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Chapter 12 - Hasta Pronto (II)

Un nuevo día llegó. Kayn y Abel se encontraban desayunando, era algo tarde pero el entrenamiento matutino de hoy había sido cancelado y ambos desayunaban como si fueran ajenos al alboroto que causó este suceso.

Los padres de ambos habían llegado a esta pequeña aldea hace poco más de seis años, buscaban un lugar donde dormir y poder descansar hasta recuperar fuerzas, ninguno tenía heridas gracias a Roland, pero se notaba el cansancio extremo en sus cuerpos. Ellos tuvieron suerte que el jefe de este pueblo los recibió sin preguntar por mucho detalle, ya que para al menos tener una charla decente ellos debían estar en buenas condiciones y les ofreció su propio hogar para hospedarlos esa noche. 

Al día siguiente, luego de un buen desayuno, algo que no habían podido permitirse en los últimos meses, tuvieron la conversación esperada. Ellos mintieron aunque juntaban verdades para hacerlo más creíble.

Se hicieron pasar por mercenarios que habían caído victimas de su descuido cumpliendo su trabajo, contando como pudieron escapar con justas penas, además de que perdieron compañeros en el camino, por ultimo agregaron que el trabajo que habían aceptado provenía de alguien con mucha influencia, por lo que ahora que fallaron sus vidas estarían en peligro si regresaban.

El jefe de la aldea no era fuerte, de echo era un anciano, pero la prueba de su sabiduría lo había mantenido tantos años vivos, por lo que se dio cuenta de la mentira, aunque también se dio cuenta de la verdad. Los adultos jóvenes frente a él parecían haber crecido y vivido viendo sangre, por lo que estaba sumamente sorprendido de que hayan podido mantener estas personalidades, ya que se notaba la preocupación y amor genuino entre ellos, además del arrepentimiento hacia los caídos que dejaron atrás, por eso los aceptó y se arriesgó a recibirlos el día anterior. Él vio que lejos de haber desperdiciado su primera oportunidad ellos ni siquiera habían recibido una y, como recompensa por sobrevivir a esa dura vida, él quería ofrecérselas.

Por eso, luego de que la larga charla acabara, el jefe de la aldea les ofreció quedarse. Él les daría una porción de tierra para que puedan habitar y un pago mensual que, aunque no era grande, era más que suficiente para sus gastos y la vida en este pequeño lugar olvidado por el mundo. Los padres de Kayn y Abel aceptaron luego de conversarlo entre todos.

Al final el trabajo que se les encomendó era el de proteger a los residentes de los peligros que podrían surgir. Debido al bosque cercano habían muchas bestias que solían rondar el lugar, pero al día siguiente de tomar la oportunidad que se les dio, no se pudo escuchar o ver a ninguna de ellas, desde entonces, todos los días por las mañanas se turnaban para patrullar los alrededores de la aldea así como las afueras del bosque, encargándose de todo peligro potencial.

Al paso de los días, la frecuencia con la que tenían encuentros con los peligros del bosque había disminuido notablemente y con el paso de los años esta había llegado a ser casi nula, pero últimamente, criaturas que habitaban las profundidades empezaban a ser encontradas más a menudo y hoy, antes de poder despertar a los niños para el entrenamiento, la puerta de la casa de Abel fue tocada con bastante fuerza y urgencia. 

- ¡Qué sucede!

- ¡Dars, una bestia! 

- ¿Qué? ¡Por favor, avisa a Roland!

Gracias a que irían al bosque, como todos los días, Dars ya estaba listo portando su enorme espada y por eso salió corriendo de inmediato. Como Potenciador que era había mejorado su cuerpo en gran medida y no demoró ni diez segundos en cruzar todo el lugar hasta llegar al sitio donde se originaban los gritos. 

- ¡Ayuda!

No esperó ni se detuvo, desenvainando su espada y cortando la cabeza de la bestia que saltaba frente a un aldeano. 

- ¡Gracias!

El cuerpo de la bestia no había tocado el suelo y Dars no escuchó las palabras de agradecimiento del aldeano, simplemente se movió tan rápido como pudo y extermino a las bestias en un instante. 

- ¡Dars!

