Turquesa Insípido
La rutina para ese día fue la misma que para el resto de la semana escolar, se levanto temprano y espero por su turno para entrar al baño y poder asearse. Después, en su habitación, se tomo su tiempo para arreglarse, pues a pesar de que como todos los días, ella había escogido sus prendas tanto externas como intimas desde el día anterior, el peinar su largo cabello solía ser una tarea tediosa y para la mayoría molesta, no así para ella quien podía relajarse un poco al hacerlo. Después bajo junto a algunas de sus hermanas hasta el comedor de la casa y ahí espero el desayuno, para su gusto fueron unos deliciosos panqueques muy dulces y esponjosos. Su padre jamás la había decepcionado en cuanto a la comida se refería, siempre era deliciosa. Para cuando su madre les dio el aviso de subir a la van, ella solo se despidió de su familia, en esa ocasión ella se ausentaría de las clases escolares junto a dos de sus hermanos. Su madre incluso le pidió a ella de manera especial que cuidara de Lily ya que, aprovechando la estadía de los tres hermanos, decidió dejarla también en casa para que pasaran tiempo con ella. Con Lily en casa sería muy divertido el día, aunque era una bebé, ella era muy inquieta y divertida, estaba ya intentando dar sus primeros pasos y era muy gracioso escucharla intentar hablar, aunque de la pequeña solo salían balbuceos ininteligibles y muy húmedos tomando en cuenta que a cada intento terminaba llenándose de su propia saliva.
Una vez que sus padres se fueron y con ellos sus hermanas, Lori le dijo que primero irían a ver a Lily a su cuarto, debían asegurarse de que estaba dormida aun, y si no lo estaba entonces la bajarían con ellas a ver la televisión. Resulto ser la primera situación, con Lily durmiendo plácidamente en una de esas extrañas posiciones que parecen imposibles de tolerar a menos que seas un bebé, y a pesar de que Lori le dijo que no había necesidad de moverla para acomodar a la pequeña, ella se sentía mal de ver a su hermanita en aquella que parecía ser una posición dolorosa. Por supuesto Leni era una chica delicada y que tenía experiencia cuidando de Lily, por lo que al momento de acomodar a su hermanita bebé, lo hizo sin que los movimientos la despertaran o interrumpieran su sueño. Acaricio las mejillas de Lily un par de veces mientras la veía, pensando en lo mucho que le gustaría tener un bebé que fuera suyo, aunque Lori le había dicho muchas veces ya, que eso no podía pasar hasta que fuera una adulta como mamá y papá.
Lori salió de la habitación confiando la seguridad y paz de la bebé a Leni, pues iria a preparar un par de biberones para que cuando Lily despertara ellas solo tuvieran que calentarlos un poco y pudiera comer tranquilamente. Leni puso un rostro serio y miro de manera fija al bebé, tratando de no perderse ninguno de sus movimientos, debía cuidarla después de todo. Incluso le sujeto suavemente de la cabeza, tratando de no despertarla, de esa manera aunque la perdiera de vista al parpadear, podría saber si se mueve gracias a su mano. La rubia sabía perfectamente que los bebés eran muy frágiles y también muy tontos, incluso más que ella, por lo que se podían meter en problemas y lastimarse muy fácilmente. Lori no tardaría mucho, así que solo debería estar atenta a Lily un poco más de tiempo, pero un pequeño y lejano ruido la hizo perder aquella aparentemente intensa concentración. Fue un sonido hueco, pareció algo cayendo en el suelo, pero debido a lo sordo que se escucho debió ser en alguna habitación cercana. La rubia amable recordó de golpe porque estaba ahí, no en ese momento justo, sino como tarea del día, ella y su hermana mayor deberían atender a su hermano menor que de alguna forma termino muy lastimado el día anterior. Flexiono sus codos e hizo subir sus manos hasta la altura de su pecho, dejando sus muñecas completamente flojas, haciendo que sus manos cuelguen por ello y con pasos pequeños se dirigió a la puerta de la habitación. Con mucho cuidado y siendo tan discreta como pudo, asomo un poco su cabeza a través del marco de la puerta abierta de par en par, tenía su vista en dirección a la derecha del pasillo, al fondo del mismo, aquel lugar en donde se guardaban las toallas limpias, o las sabanas, algunas prendas como los trajes y vestidos formales y la mayoría de los vestidos que Lola usaba en sus pasarelas. Aquel era también el lugar donde dormía su hermanito. Pero debía mirar con cuidado, después de todo si Lori la descubría volvería a regañarla por tratar de ver a Lincoln.
