—¿Cómo demonios puede hacer eso? —pensó mirando a la mujer que se estaba transformando en él.
La apariencia de la otrora hermosa mujer ahora era exactamente como la de Aiden.
—¿Qué diablos eres tú? —Aiden gritó mientras empezaba a alejarse de ese monstruo.
—Kekekeke, ¿quién sabe? Puedo ser lo que yo quiera —dijo el monstruo, quien ahora tenía la misma voz que Aiden.
El monstruo se reía, casi como si hubiera estado esperando ese momento.
Al ver a ese monstruo, una pregunta surgió en la mente de Aiden.
—¿Será capaz de copiar mis habilidades? —Aiden pensó, asustado de que pudiera hacer tal cosa.
Le asustaba porque si fuera capaz de acceder a su fuerza y habilidades, ¿no sería el monstruo tan fuerte como él?
—¿A qué viene esa mirada? ¡Kekeke! —dijo el monstruo, riendo de una manera extraña.
—¿Quieres que te obligue a venir conmigo o vas a volver conmigo pacíficamente? —preguntó el monstruo, perdiendo toda juguetonería en su voz, estaba en serio.