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Chapter 17 - Mi Propio Camino (I)

Kayn abrió los ojos, aún se sentía algo letárgico, pero observo que aún estaba en el bosque, trató de levantarse pero su mano resbaló y la verdad llegó, sí, estaba en un bosque, pero no en el que recuerda, ya que de no haber reaccionado ahora estaría en una caída en picada de varias docenas de metros. 

- ¿Pero qué...? ¡Abel!

Ya más despierto por lo ocurrido, Kayn reaccionó por completo y recordó sus últimas experiencias, el final estaba algo borroso pero recordó la silueta de una gran criatura, así como la sensación de tirar de su amigo para escapar de ahí.

- ¡Abel! ¡Abel!¡Abel!¡Responde, desgraciado!

Pero no importaba cuanto lo recuerde o cuanto lo llame, no hubo respuesta. 

- Abel...

La tristeza empezaba a abrumarlo, pero se dio una bofetada, quizás se excedió ya que se mareo momentáneamente, pero gracias a eso retomó el control -"Él esta bien"- y pensó con calma, después de todo si él, que fue el que lo trataba de arrastrar, estaba bien, por ende su amigo también debía de estarlo, además algo en él lo aseguraba. Aclarando sus ideas se asomó viendo la caída bajo él. 

- ¿Cómo rayos se supone que bajaré...?

Kayn miró hacia el cielo por pura curiosidad o tal vez para olvidarse de la caída, pero los árboles que aún se elevaban varios metros más cubrían el cielo con sus frondosas copas. Kayn se cuestionó entonces como el lugar estaba tan claro, pero al no encontrar razón aparente simplemente dejó de pensar en ello. 

Volviendo al tema que lo aquejaba, bajar de este lugar sería un problema. En general, Kayn nunca uso magia como es debido, exceptuando el rayo y la luz que uso contra las sombras, ya que se mantuvo practicando manejo de sus factores y absorbiendo conocimientos básicos por parte de sus padres, por eso, a pesar que pensó en varias formas de bajar siempre mantuvo el pensamiento - "¿Pero y si me equivoco?"- creyendo que entonces caería a su muerte segura. 

Se asomó una vez más, la caída era larga, por lo que decidió mentalizarse un poco más. 

El poco se termino convirtiendo en mucho y al cabo de una hora Kayn aún seguía recostado en la rama, cruzado de brazos apoyaba su cabeza y relajaba su cuerpo, tratando de ignorar la situación. Si somos sinceros, él podría quedarse así por al menos un par de horas más, pero el destino tenía otros pensamientos y cierto alboroto llamó su atención. 

- ¿Hm?

Se levantó de su posición relajada y observó, estrechando sus ojos por la distancia. Figuras grises saltaban y se columpiaban entre las ramas, se veían pequeños, aunque era por la distancia, pero su figura se asemejaba a la de los monos. Parecían con prisa y se dirigían hacia Kayn. 

- ¡...!

La urgencia cubrió su rostro, ¿Lo habían olido o hizo algo para atraerlos? No lo sabía, pero eso no era relevante, debía escapar de ellos, eso quería decir... bajar, ya que moverse por las ramas como ellos era imposible.

Kayn dudó, alternando entre mirar la gran caída y a los monos. Cada segundo que pasaba y se acercaban su tamaño crecía notablemente, midiendo ahora lo mismo que su padre. Entonces, mientras sus dudas y nervios aún picaban su cuerpo, pudo ver como algo que se movía ágilmente entre los arboles justo detrás de ellos y en un pestañeo tomó a uno de los varios monos que se acercaban a él y lo entendió. Los monos no lo habían detectado, solo estaban huyendo. 

Los primeros monos se dividieron y evitaron el árbol donde Kayn estaba, haciéndolo suspirar de alivio, pero la figura de su perseguidor se hizo visible. Como un destello, algo se enrollaba en los árboles y saltaba ágilmente de tronco a tronco, pudiendo enrollarse en los casi tres metros de diámetro de cada tronco, dejaba ver lo grande que era. La piel de Kayn se erizó y un escalofrió cubrió su cuerpo, entonces se lanzó sin pensarlo dos veces y en ese momento fue aún más visible. Una serpiente de al menos diez metros de largo, tan ancha como troncos de arboles normales y dos pares de una especie de alas de libélula en su espalda. Las escamas de su cuerpo parecían una cierra cuando al enrollarse y desenrollarse de los arboles los dejaba todos raspados y cortados, además su color era un verde idéntico al de las copas de los arboles y, mientras Kayn caía, la serpiente dio un salto más y capturó, en sus grandes dientes, a un mono más. 

