La arena reverbera con la tensión mientras Lord Arion, envuelto en su triunfo, espera una respuesta del rey elfo. El polvo del combate apenas se asienta, y el destino de Alex parece sellado. El rey, con una mirada sabia, considera las opciones ante la demanda de Lord Arion.
En lugar de desestimar la petición, el rey propone una solución única. Acepta que Lord Arion ha demostrado su valía en el duelo, pero en lugar de exigir una humillación para Alex, sugiere un acto que preservará la dignidad de ambos.
"Lord Arion", anuncia el rey con calma, "en reconocimiento a tu habilidad en combate, te otorgo el derecho de pedir a Alex un gesto de respeto, un pacto entre guerreros".
Lord Arion, intrigado pero satisfecho, contempla la propuesta. La multitud murmura, anticipando cómo se desenvolverá este acuerdo inusual. El rey continúa, "Alex, como guerrero honorable, te concedo la libertad de proponer un acto que demuestre tu respeto hacia Lord Arion".
La atención ahora se centra en Alex, quien, a pesar de la derrota, ve una oportunidad para mantener su dignidad. Después de un breve momento de reflexión, Alex propone un pacto. Se arrodillará ante Lord Arion, reconociendo su habilidad en combate, pero a cambio, Lord Arion deberá concederle un favor en el futuro, un gesto que Alex podrá reclamar cuando lo desee.
La propuesta, aunque inusual, encuentra aceptación. Lord Arion, complacido por la perspicacia del rey y la dignidad preservada de Alex, acepta el pacto. Los dos guerreros se enfrentan en el centro de la arena, donde Alex se arrodilla ante Lord Arion con una determinación que no pasa desapercibida.
La multitud, inicialmente expectante, responde con un respetuoso silencio, reconociendo la complejidad de la situación. Lord Arion, a pesar de su victoria, siente una sombra de la grandeza de Alex, que no se doblega completamente ante la derrota.
El rey, satisfecho por haber resuelto la situación de manera justa, anuncia el final del duelo. Al finalizar el tenso y dramático duelo entre Alex y Lord Arion, el rey con una expresión de seriedad que apenas disimula su preocupación por los recientes acontecimientos, se dirige hacia Lyria, quien aún procesa las emociones de la batalla recién concluida. Con un tono que busca infundir algo de esperanza después de la tensión, el rey anuncia su intención de fortalecer a Lyria para los desafíos futuros.
"Lyria," comienza el rey, capturando su atención y la de los presentes, "es momento de que tu poder y tu vínculo con este reino se profundicen. Te llevaré a la Forja de Vínculos, donde encontrarás a una criatura con la cual te unirás en espíritu y fuerza."
Lyria, sorprendida pero intrigada por la perspectiva, asiente. Sin embargo, antes de partir hacia esta nueva aventura, decide que Alex, cuyo valor y lealtad han quedado más que demostrados, debe acompañarla. A pesar de sus heridas y el desgaste del duelo, Alex acepta, impulsado por el deseo de protegerla y por la curiosidad de lo que este nuevo viaje podría depararles.
Juntos, se dirigen hacia la sala del trono, donde accidentalmente interrumpen una conversación entre el rey y Elren, su hijo. La conversación, claramente tensa, gira en torno a los acontecimientos recientes de la misión y el encuentro con un demonio, un tema que capta de inmediato la atención de Lyria y Alex. Aunque entran en medio de palabras cargadas de gravedad, su llegada sirve como un recordatorio de los desafíos inminentes y la necesidad de prepararse para lo que está por venir.
En una decisión que refleja tanto la influencia de Lyria como el reconocimiento del rey hacia el potencial aún inexplorado de Alex, el grupo, compuesto por el príncipe Elren, Lyria y Alex, se prepara para una misión sin precedentes en el bosque mágico, un lugar donde las reglas del tiempo y el espacio operan de manera diferente a lo conocido. El rey León, con una mezcla de esperanza y seriedad, concede su permiso, subrayando la rareza y el honor que representa esta oportunidad para alguien fuera de la realeza o sin un linaje mágico conocido, como Alex.
El príncipe Elren, antes de sumergirse en la densa vegetación del bosque mágico, comparte con Lyria y Alex las maneras en que uno puede vincularse con las criaturas místicas de este lugar único. Explica que hay dos métodos primordiales: el primero, someter a la bestia mediante una muestra de fuerza y voluntad; el segundo, y más raro, es que la criatura, al reconocer un potencial y un espíritu afín en el visitante, elija formar un pacto de elección, ofreciéndose como compañero.
