Anya
Larisa estaciona su Tahoe negra frente a un puesto pequeño que claramente dice un simple "Monique" si bien el lugar no es nada ostentoso o algo por el estilo se ve claramente elegante, cuando ambas bajamos, vemos a Darya bajar de su camioneta, a la vez que vemos como Max y Abram, el otro hombre de "seguridad" que se nos unió nos siguen.
Cuando entramos quedo con mi boca abierta, el muro de ladrillos de afuera no tiene nada que ver con el interior.
Hay varios muebles de color crema con una alfombra del mismo color de pared a pared, las paredes están llenas de cuadros o fotos de vestidos a pocos pasos del recibidor donde está quien creo que es Monique.
-Monique- saludan Larisa y Darya, ambas con una sonrisa mientras Monique deja un beso en las mejillas de ambas antes de mirarme con una sonrisa.
-Supongo que ella debe ser Anya, no?
-Esa sería yo- digo un poco incómoda.
Afortunadamente, Larisa toma el control de la situación antes de darme la oportunidad de ridiculizarme.
-Necesitamos que deje a todos con la boca abierta, Monique; tú sabes cómo son las cosas y hay ciertos estándares que se esperan de la mujer del presidente, todos los ojos estarán en ella- dice Larisa mientras entrelaza su brazo con el mío.
Siento como la ansiedad comienza a acumularse junto al miedo, ambas tomando lugar en mi pecho, tengo tanta mierda y estrés en mi cabeza que incluso siento a mi estomago revolverse y me mareo un poco.
Los ojos verdes de Monique encuentran los míos y ella me sonríe con calidez antes de simplemente decir.
-Vamos, nena; te haremos lucir incluso más hermosa de lo que ya eres.
* * *
-Anya- volteo ante la voz de Larisa, ella está apoyada en su camioneta.
Elevo mis cejas, en señal de que siga hablando.
-Sé que todo esto debe ser... terrorífico para ti, y que de pronto toda tu vida cambie y llegues a toda esta violencia y a mundo que no es para nada como el tuyo debe de estar jodiendo con tu cabeza- dice y suspiro porque sé que está en lo cierto.
Todo esto está jodiendo con mi cabeza. Mucho.
-Solo quería que supieras que no estás sola, aunque parezca no lo estas. Cuando dije que quería que fuéramos buenas amigas no bromeaba, en verdad quiero eso.
Sus palabras me hacen sonreír un poco.
-Yo también quiero eso.
Sus labios perfectamente delineados con labial rojo matte se mueven en una sonrisa antes de abrazarme.
-Vamos a tener tanta diversión juntas- promete.-Alek es un idiota a veces, no sabe leer bien las indirectas y puede ser un dolor en el culo pero el no abandona ni se va, el se queda, hasta el final- dice y sin darme oportunidad de decir algo, sube en su auto se va.
* * *
Abro mis ojos ante el insistente sonido y ruido. Bajo de la cama y tomo la bata que estaba en el armario antes de salir y buscar la fuente del escándalo.
Gruñidos fuertes y llenos de furia de hacen más y más claros a medida que me acerco a una habitación la cual creo que era una oficina. O eso dijo Sabrine.
Aunque una parte de mi me grita que no debería acercarme, que me aleje de ahí ahora mismo, mi estupida yo sigue acercándose.
La puerta está entreabierta, lo cual me deja ver cuando me acerco una escena que desearía no haber visto.
Aleksei está seriamente fuera de sí, lo veo estrellar sus puños contra la madera del escritorio y veo cómo está se rompe, escuchándola crujir, después de eso va por a un estante con puertas de vidrio, su puño atraviesa el cristal y después sigue por lo demás, hasta que levanta el estante del suelo y lo deja caer sobre el piso. El ruido ensordecedor no es lo que me altera, la sangre que cae sobre el piso, proveniente de sus nudillos es lo que hace que mi corazón vaya más rápido pero sus ojos inmersos en ira es lo que me hace temblar.
Cuando va a voltear su gran espalda hacia mi, instintivamente me giro y me quedo en silencio absoluto, ni siquiera respiro.
Ya me he enfrentado a unos ojos locos y a una ira que arrasa con todo a su paso, aprendí mi lección, Dominik me la había enseñado lo suficiente para que la supiera de memoria.
Busque con la mirada objetos para poner entre ambos, por si Aleksei decidiera salir a buscarme.
Presione mis manos sobre mi abdomen, lo que solo me hizo esforzarme más para pensar en alguna solución.
Aleksei no me haría nada, no mientras llevará a su bebé.
Cierto?
Me repito la misma oración, esperando que eso me tranquilice, que ese sea mi broche de seguridad.
Pero cuando su gran cuerpo parece frente a mi, me da un pequeño paro cardiaco y mi respiración se hace pesada e inestable.
-Que haces aquí?- su voz, ronca y rasposa me hace temblar un poco.-deberías estar dormida.
Miro al piso, recordando lo que puedo de lo que hacía cuando intentaba calmar a Dominik, cuando lo miraba a los ojos, eso lo enloquecía mas, cuando mi voz era solo una octava más baja que la suya lo enfurecía, pero Aleksei no era Dominik.
Ni de cerca.
De manera estupida, muy jodidamente estupida levante mi mirada, esperando que sus ojos encontrarán los míos, pero no fue así, sus ojos estaban fijos en mis manos, que no se habían movido de su lugar en mi abdomen.
-Pasó algo? Necesitas que vayamos a un hospital?- pregunto, y yo observé maravillada como su ira se desvanecía y la preocupación ocupaba su lugar.
Cuando mis ojos no se apartaron de los suyos y mi silencio siguió, él; claramente preocupado; exigió.
-Puta madre, Anya! Respóndeme!
Sus palabras y tono me hicieron saltar y retroceder, casi cayéndome en el proceso.
-Estoy bien- susurro bajo, mis ojos caen en sus nudillos.-pero tú no.
Sus ojos se apartan de los míos antes de simplemente decir;
-Vete a dormir, Anya.