Los dientes se clavaron en el enrome cuerpo del mono, tan grande como Dars, y cubrieron su pelaje gris en su sangre, tan roja como su piel, además, pudo notarse un liquido amarillo que caía de sus dientes antes de morderlo, lo que dejaba claro que era venenosa. Kayn tembló antes de concentrase en su problema actual, ya que por suerte para él, la serpiente pareció llegar a su máximo luego de comer a este ultimo mono y escaló hacia las copas de los arboles. 

Kayn ordenó rápidamente a sus Factores Mágicos y estos tomaron un verde claro, rápidamente saliendo de su cuerpo y crearon una creciente corriente de Aire que desacelero su caída, aunque no arregló su problema. Sabiendo que esta situación ocurriría, le hubiera preguntado a su madre como hacia para volar.

No había tiempo, ya que pronto recupero su velocidad y el suelo se acercaba peligrosamente rápido, entonces se rindió con volar y concentrando sus factores una bola de agua se creo frente a él y gracias a que la mayor parte de su tiempo practicando la magia era formando estas esferas, entonces la hizo crecer hasta el tamaño de una casa, donde cayó a salvo, aunque se empapó por completo. 

- ¡Cough! *Toser*

Deshizo la bola de agua y tosió por la poca agua que respiro, liberando sus pulmones. Quería gritar "Lo logré" pero la imagen de la serpiente selló sus labios. Entonces miró sus alrededores, los arboles estaban bastante separados por que lo que era posible moverse sin problemas, aunque las raíces, arbustos y distintos obstáculos del entorno dificultarían una suave camita, pero tenía que hacerlo, debía encontrar un lugar para quedarse al menos hasta adaptarse y entender un poco más la situación, además no sabía si la serpiente bajaría en algún momento, por lo que quedarse en ese lugar estaba muy fuera de discusión. 

- ¡Achu!

Además estornudo rápidamente, ya que este lugar era fresco y húmedo de no secar su ropa también podría enfermarse y eso era peligroso, entonces comenzó a caminar. El destino le respondió y Kayn rápidamente encontró un pequeño hueco entre unas rocas, recolectó palos cercanos y hojas regadas en el suelo, batalló un poco debido a la humedad, pero la magia era muy útil en estos casos, por eso creando una llama en su mano pudo secar y posteriormente prender la leña que trajo. 

- Ahora...¿Cómo debería secar mi ropa?

Kayn se desvistió y se mantuvo cerca de la fogata que hizo, pensó en secar su ropa colocándola cerca del fuego, pero algo que lo estaba molestando hace un tiempo salió a relucir. 

- Soy un inútil … 

Escapando de su boca mientras sus ánimos bajaban, recordó como no pudo hacer mucho. Su practica en la magia era cero y es algo que deberá cambiar tarde o temprano, aunque prefirió que sea temprano, entonces sentado cerca de la fogata pensó en como volver la situación una sesión de entrenamiento. 

Sus pensamientos se desviaron hacia como se secaban las cosas y la respuesta era fácil, como ya lo hizo con la madera y hojas, era quitando el liquido de él y una imagen le vino a la cabeza - "Una secadora de pelo"- no sabía si era posible su ropa, pero al menos su cabello debería ser capaz de secar, así que decidió intentarlo. 

Sentado en posición de loto dejó fluis sus deseos a los factores y estos tomaron un color anaranjado, haciéndole recordar a las llamas, pero esto solo haría posible crear fuego, entonces continuó y la mitad de sus factores cambiaron al color verde claro que utilizo para tratar de volar, pero esto tampoco estaba correcto, ya que aunque podría secarlo con el viento, esto demoraría más. No se levantó y concentrándose se dispuso a continuar su idea, el color comenzó a cambiar y poco a poco apareciendo nuevos factores que estaban teñidos a la mitad de ambos colores. Era raro ¿así era como se combinaban magias? Kayn tenía sus dudas y, sin saberlo, estaba en lo correcto, ya que esto estaba lejos de ser normal, pero solo continuó y los dirigió a su palma antes de expulsar el resultado al exterior. 

- ¡Oh!

El resultado fue una corriente de aire caliente con la que secó su ropa rápidamente. Una vez seca se cambió y se dispuso a seguir practicando con la magia, pero el sonido del bosque se interpuso. 

- … 

Estaba nervioso, y tenia razón para hacerlo, ya que cualquier bestia o criatura podría aparecer de la nada y acabar con su vida, como aquella serpiente, por lo que el sonido de la maleza siendo movida por el viento no lo dejaba concentrar y, aunque podría dejar fluir sus deseos a los factores, quería hacerlo por cuenta propia. Lo pensó unos minutos y la respuesta llegó naturalmente. 

- ¡Bien! 

Primero se levantó y se aseguro que no haya nada escondido en las pequeñas aberturas de las rocas, una vez comprobado, con lentitud cambió los Factores Mágicos en su cuerpo a un color marrón y colocando sus manos en la tierra una roca apareció y comenzó a crecer rápidamente hasta sellar la entrada. 

