me hiciste...
Hablé calmado, contrario a como gritaba en mi mente las mismas palabras. Él pareció pensativo, de echo movió la cabeza de un lado a otro mientras pensaba y finalmente asintió con fuerza mientras sonreía.
- ¡Sí! Te perdono.
- No no no no no, sabes, tu deberías pedirme disculpas a mí.
- ... ¿Yo? ¿Por qué?
- ¿Preguntas enserio? ¡Por qué casi me matas por un error que cometiste!
No pude evitar gritar, la situación era muy irónica y me tomó desapercibido, entonces el niño se cubrió las orejas como si el ruido lo molestara y luego, con el ceño fruncido, me respondió.
- ¡Fue tu culpa! Yo me iba a bañar y tú me viste.
- ¡Y tú casi me matas!
- ¡Porr tu colpa!
- ¡No!
- ¡Sí!
- ¡No!
- ¡Grrrrr!
Comenzamos a gritarnos el uno al otro, incluso yo mismo pensé que esta era una discusión aniñada, pero debía hacer entender a este cachorro que cosas están bien y que están mal. La situación comenzaba a acalorarse y el niño mostró sus dientes, así como sus manos sobresalieron de sus largas mangas y se vieron las garras filosas en las puntas de sus dedos. Yo estaba cansado y más hambriento que ayer, pero sin esa sensación de miedo se me hizo posible responder, así como dar órdenes y hacer fluir mis Factores Mágicos, los cuales tomaron un color verde y estaban listos para actuar a mis órdenes.
- ¿Que hacen gritando? Esrael, se supone que debías avisarme si despertaba...
- ¿Eh?
- ¡El comenzó!
En medio de nuestras preparaciones para la pelea entró una mujer, no fue aquella que vi momentáneamente ayer, pero ella también era extremadamente linda y poseía un aire filoso rodeándola. Era joven, pero parecía estar cerca de ser un adulto, de piel morena y vestía ropas de cuero, además tenía una cola y orejas que me hacían recordar al lobo que nos atacó hace unos días.
Ni bien entró la joven él cachorro guardó sus garras y se tranquilizó, señalándome mientras me culpaba de la situación una vez más.
- Si si, no importa, por el momento ve a decirle a Padre que ha despertado.
- ... Está bien...
Parecía no importarle la situación, así que solo le habló al cachorro para que se vaya, pensé que se negaría y un berrinche empezaría, pero él obedeció y caminó sin rechistar, entonces, junto antes de abrir la puerta, que era un pedazo de tela, volteó y gritó - "¡Es tu culpa!" - antes de salir corriendo. Su grito se sintió extraño, me hizo estremecer y los factores en mi cuerpo se agitaron volviendo al incoloro, además la joven se tapó las orejas y sacudió la cabeza por la sorpresa, aunque el grito en si no fue tan fuerte como antes.
- Este niño...
- Emmm disculpa...
La joven volteó debido a mi llamado. No pasó nada especial, de hecho, la situación anterior y el sentimiento de derrota que me dejó el último grito aún seguía presente en mi cuerpo, pero mi instinto me decía que mi prioridad debía estar en otro asunto. Cuando la mujer volteo a verme sus ojos negros parecían atravesarme y no pude preguntar o hablar sobre lo que tenía planeado, al parecer, aunque quiera ignorarlo o negarlo si tenía ciertos traumas con esas miradas, pero por suerte la joven relajó su vista y busco rápidamente en la bolsa de cuero a su espalda.
- ¡Oh, cierto! Antes que todo come esto.
- ¿Antes que todo?
La mujer tendió su mano, en ella había una especie de galleta, no se veía especialmente apetitosa, pero de inmediato moví mis factores para crear una corriente de viento. Era la primera vez que lo probaba, ya que lo que últimamente estuve haciendo fue manipular mis Factores para cambiar la forma de la roca, hacer fuego y crear agua, la cual usaba para hidratarme, aunque no entendía el proceso que lo volvía posible. La mujer estrechó su mirada, quizás porque sintió el cambio en el ambiente, pero eso no me detuvo.
Pensé en la corriente de aire que traté de usar para volar cuando caía, aquello no funcionó, pero si me desaceleró, por eso debido a la incapacidad de mover mi cuerpo normalmente pensé en una forma de lograr traer aquella galleta a mi usando el mismo método. Por eso mis Factores cambiaron a un color verde y crearon una corriente de aire a mi alrededor, el cabello de la joven se movió y ahora parecía más sorprendida que atenta, entonces sentí que iba por el buen camino.
Mover el cabello es una cosa, pero esa galleta en la mano aún estaba inmovible, entonces di otra orden a los Factores que componía y creaban el viento. Siempre he pensado que los Factores Mágicos son seres pensantes, porque me obedecen y actúan de forma propia al escuchar mis ordenes o entender mis deseos y, haciéndolo una vez más, la corriente de aire que envolvía toda la habitación comenzó a condensarse en un solo lugar, en un solo camino que guiaba la galleta a mi boca.
- ¡Aw!
El camino de viento que creé si funcionó, de echo funcionó muy bien, entonces al cabo de unos segundos la galleta se elevó y voló hacía mí, pero la velocidad fue mayor a la esperada y terminó golpeándome el rostro, aunque la verdad no importó ya que como pude giré la cabeza y la tomé en mis dientes procediendo a tragar.
- ...