¿Qué debería de hacer la joven rubia? ¿Debería acercarse al lugar de reposo de su hermano? Se supone que debería estar ayudando a Lori para cuidar de él, entonces no estaría mal ir a visitarlo en su cuarto y preguntar cómo se encontraba ¿cierto? Puede que incluso este dormido y solo lo vea descansar. Podría aprovechar el poco tiempo que quedaba antes de que Lori regresara y asomarse un poco en aquel cuarto de blancos, tenía curiosidad de ello, Lori nunca la dejaba ver ahí dentro y hacia bastante tiempo que no veía a su lindo hermanito. Pero pensar era algo que Leni hacia de manera lenta y muchas veces incorrecta, por lo que antes de que pudiera tomar una decisión, Lori apareció frente a ella, preguntando en que es lo que pensaba. Lamentablemente Leni era también alguien mala mintiendo, no porque fuera torpe sino porque cuando alguien le preguntaba algo ella simplemente respondía de manera natural, no tenia filtros ante aquella interacción aun.
—En Lincoln— respondió la rubia con lentes de sol sobre su cabeza—, mamá dijo que deberías cuidarlo.
—Lo hare— respondió la mayor frunciendo el ceño—, pero primero debe despertar.
Leni estuvo tentada a decirle a su hermana mayor que había escuchado un ruido momentos antes, quizá había sido Lincoln, no había nadie más en casa después de todo. Pero la mueca de fastidio que Lori puso la hizo desistir de aquella idea, era mejor no hacer enojar a su hermana, al menos no más de lo que normalmente lo hacía. A petición de ella, Leni tomo a Lily entre sus brazos suavemente y las tres bajaron hasta la sala de la casa, Lori había traído la cuna que estaba en el cuarto de sus padres para que Lily durmiera junto a ellas mientras veían la televisión, ambas sabían que los ruidos difícilmente despertarían a la pequeña. Al cabo de una hora frente al televisor, aunque sin que Lori prestara atención al mismo, Lily ya había despertado y estaba sobre las piernas de Leni, ambas muy atentas al televisor viendo aquel programa sobre ponys mágicos que tanto les gustaba. Por momentos Leni inclinaba su cabeza y se acercaba a su hermanita bebé con la intención de percibir su aroma, le gustaba mucho aquel olor, la hacía sentirse tranquila, pero en medio de una de esas dosis de olor a bebé limpio, algo capto la atención de Leni nuevamente, un sonido algo parecido al que más temprano había escuchado. En esta ocasión sonó más veces y de hecho, el sonido parecía moverse de lugar. Leni no sabía cómo reaccionar ante aquello, ese sonido era extraño, nunca antes lo había escuchado en ningún otro lugar, pero fue fácil erradicar su duda, después de todo el sonido provenía de la planta alta de la casa.
Se puso de pie cargando a Lily con la intención de ponerla en el suelo, pues a pesar de ser una bebé, era ya tan mayor como para permitirle explorar la casa en supervisión de alguien cercano, habían acondicionado esa casa hace mucho tiempo para que permitiera comodidad y seguridad para un bebé, después de todo esa casa parecía tener una fijación por mantener bebés dentro. Cuando se encamino a las escaleras su hermana mayor la detuvo, preguntando sobre lo que haría, por lo que ella tranquilamente respondió que iría a ver a Lincoln, quien ya había despertado. Aquello pareció poner seria a Lori, quien pidió a su hermana menor que se quedara en la sala con la bebé mientras ella ayudaba a Lincoln. Eso decepciono a la rubia de vestido quien realmente esperaba poder subir y ayudar a su hermanito. Pero no había nada que hacer, sus padres le habían dado esa responsabilidad a Lori, mientras Leni se quedaría en casa ya que todos, incluso ella misma, sabían que no era muy buena para lidiar con las personas, ni tampoco muy tolerante a estar distanciada de la hermana alfa de la familia.
