Habían pasado casi tres semanas del incidente de Abel, era el medio día y mientras Abel se encontraba recibiendo clases con la espada de Dars y técnicas de puño con Dessa, Kayn estaba leyendo en su cuarto.
En estos últimos días, Kayn, había leído un total de siete libros sobre la magia. Además estaba recibiendo lecciones en las mañana de su padre y madre, y aunque tenia prohibido mostrar que era capaz de usar magia y el fruto de sus entrenamiento frente a otras personas, él usaba magia libremente en su cuarto, tratando de aprovechar un vacío legal en la promesa con sus padres y tíos, pero esto no era con mala intención y sus padres lo sabían, por eso aunque lo sentían usando magia, no le decían nada, pues su hijo estaba fascinado por ella.
La semana pasada Kayn había demostrado ser capaz de usar siete elementos, algo difícil de creer incluso para Melam, que podía usar cinco y se consideraba una prodigio, ya que tenia la capacidad para combinarlos y crecer exponencialmente en poder. Kayn aún no había mostrado esa capacidad, pero si eran sinceros ambos padres pensaban que era porque por el momento no estaba interesado en ello y al cabo de unos años seria capaz de lograrlo. Así que extraoficialmente su hijo seguía siendo un Mago Aprendiz o de segundo nivel.
A diferencia de Abel, a su amigo le habían enseñado los niveles de un Mago y sus características, aunque superficialmente, esto para que supiera como reaccionar en casos imprevistos que, sin que supieran, fueran causados por el regalo de Gabriel.
Siendo realistas y observando la situación actual, se podría decir que la contramedida había funcionado y él aún estaba enfrascado en ser capaz de lograr lo que un Mago Principiante podía hacer.
Al igual que los Potenciadores, los aspirantes a Magos son considerados como Magos Novatos al lograr realizar la Conversión de Sangre. A partir de este punto se distancian y un Mago Novato escala al próximo nivel, Mago Aprendiz, al ser capaz de filtrar sus Factores Mágicos al exterior, dándoles sentido y transformándolos en la Magia que utilizaran.
El siguiente paso en la vida de un Mago era volverse Mago Principiante o de tercer Nivel. Este paso consistía en ser capaz de no solo filtrar tus factores al exterior, sino que hacerlo de manera continua y, sin transformarlos, conseguir que se organicen a tu alrededor, aumentar su dureza y tamaño y lograr crear un muro invisible de mana llamado "Barrera de mana" que funcionaba tanto para ataques físicos como mágicos. Este nivel era tan importante que en cualquier parte del mundo solo serías reconocido como un verdadero Mago luego de ser capaz de hacerlo.
También le explicaron los demás niveles, pero Kayn ya trataría con ellos cuando llegara el momento. Aunque si hubiera puesto un poco más de atención al detalle se daría cuenta que lo que hacia ahora no era para nada adecuado.
Él estaba tumbado en su cama, mirando una esfera de mana que flotaba unos centímetros frente a él. Esta acción demostraba que él ya era un Mago Principiante hecho y derecho, pero la razón por la cual seguía dándole vueltas al asunto sin estar satisfecho es porque durante la explicación, Roland, que quería presumir, mostró un Escudo de Mana avanzado, que en vez de ser una esfera, era un icosaedro y, a diferencia de la esfera de Kayn, era muy resistente.
Kayn le transmitió sus deseos a los Factores Mágicos en su cuerpo y los dejó moverse libremente fuera de su cuerpo, creando una segunda esfera, pero esta, al tratar de imitar la barrera de su padre, se quebró, rompió y desapareció.
- Mmmm no lo entiendo... ¿Por qué es tan frágil?
Kayn estaba frustrado, pero no quería pedir ayuda, siempre dependió de Abel para este tipo de problemas mentales, y lo seguirá haciendo, pero al menos en cuanto a la magia él quería ser capaz de resolverlo solo.
- Mmm... si aumento los Factores Mágicos que lo componen se vuelve muy frágil pero si disminuyo si los disminuyo mucho entonces ni siquiera logro mantener la forma...
A Kayn le habían explicado la base de la Magia, fuera del manejo de sus Factores, lo que dividía a Magos promedio de los talentosos o Avanzados era la capacidad de lograr utilizar la magia deseada consumiendo la menor cantidad de Factores. Ya que la fuerza de ella era inversamente proporcional a la cantidad de factores.
