Cuando las clases terminaron Lincoln se sintió presa del pánico, al momento de levantarse, tanto él como sus compañeros de clase notaron a Clyde seguirlo a unos pasos de distancia, y al pasar por la puerta del aula, otro de los secuaces de Chandler ya lo esperaba ahí, era uno de los tipos grandes que lo tiraron al suelo y lo golpearon cuando el castaño termino en el piso producto de un cabezazo. Ambos chicos eran reconocidos por ser parte de la pandilla de Chandler, por lo que en los pasillos, nadie podía evitar mirar hacia ellos, era quizá el espectáculo más curioso que verían en lo que resta del año escolar sin lugar a dudas. Al centro estaba ese chico raro que no tiene amigos, el que usa ropa vieja y que no habla con nadie, aquel que todos saben causa tanto interés en Chandler, quien lo puso como objetivo principal desde hace mucho tiempo, aquel chico cuya única cosa que lo hacía resaltar era su peculiar cabellera blanca, la cual estaba muy maltratada y desordenada. A ojos de todos en la escuela Lincoln era solo la versión opuesta de su hermana, en prácticamente todo sentido, lo único parecido entre ellos era su peculiar cabello, pero en todo lo demás eran antónimos perfectos. Ella una chica y el era un chico, ella era increíblemente popular dentro de la escuela y el era alguien de quien podías olvidarte por completo hasta topártelo de nuevo y recordar que existe, ella siempre está rodeada de personas, hablando con todas ellas y siendo el centro de atención, a él casi nadie lo ha escuchado hablar desde que saben de su existencia, ella es buena en deportes y una excelente pintora, para algunos quizá igual de buena que su hermana mayor, pero él es un completo inútil, sin ningún talento y al que nunca han visto participar en actividades deportivas que no sean las obligatorias, donde incluso encuentra una manera de evadir el ejercicio, ella siendo una de las cinco divas de la escuela, el siendo solamente un paria, ella con buenas notas la mayor parte del tiempo y el solo dando el mínimo requerido para no desacreditar el año. Muchos alumnos incluso desconocían su mala reputación pues él era bastante irrelevante en la escuela, solo sabían de el ya que su hermana era una de las chicas más populares de su curso, por lo que los extraños rumores alrededor de Lincoln solían perderse ante el poco interés que tenían todos en el dentro de la escuela. Seguramente la única persona que aun le interesaba quien era Lincoln y donde estaba era Chandler, ya que para nadie era un secreto como todas sus hermanas simplemente lo ignoraban y se mantenían alejadas de él.
A su derecha estaba aquel chico de piel negra y lentes, el cual generaba aquella extraña sensación de incomodidad con su sola presencia, nadie sabía si él era alguien bueno o alguien malo. Todos sabían que él estaba siempre con Chandler, nadie pensaba en ellos como amigos, pero sin lugar a dudas se notaba que el castaño apreciaba la compañía del de piel negra. Pero este ultimo jamás había sido visto acosando a nadie, por lo que sus compañeros no sabían que tan malo era en realidad, además de no ser una persona muy conversadora, por lo que pocas veces se le veía hablando de sí mismo y de las cosas que hacía o le gustaban. Pero era también aquel chico de piel negra que, al ser parte de la pandilla de Chandler, nadie quiere cerca, ni tampoco nadie quiere molestar, aun cuando el no haga nada por lastimar a otros, lo cierto es que tampoco impide que su jefe Chandler lo haga, por lo que es para todos más fácil pensar en el cómo alguien que te hará daño antes que defenderte.
A su derecha estaba aquel chico tonto y grandulón que nadie sabía cómo se llamaba, pero al que todos le tenían miedo debido a su corto temperamento y a su gusto por resolver problemas a través de la violencia física. Chico que todos estuvieron felices de que Chandler reclutara ya que era este quien lo mantenía a raya en todo momento.
Para Lincoln, su plan por la tarde era sencillo, usaría su beneficio como estudiante de esa escuela para solicitar el uso de una maquina en el aula de cómputo. Aunque no usaba mucho aquel derecho escolar, lo cierto es que era la única forma en que Lincoln podía tener acceso a internet y de alguna forma enterarse de la mayoría de las cosas que pasaban en su pueblo y en algunas otras ciudades. Su casa contaba con acceso a internet a través de una red inalámbrica, la cual incluso sabía que era de banda ancha ya que había escuchado a sus hermanas Lori, Lana y Luan hablar de lo beneficiosa que era, y por supuesto, todos en casa daban uso a aquella red, por lo que la banda ancha ayudaba a mejorar la experiencia de navegación en la red sin que esta se saturase o incluso terminara por detenerse periódicamente. Lincoln era el único que no podía dar uso a aquel servicio que sus padres se esforzaban por pagar, su teléfono estaba incapacitado para conectarse a una red inalámbrica, nunca supo porque, pero era fácil asumir que la antena receptora simplemente se había dañado y dejo de funcionar, aunque eso daba igual de cualquier forma, en caso de poder conectar aquel viejo teléfono a la red, la desgastada y muy dañada batería seguramente terminaría drenándose de inmediato si mantenía la pantalla encendida por mucho tiempo. También en casa la mayoría de los miembros tenían computadora personal, por lo que de no estar conectados usando sus teléfonos, podían estarlo en aquellas laptops, incluso había dos computadoras de escritorio en la casa, pero ambas eran bastante viejas y ya obsoletas, aunque por alguna razón nadie se había dignado a deshacerse de ellas aun. Los padres usaban sus maquinas para ayudarse con sus trabajos, era obvio, mientras que las hijas mayores la usaban como una herramienta indispensable en el apoyo de sus estudios en la que era ya una época de conectividad. Las menores, por otro lado las usaban mayormente como una fuente de entretenimiento, siendo que las gemelas compartían una misma computadora, aunque ninguna de las dos le daba demasiado uso, y siendo solo Lily y Lincoln quienes no tenían una propia. Por supuesto Lily no necesitaba de aquel aparato para nada ya que siendo una bebe seguramente lo destruiría antes de siquiera entender lo que es y que usos le puede dar. Por ello Lincoln, en caso de necesitar de acceso a internet o dar uso a las capacidades de una computadora, estaba obligado a solicitar permiso para usar una de las que la escuela poseía, afortunadamente para él eso era una de las ventajas que estudiar ahí tenia. Y ese era el plan para esa tarde, se tomaría su tiempo para buscar y estudiar un mapa de Royal Woods y saber qué lugares serian convenientes para el visitar, con la intención de ofrecer su servicio para podar el césped, en busca de algo de dinero. Quizá incluso podría trazar una ruta la cual después podría dibujar en una de las pocas hojas que aún le quedaban a su ya único cuaderno puesto que de querer hacer una impresión la escuela le pediría pagarla debido a lo costosa que parecía ser la tinta de aquella maquina. Con lo que había sucedido en la segunda clase, Lincoln había también agregado a la lista de pendientes para el uso de aquella maquina, el investigar el tema que a su equipo le atañía y que Stella dejo bastante claro debía conocer bien antes de la reunión en casa de Mindy el día miércoles. Después de aquello su día seria normal nuevamente, yendo a refugiarse al viejo parque hasta que regresara a casa posterior a la cena de su familia.
En su lugar, ahora iba escoltado por dos bravucones quienes lo llevarían hasta su jefe para que este le diera lo que muy probablemente sería la mayor paliza de su vida. Al llegar a la entrada de la escuela Lincoln vio como el otro chico grandulón y del cual tampoco sabía su nombre, los esperaba, aunque él no los siguió de inmediato, se quedo en la entrada intimidando un poco a todos los que salían de la escuela. Aunque Lincoln no fue capaz de notarlo debido que al sentirse tan intimidado no se atrevió a mirar a otro lugar que no fuera en dirección a sus pies, aquel chico que se quedo en la entrada parecía vigilar que ningún curioso los siguiera para saber qué pasaría con él.