Aun así ella esperaba tener la oportunidad de ver a Lincoln, hacía mucho tiempo que no hablaba con él, tanto como para que ella fuera incapaz de recordar el tiempo transcurrido o el tópico del cual hablaron. Aquello la entristecía un poco, quería mucho a todas sus hermanas y también a su único hermano, pero siempre que quería pasar tiempo con él, alguna de sus hermanas solían regañarla por ello, en especial Lori. Tratar de entender aquello le costaba mucho a Leni, realmente no entendía porque debían ser malas con Lincoln y tratarlo de esa forma, el era un niño muy dulce y amable que no se merecía eso. Podía entender que sus hermanas se hayan molestado con él por la forma tan fea en que las trato aquella vez, pero eso fue hace años, Leni lo había perdonado hace mucho tiempo ¿Por qué el resto de sus hermanas no podían hacerlo? Lo único que hacían todas era alejarlo cada vez más, tanto que ahora Leni no tenia oportunidad de verlo en casa, el salía temprano de casa, mucho antes de que todos despertaran, y regresaba tarde también, cuando ya todos estaban en sus cuartos. Aunque le era algo confuso el orden y las intenciones, Leni podía recordar que el primero en hacer eso fue Lincoln, antes que ellas dejaran de hablar con él, fue el mismo quien dejo de hablar con ellas. Al menos eso decía Lori siempre, pero Leni podía recordar que Lincoln nunca dejo de hablarles, el solo comenzó a alejarse, para ella fue triste ver como su hermanito menor paso de ser un niño alegre y muy activo, a uno muy furioso y triste, el cual solo se dedicaba a decirles cosas malas, pero lo que más le dolía es que después de eso, Lincoln se convirtió en un niño triste y solitario. Lori e incluso Lynn solían decir que no había problemas con eso, pero Leni sabía que eso no podía ser normal, no entendía como, solo era algo que sentía al verlo como era ahora, un niño serio, que había dejado de sonreír y que evitaba estar con todos. Y no era la única que pensaba así, había al menos dos hermanas más que también creían que Lincoln estaba pasando un mal momento aunque no quisiera decírselo a nadie.
Pasado un buen rato, la bebé se había cansado de tanto jugar junto a Leni, así como también había llegado aquella que se había convertido en su hora de sueño gracias a la guardería, por lo que Leni, entendiendo que la pequeña dormiría un buen rato, prefirió llevarla hasta su cuarto para hacerla dormir ahí. Fue primero a la cocina y tomo uno de los biberones que preparo Lori más temprano, tal y como le habían enseñado, lavo bien sus manos antes de tomar el recipiente, después lo agito con fuerza cubriendo el orificio de la punta para evitar que el contenido se derramara. En seguida lo metió en el microondas y presiono el botón que tenía un dibujo de un bebé sonriendo, su mamá y Lori fueron muy claras, ese era el botón especial de Lily, así que debía usarlo para que su biberón supiera mar rico y no le quemara su boquita de bebé. Cuando el aparato termino, sujeto a Lily entre brazos, quien hasta ese momento la seguía a doquiera que iba mientras gateaba, y tomo el biberón para subir las escaleras en dirección al cuarto que la bebé compartía con la niña genio. Recostó a Lily suavemente sobre su cuna y se quedo con ella hasta que la bebé finalmente se durmió con su biberón aun en la boca.
Salió de la habitación y no pudo evitar ver nuevamente en dirección al cuarto de blancos, dudando en sí debería ir para ayudar a su hermano. No solo la hacía dudar el temor que tenia a recibir un regaño de su hermana mayor, quien parecía empecinada en mantener la distancia entre ellos; entre todas sus hermanas y él, sino también lo que Lori le dijo el día anterior. Aunque desconocía los detalles, parecía ser que Lincoln estuvo en un accidente que lo dejo lastimado de un pie y muy maltratado del rostro, y aunque parecía ser que sus heridas no eran preocupantes para el médico que lo atendió, según Lori si se veían muy mal. Leni era alguien sensible para ese tipo de cosas, por lo que no sabía si sería una buena idea ver a Lincoln en ese estado, aun así lo extrañaba y le gustaría ayudarlo ahora que estaba enfermo, además de esperar que se diera la oportunidad de hablar con él.
