El polvo aún se asentaba mientras el mago del desierto, el último de su grupo, se arrodillaba frente a Alex, sus ojos reflejando un temor profundo ante el formidable poder que había presenciado. La batalla había terminado, pero las preguntas de Alex apenas comenzaban. Con una mezcla de curiosidad y cautela, se acercó al hechicero, buscando entender las motivaciones detrás de las ilusiones mortales y la razón de su agresión inicial.
El mago, temblando, no tardó en revelar la oscura verdad de su existencia. Narró cómo se dedicaban a engañar y atraer a incautos viajeros y desesperados aventureros con la promesa de un oasis salvador, solo para acabar con sus vidas y saquear sus pertenencias. Estos bienes, explicó, eran luego vendidos en Desiería, una ciudad conocida por ser un refugio para lo peor de lo peor: bandidos, ladrones y todo tipo de escoria sin ley, gobernada por un Lord cuya mera mención parecía infundir temor incluso en su quebrantado espíritu.
La revelación de esta ciudad sin ley, dominada por un poderoso Lord y el cruel destino de aquellos engañados por las ilusiones, pintó un panorama sombrío de la región. Alex, con un renovado sentido del propósito, indagó sobre la ubicación exacta de Desiería. El mago, buscando ganarse el favor de Alex para salvar su vida, le informó que la ciudad se encontraba hacia el oeste, en el corazón del desierto, un lugar donde pocos se atreven a entrar y aún menos logran salir.
Con la información necesaria en mano, Alex se enfrentó a un dilema moral sobre qué hacer con el mago. La justicia exigía un castigo, pero la misericordia sugería un camino diferente. Finalmente, tomando una decisión que reflejaba no solo su carácter sino también la gravedad de sus próximos desafíos, Alex eligió…
Con el destino del mago decidido, Alex se preparó para la siguiente fase de su viaje. La ciudad de Desiería, con sus promesas de peligros y secretos ocultos, lo esperaba en el horizonte. Con cada paso hacia el oeste, la sombra de la ciudad sin ley crecía, prometiendo ser el escenario de nuevas alianzas y enfrentamientos. Pero por encima de todo, en el corazón de Alex ardía una llama de determinación, impulsándolo a enfrentar lo que fuera necesario para recuperar lo que le había sido arrebatado y descubrir la verdad que se ocultaba en las arenas del desierto.