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Chapter 2 - Horas de Plomo - Parte 1

No estoy seguro de como lo curo

Te digo, pero te da igual.

Si maquinando una muerte eficiente

Con litros de viscosidad.

Física, por supuesto, horas de plomo, seguridad.

***

Aquella tarde Lincoln no estaba en el viejo parque como de costumbre, en su lugar estaba en el parque principal del pueblo, aquel que era mucho más grande y concurrido, localizado en el centro de la ciudad. Con precisión, estaba sentado en una de las bancas junto a la entrada más cercana al centro comercial, debido a su ubicación, aquella era la zona más transitada del parque y a lo largo del día, en especial por la tarde, se vería a mucha gente yendo y viniendo entre el parque y el centro comercial. Aquel tipo de lugares concurridos eran para Lincoln el antónimo perfecto de lo que él podría llamar cómodo, de verdad odiaba ver a tanta gente reunida, le era difícil no comenzar a pensar en cómo aquellas personas lo llegaban a ver de reojo por su apariencia y seguramente comenzarían a pensar cosas extrañas sobre él. Sentadas a su lado, a dos cuerpos de distancia, estaban dos chicas un poco mayores que él, quizá de la edad de Luna, hablando entre ellas y dando algunos vistazos en dirección al peliblanco entre risas, eso le ponía los nervios de punta y lo hacían sentir patético. No podía saberlo con certeza, pero no le era difícil imaginar que aquellas chicas lo volteaban a ver y después decían algún comentario despectivo sobre él, lo cual las hacía reír. Seguramente hablaban del color de su cabello, siempre era lo primero que la gente notaba de él, de lo maltratado que estaba también, o de lo descolorida que estaba su ropa, de cuan viejos y sucios estaban sus tenis que a pesar de ser blancos estaban tan percudidos que se veían amarillentos, del extraño trozo de tela desgastada que traía entre sus brazos, la posición encorvada en la que se encontraba, su piel ceniza y algo maltratada. Podría ser cualquiera de esas cosas, o todas a la vez, no le sorprenderían en absoluto, tenía una lista enorme de personas que habían hecho eso antes, incluidas algunas que eran miembros de su familia. Aquel no era el tipo de lugar en el que él quisiera estar, pero por ahora permanecería ahí, la paranoia que sintió en la escuela aun estaba presente y la única forma de calmarla era estando ahí, si alguien en la escuela realmente estaba siguiéndolo, entonces un lugar lleno de gente y potenciales testigos seria el lugar más seguro.