- ¡Ah como sea, no importa!
Su cabeza hervía, entonces deshizo la barrera flotante y comenzó a leer uno de los muchos libros que ahora invadían su cuarto. En estos habían diagramas y explicaciones de reacciones y conocimientos muy avanzados, obviamente él no entendía nada de esto, pero aún así los leía bajo la creencia - "Algo aprenderé".
Las horas pasaron y el sol se había ocultado, era la hora de la cena y Roland subió al cuarto de su hijo, ya que este no contestó por más lo llamo reiteradamente.
- ¿Hijo? Bajemos a cenar, sino tu madre se enojara... ¿Qué haces?
Roland abrió la puerta y se encontró a su hijo sentado en la posición de loto con los ojos cerrados, se notaba muy concentrado. Junto a él había un libro abierto en el cual la ilustración de esta posición estaba acompañada de muchas palabras y gráficos con muchas líneas, Roland se sorprendió que su hijo esté leyendo y practicando algo tan complicado, aunque la verdad que no sabía era que su hijo solo estaba copiando lo posición que vio, ya que una de las muchas palabras complicadas que habían, era la de mentalización, no sabía que significaba, pero bajo los casi nulos gráficos que pudo comprender, consistía en entender el comportamiento de sus factores y de él mismo.
- Kayn... hijo, vamos a cenar, si sigues así la cabeza te explotará antes que consigas algo.
Su primer intercambio había terminado sin respuesta, pero Roland comprendió lo que su hijo quería lograr cuando sintió los factores filtrarse de su cuerpo y tratar de formar una barrera que enrollaba todo su cuerpo. Lo tocó suavemente y Kayn reaccionó, parecía algo extrañado cuando volteó a ver como la luna se elevaba en el cielo.
- ¿Papá?
- Si, soy tu super inteligente y competente padre.
- ...
- ¿Hm?
Kayn no reaccionó, se notaba cabizbajo y era entendible, después de todo leyó, pensó y trató innumerable ideas para tratar de formar la barreara de su padre, pero nunca consiguió nada y comenzó a pensar que al final tendría que recurrir a su amigo o a su padres y esto le dejaba un sentimiento confuso en su pecho.
- "¿Qué ocurre?" - Roland debía de bajar con Kayn antes que la comida se enfrié y Melam se enoje, pero no podía ver a su hijo en ese estado y sabía que su esposa también sentiría lo mismo, así que apartando los libros se sentó a su lado.
- No es nada...
- "Jajaja ¿A quien saliste tan testarudo?" - Roland pensó en su esposa, pero no dijo nada.
- …
- ¿Aun no puedes hacer una Escudo de mana?
- "… No..." - Kayn respondió luego de pensar en que responder, pero ya que no había logrado hacer lo que quería y sintiéndose frustrado, su respuesta fue esa.
- Bueno... eso no es malo.
- ...
Roland era algo torpe, siendo realistas él no sabía que decir en estas situaciones, pero al igual que Kayn con la magia, él no quiso depender de su esposa en momentos como este, ya que él también era su padre.
- Enserio no es algo malo, ¿Sabes? A tu edad yo ni siquiera era capaz de leer correctamente.
- ...
No pudo pensar en que decir y el silencio de su hijo lo empezaba a atormentar, pero si lo pensaba un poco él nunca fue de los que sobre pensaran las cosas y creía de corazón que, si era sincero, de alguna forma podría ayudar a su hijo, por eso, aunque su hijo siguió en silencio, no se detuvo.
- Por eso cuando te vi usar el mana por primera vez a esta edad no pude evitar pensar "Wow, mi hijo es un genio" y la verdad me dio miedo.
- … ¿Miedo?...
- ¡Claro! ¿Qué padre no se asustaría al pensar que no tendrá la oportunidad de enseñarle algo a su hijo? Por eso te digo que no es malo, porque aunque hoy no fuiste capaz, se que mañana serás capaz de hacerlo, después de todo me tienes a mi y a tu madre.
Roland acarició la cabeza de su hijo y le sonrió tan alegremente como siempre. Kayn sintió como su frustración y amargura abandonaban su cuerpo. Él aún quería ser capaz de lograr todo lo relacionado a la magia por su cuenta pero... quizás no estaba mal depender un poco de sus padres.