El viaje fue largo, a pesar de que Lincoln asumió que irían al gran parque en el centro del pueblo, en realidad terminaron por ir al parque pequeño que estaba a varias cuadras en dirección a la salida de Royal Woods. Aquel lugar, al igual que el viejo parque, era poco concurrido, aunque no por ser feo, al contrario era un lugar muy hermoso, parecía un jardín gigante muy bien cuidado y frondoso, pero aburrido debido a que no tenía ningún juego infantil ni tampoco había cerca ningún centro de entretenimiento, por lo que aquel parque era visitado casi únicamente por ancianos que querían pasar un rato tranquilos en aquel pequeño oasis, alimentando a las aves y recibiendo la brisa o los rayos del sol en sus arrugados rostros. La caminata término hasta que se adentraron en la zona con árboles de aquel parque el cual Lincoln recién notaba era incluso más grande que el viejo, parque ahí ya lo esperaba Chandler, acompañado del último de sus secuaces. Tal parece que Lincoln en realidad lastimo al castaño ya que este se presento con una gaza que cubría su nariz, a la altura de aquel golpe que le dio el peliblanco.
—Bonito lugar, ¿no lo crees, Lemus?— Chandler se acerco a Lincoln al mismo tiempo que Clyde y el otro secuas genérico se alejaban— ¿no lo crees?
—Si— respondió Lincoln de manera apresurada, sabiendo que de no hacerlo el castaño arremetería contra el sin previo aviso, entendiendo lo que el repetir aquella pregunta le insinuaba.
—Aquí hay mucho espacio— dijo, extendiendo sus brazos para enfatizar aquella frase—, no tenemos que preocuparnos por el sol ya que las copas de los arboles dan bastante sombra y la brisa nos mantendrá frescos, aunque la verdad es que yo creo que el frio ya es demasiado. El suelo no es rígido gracias al césped y encima de todo este césped está bastante parejo, así que no hay peligro de tropezarse en el. Supongo que es debido a que este lugar solo es visitado por viejos que no tienen nada que hacer además de sentarse a ver pájaros comer mientras que la poca vida que les queda se les escapa entre los dedos como la arena.
Lincoln se mantuvo tan firme como pudo, estuvo casi al punto de verse estoico, pero aun se podía apreciar un rastro de temor en su mirada. Temía por su integridad física después de todo.
>>Esta bien, lo admito, eso ultimo no lo invente yo— confeso el castaño tras ver a los ojos de Lincoln solo por un instante—, recordaba haber leído algo parecido en algún libro y pase toda la mañana tratando de recordarlo. Al final no lo conseguí y tuve que inventarme una parte de la frase para que sonara poética y reflexiva. Pensé que sonaría genial, pero ahora que lo dije admito que suena bastante estúpido, es bueno que ella no estuviera aquí para verme decir esta porquería de frase— rio de manera exagerada, como era común en el—. Como sea Louis, ya estamos aquí y podemos comenzar con esto. Tuviste los huevos para golpearme e incluso te pusiste impertinente conmigo, así que toca una retribución, no puedo dejar que la gente vea como me haces eso.
—Nadie estaba ahí para verlo Chandler— Lincoln dijo aquello tratando de apelar a la cordura de Chandler, esperando algo de compasión de su parte.
—¿Además de estúpido también eres ciego? Clyde y el resto estuvieron ahí.
Lincoln encogió un poco su cuerpo, encorvando su espalda. Ciertamente hubo más personas que vieron aquello, pero todos eran secuaces de Chandler, estaba seguro de que no dirían nada a menos que quisieran enfrentarse a las represarías que aquel castaño loco pudiera tener con ellos.
—No quiero pelear Chandler…
—Oye Clyde, tengo una duda, ¿en algún momento pedí la opinión de Lucio?
Clyde respondió aquella pregunta solamente moviendo su cabeza en un gesto negativo, de haberlo intentado, Lincoln habría conseguido verlo hacer aquello de reojo.
>>Tienes razón Clyde, yo no le pedí su opinión, así que no digas cosas sin importancia Leo. Mejor prepárate para lo que está por comenzar, arroja esa porquería que usas como mochila y prepárate para recibir una paliza. Y más te vale que esta vez si te defiendas, debemos continuar con aquello que hiciste en la mañana, fue bastante divertido y aunque dolió bastante, valió la pena.
Lincoln dio algunos pasos a su derecha después de que Chandler le diera una señal con la cabeza, y dejo su mochila recargada en el césped, esperando que nadie ahí la tomara y quisiera arrojarla a algún charco de lodo o sobre las ramas de los arboles. Cuando regreso a su lugar no pudo evitar temblar, tenía miedo, Chandler le había dado palizas antes y eran muy dolorosas, también sabía que no podía escapar, sus secuaces lo detendrían si intentaba eso. También recordaba que el par de veces que intento escapar y fue capturado, la paliza a puño limpio que le propinaba Chandler término por convertirse en una lluvia de patadas y pisotones por parte de todos sus acompañantes. Era horrible pasar por aquello, contrario a lo que uno pensaría, eran los pisotones los que dolían mas, también daba igual a si era sobre el estomago, en los costados o incluso en la espalda, cada golpe lo dejaba sin aire y le hacía muy difícil respirar. Levantarse en esas circunstancias era prácticamente imposible, y el dolor lo hacia encogerse, por lo que tampoco tenía la opción de tratar de salir corriendo de ahí. Chandler lo amenazo con una gran paliza, por lo que esperaba algo de ese estilo, aunque esta vez Lincoln podía decir que se lo busco solo, después de todo le dejo una herida en el rostro al castaño.
Chandler se abalanzo sobre el peliblanco rápidamente, casi corriendo desde donde estaba, Lincoln no supo qué hacer, así que solo dio un par de pasos hacia atrás mientras levantaba ambos brazos para tratar de cubrir su rostro, pero aquello no fue efectivo en absoluto, el puño de Chandler llego directamente hasta la mejilla izquierda de Lincoln. Era la tercera vez ese día que recibía un golpe en ese lugar y ahora tenía el temor de que quizá eso terminara por tumbarle algunos dientes o abriendo su piel. El golpe agito su cabeza, aunque no le hizo perder de vista lo que sucedía, solo causo un dolor más agudo que el de la mañana mientras comenzaba a sentir como su mejilla se calentaba cada vez mas. El segundo golpe le dio de lleno en la sien derecha, muy cerca de la ceja, consiguiendo que Lincoln se confundiera un poco ante la pérdida de enfoque que tuvo en su vista con aquel golpe que no vio venir, pero que tampoco le causo verdadero dolor. El tercero fue directo a su estomago y pudo sentirlo por completo, no se sintió como un puñetazo, fue más parecido a un pellizco que dejo adolorido su vientre y que le saco el aire mientras lo hacía encorvarse por el punzante dolor.
Después de eso pudo sentir como Chandler simplemente ponía sus manos sobre sus hombros y lo empujaba con fuerza para hacerlo caer sobre el suelo, tal y como dijo el castaño, el césped hacia más suave aquella caída, pero no evito que Lincoln sintiera un dolor en su espalda a pesar de caer sentado y consiguiendo dejarlo aun mas sofocado ante la pérdida de aliento.
—¿Qué esperas para defenderte? Te traje aquí para pelear contigo, no para que te quedes como idiota recibiendo golpes. Eso dejo de ser divertido hace mucho tiempo.
Lincoln levanto su mirada lentamente, aun tratando de recuperar el aliento, pero no intento cruzar miradas con Chandler, en su lugar miro a su alrededor, sabía que si intentaba huir no tendría ninguna oportunidad, pero esperaba ver a alguien cerca a quien pedirle ayuda. Sabía que ese parque debía de tener gente en él y aun cuando la mayoría serian seguramente ancianos, debería ser suficiente para que pudieran detener ese escenario tan lamentable.