Mientras avanzan, se encuentran con seres de fascinante belleza y otros de temible presencia. Lyria, con su presencia sosegada y determinación, atrae a una criatura tan majestuosa y elegante como ella misma. Es un ave de plumaje blanco como la nieve, cuya gracia es un reflejo del alma de Lyria. La criatura, reconociendo el potencial y la pureza de corazón de Lyria, elige vincularse con ella en un pacto de elección, marcando el inicio de una unión profunda y significativa.
Alex, por otro lado, siente la frustración de no encontrar una criatura con la que pueda vincularse, ya que muchas parecen rehuir o mostrar temor ante su presencia. Sin embargo, su determinación lo mantiene en la búsqueda hasta que una figura oscura se materializa frente a él: una criatura parecida a una pantera, con pelo negro azabache y ojos amarillos brillantes que lo desafían. El príncipe Elren, al presenciar este encuentro, queda asombrado, pues se trata de uno de los guardianes del bosque mágico, seres de poder inmenso y respeto legendario.
La confrontación entre Alex y el guardián es una lucha no solo de fuerza física sino también de voluntad y coraje. Alex, movido por un deseo profundo de superarse y demostrar su valía, enfrenta al guardián con todo lo que tiene. La batalla entre Alex y el guardián del bosque mágico es una prueba de pura destreza, valor y astucia. Sin su arma, Alex se enfrenta al desafío más grande hasta ahora: demostrar su fuerza y valía en una lucha cuerpo a cuerpo contra una criatura cuya existencia es prácticamente un mito.
El guardián, una imponente figura felina con pelaje oscuro que parece absorber la luz a su alrededor, se mueve con una gracia y velocidad sobrenaturales. Cada vez que se desplaza, deja tras de sí un rastro de electricidad morada, un espectáculo tanto hermoso como amenazante. Sus garras y colmillos, imbuidos de una energía eléctrica crujiente, buscan a Alex con la intención de poner fin al desafío.
Mientras la intensa batalla entre Alex y el guardián se desarrolla, Lyria, observando desde la distancia, se ve superada por la preocupación y el impulso de intervenir por la seguridad de Alex. En un momento particularmente peligroso, cuando parece que Alex podría no ser capaz de esquivar un ataque entrante, Lyria se prepara para intervenir, impulsada por su miedo a verlo herido.
Sin embargo, justo cuando está a punto de actuar, su hermano Elren la detiene con una firmeza sorprendente. "No, Lyria", le dice, captando su atención con una mirada seria. "Debes entender que esto es parte del proceso. Alex debe mostrar su valía al guardián por sí mismo. Intervenir ahora no solo pondría en riesgo la posibilidad de un vínculo, sino que también podría ser visto como una falta de fe en sus habilidades."
Lyria, aunque todavía preocupada, comprende la importancia de lo que su hermano le está diciendo. "Una intervención nuestra", continúa Elren, "haría que cualquier vínculo que pudiera formarse entre Alex y el guardián estuviera manchado por la duda. El guardián debe ver la fuerza, el coraje y la determinación de Alex sin ninguna ayuda externa. Solo así el vínculo que se forme, si se forma, será verdadero y fuerte."
Resignada pero comprendiendo la sabiduría de las palabras de Elren, Lyria se abstiene de intervenir, observando con un nudo en la garganta mientras Alex continúa su lucha. Esta decisión de permitir que Alex enfrente este desafío por su cuenta no solo demuestra la confianza que Lyria y Elren tienen en él, sino que también subraya la importancia de la autonomía y el crecimiento personal en la formación de vínculos mágicos.
La batalla sigue su curso, y aunque el corazón de Lyria late con fuerza por cada movimiento y cada evasión, también siente un creciente respeto por la determinación y la habilidad de Alex. Este momento se convierte en un punto de inflexión no solo para Alex, sino también para Lyria, quien aprende una valiosa lección sobre la confianza y el respeto en las relaciones, tanto humanas como mágicas.
Pero Alex, lejos de verse intimidado, acepta el reto con una determinación férrea. Observa, aprende y se adapta a cada movimiento del guardián, esquivando ataques que iluminan el bosque con destellos de electricidad morada. La danza de esquives y contraataques se convierte en una coreografía de instintos, donde cada decisión se toma en fracciones de segundo.