- ¡Ahora levántate y vamos a comer antes que tu madre nos apure con una bola de fuego!
- Jajaja ¡Sí!
Kayn se levantó y seguía a su padre de cerca, ya estaba aliviado y ahora pensaba que seria interesante ver una bola de fuego y decidió probar a hacerla más tarde, entonces escucho a su padre quien parecía no haber terminado.
- ¡Oh cierto! Recuerda que los factores están en nuestro interior y si lo piensas un poco, ¿No es mas fácil moverlos y manejarlos ahí?
Roland solo estaba presumiendo como siempre, pero aún estaba nervioso sobre si fue capaz de ayudar correctamente a su frustrado hijo, entonces solo esperaba que con esta pequeña ayuda fuera capaz de consolarlo un poco más y recibir un agradecimiento de su parte. Claro que él no sabía que Kayn, en todo este tiempo, no había vuelto a utilizar magia desde el interior de su cuerpo, sino que filtraba constantemente los factores al exterior donde recién les transmitía sus deseos, logrando lo que solo sería posible en un nivel similar al suyo o al de Melam y a la vez creando un mal habito para alguien que recién empezaba en este complejo campo.
Kayn se detuvo de inmediato, Roland que acaba de salir por la puerta lo notó y asomó la cabeza para ver que sucedía, entonces *Estruendo* pudo sentir una fuerza enorme concentrarse en el cuerpo de su hijo. No fue lo que planeaba, aunque quizás si recibiría un agradecimiento, pero con ese consejo inofensivo Kayn había encontrado una respuesta.
***********POV Kayn*********
Eso era, las palabras de mi padre me ayudaron a abrir los ojos.
Recordé la primera vez que usé magia, aquella bola de agua prácticamente se creo en el interior de mi cuerpo y el movimiento de mis Factores Mágicos fue tan suave que dejó una sensación plácida en mi memoria. Por otro lado, desde entonces creí que la forma de usar magia era expulsar los Factores Mágicos fuera de mi cuerpo y solo entonces darles ordenes o dejarles fluir mis deseos... pero esto era complicado, los factores eran difíciles de hallar, ya que el mana en el exterior retrasaba mis pensamientos y complicaba encontrarlos, aunque al final lograba hacerlo sentía que era ineficiente... ¿Entonces porque me enfrasque en eso? Si soy sincero no tengo la menor idea... solo fui descuidado, di prioridades a otros objetivos y nunca me detuve a revisar lo que había vivido hasta ahora, pero gracias a Roland, mi padre, creo que encontré la respuesta.
Dejé de filtrar Factores al exterior y me concentré únicamente en el interior de mi. Recolecté Factores en mi sangre y dejé fluir mis deseos. Fue fascinante, esta sensación era lo que sentí aquella vez y viendo como se reunían mis factores con tal fluidez y tranquilidad, una Barrera de Mana se creo rápidamente.
Quería gritar, pero el escudo de mana aún estaba incompleto o al menos para mí, ya que su forma era una esfera. Se sentía mucho más dura que las que creé antes, pero eso no era lo que buscaba, entonces dejé fluir mis deseos una vez más y los factores comenzaron a cambiar la forma de la esfera, creando una pirámide.
-"Eso es"- Grité en mi mente. No utilice ni una quinta parte de los Factores que utilice en el pasado y, sin embargo, un Escudo de mana aun mas resistente y con distinta forma fue creado, pero esto no lo era todo, al igual que la bola de agua, este escudo no me servía de nada en el interior.
Deje de fluir mis deseos y me concentré en moverlos personalmente al exterior, hice que los Factores que la componían aumentaran su tamaño, pero se rompió, teniendo al rededor de tres veces su tamaño la pirámide no pudo crecer más y explotó, pero eso no era un problema, ya había pensado en una solución.
Leí en un libro lo que mis padres me explicaron: "El poder de la magia es inversamente proporcional al poder de la misma", eso quería decir que no serviría de nada poner todos mis factores en lanzar una bola de fuego, después de todo lejos de mejorar su poder, solo terminaría mas débil. Pero en otro libro, lleno de gráficos y palabras mas complicadas, leí sobre el "Reforzamiento Mágico" no lo entendí en ese momento, pero creo que ahora soy capaz de entenderlo.
