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Chapter 7 - Capítulo 7: Discordia

—Jamie se limpió el sudor de la frente con la manga de su chaqueta deportiva y miró a Natalie con una sonrisa juguetona. –Bien hecho, Nat. Parece que somos un dúo imparable en el campo de batalla. –Comentó, orgulloso de su trabajo en equipo.

Natalie rió, sacudiendo la cabeza con diversión. –¡Quién lo diría! No está mal pelear a tu lado, Jamie. Tal vez no seas tan insoportable como pensaba. –Sus palabras estaban teñidas de complicidad, una señal clara de que su relación había evolucionado desde su primer encuentro.

En ese momento, Ryan y Sophie se acercaron a paso ligero, con expresiones de asombro y satisfacción en sus rostros. Sophie levantó un puño en el aire, exclamando, –¡Eso estuvo genial, chicos! ¡Nos vemos increíbles, nuestra coordinación fue muy buena!

Ryan asintió, con una sonrisa llena de diversión. –¡Definitivamente tenemos química como equipo! Por cierto  Sophie ¿Alguna vez consideraste una carrera como acróbata? Tus movimientos eran impresionantes. –Sus palabras estaban cargadas de humor y admiración, reflejando la conexión especial que habían encontrado en la batalla.

Sophie sin previo aviso solo le dio un golpe en la cabeza.

El grupo estalló en risas, compartiendo chistes y anécdotas mientras celebraban su éxito en la competencia. Las bromas y los comentarios ligeros fluían entre ellos, creando un ambiente agradable alegría que fortalecía su unión.

Mientras observaba a los demás intercambiar risas y bromas, Elizabeth se sentía distante, su rostro reflejaba una mezcla de alegría por ver a sus compañeros disfrutar juntos y culpa por haber agotado su poder, causando la derrota del equipo en la batalla anterior.

Sin embargo, las miradas comprensivas y las palabras de aliento de sus compañeros rompieron su ensimismamiento. –Lo hiciste genial allá afuera, Elizabeth. –Comentó Natalie, extendiendo una mano reconfortante. –Todos cometemos errores, pero lo importante es aprender de ellos y crecer como equipo. La próxima vez lo haremos aún mejor.

Ryan asintió en acuerdo. –Exactamente, la perfección no es necesaria, solo la determinación para mejorar y adaptarnos a nuevas situaciones. Todos somos nuevos en esto y estamos aquí para apoyarnos mutuamente. –Añadió con una sonrisa amable hacia Elizabeth.

Sophie, con su característica positivismo, se acercó a Elizabeth y le guiñó un ojo. –¡Hey, Elizabeth! No te preocupes tanto, ¡todos estamos aquí para aprender juntos! Incluso esos errores nos ayudarán a ser más fuertes y coordinados como equipo en el futuro.

Elizabeth levantó la mirada, encontrando la mirada cálida y comprensiva de sus compañeros. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios,  Elizabeth asintió con agradecimiento antes de unirse a la conversación animada, lista para enfrentar los desafíos que les esperaban con renovada fuerza y espíritu de equipo.

Mientras el buen ambiente llenaba el espacio, un personaje misterioso y altivo se acercó al grupo, emanando un aire de superioridad.

Maximilian se endereza con rigidez, su mirada desafiante barriendo al grupo antes de aterrizar en Elizabeth.

–Es comprensible que no todos estén acostumbrados a tratar con la nobleza y la grandeza, pero creo que es hora de que aprendan a reconocer a los que están por encima de la mediocridad. –Declara con voz altanera, realzando su autoimportancia.

–Elizabeth, demuéstrame que tienes la sabiduría para reconocer la grandeza cuando se te presenta. Tu potencial es innegable, pero estás rodeada de gente común. Únete a mi equipo, donde solo caminan aquellos destinados a la grandeza y la gloria. – Expresa Maximilian mientras mira con desprecio a sus compañeros.

Elizabeth, con una mirada fría pero inquebrantable, responde con calma.

–La grandeza no se mide por el apellido o el linaje, sino por que demuestra uno mismo, Maximilian.

–Si no puedes ver más allá de tus títulos y pretensiones, entonces poco sabes de auténtico valor.

Maximilian, enojado por la audacia de Elizabeth, adopta un tono condescendiente. –No esperaría menos de alguien como tú, que desconoce el verdadero poder y el legado que corre por mis venas. Tu madre se casó con un ranker, pensé que almenos habias aprendido algo útil de él, pero parece que la sangre de un hombre común que murió el primer día es lo que corre por tus venas.

Enfurecida por los comentarios ofensivos de Maximilian, Elizabeth apretó los puños con indignación, sintiendo una mezcla de ira y desprecio por sus palabras condescendientes. Antes de poder responder, Natalie se interpuso suavemente, colocando una mano en el hombro de Elizabeth en un gesto de calma y contención.

–Natalie, déjame en paz. Murmuró Elizabeth con voz tensa, sus ojos destellando con un fuego amargo. Sin embargo, antes de que pudiera avanzar hacia Maximilian, la voz de Ryan se alzó con un tono sereno pero firme.

–Elizabeth, respira profundo. No vale la pena. No dejes que sus palabras hirientes te afecten. –Aconsejó Ryan, mirando a Maximilian con una expresión que dejaba claro que no se tolerarían más provocaciones.

Sophie, por su parte, se colocó al lado de Elizabeth con una postura protectora, emitiendo una mirada desafiante hacia Maximilian. –No merece tu tiempo ni tu energía, Elizabeth. Dejémoslo estar. –Dijo con su tono habitual optimista ahora mezclado con una pizca de cautela.

Los compañeros de equipo de Elizabeth formaron una barrera silenciosa pero poderosa a su alrededor, mostrando solidaridad y apoyo incondicional. A medida que el momento de confrontación se disipaba, Elizabeth finalmente cedió ante la contención amable pero firme de sus amigos, dejando de lado su furia momentánea.

Respirando hondo para encontrar la calma, Elizabeth asintió con gratitud hacia sus compañeros.

Maximilian, con una mueca de desdén en el rostro, se volvió hacia su equipo con gesto altanero. –Tch, todos los comunes son iguales con esa solidaridad sin fundamentos. Vámonos. –Indicó, mirando por encima del hombro a Elizabeth y su equipo con un menosprecio evidente.

Sin embargo, la determinación ardiente de Maximilian para no dejar pasar la humillación se cocía en su interior como un fuego desatado. Mientras se alejaba con su grupo, una mirada de desafío y resentimiento se reflejaba en sus ojos, prometiendo un futuro de confrontaciones y rivalidades que irían más allá de simples palabras.

Maximilian juró no descansar hasta obtener la redención de su supuesta afrenta y demostrar su superioridad sobre aquellos a quienes consideraba indignos de su estatus. La semilla del conflicto entre él y Elizabeth y su equipo estaba plantada, preparándose para brotar en un enfrentamiento que desafiaría los cimientos de su existencia interdimensional.