Después de un largo viaje, el equipo Beta, junto a los demás equipos, regresaron a la Academia #03 para retomar sus actividades y entrenamientos. A pesar de haber tenido éxito en su misión, el equipo Beta y el profesor Alden fueron castigados con servicio comunitario en la academia debido a algunas desviaciones durante la expedición.
El castigo resultó ser leve como recordatorio de la importancia del trabajo en equipo y la responsabilidad, pero a la vez fue considerado justo por el coraje y eficacia demostrados por el equipo durante la misión. Entre risas y anécdotas, los miembros abordaron la tarea con determinación y espíritu positivo, reafirmando su unión y habilidad para superar desafíos juntos.
Por circunstancias especiales y como reconocimiento a su valiosa contribución en la misión, Torian fue oficialmente aceptado como estudiante temporal y miembro honorario del equipo Beta. Este reconocimiento especial le brindó un sentido de pertenencia, guiándolo hacia una mayor comprensión y conexión con las personas a su alrededor.
Poco a poco, Torian se integró más plenamente en la vida académica y social de la academia. Su dedicación y compromiso en los estudios sorprendieron a sus compañeros y profesores, resaltando su esfuerzo y adaptabilidad a pesar de las diferencias culturales y de conocimiento que enfrentaba. Su curiosidad y sed de aprendizaje impulsaron su progreso, permitiéndole explorar y comprender mejor el mundo que lo rodeaba.
La mañana en la Academia #03 se llenó de energía cuando la profesora Valeria anunció una clase especial de entrenamiento enfocada en la rapidez de reflejos. Los estudiantes se agruparon en el gimnasio, listos para desafiar sus habilidades y probar sus límites en una serie de ejercicios diseñados para agudizar sus instintos y su tiempo de reacción.
La atmósfera estaba cargada de anticipación y entusiasmo mientras la competencia se desarrollaba. Elizabeth, conocida por su determinación y competitividad, se preparaba para enfrentar a sus compañeros en un despliegue de habilidades y destrezas. Su mirada brillaba con determinación, lista para demostrar su agilidad y velocidad a todos los presentes.
La expectación se elevó en el gimnasio mientras Elizabeth se enfrentaba a Torian en el desafío de reflejos. Animada por su espíritu competitivo y determinada a mostrar su destreza, Elizabeth se adentró en la prueba con una intensidad feroz. Sus movimientos eran rápidos y coordinados, pero una sensación de desconcierto empezó a surgir cuando, sin importar lo rápido que reaccionara, Torian siempre parecía un paso adelante.
Torian, con una serenidad casi irreal, demostraba una destreza innata que dejaba boquiabierta a la audiencia. A pesar de su aparente calma, su velocidad y precisión eran extraordinarias, y parecía moverse con una fluidez asombrosa que desafiaba las leyes físicas conocidas. Incluso sin utilizar todo su potencial, Torian lograba superar las pruebas con una facilidad desconcertante, dejando a todos atónitos por su habilidad natural.
La mirada de Elizabeth reflejaba una mezcla de incredulidad, determinación y una pizca de admiración. Por más que intentara superar a Torian, este siempre estaba un paso adelante, desafiando sus expectativas y desequilibrando su confianza en sus propias habilidades. Cada vez que pensaba haberlo alcanzado, él demostraba que podía ir más allá, revelando capas de destreza que desafiaban la lógica y la explicación convencional.
A medida que la competencia se intensificaba, Elizabeth se encontraba en un estado de creciente admiración y frustración. La perspectiva de ser superada por alguien que parecía poseer una habilidad innata más allá de su comprensión la impulsó a esforzarse aún más, desafiando sus propios límites y su percepción de lo que era posible.
Al final del desafío, con Torian demostrando una vez más su superioridad sin esfuerzo aparente, Elizabeth se vio obligada a aceptar una verdad incómoda: que, a pesar de todos sus esfuerzos y habilidades, había encontrado en Torian a un rival excepcional cuya destreza desafiaba incluso su propia comprensión del talento y la habilidad.
