Anya
Seattle- 12 de Septiembre
Limpie la lagrima que se resbaló por mi mejilla con brusquedad antes jugar y ponerme de pie.
Mierda.
Volví a ver las pruebas de embarazo para solamente volver a ver lo que ya había confirmado hace solo unos minutos.
Estaba embarazada. Muy embarazada.
No habían pasado un año de mi divorcio y ya estaba embarazada de alguien que solo había probado ser otro idiota.
Bueno, un idiota increiblemente sexy, controlador, atractivo y bueno en la cama.
Más que bueno. Mucho más. Las palabras exactas bien podrían ser;
Una máquina de orgasmos humana.
Una malditamente bien echa y que funcionaba a la perfección. Absolutamente.
Bueno, eso mismo me metió en este problema.
-Podrías simplemente haberte alejado, Anya. Pero no, tu simplemente tenías que follarlo, verdad. Perra estupida- murmuré para mi misma y limpie la lagrima que se resbaló por mi mejilla.
No me digan que ya empezamos con la fiesta de hormonas que me harán una llorona.
-Joder, Anya. Deja de llorar. Llorar con una perra débil no arreglará nada-me espete antes de respirar temblorosa mente.
Mire las pruebas de nuevo y entonces me di cuenta de que iba a tener que dejar de ser tan boca sucia; había escuchado que los bebés supuestamente escuchaban incluso antes de nacer.
Esperaba que al bebé no le importará que hablara de esa manera de vez en cuando. Después de todo su padre tenía una boca mucho más sucia que la mía.
Bueno, eso era si su padre lo quería.
El pensamiento de que mi bebé no tuviera un padre que lo amara rompió mi corazón.
Absolutamente. Sabía que era que nadie te quisiera. Estar completamente sola. No quería eso para el bebé. Ni ahora o un millón de años.
Respiré hondo y pase una mano por mi cabello. Reprimiendo un grito.
No podía llorar. Mi bebé no merecía que llorase al enterarme de su existencia.
-Anya? Nena? Cuál es el veredicto? Voy a ser tía?- la preocupada voz de Nas se escuchó a través de la puerta.
Abrí la puerta para ver a mi amiga prácticamente mordiéndose las uñas.
Ella ni siquiera estaba embarazada y estaba más nerviosa que yo.
-Él es un mafioso, Nas- mi voz se rompió.-un criminal. Y ahora llevo a su bebé dentro de mi. Voy a tener al bebé de un mafioso- susurre. Sentí los brazos de Nas rodearme y apretarme con fuerza y cariño.
-Nena, shh. Tranquila- ni siquiera sabía que lloraba hasta que sentí los dedos de Nas en mi mejilla. Secando las lagrimas de mis fiesta de hormonas- Está bien.Todo va a estar bien.
Aunque solo tenían el fin de hacerme sentir mejor, sus palabras me hicieron retroceder. Ahora a la defensiva.
-Nada va a estar bien! Estoy embarazada, maldita sea! De nadie más ni menos que...- trago duro.-un Alkaev, sabes que me podría hacer? Lo que ellos hacen?
-Anya, sé que estás asustada pero ponerte de esa manera no ayuda, cariño murmuró con suavidad.-tu no eres ninguna idiota, Anya. Sabes que él no es lo que parece; al menos por lo que tú me has contado siendo comparado con lo que de escucha; hay un mundo de diferencia- dice y trago porque no quiero si quiera pensar en Aleksei.
-Si tiene alguna clase de negocio con Havel entonces no es alguien bueno digo con voz temblorosa.-y tú lo sabes, Nastasya.
-Jodete-murmura por lo bajo cuando me escucha llamarla por su nombre completo en vez de solo Nas.
Sonrío al ver que se molestó. Me encanta molestarla.
-Que Havel sea un idiota no significa Aleksei también lo sea- me dice y miro mi teléfono.
-Havel está llamando de nuevo?
Asiento. Havel se ha vuelto muy loco y nervioso últimamente. Demasiado loco y nervioso.