Cuando termino con la última bestia, sacó su espada clavada en su cuerpo y la sacudió, quitando toda la sangre que la vestía. Inmediatamente después llegaron Melam, Rolan y su esposa Dessa, Dars volteó a verlos e hizo una señal con la cabeza, avisando que ya todo estaba controlado, sin esperar, Roland comenzó a concentrarse y luces doradas empezaron a salir de su cuerpo, dirigiéndose a las distintas personas heridas, curando incluso heridas casi letales en un instante. 

- Buen trabajo...

Dessa se movió de un lado a otro y con ayuda de Melam habían juntado todos los cuerpos sin vida en un solo lugar, por suerte no había ninguna victima humana entre ellos. 

- Si... pero esto es extraño... estos son Altos Lobos, habitan casi el centro del bosque y son territoriales, tanto que no deberían poder abandonar el bosque, además...

- ¿También lo notaste?

- Si... falta el Alfa. 

Los Altos Lobos son bestias consideras medianas, miden entre dos y tres metros de largo, además no superan el metro y medio de altura, pero la razón que les da el nombre distintivo entre los suyos es por el distintivo color de pelo que poseen, un oscuro Azul Marino, que no solo los hace casi imposible de ver en la oscuridad, sino que posee una resistencia enorme a la magia y su piel es tan resistente que para un Potenciador por debajo del quinto nivel sería casi imposible cortarla. Además, siempre contaban con un líder, el Alfa, que no solo era más grande, rápido y resistente que los demás, sino también era quien los organizaba y mandaba, volviendo posible que parecieran un solo individuo por su excelente trabajo en equipo, dejando ver su alta inteligencia, y, por último, era una bestia con sensibilidad al mana. 

Quizás no suene tan sorprendente, pero contar con la sensibilidad al mana lo volvía capaz de distinguir levemente la diferencia de fuerza entre sus presas. Además, esto no era importante para los humanos, pero para las bestias, monstruos o criaturas salvajes, la carne era más deliciosa mientras más afinidad tenga hacía el mana y, gracias a su buen olfato, el Alfa y su manada habían olido algo sumamente delicioso mientras vagaban por los alrededores. 

Dessa y Melam discutían mientras analizaban a las bestias, dándose cuenta del hecho del Alfa llegando a pensar en dos posibilidades. La primera era que hayan actuado sin él, cosa que parecía posible ya que Dars resumió rápidamente como no se notaba su coordinación característica. La segunda y mas probable era que aún este oculto cerca de aquí, esperando su oportunidad para atacar y, aunque con algunas diferencias, parecía la respuesta correcta, confirmada cuando oyeron a alguien correr en la dirección opuesta de los sucesos iniciales. 

- ¡Dars, Roland, su casa!

- ¡Kayn!

- ¡Abel!

Los cuatro se apresuraron a toda prisa, incluso Roland les había lanzado magia para mejorar sus capacidades físicas y mágicas. Y dejando una nube de polvo donde estaban parados, Los cuatro llegaron a sus casas en menos de un segundo, aunque ahora solo había una, ya que la casa de Kayn se había derrumbado y, entre los escombros, se podía ver a dos niños protegiendo a un adulto inconsciente de un lobo tres veces más grande que los anteriores. 

- ¡Dars, Dessa!

- ¡Sí!

Bajo las palabras de Melam, una cuchilla de viento salió disparada a máxima velocidad con la intensión de partir al lobo por la mitad. Tal vez por los instintos, los años de vida o ambos, pero el Alfa de los Altos Lobos pudo reaccionar a la cuchilla invisible que volaba hacia él y retrocedió a toda velocidad para alejarse de su deliciosa presa. 

Pensó que estaba a salvo, pero era una falsa seguridad, después de todo esa siempre fue la intención de Melam y como para comprobarlo, en el momento que el Alfa se detuvo, Dessa estaba a su derecha y golpeó su costado, dejando salir un horrible sonido de huesos rotos y elevándolo unos metros en el aire. El Alfa parecía confundido, después de todo ni siquiera pudo sentir a la humana que lo golpeó, pero su sorpresa no terminaría ahí, ya que pronto sintió una cálida sensación en todo su cuerpo y pudo ver como Dars envainaba su espada, que mantenía un color rojo vivo en el filo, antes de perder toda conciencia y estallar en llamas.