>>Cuando alguien te hace una pregunta debes responder idiota— reclamo Chandler, dándole una patada en el costado a Lincoln, quien solo se cubrió con su brazo—. Ahora levántate y comienza a defenderte, esta mañana parecía que te habían crecido las bolas, quiero verlo de nuevo. Es gracioso ver el rostro que pones cuando te enojas.
—¿Por qué me haces esto?— pregunto Lincoln, tratando de incorporarse— ¿Por qué me odias?
—No pongas palabras en mi boca idiota, yo jamás he dicho que te odio, solo es divertido molestarte. Siempre te quedas con esa cara tan estúpida que tienes, mirando fijamente mientras todo sucede, pero no haces nada por defenderte, antes eso era muy gracioso de ver. Aunque ambos sabemos que todo esto comenzó por la paliza que me diste hace años. Fue genial sabes, parecías un maldito lunático aquella vez y tus golpes eran bastante dolorosos. Todos en el club de futbol vieron aquello, la verdad fue bastante vergonzoso recibir semejante paliza ante tanta audiencia, pero ahora es un buen recuerdo.
—Yo me disculpe por eso, de verdad lamento haberte hecho eso…
—Esto no es porque quiera una disculpa— interrumpió el castaño—, y lo sabes bien. No sé porque te gusta pretender que no sabes nada, pero es muy molesto que trates a la gente como si fueran todos estúpidos. Por eso la gente no te soporta, apuesto a que es también por eso que las locas de tus hermanas tampoco quieren hablar contigo.
Lincoln no supo cómo reaccionar, a pesar de lo que dijo Chandler, el realmente no sabía que es lo que tenía en mente o cual era su verdadera razón para tratarlo de aquella forma, mucho menos trataba como estúpido a nadie. "¿Qué demonios tiene en la cabeza?" se pregunto Lincoln, dejando en claro su confusión a través de su expresión.
Chandler volvió a acercarse a Lincoln con violencia, soltando un derechazo directo al ojo del peliblanco, el cual lo recibió a pesar de que intento esquivarlo, en seguida un golpe aterrizo en su mejilla izquierda y después una patada directa a su tobillo izquierdo, la cual lo hizo perder el equilibrio y caer nuevamente, esta vez sobre su costado.
>>Da igual, aquellas veces me humillaste así que solo quiero algo de retribución. Ya sabes, devolverte el favor o alguna de esas cosas psicológicas que no entiendo bien. Después de la primera paliza lo intente, pero solo conseguí que me diera una fiebre por culpa de la segunda paliza y una contusión en la tercera, aun lo recuerdo bien— Chandler rio en tono alto, pero se escuchaba verdaderamente divertido con aquello que dijo—. Toda la reputación que había conseguido hasta ese día se desmorono por tu culpa, tuve que volver a empezar casi desde cero gracias a que todos vieron como me venció el niño anciano.
>>Pero lo peor fue cuando lo volví a intentar otra vez, estaba seguro de que te ganaría y de hecho lo hice, pero aquella vez no te defendiste, ni tampoco ninguna de las siguientes veces. Te dejabas apalear y eso era frustrante, ganarle a alguien así es más humillante que recibir una paliza. Me debes aquella pelea desde entonces Lincoln, así que más te vale ponerte de pie y prepararte para dar algunos golpes y patadas, no te contengas, si me ganas podrás presumirlo con todos, puede que hasta comiences a mejorar tu reputación.
—No quiero pelear contigo Chandler, no soy bueno en eso, además ya me canse y lo único que hice fue recibir golpes.
—¿Por qué te volviste tan aburrido? Antes eras alguien bastante genial. No tan genial como yo, claro está, pero eras bastante genial. ¿Fue culpa mía? ¿Te volviste aburrido porque a partir de nuestro cuarto encuentro perdiste todas nuestras peleas? No respondas, sé que no es así, de alguna manera todos en la escuela saben que es culpa de tus hermanas.
Lincoln frunció el ceño ante aquello, causando una pequeña sonrisa en Chandler, quien se sintió complacido con la forma en que Lincoln reaccionaba.
>>¿Qué sucede? No puedes negarlo, cualquiera puede verlo, algo pasaba entre tú y ellas. Nunca supe el que, pero tampoco me importa saberlo, supongo que fueron cosas de familia, aunque ¿sabes algo? Cuando volviste a pelear con ellas comenzaron muchos rumores sobre eso— Chandler rio de manera sínica ante eso ultimo, haciendo que Lincoln sintiera que algo no estaba bien— ¿Llegaste a escucharlos?
Lincoln se mantuvo en silencio, con su ceño aun fruncido y ya algo molesto con Chandler, aunque aun atento a cualquier persona que pasara cerca del lugar, esperando a pedir ayuda.
>>Apuesto a que llegaste a escuchar muchos de los rumores, eran bastantes después de todo, pero eran bastante graciosos. Uno decía que tus hermanas dejaron de quererte por no ser talentoso como ellas, creo que aun ahora ese rumor suena de vez en cuando. En otro decían que dabas mala suerte y por eso tu familia comenzó a mantenerte alejado, aunque ese era bastante estúpido. Otro decía que eras adoptado y cuando todas ellas se enteraron dejaron de quererte, pero ese rumor era bastante estúpido, era imposible que fueras adoptado, tu y aquella bruja blanca se parecen demasiado para no ser hermanos. Aunque pensándolo bien podrían ser adoptados ambos. ¿Qué opinas tú? ¿Podrían ser tus padres tan idiotas como para adoptar unos gemelos sabiendo que tienen tantas hijas? Creo que es posible.
Chandler rio descaradamente ante aquel comentario y causo mas enojo en Lincoln, quien poco a poco acumulaba su molestia, dejándola ver únicamente en su ceño fruncido.
>>Mi rumor favorito era ese que decía que tú te le declaraste a una de tus hermanas y comenzaste a darle asco a todas por ser un enfermo. Yo invente ese, lo sé, fue bastante ingenioso y gracioso. Estuve pensando incluso en iniciar otro rumor sobre ti, algo mejor que el de estar enamorado de tus hermanas, pensé en decir que solías escabullirte en la habitación de Leni para robar su ropa interior y usarla para masturbarte o algo así, quizá decir que entrabas en el cuarto de ella para masturbarte mientras la ves dormir y venirte sobre su cara. Es tan estúpida que seguro no lo notaria a la mañana siguiente.
Lincoln se puso de pie muy molesto, ahora sus puños estaban cerrados con fuerza y se notaba claramente su intención de decir algo, pero Chandler no se lo permitió, continuo antes de darle oportunidad.
>>Pero pensé bien aquello y decidí no hacerlo, no era tan genial ni tan gracioso, debía ser algo mucho más escandaloso. Y de pronto, Eureka, la idea vino a mi mente, esparcir exactamente el mismo rumor, pero llevarlo al extremo. No estarías aprovechándote de tu hermana mayor retrasada, lo harías con una de las menores. Quizá con una de las gemelas, las visitabas en su habitación por la noche y las mancillabas mientras dormían…
—¡Cállate!— le grito Lincoln, ya habiéndose acercado a Chandler y sujetándolo una vez mas del cuello de su camisa, con su mirada fija en él y mostrándose completamente furioso— ¡No digas nada más! ¡Yo jamás le haría algo así a ninguna de ellas! No te atrevas a decir eso en la escuela.