La joven parpadeaba varias veces, quizás por mi culpa alguna basura o polvo le entro en los ojos, así que debería disculparme. Traté de tragar, pero la galleta estaba muy seca por lo cual se me complicó, entonces creé agua y la dirigí a mi boca. Cuando por fin estuve listo para hablar y disculparme la joven giró su cabeza, sus orejas se movían como si captaran algo, pareciendo antenas, eso me distrajo, además me di cuenta de la mejora rápida de mi cuerpo, sin duda ser un niño es grato en estos momentos, pero también la comida se lleva un gran mérito, ya que no pasó mucho y sin embargo parecía estar siendo absorbida.
- Si ya te sientes mejor... sígueme.
- ¿Eh?
La joven pareció más seria, quizás si se enojó por mi culpa, pero no pude disculparme, ya que caminó hacia la salida sin esperarme. Como pude me levanté, aún sentía el cuerpo algo pesado y adolorido, pero me las arreglé y salí detrás de ella.
Una pradera se estiró frente a mis ojos, parecía no tener fin, aunque unos enorme arboles hacían su presencia en la dirección a donde íbamos. Todas las cosas estaban construidas de la misma forma, incluyendo en la que estuve, pero pronto, mientras seguía a la joven y evitaba todo tipo de miradas curiosas, un gran salón se extendió frente a mí, las paredes estaban hechos de gruesos troncos, así como el techo, el cual estaba cubierto de pieles dejando una fuerte impresión en cualquiera que lo vea por primera vez.
- ¡Selen ha llegado!
Entrando por el Gran marco que funcionaba como puerta se encontraban sentados, en dos filas a los costados, muchos hombres y mujeres, todos tenía distintos pares de orejas, la mayoría poseía un cuerpo tan grande y robusto como puedas imaginar, además que todos desprendía un aura filosa y peligrosa que hacía que quiera huir.
Cuando entramos se pudo escuchar un grito, aunque nunca vi a al responsable aquella voz me dio la misma sensación que los presentes.
Al final de las dos filas, un hombre con melena de León estaba sentado en el suelo cruzando las piernas, los adornos detrás de él hacían ver el sitio como una especie de trono, aunque era tan grande que si quisiera se acostaría. El hombre de melena se veía enorme, incluso con todos los presentes, sus brazos gruesos como árboles, así como sus músculos macizos como rocas y las cicatrices en el cuerpo junto a sus feroces tatuajes lo hacían ver mucho más que intimidante, por eso no tuve que preguntar ni dudar, ese hombre era él jefe.
Al costado del gran trono pude ver a algunas mujeres sentadas, cada una con hombres y mujeres feroces a sus espaldas, y entre ellas estaba la mujer de ayer, mi salvadora, quien me saludo cuando se percató de mi vista curiosa.
- ¿Es él?
Entonces cuando pude estar a unos metros de él, una presión me hizo arrodillar junto a su pesada voz.
- ¡SO!
No hubo respuesta de ninguno de los presentes, entonces una cabeza blanca emergió de su melena y gritó alegremente, era el cachorrito, aunque después de ver esta escena debería reconsiderar como lo llamo.
**********POV Normal*******
El hombre con melena de león observó a Kayn callado mientras este miraba el lugar de forma curiosa y nerviosa. La joven que lo estaba delante de él era su hija mayor, Selene Platius, y por alguna razón podía oler la sorpresa e incomprensión de su cuerpo, por eso sin necesidad de preguntar o de ver más sabía que el pequeño niño detrás era aquel que su esposa le había dicho, pero aun así las manos que sentía en su espalda le hicieron preguntar.
Cuando su menor hijo, Esrael, afirmo su pregunta entonces sabía que no había ninguna duda con proceder y habló.
- Niño, ¿Tienes un nombre?
- ...
Kayn se notaba nervioso, como si no estaba seguro si responder, pero él no lo juzgaba, de echo nadie aquí lo juzgaba, ya que no cualquiera podría incluso mantenerse de pie en este lugar.
Esto era algo que pronto se enteraría Kayn, pero el lugar donde se encontraba era la tribu de Platius, líder de todas las tribus conocidas de los Mitad-bestia y lo más cercano en importancia a una capital. Además, ahora se encontraba frente a los lideres de la mayoría de las tribus.
- Kayn...
Todos esperaron, sabían que, en caso de no poder responder, su líder quitaría la presión, pero contrarió a sus pensamientos él respondió normal.
Sí, la presión en su cuerpo era severa, lo hacía temblar y lo obligaba a estar de rodillas, pero la imagen de los sucesos anteriores se superpuso, por eso no importaba cuanta de esta presión sintiera, Kayn no tartamudearía ya que su corazón latía normal y no sentía ese letal miedo o peligro. Todos los presentes se asombraron de la claridad de sus palabras, ya que todos habían compartido la presión de su jefe, pero al mismo tiempo una sombra se proyectó en su rostro, ya que pensaron en los desconocidos sucesos que tuvo que vivir este niño para poder lograr esta asaña.
- Entonces... pequeño Kayn, ¿Por qué estás aquí?
El hombre con melena de león, el jefe de las tribus aliadas de las praderas y el bosque, más conocido como el Reino de Platius, preguntó. El joven frente a él despertaba su interés, pero no solo gracias al instinto de los Hombres Bestia, sino debido a las palabras de su esposa, sabía que, aunque se viera como un niño, el peligro que representaba era real y era el trabajo del jefe velar por su pueblo, así que, sin saberlo, Kayn estaba siendo sometido a un juicio.