El Alfa de los Altos Lobos sería clasificado como una bestia de alto riesgo, pero el intercambio con estos padres protectores lo hicieron ver como una bestia de segunda-no, peor que eso, dejando en claro sus altas habilidades. Kayn y Abel observaron este intercambio de tres segundos con los ojos brillantes, ellos también querían ser capaces de hacer lo que observaron, pero sus ideas tendrían que esperar ya que fueron abrazados por sus preocupadas madres y si eran sinceros, tenían algo que confesar. 

- Papá... mamá...

- ¿Qué ocurre, les duele algo? ¡Roland examinalos1

- ¡Sí!

Malinterpretaron sus palabras, ambos estaban en perfecto estado, así que tuvieron que hablar antes de que Roland gastara su magia por nada. 

- Nosotros... rompimos nuestra promesa.

Ambos parecían arrepentidos y los padres siguieron sus miradas hacia el inconsciente hombre detrás de ellos. 

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Retrocediendo un poco en el tiempo, justo cuando los demás adultos salieron siguiendo a Dars. 

- ¡Te lo encargo, cuídalos!

- ¡Déjenmelos a mi, ayuden a los demás por favor!

La persona que avisó sobre el incidente era Carl, un joven de dieciocho años que era nieto del jefe de la aldea. Los padres de Kayn y Abel no pudieron escuchar las palabras que proclamó con tanta confianza, ya que se alejaron a gran velocidad, pero no había tiempo para pensar en eso. 

Carl tomó de la mano al somnoliento Kayn y a Abel, llevándolos al interior de la casa de Kayn. No debería haber problema ya que estaban al otro lado del incidente y aunque estaba ansioso, no lo dejó ver frente a los niños. No estaba muy seguro, pero no debería haber problemas con dejarlos dormir un poco más, por eso una vez en la sala los hizo acostarse, pero... *Chirrido* no debería haber nadie en la casa y en esta época del año no había suficiente frio o humedad para que la madera suene, pero lo hizo, justo arriba de él la madera crujía como si estuviera a punto de romperse por el peso y, poco a poco, el corazón de Carl comenzó a acelerarse.

Carl se levantó en silencio, quitándose los zapatos para evitar hacer ruido al caminar y aunque fueron solo dos pasos, para él se sintió eterno. 

- Kayn... Abel...

- ¿Eh? ¿Qué pas-?

- Shhhh

Carl despertó a ambos niños y tapó la boca de Kayn cuando este habló en su tono habitual. Le quito los zapatos a ambos y les dio indicaciones para que caminaran despacio en dirección a la puerta principal, todo mientras los tres escuchaban los crujidos dirigirse hacia las escaleras. Era joven, pero se notaba que tenía conocimiento y experiencia en estos casos, por eso Kayn y Abel lo siguieron, aunque era extraño y Carl lo notó, en vez de estar asustados o nerviosos como él, estos niños parecían disfrutar la situación. 

La distancia se había reducido, la puerta estaba prácticamente a su alcance, pero los sonidos cesaron y como si estuviera hipnotizado, Carl volteó la cabeza lentamente y entonces lo vio. Unos brillantes ojos flotaban en la oscuridad que cubría las escaleras y cuando parpadeó por el sudor entrando en sus ojos, la vista del pasamanos rompiéndose así como el sonido que produjo, todo fue cubierto por unos enormes dientes a centímetros de su rostro, él no lo notó, no pudo ver su movimiento y ahora el espantoso olor que le hacia recordar su vida así como los dientes que parecían desgarrarla, ambos se acercaban cada vez más, anunciando su muerte. 

Por suerte para él dos monstruos en forma de niño estaban presentes, Kayn no tuvo tiempo para pensar, pero sus instintos hicieron reaccionar a sus Factores mágicos y una pequeña barrera se creó en la boca del lobo, retrasando su mordida. Además Abel, que se había mantenido consumiendo Factores de mejora desde que escucho los crujidos, tomó a su mejor amigo del cuello de su ropa y al pobre Carl de la cintura, alejándolos del camino del lobo. 