Las tres colas del guardián, cada una un conducto de poderosos hechizos eléctricos, se convierten en armas formidables que Alex debe enfrentar. Con cada movimiento, lanzan descargas eléctricas que se entrecruzan, creando una red de peligro que Alex sortea con agilidad y perspicacia.
En medio de la batalla, Alex busca incansablemente un punto débil, una oportunidad para someter al guardián. Su estrategia se basa en la paciencia y el aguante, resistiendo los embates eléctricos y estudiando los patrones de ataque del guardián. Se da cuenta de que la clave no es atacar sin más, sino esperar el momento preciso para actuar.
Finalmente, Alex descubre que, justo después de que el guardián lanza un ataque combinado con sus colas, hay un breve momento en que su energía parece concentrarse y recargarse. Ese instante de vulnerabilidad es lo que Alex estaba esperando. Con un movimiento rápido y preciso, se lanza hacia el guardián en ese exacto momento, logrando evadir un último ataque eléctrico y colocándose en una posición desde donde puede someter a la criatura.
La batalla culmina no con un acto de violencia, sino con un gesto de respeto mutuo. Alex, al demostrar su valía sin necesidad de armas y enfrentando al guardián en sus propios términos, gana el respeto de la criatura mágica. El guardián, reconociendo la fuerza, coraje y astucia de Alex, acepta su derrota, no como un sometido, sino como un igual, marcando el inicio de un vínculo basado en el respeto mutuo y la fuerza compartida.
Elren guía a Lyria y Alex de regreso al rey, ambos acompañados por sus nuevas y diminutas compañeras. Mientras caminan por el portal que los devuelve al castillo, Elren comparte su sabiduría sobre los vínculos con las criaturas mágicas.
"La fuerza de vuestro vínculo con estas bestias determinará la profundidad de los poderes que podréis asimilar de ellas", explica Elren, con una mirada que denota experiencia en la materia. "Entender sus necesidades y mostrarles vuestra valía es esencial para fortalecer esta conexión especial."
Una vez en presencia del rey, las diminutas criaturas se materializan nuevamente, revelando su forma original. El rey, impresionado por el éxito de sus vínculos, expresa su aprobación. "Estos lazos os otorgan poderes inusuales. Protegedlos y nutridlos, y serán aliados formidables en los tiempos venideros", aconseja, reconociendo la importancia de estos vínculos en el próximo conflicto.
Lyria, emocionada por esta nueva conexión, muestra su pequeña compañera, un búho juvenil blanco como la nieve. Alex, por su parte, presenta a su pantera oscura con ojos amarillos brillantes. El rey sonríe y, reconociendo la importancia de estas criaturas en la lucha por venir, insta a ambos a prepararse para los desafíos que se avecinan.
Mientras Elren explica sobre los vínculos, invoca a su propia bestia, un lobo plateado de luz, mostrando la forma final de la vinculación: una fusión temporal con su criatura que demuestra una conexión profunda.
Durante la conversación, el rey nota el medallón que Alex lleva consigo. "Ese medallón… ¿cómo lo obtuviste?", pregunta el rey con interés.
Alex responde: "Pertenecía a mi mentor, Eldor. Me lo dio antes de partir en mi misión."
La noticia sorprende al rey, quien ahora siente curiosidad por el pasado de Alex y la conexión con Eldor. "Eldor fue uno de nuestros mejores guerreros, pero hubo rumores oscuros y acusaciones de conspiración en su contra. Finalmente, tuve que expulsarlo del reino", confiesa el rey con una mezcla de tristeza y rabia. "Los nobles no aceptaron bien esos rumores, y Eldor quedó marcado como un traidor. Te aconsejo que no menciones su nombre entre los elfos si quieres mantenerte seguro en Aeloria."
Esta revelación llena a Alex de tristeza y rabia, pero también con una chispa de determinación. Ahora tiene una pista sobre el posible infiltrado y la conspiración que rodea a los nobles.
Lyria, preocupada, ofrece acompañarlo, pero Alex, decidido a mantenerla a salvo, rechaza su oferta.
"Lyria, te agradezco tu preocupación, pero estarás más segura en el castillo. Este asunto es peligroso, y no quiero que te pongas en riesgo", explica Alex mientras se prepara para partir.
Ella, aunque comprensiblemente preocupada, asiente con resignación. "Prométeme que volverás sano y salvo, Alex", le ruega, sosteniendo su mirada con determinación.
"Te lo prometo, Lyria. Volveré", responde Alex antes de partir hacia el pueblo en busca de respuestas del infiltrado y limpiar el nombre de Eldor en el proceso.