Detrás de ella, más allá de las escaleras, se pudo escuchar una puerta abrirse, aquel característico sonido chirriante que la casa hacia en casi todas sus puertas debido a lo viejas de sus bisagras. Leni volteo curiosa ante el sonido y pudo ver a su hermana mayor saliendo de su cuarto, la hermana alfa también la volteo a ver y enseguida camino hacia ella.
—¿Dónde está Lily?— pregunto la rubia que bestia un short de mezclilla.
Leni no respondió nada, simplemente señalo a la cuna de la bebé mientras se movía un poco al lado, permitiendo a su hermana mayor asomarse dentro del cuarto y ver que Lily dormía tranquilamente.
—Lori ¿no deberías estar cuidando a Lincoln?— pregunto Leni, flexionando sus codos para permitir que sus manos suban hasta la altura de su pecho y dejando que sus muñecas se destensaran, consiguiendo con ello que colgaran un poco, casi como si quisiera imitar los pequeños brazos de un dinosaurio.
—Claro, eso hago Leni. Ya es bastante tarde y creo que es un buen momento para el almuerzo. Bajemos a preparar algo para los tres.
Leni sonrió ante aquella propuesta, estaba feliz, Lori hablo de tres personas, ellas serian dos, y Lily ya había comido, por lo que la tercera persona era Lincoln. Después de todo Lori si estaba cuidando de Lincoln, esta vez incluso lo incluyo para el almuerzo.
Azul Traslúcido
Siendo una niña pequeña, la vida era sencilla en general, las preocupaciones pocas y la felicidad mucha, especialmente cuando se tiene nueve hermanas con las que pasar el rato. Aunque eso no era necesariamente correcto, después de todo la diferencia de edades hacia que convivir con algunas de ellas fuera difícil y a veces hasta incomodo. Pero para Lana aquello no era ningún problema, después de todo, tenía a Lola, su gemela, y también su hermana favorita aunque hubiera muchas ocasiones en que sintiera que no la toleraba.
Esa mañana habían despertado temprano, casi tanto como lo hacía cuando tocaba ir a clases, en realidad ese día tenía clases, pero debido a que se quedaron una noche más en el campamento con la tía Ruth y el abuelo Albert, no asistirían a las clases del día. A Lana no le importaba mucho perder un par de clases, aunque sentía que era un desperdicio no ir a la escuela, después de todo era el único momento en que podía ver a sus amigos, aun eran muy pequeños para que los dejaran salir solos y para Lana, pedir ayuda a sus hermanas mayores con eso era cada día mas difícil, todas estaban ocupadas siempre haciendo un montón de cosas, en especial Lori. Pero no había ningún problema, podría pasar la tarde con Lola, aun cuando a ella no le gustaba ensuciarse y prefería jugar cosas muy femeninas, Lana estaba dispuesta a aceptar aquello con tal de pasar un rato junto a su princesa.
Iba sentada en vanzilla, al centro en la segunda fila de asientos, justo junto a su gemela. Ambas venían tomadas de la mano mientras Lola se apoyaba en Lana al dormir de una manera muy poco agraciada, con su boca abierta y algo despeinada por culpa de su postura. Lana sonreía cada vez que la veía así, deseaba tener una forma de capturar aquel momento. Sabía que podría simplemente pedirle a Lynn, quien estaba a su diestra, que tomara la foto y después la compartiera con ella, pero seguramente la usarían para molestar a Lola. Lana entendía que Lola se merecía cada una de las veces que sus hermanas la molestaban, pues siempre era en represaría al pesado y molesto comportamiento que tenia la gemela menor, pero aun así prefería evitarle aquel mal trago. Era su hermana menor y debía protegerla.
El camino a casa se vio interrumpido repentinamente cuando su padre realizo una maniobra algo cuestionable al volante. Un pequeño volantazo hizo que vanzilla sacudiera un poco a sus pasajeros y después un repentino frenado los hizo separar sus espaldas de su asiento. Aquello molesto mucho a Lana, pues debido a lo repentino de aquello, Lola termino por estrellar su rostro contra el asiento delantero. La pobre rubia que vestía su conjunto deportivo de color rosa termino llorando, no solo por el suave golpe que termino recibiendo; el cual Lana se aseguro de que no fuera tan fuerte gracias a sus rápidos reflejos, sino por el gran susto que se dio por lo ocurrido. Lana pensó incluso en reclamar a su padre por aquella forma de conducción tan temeraria que realizo, pero de inmediato se dio cuenta que aquello seguramente estuvo cerca de ser un accidente. El hombre al volante, con un rostro pálido y una respiración agitada pregunto a su familia si estaban bien, mientras lentamente detenía el vehículo. Al bajar Lana no pudo más que dar un enorme suspiro de alivio, aquello no pudo ser de ninguna manera un accidente, solo era su sensible padre exagerando la situación tanto como para asustar a su familia… de nuevo.