—Necesitas amigos— mención Chandler riendo y dejando que Lincoln mantenga el control de aquella situación—, empecé a esparcir ese rumor hace como dos semanas, ya hay bastante gente hablando sobre eso y…
Chandler no pudo continuar, una vez más un cabezazo lo mando directo al suelo mientras se quejaba por el dolor. Lincoln se abalanzo sobre él con la intención de soltar su ira, aquello que había dicho estaba completamente fuera de lugar. Lincoln no sería capaz de hacer algo así a ninguna de sus hermanas jamás ¿Qué clase de persona puede pensar en algo así? Siendo ellas sus hermanas no había forma de verlas más que como eso, ni tampoco tendría él la poca vergüenza y falta de valores como para asaltar a alguien mientras duerme. Y ahora tenía que lidiar con que aquello ya se hablaba en la escuela desde hace un par de semanas, para él no era nada nuevo lidiar con mala reputación, podía tolerar que la gente hable a su espalda y le diga cosas horribles o hasta le deseen la muerte, pero aun así no podía evitar sentirse muy enojado, pero sobre todo muy triste. Si realmente Chandler esparció ese rumor en la escuela, no solo la reputación de Lincoln se vería afectada, la reputación de sus hermanas también terminaría por mancharse de una u otra forma. No podía permitir que algo así pasara, tenía que detener aquel rumor y lo haría haciendo que la fuente del mismo se retractara de él. Haría que Chandler se disculpe por iniciar ese rumor y lo obligaría a confesar que aquello era una mentira para que no afecte a ninguna de sus hermanas.
—No esta vez— aclaro Chandler, mientras se ponía de pie después de haber lanzado a Lincoln usando sus piernas cuando este había terminado sobre el tratando de golpearlo—, eso te funciono aquellas veces porque era demasiado tonto, pero no te va a funcionar ahora. ¿Tanto te molesta que la gente diga cosas así sobre ti?— pregunto en un tono burlón mientras dos de sus golpes hacían contacto contra la cara y pecho de Lincoln— Pensé que te daba igual lo que los otros pensaran o como te veían. Al menos eso dijiste un par de veces, aunque no es difícil de creer eso si me lo preguntas— una patada directa al tobillo izquierdo de Lincoln lo hizo caer al suelo nuevamente—. Solo hay que verte, mira tu ropa vieja y descolorida— Lincoln rodo sobre el suelo esquivando un pisotón que por poco le da en la cabeza, para en seguida ponerse de pie—, esos malditos tenis son horribles y puedo apostar a que no los compraste, seguro los conseguiste en algún bote de basura— Chandler esquivaba con mucha facilidad los golpes de Lincoln que eran muy lentos y amplios, mientras el conectaba con su cuerpo en cada intento—, y esas extrañas canas tuyas, son tan horribles que parecen un maldito estropajo. Incluso tu cara es horrible, ¿es que acaso nunca duermes? Las marcas en tus ojos son enormes— Lincoln comenzaba a lucir cansado debido a su incapacidad para esquivar y frustrado debido a que no podía conectar ni un solo golpe—. Maldición Lincoln, son gemelos y son tan diferentes, tu estúpida hermana es tan hermosa y popular, apuesto a que la piel de su trasero debe ser muy suave— Chandler consiguió tumbar a Lincoln una vez más con un golpe al tobillo— y su cabello es tan sedoso, me pregunto si su vagina tendrá también vellos de color blanco ¿Qué me dices Lincoln?— pregunto Chandler, tomando ventaja de estar sobre Lincoln— ¿Alguna vez la has visto? Apuesto a que si, viven en la misma casa, seguramente la has espiado mientras se baña o algo así— Lincoln solo podía cubrir su rostro ante la lluvia de golpes que Chandler le daba— o ¿será que ella misma te dejo verla? Claro, tiene muchos chicos tras de ella y tal parece que a todos les hace caso, debe ser una puta, si se lo pides seguro que te posaría mientras la usas como material de masturbación. Quizá yo se lo pida la…
Chandler no pudo continuar, un golpe impacto de lleno en su cara, directo en su ojo izquierdo, con una intensidad tan brutal que el desconcierto le hizo olvidar donde estaba o que es lo que hacía. Su espalda quedo erguida al momento del golpe, mientras ambos brazos caían sin gracia, dando la impresión de que la fuerza en ellos se había desvanecido, aquellos que veían la pelea como espectadores pudieron ver el rostro de Chandler perder cualquier expresión, de camino al suelo parecía que perdía por completo cualquier atisbo del enojo y la emoción que instantes antes irradiaba, mientras sus ojos perdían cualquier brillo en ellos e incluso parecían haber perdido su vida. Termino por desplomarse en el suelo de manera dura, parecía que hubieran arrojado algo al suelo por el extraño ruido que provoco, y casi de inmediato gruño un poco antes de ser interrumpido. Lincoln al ver como Chandler caía sobre su espalda, trato de ponerse de pie de manera apresurada, utilizando su pierna derecha como apoyo, pero cayó de manera instantánea al primer paso. Estaba adolorido por todos los golpes que Chandler le había dado, cada uno de manera certera y con una cadencia que probo ser bastante brutal, mientras que su cansancio era ya bastante, no tenía idea de cuánto llevaban peleando, y por mucho que le avergonzara admitirlo, seguramente solo eran unos pocos minutos, menos de una decena quizá, pero Lincoln estaba ya completamente agotado. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que sintió su cuerpo victima de tanto agotamiento, y su pesada y malograda respiración así lo demostraban, siendo tan caótica que debía usar su boca para poder abastecerse de aire. También comenzaba a sentir el mismo ardor de un par de días atrás, surgiendo desde su estomago y subiendo rápidamente hasta llegar a su garganta, quemando de manera molesta todo a su paso, aquello fue repentino y consiguió que Lincoln tosiera de manera errática tratando de recuperar el aliento, pero con ello consiguió únicamente que aquel liquido que había subido hasta su garganta, terminara subiendo aun mas hasta alojarse en sus fosas nasales por culpa de aquel espasmo. Sus ojos, los cuales ya habían comenzado a llorar hacia varios golpes, derramaron mas lagrimas producto de todo aquello, pero sobre todo de la frustración. Pero nada de esto fue lo que lo hizo caer, fue su intento de caminar, al dar el primer paso, recargando su pie izquierdo al hacerlo, pudo sentir un intenso dolor punzante que recorría desde la planta del pie hasta llegar a su cadera, lo que le hizo tropezar en su intento de no recargar el pie por más tiempo para evitar aquel dolor.