- ¡Lo hice!

Sintiéndose a salvo después de mucho tiempo, se permitió gritar sus pensamientos. Luego de eso probó varios tipos de combinaciones con sus factores, haciéndole cada vez más y más fáciles cambiarlos, aunque aún sentía que había algo de ineficiencia. Pronto llegó la noche y su estomagó que reclamaba comida se hacia presente desde hace unas horas, pero solo pudo aguantar, los sonidos en el exterior se habían calmado, pero eso era tenebrosos a su manera, además, de vez en cuando podía escucharse algunos lamentos y sonidos que solo oirías en pesadillas, aunque al final el sueño se apoderó de Kayn y cayó en un profundo sueño. 

Al día siguiente el alboroto de la vida en el exterior lo despertó y sin esperar su estomago gruño, Kayn aún podía resistir, pero su cuerpo estaba en desarrollo y eso no era bueno, así que tarde o temprano tendría que salir a buscar comida. Nuevamente pensó en posponerlo un poco más, pero recordando lo que pasó por esperar lo hizo incapaz de sentarse y se acercó a la gran roca que creó... fue entonces que se dio cuenta, ¿Cómo haría para mover esto? Podía tratar de explotarla, pero el lugar era muy pequeño y aunque usara la barrera dudaba en si hacerlo sería una buena idea por el alboroto que causaría. 

Al final, aunque no quiso, tuvo que sentarse a buscar una solución. Pensó en cavar bajo tierra, pero la idea no le terminaba de agradar, pensó en crear una salida en las otras rocas, pero eso era lo mismo que si explotara la que el creó... al final no pudo hacer nada más que esperar mientras oía a su estomago. 

- A esta hora Mamá o papá ya me habrían despertado para comer...

Inevitablemente terminó pensando en sus padres y sintiendo que su pecho se apretaba, se levantó rápidamente para quitar los pensamientos innecesarios de su mente y, aunque se detuvo de golpear su cabeza contra la roca que creó, apoyo sus manos y cabeza en ella, sintiendo uno de los principios de la magia por primera vez. 

- ¿Eh...? ¿Qué es esto?

La materia que creas de la magia no proviene de la nada, solo es el resultado de mutar y transformar el mana, materia ya existente exudada por la tierra. Es decir, que a pesar de haber cambiado en su aspecto, cualidades, formas, etc. lo que estaba frente a él seguían siendo sus Factores Mágicos y eso se sentía especialmente fuerte en los Factores de Kayn, debido a su afinidad con el Mana. Ser consiente de esto y poder sentirlo era lo que en verdad necesitabas para volverte un Mago del Quinto Nivel, Alto Mago, ya que su característica principal era la capacidad de modificar y crear magia fuera de su cuerpo. Algo que Kayn ya había echo hace mucho, pero con exactitud y facilidad, ya que aunque el mana se interponga el conocimiento y la familiaridad de si mismo, es decir de sus Factores, era tan delicado que podía diferenciarlos con facilidad. 

Kayn abrazó la roca sintiendo los factores que la formaban, estaban agrandados, así como su color era el que tomaron para crear esta magia, además se sentían distintos a los que había dentro de su cuerpo. Él los reconoció, los abrazó, los volvió a conocer y sin tener en cuenta el paso del tiempo, poco a poco y muy lentamente les habló y estos respondieron como si estuvieran felices de volver a verlo. La roca que sellaba la cueva entonces empezó a disminuir su tamaño y pronto, aquella gran roca, solo era del tamaño de un guijarro, pero Kayn no se detuvo ahí, después de todo no quería dejar a aquellos con los que se volvió a reencontrar, ya que no podía absorberlos aunque lo intento, al menos quería dejarlos libres y con algo de esfuerzo los factores volvieron a ser incoloros y sin ninguna resistencia el viento se los llevó. Cuando Kayn abrió los ojos la tarde ya había llegado y su estomago volvió a quejarse, pero a pesar de todo esto, él solo tenía una enorme sonrisa, ya que sintió que había logrado algo especial.

Este era el primer paso que daba Kayn, el primer paso que lo llevaría a una vida que nunca imaginó. 

La vida que llevó hasta ahora era tranquila, por lo que siempre estuvo conforme con la poca velocidad con la que aprendía la magia, pero este bosque es mucho más cruel de lo que imagina, le ofrecerá nuevas e importantes amistades, pero se dará cuenta que si sigue como hasta ahora entonces el mismo bosque se las quitará. El deberá mejorar rápidamente no solo por ellas, sino por su propia seguridad y, algún día, en un futuro muy lejano volteará hacía atrás y verá todo lo que logró y consiguió, aunque lloró, gritó y sangró podrá decir orgulloso que este era su "Propio Camino"