La música resonaba en los rincones del majestuoso salón mientras la danza de la celebración continuaba. Alex y Lyria, inmersos en la alegría de la fiesta, compartían risas y bailes, tratando de dejar a un lado la sombra del duelo que se cernía sobre ellos.
En medio de la festividad, aparece Elren, el hermano de Lyria, con una mirada llena de entusiasmo. "¡Alex, estoy ansioso por presenciar ese duelo mañana! No todos los días tenemos a un humano desafiando a uno de los nuestros. ¡Será un espectáculo!" exclama, expresando su anticipación mientras disfruta de la fiesta junto a su hermana y el héroe que la salvó.
A medida que la noche avanzaba, la celebración llegaba a su fin. Los elfos, agotados pero llenos de gratitud, se retiraban a descansar, dejando tras de sí el eco de risas y melodías. Lyria, con una sonrisa agradecida, acompaña a su hermano y a Alex fuera del salón.
En la tranquilidad de su habitación, Alex se sume en reflexiones. La emoción de la fiesta se desvanece, dando paso a pensamientos más serios. Mientras se quita la ropa de gala, su mente se enfoca en dos cuestiones cruciales: el duelo inminente y la búsqueda del informante.
Se sienta en el borde de la cama, repasando mentalmente cada interacción y cada rostro que ha encontrado desde su llegada a Aeloria. "¿Quién podría ser el informante? ¿Y quién, en esta aparentemente pacífica fiesta, pudo haberse deslizado hacia la sombra para abandonarla de manera sospechosa?" se pregunta, buscando respuestas en los detalles aparentemente insignificantes.
La luz de la madrugada apenas comienza a filtrarse cuando Lyria toca suavemente la puerta de la habitación de Alex. "Despierta, Alex. Necesitas prepararte para el día que nos espera", susurra con urgencia.
Al abrir la puerta, Lyria revela una expresión preocupada. "Después de lo ocurrido en la fiesta y con el duelo de mañana, pensé que sería prudente asegurarnos de que estés debidamente equipado. Ven, iremos a conseguirte un nuevo equipo", sugiere, indicándole que se apresure a vestirse para enfrentar el día.
En la bulliciosa mañana de Aeloria, Lyria y Alex se embarcan en una búsqueda para adquirir un equipo digno de un guerrero. Entre las callejuelas de la ciudad, encuentran tiendas especializadas en armas y armaduras, donde examinan cuidadosamente cada opción disponible.
Donde Lyria sugiere varias armas elegantes. Sin embargo, ninguna de ellas captura la atención de Alex como su querido kusarigama.
En un rincón de la tienda, Alex nota muchas versiones mejoradas de espadas, lanzas y dagas pero duda en cambiar su estilo de combate. Es entonces cuando Lyria le señala una espada única en exhibición. Intrigado, Alex se acerca y descubre una espada que nunca antes había visto, despertando su interés.
Aunque tentado por la nueva arma, Alex decide seguir con su kusarigama, pero plantea la posibilidad de mejorarla. En ese momento, el dueño de la tienda, Vallen, se presenta y ofrece reparar y mejorar el kusarigama de Alex, destacando que esta modificación llevará tiempo y no estará disponible para el próximo duelo.
La noticia del duelo se ha extendido por Aeloria, y todos esperan ansiosos la lucha, considerando la fuerza de los nobles elfos. Ante esta expectación, Alex se siente nervioso pero decide aceptar la oferta de Vallen para mejorar su kusarigama. Vallen, al notar el colmillo del sabueso demoníaco que Alex lleva consigo, sugiere utilizarlo en la mejora de su kusarigama. Intrigado, Alex acepta la propuesta
Alex decide llevarse la espada que llamó su atención para el duelo inminente a lo que se prepara su kusarigama. Compra además un conjunto de armadura ligera negra para prepararse para la batalla. Lyria, aunque sorprendida por el cambio de arma, respeta la decisión de Alex.
Luego, parten hacia la arena, donde el rey, interesado en las reglas del duelo, se une a ellos. Quieren asegurarse de que todo esté en orden antes del enfrentamiento que se avecina. Mientras tanto, Vallen comienza el proceso de mejora del kusarigama de Alex, utilizando el colmillo del alfa de los sabuesos demoníacos para potenciar la letalidad del arma. Alex espera ansioso la oportunidad de usar su arma mejorada después del duelo.
La mañana avanza con rapidez mientras se encaminan hacia la arena, acompañados por el murmullo de la gente sobre el esperado duelo. El rey, junto con Lyria y Alex, se acerca a la ubicación donde se llevará a cabo la confrontación. En el camino, Lyria le comenta a Alex lo entusiasmada que está por presenciar el duelo y le asegura que confía plenamente en sus habilidades.
Al llegar a la arena, son recibidos por un murmullo creciente de la multitud que se ha congregado para presenciar el enfrentamiento. El rey se encuentra con los organizadores del evento, repasando las reglas y asegurándose de que todo esté en orden. Lyria, preocupada por Alex, le ofrece palabras de aliento y le recuerda que muchos en Aeloria esperan ver sus habilidades en acción.
