Unos minutos después de que el rugido resonara a través del territorio del Señor Gogi, Miguel se encontró parado en una ancha rama de un gran árbol.
Estaba cerca del centro del territorio Gogi y no podía esperar para poner en marcha su plan.
Los arbustos y árboles densamente crecidos hacían un poco más difícil observar cada detalle, pero eso no era necesario en primer lugar. Seguir las acciones de la madre Lagarto del tamaño de una lanzadera ya era más que suficiente.
Después de completar todos los preparativos para el ataque en el territorio del Señor Gogi, Miguel se escabulló de su territorio. El sol aún no había salido en ese momento, pero utilizando los Cristales Gloa era posible iluminar su área circundante. Había hecho uso de la misma oscuridad para entrar en la cueva del lagarto cuando la madre estaba dormida y había robado sus huevos.