Pero Lincoln seguía molesto, aquellas cosas dichas de sus hermanas eran horribles y no permitiría que Chandler siguiera diciéndolas, le daría una lección para que se retracte y cambie aquella actitud. No pensó en defenderse nunca, pues nunca había visto a Chandler como alguien verdaderamente amenazante, era solo un chico que intimidaba un poco y que gustaba de imponerse a través de la violencia verbal y ocasionalmente la física. Lincoln podía recordar las palizas que ese castaño le había propinado antes, pero ninguna había sido como esta, en el pasado el bravucón únicamente se limitaría a darle algunos golpes en el cuerpo, mayormente en el torso, evitando dejar cualquier marca en sus brazos o rostro que evidenciara los golpes. Algunas veces incluso lo sometía y teniéndolo en el suelo le propinaba algunas patadas, pero sin mucho esfuerzo podía notar la fuerza que utilizaba, era únicamente intimidación, no había ninguna animosidad en aquellos golpes, eran solo sus puños escupiendo las mismas groserías que su boca, pero un poco más dolorosas, en ningún momento le pareció que realmente tuviera la intención de lastimarlo. Esta vez había sido completamente diferente, cada golpe que recibió fue con una fuerza que nunca antes sintió venir de Chandler, su rostro también estaba diferente, mostrando aquella extraña mueca que no pudo interpretar y que parecía mostrar sus nuevas intenciones de lastimarlo verdaderamente. Pese a todo Lincoln podía tolerarlo, cada golpe, cada insulto, cada ocasión en la que Chandler consiguió mandarlo al suelo, pero lo que no estaba dispuesto a tolerar era aquellos insultos dirigidos a sus hermanas, en especial a Leni. Hace solo un día que había tomado la decisión de volver a intentar arreglar las cosas con ellas, así que no permitiría que alguien digiera aquel tipo de injurias sobre ellas solo para provocarlo. Lincoln lo sabía bien, a pesar de ser un mal estudiante, seguía teniendo un sentido común normal, podía entender que todas aquellas cosas que Chandler le decía sobre sus hermanas eran seguramente falsas, después de todo no había precedente de aquello, Chandler siempre se limito a molestarlo a él y provocarlo, jamás lo había escuchado decir nada de ninguna de sus hermanas excepto de Lynn, a quien solo mencionaba en presencia de su novia. Era obvio lo que Chandler pretendía, aunque lo lamentaba mucho, Lincoln había caído en sus provocaciones, aun cuando sabia que lo eran. Pero el enojo no iba a desaparecer solo por entender que mentía, aun si era de esa forma, Chandler dijo aquellas cosas horribles de Leni y de sus hermanas menores, las cosas dichas a cualquiera de sus hermanas mayores solian representarle problemas menores, Lori sabia defenderse sola, al igual que Luna y Lynn, en el caso de Luan, sabía que Luna siempre estaría para ella, sea para apoyarla o sea para defenderla, pero en cualquier caso Luan era también una chica capaz de defenderse si la situación la obligaba. Pero Leni era incapaz de pensar mal de alguien, incapaz de dudar de otras personas, incapaz también de intentar insultar o agredir a alguien de una forma que no fuera poner aquella mirada tan intensa, pero al mismo tiempo tan tierna o sujetando con fuerza la muñeca de las personas, como si en su mente ella tuviera la fuerza necesaria para que el apretón causara algún daño, pese a que la realidad es que aquello no lastimaría ni a las hermanas pequeñas. Leni no podía hacer daño a nadie ni tampoco defenderse por si misma, ella necesitaba atención en todo momento y Lincoln lo sabía, a lo largo de los años, y entre mas entendía la delicada situación de Leni, pudo ver como su hermana mayor Lori había hecho muchos sacrificios por el bien de ella, se había resignado a perder muchas cosas y experiencias de su juventud con tal de cuidar de Leni y mantenerla a salvo, alejada de gente que le pueda hacer daño o que intente aprovecharse de ella. Si Lincoln permitía que Chandler digiera aquellas horribles cosas sobre Leni, no solo estaría dejando que mancillaran la reputación de su hermosa y adorable hermana mayor sino también dejaría que mancillaran todo el esfuerzo y sacrificios que Lori ha hecho con la finalidad de protegerla.
Aun cansado, bastante mareado, muy adolorido y ahogándose un poco con su propia saliva por culpa de los tosidos que aquel reflujo le provocaron, Lincoln trato de ponerse de pie una vez más al ver que Chandler no parecía estar capacitado para incorporarse. Abrumado por el dolor en su pie izquierdo opto por gatera hasta ponerse sobre Chandler y sin piedad y tratando de soltar todo ese odio u enojo que tenia encima, lo golpeo repetidas veces en el rostro. Después del primer golpe pudo ver como Chandler pareció reaccionar al fin, parecía haber salido de un estado de shock, o quizá había despertado después de estar inconsciente, recibiendo el segundo golpe y todos los posteriores a ese, defendiéndose con sus manos y quejándose mucho de aquellos duros puños que Lincoln dejaba caer sobre él. Lincoln lo escucho gritar algo en medio de sus quejidos, pero estaba tan concentrado en dar golpes que no pudo entender aquello, simplemente siguió tratando de conectar otro golpe al rostro de Chandler sin mucho éxito. Aquellos que veían todo como espectadores estaban pasmados, no era como se veía en las películas ni tampoco como en aquellos videos de peleas callejeras, los movimientos del peliblanco eran lentos y torpes, quizá hasta algo graciosos de ver de no ser por lo brutales que sonaban los quejidos del castaño ante cada uno, siendo este ultimo incapaz de levantarse debido a que tenia a Lincoln sobre si y dándole una lluvia de puños sin descanso. Ambos se veían muy cansados, pero sobre todo muy desorientados con todo lo que había pasado, el castaño se veía aun atento a lo que pasaba, quejándose de los golpes que recibía y en su rostro se podía ver algo de miedo además de tener aquella respiración pesada que demostraba su cansancio. Pero Lincoln era diferente, el a pesar de tener el control de la pelea en ese momento, no podía parar de llorar, sus sollozos eran apenas perceptibles pero las lagrimas de sus ojos caían de manera profusa, también podía escucharse su hipar ocasional acompañado de un pequeño espasmo.
Clyde y el resto de los presentes estuvieron muy tentados a detener aquel espectáculo tan lamentable y algo retorcido, pero Chandler había sido muy claro cuando hablo con ellos antes de salir de clases, nadie debía interferir y debían dejar que pasara todo lo que tuviera que pasar. Incluso ahora que estaba siendo sometido Chandler les grito una advertencia en cuanto los vio acercarse, y en verdad ninguno de los ahí presentes quería llevarle la contraria, se veía muy serio y emocionado con esta pelea antes de comenzarla, y detenerla seria contradecirlo, ninguno de ellos estaba dispuesto a que Chandler lo botara por hacer aquello, Chandler era un bravucón y una persona casi siempre nefasta, pero tenía muchas ventajas el permanecer a su lado, por lo que en realidad ninguno de los presentes estuvo dispuesto a salvarlo por irónico que eso pareciera. Para tranquilidad de ellos, la pelea no duro mucho más, de manera veloz y bastante inesperada apareció una chica de cabello castaño peinado en una larga coleta y adornado con un moño color azul. Era la novia de Chandler. Se acerco a ellos apresurada y sin temer recibir algún golpe por lo que hacía, tomo a Lincoln para levantarlo y después arrojarlo, alejándolo de Chandler, a quien en seguida se acerco para auxiliar.
Cuando fue arrojado, Lincoln sintió la increíble fuerza que aquella chica castaña tenia, se alejo algunos metros de Chandler con aquel empujón el cual lo lastimo bastante. No por la acción de la chica per se sino porque al tratar de equilibrase Lincoln volvió a sentir aquel profundo y agudo dolor en su pie izquierdo, recorriendo toda su pierna mientras se extendía, y consiguiendo que Lincoln caiga sobre el suelo entre quejidos y algunos llantos.
Chandler por su parte pudo ver a Lincoln separarse de el rápidamente y después salir volando, aquello lo confundió y también lo molesto, hasta que vio frente a él, el rostro de aquella chica que reconoció al instante.
—¿Jordan? ¿Dónde está Lincoln?
—Te lo quite de encima— respondió la chica, mostrándose preocupada por la situación y apariencia en que encontró a su novio.
—¿Qué? ¿Por qué lo hiciste?— pregunto Chandler, tratando de levantarse ayudado por su novia.
—¡Para salvarte el culo idiota! ¡Te estaban dando una paliza!
—¡Lo sé! ¡Ese era el punto de esta pelea!
—¿De qué hablas? ¿Acaso los golpes te volvieron estúpido?
—¡Maldición Jordan! Lo arruinaste, claramente tu eres la estu…
Chandler termino una vez más en el suelo, esta vez por un codazo que Jordan le propino en la boca del estomago, dejando al chico completamente sofocado y quejándose en el suelo mientras sujetaba su estomago con fuerza.
—¡No intentes decir eso de nuevo! Eres un desagradecido, te acabo de salvar, ese chico no se iba a detener y tu no parecías tener fuerza suficiente para quitártelo de encima— el reclamo de la chica termino propinándole una patada en el estomago a Chandler, aunque no pareció ser muy fuerte.
—¿Cuál es el problema con eso?— pregunto Chandler, con una voz quebrada por culpa de aquel sofoco.
—Estuvo a punto de ganarte y…
—¡Ese es el punto de una pelea Jordan! Alguien tiene que ganarla, da igual si soy yo o alguien más.
—Pero el te estaba golpeando en el suelo, eso es injusto…
—Me han visto hacer lo mismo muchas veces antes y no recuerdo que me hayan detenido, ¿Cuál es la diferencia ahora?
—Pues… tú eres mi novio, no quiero que algo malo te pase.