El Reforzamiento Mágico se basa en utilizar la magia de manera normal, con la menor cantidad de Factores que te puedas permitir, pero Mejorándolo inmediatamente después. No debías enviar más factores a la magia, sino que debías trabajar alrededor de ella, si tuviera que definirlo lo haría como una batería, sí, la magia principal seria una batería y el Reforzamiento Mágico seria las piezas que agregas después, partes u objetos que ayuden o aprovechen el poder completo de la batería para que el resultado final no sea solo la batería, sino un robot que la utiliza como núcleo.
Pero eso no es todo, en el mismo libro leí como Magos avanzados, en el nivel siete y en adelante, tenían la capacidad de combinar magia, eso se lograba utilizando el mismo principio que el Reforzamiento Mágico, pero la diferencia estaba en que en vez de añadirle más piezas al robot, modificabas las existentes para poder añadir más núcleos, ampliando enormemente su poder y potencia.
Apoyándome en los conocimientos que empezaban a tener sentido en mi cabeza, creé una barreara en forma de pirámide y la desglosé, quedándome así una barrera bidimensional conformada por cuatro caras, mi núcleo. Aumenté el porte de los factores al máximo que su resistencia me permitía y envié más y más factores, no a unirse, sino a acompañarlos y rodearlos, aumentando su tamaño hasta que fui capaz de filtrar mi Barrera de mana al exterior. La barrera que me rodeaba era lo suficientemente grande como para poder estirar mis brazos y moverme libremente en el interior, pero no estaba completo. La figura de mi barrera contenía muchas más caras que la de mi padre, pero contrario a la de él, la mía era inestable, las uniones estaban superpuestas y con un movimiento se alejaban dejando un espacio abierto antes de volverse a cerrar. Me hacía falta algo para unirlo y darle firmeza, pero no importa cuanto busque en mi memoria, ningún libro se acercaba a darme una respuesta o idea.
Pensé que este era mi limite y me disponía a hablarle a mi padre para preguntarle como lo había logrado, pero los factores en mi cuerpo se movieron de forma anormal, escuchando mis deseos mutaron por si solos en algo maleable y pegajoso parecido al pegamento, que se movió hacia las uniones y le dio la firmeza que necesitaba, haciendo a mi barrera adoptar la forma de un poliedro de decenas de caras.
Abrí los ojos, me sentía realizado y observé como mi padre y madre estaban de pie frente a mi. Estaba feliz-no, más que feliz, y estaba profundamente agradecido con mi padre, entonces - "¡Lo logré!" - Salté para abrazarlo y agradecerle. Aunque olvidé que la barrera también detenía ataques físicos y lo único que conseguí es chocarlos y empujarlos fuera de la habitación.
********* POV Melam********
Tengo un talento para la magia, desde niña cuando fui llevada por el Emperador nadie podía igualar mi talento y mucho menos seguirme el ritmo... o al menos en los elementos con los que era compatible.
Cuando nos empiezan a entrenar como futuras sombras nos dividen en grupos más pequeños, cada uno bajo el cuidado de un Tutor Especial. Estos se encargan de administrar todo en nuestro día a día y, en caso de no obedecer, también se encargan de administrar el castigo.
Luego de llegar a la cima en mi grupo y que mis compañeros estuvieran a un nivel manejable, los días de entrenamiento cambiaron, añadiendo combates contra otros grupos. Para cuando llegó este momento yo era una adolescente y fue una suerte que el tutor de mi grupo sea una "Buena Persona", entonces gracias a mi rápido crecimiento siempre fue elogiada y tratada distinto al resto, lo que me volvió alguien engreída. Por eso, incluso en estos combates cada vez que salía victoriosa mi ego subía más y más... pero eso pronto llegó a su fin.
Un niño algo tímido, menor en edad y porte, resultó ser mi oponente en esta oportunidad y viéndolo rápidamente me imagine el resultado pero... cuando empezó el combate no pude durar ni treinta segundos. Mis elementos compatibles son: Fuego, Agua, Viento, Tierra y Rayo, pero sin importar cuantos ataques lancé o cuanto traté de alcanzarlo, fui superada por aquel niño con los elementos Sagrado y Maldito.
A partir de ese día siempre perdí contra él y fue gracias a eso que volví a la normalidad, aunque aun puedo ser bastante engreída y, de echo, esa fue la razón por la cual lo seguí en su plan de escape.