 Aun en aquel lugar, con aquella postura encorvada recargando sus codos sobre sus piernas, mientras uno de sus pies se movía frenéticamente por culpa de la ansiedad y su cabeza colgaba por completo, tratando con ello de ocultar su rostro, Lincoln trato de pensar en algo que le pudiera distraer. En esos casos lo que siempre llegaba a su mente en primer lugar era sin duda Ace Savvy, su personaje favorito de los comics, el cual en realidad era una muy buena forma de mantenerse entretenido. Cuando Lincoln comenzó a quedarse sin dinero, muy a su pesar debió tomar la decisión de economizar sus gastos, y como es obvio, obtener comics nuevos fue una de las primeras cosas que Lincoln dejo de hacer para evitar aquel gasto. En principio aquello no fue tan malo ni tan notorio como podría parecer tomando en cuenta que Lincoln solía visitar la tienda de comics de manera regular y aprovechar para leer los ejemplares que estuvieran en exhibición. Aquello estaba permitido por el dueño de la tienda bajo la creencia de que llamaría la atención de los clientes y los incitaría a comprar algo, cosa que la mayoría de las veces se cumplía. Todos preferían leer solo un par de páginas antes de comprar el ejemplar para terminar de leerlo en la comodidad de sus casas y no de pie en aquella pequeña tienda de comics la cual tenía bastante clientela y por ello llegaba a ser algo agobiante. Lincoln tomaba provecho de aquello, aunque no demasiado, sus visitas a la tienda se limitaban a tres o cuatro por semana, y no eran muy largas tampoco, solo lo suficiente para que Lincoln avanzara un poco en la lectura del comic o terminara con él, su intención no era ser un problema. Pero el dueño de la tienda, a pesar de ser alguien amable y permisivo, tuvo que poner una advertencia a Lincoln por su comportamiento. El sujeto jamás vio a Lincoln de mala manera, pues era solo un niño después de todo, y más aun, un niño al que solo vio acompañado un par de veces, siempre estaba solo, pero parecía disfrutar de los comics con mucho gozo. El podía entenderlo, de niño también le fue complicado hacer amistades, en especial por sus gustos que en aquella época eran bastante menos populares y mucho más mal vistos que ahora. Además de eso Lincoln era un buen cliente, de manera diligente Lincoln compraba cada ejemplar de Ace Savvy que llegaba a la tienda, tanto la publicación quincenal que correspondía a la historia principal y más infantil, como los tomos trimestrales de la novela grafica que, aunque estaban clasificadas para público adulto, el sujeto no tenia reparos en venderle al niño que siempre estaba dispuesto a gastar cada centavo que poseía en esos productos. Aquella tienda era pequeña y difícilmente conseguía productos de colección o de gama alta, pero cuando se trataba de Ace Savvy, el vendedor podía estar seguro de que se vendería ya que el niño de cabello blanco lo compraría de inmediato o haría un trato con él para evitar que se venda a alguien más hasta que el consiga el dinero completo. Pero cuando Lincoln comenzó a visitar la tienda solo para leer los comics que tenía en exhibición y sin comprar nada, tuvo que hacerle saber que aquello era una tienda de comics y no una biblioteca pública. Podía leer el comic un poco, pero solo si su intención era comprarlo. Para su pesar el vendedor debió de advertirle a Lincoln un par de veces más sobre aquello antes de que el niño cambiara su actitud. Recordarlo lo ponía de mal humor, aquella vez tenia algunos asuntos pendientes que mantenían su mente algo agitada, así que cuando vio a Lincoln no pudo evitar desquitarse un poco con él, incluso le amenazo con prohibirle la entrada a la tienda de repetir aquello que hacía. Había sido solo un regaño excesivo el cual realmente no tenía planeado cumplir, pero esa fue la última vez que vio a aquel niño de cabello blanco. Eso lo hacía sentir algo mal consigo mismo ya que sabía que la suya era la única tienda de comics en aquel pueblo, por lo que seguramente ese niño, asustado ante lo que le dijo, prefirió abandonar su gusto por los comics. Cosa que comprobó cuando algunos meses después el niño volvió a la tienda con la única intención de vender su colección de comics. Era bastante amplia y aunque se enfocaba en un único súper héroe, tenía artículos muy valiosos. A manera de broma ofreció una cantidad arbitraria y bastante baja por ellos, tratando de provocar al chico y con ello conseguir iniciar una conversación, pero lamentablemente aquel niño acepto de inmediato, a pesar de la mirada decaída y lastimera en su rostro, no regateo ni puso pero al dinero ofrecido. Era obvio entonces que aquel niño había quedado afectado por lo que el vendedor le dijo tan duramente en su anterior visita.

En realidad Lincoln había dejado de visitar aquella tienda de comics porque había entendido, ante aquel regaño, que lo que hacía estaba mal y que estando de pie dentro de la pequeña tienda solo estorbaba al paso de la clientela que extrañamente era bastante para aquel lugar. De la misma forma, cuando llevo su preciado tesoro, en forma de una colección de comics, acepto la primera oferta por el debido a que necesitaba el dinero, llevaba algunos meses sin recibir dinero de sus padres y todos sus intentos por trabajar terminaban por ser detenido ante la intervención de sus hermanas mayores. Le dolía ver que su tesoro era tan infravalorado ya que el sujeto de la tienda no se molesto en revisarlo antes de hacer su oferta, simplemente escucho de Lincoln la descripción del mismo y soltó aquel ridículo número. En realidad era mucho dinero, pero Lincoln sabía que esa cantidad no estaba siquiera cerca de ser la mitad de lo que su tesoro valía, pero no se vio con ganas de hacer una contraoferta ante el miedo de que la venta terminara por no concretarse. Aquella era la única tienda de comics del pueblo y no sabía la ubicación de ninguna otra en las ciudades cercanas, por lo que era su única opción. Por suerte aquel sujeto decidió ofrecerle un poco mas de dinero después de que Lincoln aceptara la venta, seguramente reconoció algo en su tesoro que era valioso, en realidad Lincoln sabía muy bien que ahí habían varios objetos de valor, pero solo le quedaba venderlos y esperar que aquel sujeto llegara a reconocer su valor y no los diera en un precio mediocre en su tienda.