Torian se acercó a Elizabeth con una expresión tranquila pero comprensiva en sus ojos. Al notar la determinación que brillaba en la mirada de Elizabeth durante toda la clase, también captó la pizca de melancolía que parecía velar su habitual orgullo. Con un presentimiento, decidió brindarle palabras de aliento en ese instante crucial.
—Elizabeth... ¿todo en orden?", –preguntó Torian.
Sorprendida, Elizabeth lo observó, sin esperar su acercamiento en ese preciso momento.
—Sí, Torian... Gracias. A veces siento que no es suficiente. Me esfuerzo por superarme, por ser más fuerte, pero... hay algo que me impulsa a seguir adelante y no sé si lograré mi objetivo, –confesó Elizabeth con sinceridad.
Torian escuchó con atención, buscando las palabras adecuadas para acompañar a Elizabeth en su vulnerabilidad.
—Comprendo. Anhelar ser fuerte... esencial. Buscar proteger a los seres queridos... respondió Torian con empatía y tratando de formar oraciones cada vez más completas.
Elizabeth encontró en su mirada un rastro de comprensión.
—La razón por la cual ansío ser más fuerte... es para resguardar a quienes amo. Deseo afrontar cualquier desafío y ser un punto de apoyo, tal como lo fue mi padre para mí. Su valentía y fortaleza son mi inspiración e incluso tal vez, encontrar algo acerca de su paradero. –Confesó Elizabeth con determinación.
Torian asintió, percibiendo la honestidad y determinación en las palabras de Elizabeth.
—Entendido... proteger a los seres queridos... crucial. Juntos... seremos fuertes y te ayudare. –Afirmó Torian con solidaridad.
Torian se acercó a Elizabeth con una expresión tranquila pero comprensiva en sus ojos, transmitiendo su deseo genuino de ayudar en su búsqueda de fortaleza. Mientras conversaban, Elizabeth, sintiendo la sinceridad de las intenciones de Torian, soltó una pequeña risa y comentó sobre su pelo y barba desaliñados que necesitaban un corte urgente.
—¡Necesitas un corte de pelo y afeitarte esa barba! –exclamó Elizabeth con una sonrisa amigable.
Inspirada de repente con una idea, Elizabeth corrió hacia Natalie y le susurró algo al oído. Torian, sin saber lo que ocurría, observó con curiosidad cómo Elizabeth y Natalie se acercaban a él con expresiones enigmáticas, dejando entrever que tenían un plan entre manos.
Sin darle opción a Torian, Elizabeth y Natalie procedieron a transformar su aspecto. Entre risas y complicidad, remodelaron, afeitaron su rostro y cortaron su cabello, revelando una nueva imagen que dejó a Torian sorprendido y agradecido por el gesto inesperado.
El reflejo en el espejo mostraba a un Torian renovado, con un aspecto más pulido y fresco. La ternura y el apoyo de Elizabeth y Natalie en su intento por ayudarle a renovar su apariencia no solo le proporcionaron un cambio externo, sino también una renovada confianza y una sensación de amistad que fortaleció los lazos entre ellos.
-----------
En los bastidores de la Academia, los rumores sobre una posible infiltración han ido cobrando fuerza, alimentando la inquietud entre profesores y estudiantes por igual. Se murmura acerca de una organización clandestina compuesta por superhumanos y seres de otras razas que han optado por el camino de la maldad, utilizando sus dones para sembrar el caos y la discordia.
Los informes indican que esta organización está compuesta por individuos despiadados que han dedicado sus habilidades excepcionales a causar estragos y terror en la sociedad. Desde manipular mentes hasta desatar fuerzas incontrolables de la naturaleza, estos seres oscuros representan una amenaza latente que pone en peligro la estabilidad y la seguridad de la Academia y de todos sus habitantes.
Detrás de la fachada de armonía y aprendizaje de la Academia, existen fuerzas perversas presionando en busca de debilidades, esperando pacientemente el momento adecuado para desatar su malévolo plan y sembrar la destrucción....