Tanto que me da miedo.
-Que hago si Aleksei está ahí?- pregunto y ella suspira.
-Y si te quedas aquí?
-Tengo una vida que seguir-murmuro. estar embarazada no puede interferir con mi rutina.
Ella asiste y me abraza.
-Vamos a encontrar la manera. Siempre lo hacemos- me sonríe con delicadeza y eso me hace sonreír un poco.
Me voy fingiendo tranquilidad, mientras solo pienso en algo.
¿Que demonios voy a hacer?
En el momento en que entro a casa soy tomada por el brazo de manera brusca por Havel quien casi me arroja al sofá.
- Donde has estado?
-En casa de Nas- murmuro y y el gruñe.
- Y no te molestaste en siquiera contestar el teléfono?
-Estaba ocupada.
-En vez de ir a casa de Nas debiste ir al doctor. Has estado echa mierda toda la semana, no puedes retener comida ni cocinar. Debes tomar algo antes de que ese virus se haga peor- indica y aprieto mis labios en una fina línea.
Él merece saberlo. Vivo en su casa y no me ha pedido un centavo a cambio, además se encargó de que estuviera libre de Dominik lo más rápido posible.
-Esto es algo que se arregle así de fácil- murmuro.-este malestar durará por un par de meses, creo- digo y él frunce el ceño.
-Porque dudaría meses?- dice con confusión, segundos después su cara cambia.-esto es solo un resfriado, tiene que se porque tú no eres tonta, Anya. No te joderias la vida así, aparte es médicamente imposible, tu no puedes estar...
Lo estoy- digo y más lagrimas quieren salir de mis ojos pero las retengo.-y no es imposible, hay una oportunidad en 300 de que esto pase y...
-Si recuerdas que él doctor dijo que lo más probable era que nunca tuvieras niños propios, verdad?
Asiento y lo miro con cuidado porque para cuando lo pierda, no esté en el medio.
-No puedo jodidamente creerlo- murmura con rabia antes de dejarse caer a mi lado.-siempre que tu vida está menos jodida encuentras la manera de joderla de nuevo-murmura con ironía.
Aprieto mis labios en una línea y me pongo de pie. No planeo escuchar más de como jodi mi vida.
Cuando cruzo la puerta él ni siquiera me detiene.
Cuando estoy frente a casa siento que literalmente voy a vomitar.
Esto no es lo que necesito ahora, joder.
Hay cuatro Tahoes negras estacionadas.
Tahoes negras significan que Aleksei está aquí. No me quiero enfrentar a él. Más que nada cuando se trata del imbecil que ni siquiera se molestó en aclarar que me estaba usando antes de meterse en mis pantalones.
Cosa que logró.
Repetidas veces durante el último mes.
Entro al departamento mientras me concentro en no vomitar. Entro, sin saludos, directo a mi habitación. Puedo hacerlo.No sé cómo no vomite al entrar y ver la escena frente a mi.
Havel estaba en el piso, sobre la mesa de vidrio con las manos arriba mientras gritaba al mundo algo que no era su asunto y que ni siquiera yo había terminado de asimilar.
-La vida de mi hermana está jodida por tu culpa! La embarazaste, imbecil! Y todavía vas a matarme? Al único que la va a ayudar? Ten un poco de consideración, joder!
Mire a Aleksei, sintiendo más nauseas que hace unos minutos y sintiéndome mucho más débil.
Sus frios, calculadores y serios ojos verdes encontraron los míos.
-Porque, en el maldito infierno él me está diciendo esto y no tu?- dice duramente. Su enojo se nota a millas.
Pasó mis ojos por toda la escena. La sangre de mi hermano en la alfombra, los temibles hombres armados. Y lo más importante, el padre de mi bebé sosteniendo un arma a centímetros de la cabeza de mi hermano.
No digo nada porque me dirijo a al basurero de la cocina y me inclino para comenzar a vomitar.
Solo tengo una palabra para describir esta noche.
Mierda.