Vanzilla había pasado sobre los restos de un neumático mientras transitaba, quizá aquellos restos pertenecían a uno de esos tráiler que tienen tres ejes, y su padre, de manera descuidada, vio aquello demasiado tarde, dando aquel volantazo y frenado repentino pensando que quizá atropello algún animal. El susto en la familia se disipo rápido mientras Lana revisaba la llanta, había ido a la parte trasera de vanzilla para sacar la caja de herramientas, lamentablemente no pudieron arreglar aquel pequeño desperfecto. La llanta perdía aire muy rápidamente debido a que se pincho con algún trozo de metal salido de quien sabe dónde y, por alguna razón que Lana no entendía, el gato hidráulico no estaba, por lo que su única opción fue llamar a una grúa.
De nuevo en casa Lana debió lidiar con el mal temperamento de su gemela, la forma en la que despertó debido al descuido de su padre la hizo tener un marcado mal humor toda la mañana, especialmente porque, a pesar de que la grúa asistió rápidamente, tardo lo suficiente como para que se perdieran su almuerzo, lo cual era malo ya que su único desayuno fue un vaso de leche y algo de pan casero. Pero todo mejoro cuando su padre preparo una merienda, Lola al fin perdió el hambre que tenia y su humor mejoro bastante, por lo que pasar el tiempo con ella sería más llevadero. Jugaron en su habitación, pusieron una película en su computadora portátil y la dejaron de fondo mientras ellas usaban sus muñecas para jugar, lo cual ponía feliz a Lana. No consiguió ver a sus amigos ese día, pero sabía que sin importar lo que pasara, su hermana gemela estaría con ella siempre.
Al cabo de un rato jugando, ambas gemelas comenzaron a escuchar voces en la planta baja de la casa, pero no prestaron mucha atención a ello hasta que notaron como alguien subió apresuradamente las escaleras. Presas de la curiosidad asomaron sus cabezas por su puerta tratando de escuchar mejor las voces, provenientes de Lori y Lisa. No había mucho que entender, sus voces no eran lo suficientemente altas como para escuchar la conversación, pero Lori parecía por momentos estar molesta, aunque eso no sorprendía a ninguna de las gemelas. Cuando al fin ambas decidieron caminar hasta la escalera de la casa, presas ya de una curiosidad enorme, se congelaron en el acto antes de bajar al ver como sus padres entraban por la puerta principal, ambos con una aparente molestia en sus rostros. Los gritos de su madre dejaron en claro lo que sucedía, algo pasó con Lincoln y era culpa de Lori por no cuidarlo. Al menos eso es lo que las gemelas pudieron entender desde aquella distancia.
De un momento a otro, ambos padres, Lori, Lisa y Lincoln salieron de la casa, acompañados del novio de Lisa, a quien no notaron en qué momento llego, dejando claro entre gritos que Lincoln estaba herido y que se veía bastante mal por eso.
—¿Crees que Lincoln me deje tocar sus heridas cuando regrese?— pregunto Lana mientras aun seguía sobre las escaleras, sujetando con fuerza la mano de su gemela.
—Eso da igual— respondió la rubia con el cabello suelto, volteando a ver a su gemela mientras una mueca de desagrado causada por lo dicho se terminaba de formar en su rostro—, aunque él te de permiso, no creo que Lori te deje siquiera acercarte.
Aquello era verdad, Lori no la dejaría hablar con Lincoln. Pero, siendo sincera consigo misma, lo cierto es que Lana sabía que aun con el permiso de Lori, no hablaría con su hermano. No sabía cómo hacer aquello, ese chico era tan extraño para ella y tan lejano también, nunca sabía como reaccionar al estar frente a él. Podía recordar como solía ser, pero eso había sido hace tanto tiempo, ahora solo le parecía alguien antipático y ermitaño. Eso y que la forma en la que Lola a veces hablaba de él la molestaba mucho.