*Estruendo* en un segundo el lobo había pasado por el lugar donde se encontraban y debido a la velocidad con la que se movió siguió deferente hasta atravesar y destrozar las maderas del muro y puerta. 

- ¿Eh...? ¿Estoy... vivo...?

- ¡Ah, usaste tus factores, rompiste tu promesa!

- ¿Qué dices? ¿Piensas que no vi la barrera que creaste?

- ¿ja? deberías agradecerme por salvarte.

- ¿Salvarme? ¡Fui yo quien te salvo!

- ¡Ya lo tenia todo controlado!

Carl estaba en shock, no sabía como sobrevivió ya que todo sucedió muy rápido, pero no pudo evitar pensar en lo incrédula que era la situación frente a él al ver a los dos niños, que debía proteger, discutir sin prestarle atención al enorme lobo que se levantaba nuevamente. 

- ¡Como sea, les diré a tus papás!

- ¿Ah? ¡No te comportes como un niñ-! *Estruendo*

En medio de la discusión, Abel estaba cayendo en las provocaciones de su amigo, pero antes de poder contestar ambos fueron interrumpidos por el gran hocico con dientes grandes y afilados capaz de devorarlos enteros.

Esta vez Kayn se estaba preparando de antemano y envolvió a los tres en una barrera, gracias a esto los dientes del lobo no pudieron alcanzarlos, aunque se clavaron en ella y empezaban a agrietarla poco a poco, Kayn pensó que esto no debería ser así, pero aunque quería negarlo y actuara en consecuencia, la verdad es que estaba nervioso y asustado, por eso sus verdaderos sentimientos eran reflejados en su magia. 

- ¿Esto aguantará?

- ¡No lo sé, haz algo!

Kayn y Abel siguieron discutiendo y el Alfa levanto la barrera de mana con sus dientes incrustados en ella. La barrera de Kayn no venía con un sistema anti choques y aunque se mantenía alrededor suyo, no es como si ahora que estaba anclada fuera a mantenerlo en el centro. Por eso, cuando el Alfa empezó a sacudir su cabeza y cuerpo para liberarse, los tres en el interior se golpearon contra la Barrera y, debido a todo el destrozo ocasionado, la casa de Kayn se vino abajo. 

- ¡Sí, resistió!

El polvo se asentó rápidamente y Kayn parecía más tranquilo cuando vio como su barrera seguía cubriéndolos, aunque ahora tenia aberturas y grietas por todos lados, además, el Alfa se había librado. 

- A-Abel... tu turno...

Viendo como el Alfa se preparaba para atacar una vez más, los nervios de ambos llegaron al máximo y Carl, quien no pudo aguantar más, cayó inconsciente. En todo este tiempo ambos se esforzaron por solo protegerse y no exponer de lo que son capaces por mantener su promesa, aunque ya la habían roto y lo que en verdad querían era no seguir faltando a su palabra, pero al final parecía no haber otra opción. Abel comenzo a fortalecer todo su cuerpo y puso especial énfasis en sus puños, además Kayn empezaba a mover sus factores y a cambiarlos de color para lanzar bolas de magia de todos los elementos que conocía, pero por suerte el Alfa retrocedió y lo mismo que les llevo relajar sus Factores, fue lo que tomó a sus padres para acabar con el Alfa. 

Volviendo al presente, los padres de ambos sonrieron al escuchar las palabras de sus hijos y su felicidad no cabía en sus cuerpo al ver como se esforzaron hasta el final por mantener su palabra, aunque parece que deberían modificar urgentemente esta promesa y dejarlos usar su factores en ocasiones necesarias. 

Dars y Roland fueron a hablar con el jefe una vez más sobre los incidentes extraños que habían estado sucediendo, mientras que Dessa y Melam preparan el desayuno y movían los objetos sobrevivientes de una casa a la otra. Parecía que este sería el incidente con el que lidiarían esta semana, pero para mala suerte de ellos, este suceso solo era un prólogo al verdadero problema que se asomaba como unas sombras que esperaban la noche, mientras enviaban un informe al Emperador Sutra con las palabras: "Uno de los niños utiliza una barrera avanzada y el otro pasó por la conversión elemental, ambos no parecen tener mas de siete años."