Mientras tanto, Vallen trabaja diligentemente en la mejora del kusarigama de Alex, incorporando el colmillo del alfa de los sabuesos demoníacos. Aunque el proceso lleva tiempo, Vallen promete que el resultado será una arma formidable, digna del héroe que protegió a la princesa Lyria.
La arena vibra con la anticipación del duelo que está por venir. Los elfos nobles, junto con la población en general, esperan ansiosos para presenciar el enfrentamiento entre Lord Arion y Alex. La noticia se ha extendido rápidamente, y las expectativas son altas.
El rey, satisfecho de que todo esté en orden, se retira a un lugar designado para observar el duelo junto con Lyria. La multitud queda en silencio mientras Lord Arion y Alex ingresan a la arena desde lados opuestos, cada uno preparado para defender su honor.
El duelo está a punto de comenzar, y el destino de Alex en Aeloria pende de un hilo en esta prueba de habilidades y valentía. La tensión en el aire es palpable mientras la multitud aguarda el primer movimiento en este enfrentamiento que definirá el curso de los acontecimientos en el reino élfico.
En el centro de la majestuosa Arena Élfica, la tensión se corta como una hoja afilada mientras Lord Arion, con su espada reluciente, y Alex, empuñando la espada adquirida en la tienda, se enfrentan en un duelo épico. Los ojos de la audiencia están fijos en el campo de batalla, expectantes ante el choque inminente entre la nobleza elfica y el humano que ha desafiado las expectativas.
1. Lord Arion avanza con confianza, su espada trazando arcos elegantes en el aire. La arena retumba con cada paso seguro, y su expresión engreída revela la seguridad en sus habilidades. Mientras tanto, Alex, aunque consciente de la gravedad de la situación, mantiene una calma aparente, listo para desafiar las expectativas que pesan sobre él.
El choque de las espadas resuena, una sinfonía metálica que llena la arena. Lord Arion, confiado en su destreza, intenta desarmar a Alex con golpes calculados y movimientos precisos. Sin embargo, el humano responde con una agilidad sorprendente, esquivando y contraatacando con destreza.
La multitud observa con asombro mientras ambos contendientes desatan una danza mortal de destreza y estrategia. Cada tajo y parada es recibido con vítores y suspiros, creando una atmósfera cargada de emoción. Mientras Lord Arion se enorgullece de su linaje noble, Alex muestra que la valentía y la habilidad pueden superar incluso la más alta cuna.
La batalla alcanza su punto álgido cuando Lord Arion, creyendo tener la victoria asegurada, realiza un ataque audaz y rápido. Sin embargo, Alex, con movimientos impredecibles, logra contraatacar de manera espectacular. La tensa batalla en la Arena Élfica alcanza su punto culminante, y parecía que Alex estaba a punto de prevalecer sobre Lord Arion. Sin embargo, en un giro inesperado, Lord Arion, al borde de la derrota, parece tomar un brebaje discreto. Este misterioso elixir potencia su fuerza a niveles desconocidos, alterando el curso de la pelea que, en un principio, se inclinaba a favor de Alex.
Los músculos de Lord Arion se hinchan con una fuerza sobrenatural, y sus ataques, antes contenidos, ahora son impulsados por una ferocidad inigualable. La audiencia, desconcertada, observa cómo la victoria aparentemente segura de Alex se desvanece frente a la explosión de poder de su oponente.
En un giro cruel del destino, Lord Arion, ahora imbuido de un orgullo desmedido, se burla de Alex, proclamando su superioridad innata como noble elfo. La audiencia, sorprendida y dividida, ve cómo la pelea que prometía ser una victoria para el héroe humano se transforma en su derrota.
El rey, desde su posición en la tribuna real, observa con seriedad la situación. La derrota de Alex no solo desata la arrogancia de Lord Arion, sino que también plantea cuestionamientos sobre la imparcialidad de la pelea.
Cuando el polvo de la arena se asienta, Lord Arion, con una sonrisa triunfante, se dirige al rey, solicitando su recompensa por la victoria en el duelo. Con orgullo y confianza, Lord Arion solicita la mano de Lyria para casarse, considerándolo su derecho después de vencer al héroe humano.
El rey, evaluando la situación con calma, le recuerda a Lord Arion que si desea tal recompensa, debe enfrentarse a un desafío aún mayor. Elren, el hijo del rey y comandante de los guerreros élites, se ofrece como oponente. La propuesta no solo desconcierta a Lord Arion, sino que también añade una nueva dimensión al enfrentamiento.
Enfurecido ante la perspectiva de luchar contra alguien tan formidable como Elren, Lord Arion busca una alternativa. Con malicia, sugiere que Alex, derrotado y humillado, se postre ante él como una forma de satisfacción. La multitud observa en silencio, ansiosa por ver cómo se desarrollarán los eventos y cuál será la respuesta del rey elfo.