Chandler no respondió, se limito a buscar a Lincoln con la mirada mientras volvía a ponerse de pie. La decepción fue mucha en el al encontrarlo, era bastante claro que había perdido aquel arranque de ira de hace un momento, su mirada ya no era la misma, y sus movimientos tampoco. Ahora estaba aun recostado sobre el césped, llorando profusamente, pero esta vez era obvio que aquellas lágrimas venían del miedo y el dolor, especialmente por cómo se sujetaba el pie, mostrando cuanto le dolía. Cuando sus miradas se cruzaron Lincoln se aterrorizo y su respiración quedo mas entorpecida aun de lo que ya de por si el cansancio se la había dejado. Aun si intentaba provocarlo de nuevo seguramente ya no tendría caso, no conseguiría sacarlo de aquel terror que se veía en su rostro y seguramente la adrenalina en su cuerpo se había disipado ya tomando en cuenta lo mucho que parecía dolerle aquel pie que sujetaba con fuerza. Incluso el podía sentir ahora todo su cuerpo adolorido y muy cansado, tampoco sería capaz de terminar aquella pelea a esas alturas.
Victima tanto del mareo que tenía como del dolor que sentía, sin aviso Chandler vomito, teniendo la cortesía de hacerlo en la dirección opuesta a la que su novia se encontraba, pudo ver incluso algunos restos de comida que aun no eran digeridos. Era asqueroso, tanto como para producirle nauseas nuevamente, pero consiguió soportarlo, y limpiando su boca con su brazo trato de parece tan firme como el dolor se lo permitiera y mirando a Lincoln se despidió de él.
—Es una lástima Larry, parece que no podremos terminar nuestro baile esta tarde, tocara esperar por otra oportunidad. Pero no te preocupes, termine casi igual de mal que tu, así que te voy a dejar en paz un rato, al menos el tiempo necesario para que estés sano de nuevo. Más vale que practiques algo mientras te recuperas, tus movimientos son los peores que he visto en alguien. Da igual cuan fuerte pegues si no tienes la habilidad para que tus golpes acierten a la persona frente a ti. Fue una buena pelea y todo eso, como sea, ya abras visto ese tipo de cosas en alguno de esos comics estúpidos que lees. Fue una buena pelea, recupérate pronto y podremos repetirlo de nuevo.
—Retráctate... lo que dijiste— Lincoln a penas pudo alzar la voz debido al ardor en su garganta.
—¿Qué? Oh, vamos, hasta tu deberías saber que todo lo que dije era mentira, bueno, si hay rumores sobre ti, pero lo de tus hermanas todo era falso ¿en serio no te diste cuenta? Vaya que eres un estúpido, por eso sigues siendo víctima de los bravucones que están por debajo de mí.
—Lo que dijiste de de mis hermanas y…
—Ya te dije que es falso idiota, no esparcí ningún rumor.
—No, lo que dijiste de Leni y…
—¿Qué dijiste de Leni?— pregunto Jordan, interrumpiendo a Lincoln y dedicándole una furiosa mirada su novio.
—No lo sé, tonterías, invente todo sobre la marcha la verdad.
—Dijiste que Leni era una estúpida y que Li...
Un quejido interrumpió a Lincoln, provenía de Chandler quien recibió un fuerte codazo de parte de su novia, directo a las costillas, causando que caiga una vez más al suelo quejándose.
—¿Acaso eres idiota?— pregunto la castaña molesta— ¿Cómo se te ocurre decir eso de ella? Es un amor y no se merece que la insultes. No pienso perdonarte si vuelves a decir algo de ella.
—Maldición— se quejo Chandler, casi en un quejido, pero en voz muy baja—. No siento las uñas y me duele mucho el cabello. Creo que es por el golpe que me diste.
—Muy gracioso Chandler— replico la castaña, entre genuinas risas producidas por aquella estupidez dicha por el castaño.
—Creo que me rompiste una costilla, ayúdame a levantarme.
Aquella pareja formada por el castaño oscuro y la castaña clara continuaron hablando tranquilamente, bromeando un poco entre ellos mientras la chica no dejaba de regañar al chico. A pesar de la situación en la que estaba, Lincoln se dio un momento para verlos, en especial a la chica, así como Chandler tenía una reputación en la escuela debido a su influencia y a ser un matón bastante molesto, la chica era también conocida. Bastante atlética y resaltando en cualquier deporte, Jordan era considerada por muchos profesores de la escuela y por casi todos los alumnos, como la única que podría llegar a tener el nivel de Lynn siendo que ya les había tocado competir entre ellas antes y ambas estaban siempre muy parejas en desempeño. Para Lincoln era la primera vez que la veía, aunque había escuchado a gente hablar de ella antes, y no podía más que sentirse extrañado. Al igual que en el caso de su hermana, Jordan no parecía alguien muy atlética, tenia aquel cuerpo algo escuálido y apariencia débil, aunque era evidente que Jordan tenía una estatura normal para su edad mientras que Lynn parecía no crecer más. Pero por lo que llego a escuchar aquella castaña esta casi al mismo nivel que Lynn, por lo que cuando Chandler comento sobre su costilla rota Lincoln lo creyó, sabía que su hermana había lesionado a muchos compañeros de entrenamiento por no saber medir su fuerza, especialmente cuando comenzó a practicar deportes de pelea. Lincoln debía ser cuidadoso ahora que ella estaba presente, a primera vista parece ser alguien razonable, pero siendo novia de Chandler no le sorprendería que decidieran golpearlo entre los dos.
***
Un par de minutos fue lo que tomo para ver a Chandler partir con su grupo tras la aparición de su novia, tal parece que es ella quien lleva las riendas de aquella relación, aunque no es que eso sea algo malo, parece que es lo normal tomando en cuenta lo fuerte que parece ser esa chica. Lamentablemente esa partida fue tras una amenaza, Chandler dijo estar muy conforme con aquella pelea, pero también muy molesto con el resultado, por lo que le advirtió a Lincoln que volvería a pasar. No dio una fecha exacta, aunque insinuó un periodo de dos o tres meses, quería recuperarse por completo para el siguiente round, aquello era bastante aterrador, aunque Lincoln le resto bastante importancia ya que seguramente para esas fechas estará satisfecho.
Ahora que ya se sentía fuera de peligro, Lincoln se dejo caer sobre su espalda y, sintiéndose muy adolorido, frustrado y triste, comenzó a llorar. Trataba de ahogar un poco su llanto para evitar que alguien lo escuchara, pero era irrelevante aquello, si nadie los había escuchado pelear a pesar de las veces en las que Chandler grito, seguramente tampoco nadie lo escucharía llorar en medio de aquellos arboles altos. Todo su rostro ardía mucho, sentía como si alguien hubiera quemado su piel usando algún tipo de encendedor de bolsillo, parecía ser una quemadura, pero no una muy preocupante, solo una molesta y dolorosa. Sus brazos estaban entumidos, tenia aquella sensación de hormigueo que ocurre cuando una extremidad pierde parte de su suministro sanguíneo, pero al mismo tiempo le dolían mucho debido a los golpes que intento detener usándolos, pero la parte de ellos que más le dolía eran sus muñecas, él no tenía experiencia peleando, y al dar aquellos pesados golpes a Chandler cuando lo consiguió someter causaron que más de una vez sus muñecas cedieran y terminaran arqueándose de forma dolorosa. Su torso estaba también bastante magullado a pesar de que en esa zona recibió menos golpes, solo un par de ellos en el pecho, los cuales no dejaron ningún tipo de daño, pero varios en sus costados, dejando sus costillas muy adoloridas y algunos en su estomago, los cuales parecían haberle hecho mucho daño ya que además de sentir aquel dolor en su piel, semejante al causado por un pellizco, Lincoln podía sentir también su estomago muy caliente y agitado, parecía que en cualquier momento podría terminar vomitando por culpa de aquel extraño dolor, y esperaba que así fuera, ya que la otra opción seria quizá soltar todo aquello, pero por el otro extremo. Pero lo que más le dolía a Lincoln era su pie izquierdo, más específicamente el tobillo, ese dolor era punzante, parecía que alguien estuviera encajando cientos de agujas en aquella área, todas al mismo tiempo y muy profundamente, y a cada latido de su acelerado corazón, podía sentir también como el resto de su pierna compartía aquel dolor, era como si desde su tobillo aquella sensación dolorosa avanzara hasta llegar cerca de su ingle.
