En su agotadora travesía a través del inmenso desierto, el horizonte de Alex se vio finalmente interrumpido por la visión de un oasis, un destello de esperanza en medio de la vastedad ardiente. Sin perder tiempo, se dirigió hacia el espejismo de salvación, ansioso por saciar su sed y descansar bajo la sombra de las palmeras. Sin embargo, al acercarse, notó una alarmante falta de vida alrededor del oasis, una señal ominosa en un lugar que debería haber sido un refugio para todas las criaturas del desierto.
La extrañeza de la escena se profundizó cuando un lagarto, ignorante del peligro, se adentró en el oasis solo para ser consumido por una cúpula de arena que surgió de la nada, inmolándolo en el acto. La brutalidad de la trampa confirmó las sospechas de Alex: este oasis no era lo que parecía.
Al intentar comprender mejor su entorno, Alex inadvertidamente atrajo la atención de un gusano de arena gigante, su presencia desvelando la ilusión del oasis y exponiendo en la lejanía la presencia de figuras encapuchadas. Estos magos del desierto, maestros de las artes de la arena y la ilusión, parecían estar en control de los engañosos espejismos que plagaban estas tierras.
Mientras el gusano se dirigía hacia los magos, estos convocaron desde la arena a poderosos golems, figuras titánicas destinadas a enfrentarse a la bestia. Alex, viendo una oportunidad en el caos, se acercó a ellos con la esperanza de dialogar, solo para ser recibido con hostilidad. Los ataques mágicos de arena y roca lanzados por los magos lo obligaron a buscar refugio, mientras los golems despedazaban al gusano con una eficiencia brutal.
Con los golems de arena acechándolo y los hechizos de los magos del desierto cortando el aire a su alrededor, Alex se encontraba en una situación desesperada. La fuerza bruta de sus enemigos, combinada con su capacidad para regenerarse rápidamente, lo dejaba sin opciones convencionales de escape o victoria. En un momento de ingenio nacido de la desesperación, Alex recurrió a una táctica audaz.
Invocando a su familiar, una poderosa pantera de las sombras, optó por una fusión que amplificaría sus habilidades y velocidad. Esta unión les otorgaba una agilidad sobrenatural, permitiéndoles esquivar los ataques de los golems y los hechizos de arena con una destreza que rozaba lo imposible. Sin embargo, Alex sabía que incluso esta ventaja no era suficiente para inclinar la balanza a su favor.