Al final me casé con aquel niño, aunque ya convertido en un hombre, y tuve un hijo. Pensé que aquel niño sería un Mago espectacular, aunque recé con todas mis fuerzas para que este no sea el caso.
El tiempo paso y no fue mala suerte, solo que al parecer no puedes engañar a la sangre y mi hijo ansiaba con toda su alma volverse un Mago, lo expectante y serio que era sobre el asunto no me permitió negarle su deseo y accedí. Creí que aunque podría heredar nuestro talento para la magia nunca podría ser tan talentoso como su padre o yo, no, eso era lo que deseaba, pero... no se puede engañar a la sangre y mi hijo se volvió un Mago cinco años antes que yo.
Hicimos los preparativos y escondimos su talento, así que poco importaba si usaba magia en la casa, nadie nunca lo descubriría. Por otro lado, ambos nos encargaríamos de enseñarle todo lo que sabíamos, debíamos prepararlo para su futuro ya que no podríamos ocultarlo para siempre.
El tiempo nunca se detuvo y aunque mi hijo, Kayn, parecía ser un genio, al menos iba detrás del hijo de mis dos mejores amigos, Abel. Me sentía culpable, muy culpable... pero estaba feliz por ello. Mi hijo se esforzaba demasiado y en verdad quería que tenga éxito … pero al menos quería que se demore un poco más y así pase desapercibido mientras era eclipsado por Abel.
Termine de servir la cena, mi esposo ya debería haber bajado con mi hijo, pero a pesar que esperé un poco ninguno de los dos apareció, y entonces lo sentí. Un poder anormal, tan grande como el mío, proveniente del cuarto sobre mi cabeza y eso me hizo pensar lo peor. Me levanté de inmediato y utilice magia de viento para volar a toda velocidad a la habitación de mi hijo y ahí encontré a mi esposo, frente a la puerta con la boca abierta.
- ¡Que ocurre, Roland! ¿Dónde está Ka...yn...?
Estaba exaltada y pronto vi al interior de la habitación, comprendiendo porque mi esposo estaba con la boca abierta... Mi hijo debía ser un genio... pero sin duda no estaba por detrás de Abel. La Barrera de Mana, el distintivo de un Mago de tercer nivel estaba siendo usada por Kayn, pero a un nivel diferente. A primer vistazo me atrevía a decir que tal barrera era decenas de veces más resistente que la mía.
- ¡Lo logré!
Estaba increíblemente feliz cuando vi el rostro de mi hijo sin ningún rastro de la frustración anterior, pero aproveché el golpe de su dura barrera para dejar salir una lagrima por el echo de que cada vez sería más difícil esconder y proteger a mi hijo en este Maldito y Asqueroso Imperio.
*********POV Normal********
- E-Esa Barrera de mana... ¿Por eso estabas tan frustrado?
- … Si … no importa cuanto trataba de hacer una barrera como la de padre, al final no lo conseguía... ¡pero gracias a tu consejo lo logré!
Kayn había deshecho la barrera de mana y bajaron a comer al poco tiempo, contando un poco de los hechos que llevaron al presente. Terminaron de comer mientras Kayn no dejo de sonreír ni una sola vez y una vez más, Rolan y Melam, le advirtieron a su hijo que no mostrara ni hablara de esto con nadie, él aceptó como de costumbre y todos se fueron a dormir, terminando el día mientras querían despertar de esta pesadilla.
Al final Kayn no les dijo exactamente lo que hizo y ambos padres no lo notaron, ya que de hacerlo se hubieran sorprendido infinitamente más, debido a que mutar y darle características como esas a sus factores era imposible para los humanos, ya que esto era prácticamente lo mismo que utilizar mana puro. Aunque siendo realistas, Kayn ya era ajeno a los humanos y se demostraba en el poder manejar tan libremente los factores, aunque hacer lo que hizo era algo de lo que solo eran capaces Criaturas Mágicas y Bestias Mitológicas con una gran afinidad al mana, que de echo nacían de el.
Al parecer el cuerpo mágico de Kayn no solo le daba acceso a un mana casi ilimitado, sino también le daba una afinidad al mana de casi el cien por ciento, algo fuera de los cálculos de Gabriel.