Pero aun cuando aquel dolor sin duda aportaba bastante, su llanto no provenía de él, era producto de los pensamientos de Lincoln. Su cabeza había comenzado a doler mientras permanecía recostado tratando de entender porque demonios le había pasado todo esto. Fue tan rápido y tan extraño, esa mañana había sentido que todo saldría bien cuando aquellas chicas fueron amables con él en clase y ahora estaba tirado sobre el césped, completamente adolorido y llorando como hacía mucho tiempo que no tenia oportunidad de hacerlo. Siempre supo que Chandler era un tipo desagradable, pero no pensó que las cosas llegaran tan lejos, y todo para que él se sintiera mejor. Tal vez solo sea algún tipo de masoquista. Daba igual, Jordan apareció en el momento justo, aunque Lincoln no recordaba muy bien toda la pelea a pesar de que había terminado unos momentos atrás, sabía que de haber continuado, se habría lamentado del resultado. No importaba como terminara aquella pelea, para Lincoln sería una forma de perder, aun si conseguía ser él quien le diera la paliza a Chandler, la vergüenza y remordimiento por aquello no lo dejaría en paz. Por mucho que el enojo le haya cegado por algunos momentos, hacerle lo que le hizo a Chandler no lo hacía sentirse mejor de ninguna forma, aun cuando se lo merecía por haber dicho todo aquello, aun cuando se lo merecía por todo lo que le hizo desde que se conocieron, aun cuando se lo merecía por ser una persona horrible, aun cuando se lo merecía por no tener escrúpulos, aun así, aquellos golpes que consiguió darle no lo hacían sentirse mejor consigo mismo, por el contrario lo hacían sentirse como una basura, con aquello lo único que hizo fue rebajarse al nivel de Chandler.
Arrastrándose sobre el césped tan cuidadosamente como pudo, tratando de evitar lastimar aun mas su tobillo, Lincoln se acerco a su mochila, la cual seguía tirada en el mismo lugar donde la había dejado, necesitaba saber qué hora era para no regresar demasiado temprano o tarde a casa. Desabotono aquel manojo de tela parchado y metiendo su mano, encontró el aparato rápidamente, trato de hacerlo reaccionar, pero no lo consiguió, el teléfono no reaccionaba. Sabía perfectamente que había puesto a cargar su batería por la mañana, y no lo había usado en todo el día debido a la preocupación que tenia por culpa de Chandler, pero aun así el teléfono no daba indicios de actividad. Lo reviso por todas partes, estaba hecho un desastre, la pantalla estaba completamente estrellada, la tapa trasera estaba rota, por lo que parte del interior quedaba expuesta, los botones laterales estaban ausentes, en su lugar solo estaba un hueco, y su color estaba ya bastante manchado por la exposición al polvo. La única forma de hacer que aquel viejo teléfono reaccionara era dando dos toques suaves sobre la pantalla, la cual tenía la función de encenderse ante aquello, pero Lincoln no conseguía aquello. Con mucha decepción recordó lo que sucedió en la mañana, con el cayendo al suelo y con ello lanzando hacia adelante su mochila al tropezar por culpa de Chandler. Seguramente aquel golpe termino por destruir su ya moribundo teléfono. Lincoln se sintió aun más frustrado con ello, le sería imposible reemplazar aquel teléfono, por mucho que trabajara, juntar lo suficiente para un teléfono nuevo, por muy austero que fuera, sería una tarea a muy largo plazo, sin mencionar que no tenia aun un trabajo y tampoco sabía si aquella idea de cortar el césped de las casas funcionaria. Por ahora daba igual, ya preguntaría la hora a alguien que se topara en la calle, no tenia mas opción. Por ahora lo que tenía en mente era llegar de alguna forma al baño público de aquel parque, quería enjuagar su rostro ya que aun sentía aquel ardor en su piel y también quería revisar su apariencia, justo en ese momento era casi seguro que parecería alguien completamente desalineado por culpa de la pelea, aunque pensándolo bien, el siempre lucia bastante desalineado, tal vez la diferencia no sería mucha.
Ponerse de pie probo ser una tarea ardua y de mucho compromiso, aun si no recargaba su pie izquierdo en el suelo, el simple hecho de moverlo un poco amplificaba aquel dolor que su tobillo tenia. Debió usar de apoyo uno de los árboles para conseguir erguirse, pero no supo bien que es lo que debía hacer a partir de ahí, para moverse tendría solo dos opciones, caminar cojeando, lo cual le dolería bastante al tener que recargar peso en su tobillo, o desplazarse dando pequeños brincos, dejando su pie izquierdo en el aire, aunque eso era casi igual de doloroso, por pequeño que fuera, el impacto del salto sacudía su tobillo y lo lastimaba. Además debía de llevar en brazos su vieja mochila, la cual estando de pie no fue capaz de recoger debido al dolor, y aun quería visitar el baño público, esperando con mucha esperanza que a diferencia del baño público en el parque del centro, este no tuviera una cuota de acceso, ya que no tenía nada de dinero con él. Después de esperar un rato, con la creencia estúpida de que quizá así aquel dolor menguaría, Lincoln se vio obligado a soportar el dolor ante la prisa que tenia por volver a casa y descansar. Sacaría provecho de que su familia aun no volvía para darse una larga ducha, tomaría las cosas del botiquín de emergencias y vería que podría hacer con su tobillo, esperando que aquella herida no fuera nada realmente serio, el dolor en su estomago quizá no lo dejaría comer en paz, así que no lo intentaría aun, pero podría estar tranquilo en casa ya que estaba sola.
Haciendo uso de toda su fuerza de voluntad Lincoln cumplió con aquello, tomo su mochila y como pudo llego hasta el baño público, era bueno que aquel lugar fuera tan tranquilo, nadie además de el entro en aquel baño, por lo que pudo revisarse al espejo tranquilamente mientras enjuagaba su rostro. Aunque él no lo había notado, su parpado izquierdo estaba algo hinchado y muy rojo, seguramente aquello terminaría convirtiéndose en un ojo morado muy desagradable, su ropa estaba bastante sudada y sucia, realmente parecía haber peleado hace poco, o podría ser también que pareciera un vagabundo. Afortunadamente nada en el sangraba y las únicas manchas de las cuales debía preocuparse eran las causadas en su ropa por culpa del césped u la tierra. La parte más dolorosa vino después, el regreso a casa era largo y sería también lento, a pesar de que trataba de aguantar aquel dolor tanto como podía, de manera muy constante debía hacer pausas para evitar sentirse abrumado, el ardor en su rostro no se detuvo y sus costillas aun le dolían al respirar de aquella manera tan pesada, además el dolor de cabeza había terminado por provocarle un molesto mareo y unas notables nauseas. Debido a aquella apariencia, la mayoría de la gente que lo veía prefería evitarlo, pero no podía culparlos, si su apariencia había empeorado un poco desde que se vio al espejo, en ese momento seguramente se vería fatal, sin duda mostraba ser alguien que traería problemas. En condiciones normales aquel viaje a pie seguramente le habría tomado solo un poco más de una hora a Lincoln, después de todo aquel parque estaba casi al extremo del pueblo y en dirección opuesta a su casa, pero estando en aquella situación Lincoln no supo calcular cuánto tardo en llegar a casa, solo sabía que había sido demasiado tiempo, o al menos así se lo pareció sintiéndose abrumado por todo aquello que sentía en ese momento.
***
Después de haber hecho aquella caminata que a Lincoln le pareció maratónica y completamente desproporcionada por culpa de todos aquellos dolores que le aquejaban, y habiendo terminado completamente empapado en sudor a pesar del agradable clima fresco que podía sentirse por esas fechas, el se vio forzado a detenerse nuevamente, pero en esta ocasión no fue para descansar y tratar de reducir el dolor de su tobillo, tampoco fue por intentar controlar aquella desagradable sensación de nauseas que parecía querer hacerlo vomitar y que provenía directamente del dolor en su estomago, incluso el enorme cansancio que sentía debido a todo lo que había pasado ese día no fue la razón de detenerse.
Estaba frente a la casa del señor Grouse, aquel anciano que tantas veces se había quejado del ruido que su familia causaba. Tratando de relajarse se sentó al borde de la acera, justo frente a la vereda que atravesaba el jardín de aquella casa, en dirección a la puerta. Lincoln, a pesar de lo incomodo y algo doloroso que fue debido a que estaba dándole la espalda a la casa, volteo a verla, a pesar del tiempo que había pasado aun se veía en un buen estado, desde afuera no se veía distinta a cualquier otro hogar en la calle y aunque su pintura se veía ya algo avejentada por culpa de la exposición a la luz del sol, lo cierto es que tenía esa apariencia incluso desde antes. Lo único diferente en aquella casa, y que daba pistas de su estado actual, era su jardín, el césped no estaba realmente alto, pero estaba completamente desprolijo, su tamaño era disparejo y tenía muchos parches de hierba seca. Desde donde estaba sentado, Lincoln apenas alcanzaba a ver la zona de la valla que dividía el jardín de ambas casas, la de su familia y la del señor Grouse, donde este ultimo tenia plantadas algunas flores que cuidaba con mucho esmero, y donde todos los días sin falta se le veía regarlas un par de veces al día. Aquellas flores habían muerto ya y debido a lo descuidado y abandonado que estaba aquel jardín, habían sido reemplazadas por hierbajos que seguramente eran retoños de alguna plaga o incluso del árbol que tenía cerca. Aunque nunca sintió que fuera cercano al señor Grouse, o que siquiera llegara a pensar que le agradaba o lo toleraba, lo cierto es que para Lincoln y seguramente para todas sus hermanas, aquel señor era parte importante de aquella vista que tenían en su jardín, podían verlo desde la cocina regando aquellas flores, o escucharlo siempre que se quejaba del ruido que hacían, o del desorden que dejaban. Eso a nadie le gustaba ni le divertía, pero estaban acostumbradas a ello, por eso cuando aquel viejo gruñón murió, no pudieron evitar sentir que habían perdido a alguien importante. Justo ahora Lincoln estaba seguro que el señor Grouse estaría dedicándole algunos gritos por permanecer sentado frente a su casa simplemente mirándola.
Habiendo pensado en aquello, Lincoln se vio obligado aprestar atención nuevamente a aquello que le hizo sentarse con la intención de tranquilizarse. Afortunadamente explorar aquella casa con la vista le trajo una sensación de nostalgia suficiente para calmar sus nervios un poco y así tratar de pensar más calmadamente. Volteo a su derecha y ahí estaba la fuente de su sorpresa y preocupación, justo frente al árbol de su casa, incapaz de aprovechar la pequeña sombra que este proyectaba, pero en una buena posición en caso de necesitar ser usada o guardada, era el vehículo familiar, vanzilla. Esta vez su familia hacia lo opuesto a aquello que sucedió el viernes, en esa ocasión se fueron sin aviso y dejándolo completamente preocupado porque es lo que había pasado con ellos y donde estarían, pero esta vez habían regresado sin aviso dejándolo completamente preocupado por cómo es que los enfrentaría. Sabía que estaba hecho polvo, podía sentirlo sin lugar a dudas, pero también sabía gracias a lo que vio en aquel baño público que su apariencia delataba su maltrecho estado, al menos en parte. En el momento en que atravesara aquella puerta su familia lo vería y la discusión comenzaría de inmediato, preguntando una tras otra sobre qué es lo que le paso y porque termino en tan precaria situación. Lincoln no podía siquiera saber qué hora era debido a que su teléfono parecía haber muerto, por lo que al entrar a casa podría toparse con toda la familia reunida en el comedor, disfrutando de la comida. Para Lincoln aquella caminata fue tan larga y dolorosa que no le parecía descabellado que los encontrara reunidos en el comedor debido a que disfrutaban de la cena. Pero aun si no era ninguna de esas opciones, lo cierto es que la familia en su mayoría estaría en la planta baja. Después de la comida y hasta la cena, la mayoría de sus hermanas se quedaban en la sala y el comedor, algunas viendo la televisión, otras haciendo tarea, sin duda alguna jugando y puede que otras practicando. La planta baja quedaba sola únicamente después de la cena, cuando los padres iban a su habitación y las hermanas, casi siempre, iban a sus habitaciones a pasar la noche con sus compañeras de cuarto. Llegado ese momento la única razón para bajar que podían tener era buscar alguna bebida o quizá salir de casa para buscar algún refrigerio. Claro, también estaba aquella hermana que hasta hace poco más de tres días esperaba diligentemente en la sala de la casa a que Lincoln llegara y con ello acompañarlo en la cena. Aunque esta última situación se había interrumpido durante el fin de semana y Lincoln no estaba realmente seguro de que ahora volviese a retomarse. Al menos podía agradecer que esta vez Lana no estaba jugando afuera o Lynn practicando.
Aquel pequeño descanso fue suficiente para enfriar el cuerpo de Lincoln, tanto como para que ahora aquella brisa fresca que le daba de lleno le hiciera sentir algo de frio por culpa de su polo empapada completamente en su sudor. Desafortunadamente aquel frio fue insuficiente para adormecer su cuerpo y evitar un poco de aquel terrible dolor en su tobillo, o aquel ardor en su rostro. Dando algunos quejidos y sufriendo mucho con ello, se puso de pie una vez más, y mentalizado al sufrimiento, se encamino a la casa completamente lleno de temor por como seria la recepción que tendría. Sabía que era completamente improbable, pero aun quería creer que al entrar por aquella puerta, lo haría en el momento justo para que nadie viera su estado, aunque pensándolo detenidamente, llegar a su habitación sin ser visto no cambiaria las cosas, su hermana seguramente lo vería ahí después de notar que no llego a la hora de siempre.
Subió cuidadosamente los pocos peldaños que tenía el pórtico, tratando de ser silencioso, y se paro frente a la puerta, había comenzado a temblar de nuevo, pero esta vez no era por el frio, por el dolor o por el cansancio. Tenía miedo. Aun sin pegar su oído a la puerta para mejorar su audición, podía notar a gente caminar dentro, no parecían ser ninguna de las menores ya que ellas serian mucho más ruidosas y estarían gritando mientras juegan como siempre lo hacían. En esa situación quizá las menores serian la mejor opción para topárselas al entrar, a ninguna de ellas le interesaba Lincoln ni lo que hacía, por lo que seguramente lo verían entrar y enseguida dejarían de prestarle atención para seguir jugando. Pero eran solo pasos, así que podrían ser sus hermanas mayores o sus padres. Espero un poco para dejar de escuchar aquellos pasos y lentamente abrió la puerta, de inmediato se topo con dos de sus hermanas, la primera que alcanzo a ver no le causo mucha sorpresa, después de todo siempre la veía al regresar a casa. Estaba de pie, parecía que se encaminaba para salir de la sala, quizá para ir arriba o a beber agua a la cocina, se quedo de pie a la entrada de la sala, claramente interesada en quien es la persona que entraba por la puerta. La segunda bajaba por las escaleras, también se detuvo en cuanto vio Lincoln entrar por la puerta, pero su reacción no fue solo quedarse quieta viéndolo, de inmediato abrió su boca para hacer una pregunta.
—¿Lincoln? ¿Qué fue lo que te paso?— pregunto la chica rubia y de cabellera corta.