 Sin televisión, sin computadora, con un teléfono funcional el cual tenía ya su batería en mal estado la cual se drenaba rápidamente, y ahora también sin comics, a Lincoln solo le quedo la opción de usar su imaginación, al menos tenia por dónde empezar. En el comic principal Lincoln leyó solo hasta la mitad del arco de la villana Sombra, mientras que en la novela grafica hacia dos tomos que varias historias secundarias comenzaban a converger, seguramente con la intención de preparar un arco mucho más grande y completo para dentro de algunos volúmenes. Esos dos escenarios eran los que Lincoln usaba para comenzar con su imaginación a preparar lo que él creía que sería el final de aquellas historias. Con aquello incluso volvió a su antiguo gusto por dibujar, el cual no podía recordar bien porque dejo de practicar. Pero sin los materiales necesarios, al final también tuvo que dejar el dibujo y limitarse a solo recostarse y pensar en los escenarios que más le divertirían o le harían perder el aliento. Al final, tras repetir aquello por tanto tiempo, termino consiguiendo la capacidad de privarse un poco de lo que sucedía a su alrededor mientras fantaseaba cosas. Pensó en Sombra, aquella había resultado ser hasta ese momento, la villana más extraña de todo el comic, una entidad femenina cuya apariencia le daba su nombre, y la cual podía ser o no tangible a gusto, con la capacidad de convertirse en una extraña neblina que podía atravesar muros o entrar dentro de las personas a través de sus oídos y enloquecerlos a través de su voz ya que parecía incapaz de controlarlos. En aquel comic Ace Savvy iba perdiendo ya que la influencia de sombra era bastante, así como su fuerza y también su inteligencia, en el último capitulo leído, Sombra había conseguido adelantarse a los planes de Ace y con ello evito la trampa que este último había preparado, haciéndolo creer que la había derrotado, para después burlarse de cómo Ace se sorprendía de como Sombra le explicaba todo lo que hizo para descubrirlo. Ella había estado espiando a Ace desde el principio, conocía cada uno de sus movimientos e incluso había conseguido saber algunos de sus secretos debido a que aprovechando su capacidad de entrar en la mente de las personas, termino por conocer algunas de sus debilidades y miedos. Cuando todo esto fue revelado, Sombra mostro su verdadera forma, aquella con un cuerpo mucho más grande, quizá de cuatro metros de altura, con una corpulencia gigantesca y casi caricaturesca, esta vez mostrando la silueta de unos cuernos sobre su cabeza mientras su negro cuerpo emanaba una extraña luz, o al menos eso parecía ser. ¿Qué pasara ahora con Ace Savvy? ¿Podrá vencer a Sombra? ¿Habrá alguna forma de cambiar las tornas en aquella situación?

 Habiendo repasado aquello, y recordando aun con detalle el capítulo final del último tomo que leyó, Lincoln supo por dónde empezar. Sabía que Ace Savvy en ese momento era incapaz se vencer a Sombra y no podría siquiera escapar, su fiel ayudante One-Eye Jack estaba lejos, recuperándose de sus heridas, y la liga de héroes estaba aun ocupada con el mutante que apareció en el pacifico, también todos y cada uno de sus inventos fueron inútiles contra aquel ser que podía perder su forma física en cualquier momento que quisiera, y encima de todo era igual o más lista que el mismo Ace. "Solo se podría recuperar con un Deus Ex Maquina" pensó Lincoln, con cierto desagrado en la idea, pero bastante acostumbrado a que aquel comic usara aquel recurso literario para facilitarle las victorias al héroe. Lo más sencillo sería sin duda que la liga de héroes apareciera repentinamente, anunciando que habían acabado con aquel mutante antes de lo previsto y ayudando a Ace a mermar la increíble fuerza e inteligencia de Sombra después de una larga batalla la cual dejaría mal heridos a muchos e indispuestos a otros. Después, estando Sombra ya muy agotada pero confiada en que tendría la victoria, Ace diría algunas palabras que harían dudar a Sombra, haciéndole creer que todo había sido parte de un plan del héroe. En medio de la confusión, Ace conseguiría llegar a los controles de aquel hangar abandonado y presionándolos activaría el mecanismo del techo, el cual lo hacia replegarse para permitir que los globos aerostáticos y dirigibles que normalmente se resguardaban ahí pudieran salir. Confiada en que aquello no era nada importante, Sombra no notaria que su batalla contra aquella liga de héroes le había tomado toda la noche para terminar, por lo que al momento en que el techo termino de replegarse, los rayos del sol habrían tocado su cuerpo de lleno, dejándola muy débil e incluso lastimada ya que aquella luz la quemaba de una manera muy agresiva. Ace Savvy haría muestra nuevamente de su enorme compasión y salvaría a Sombra antes de morir quemada, con la conveniente excusa de que debía sacar información de ella, para conocer su origen y propósitos, así como para estudiar sus extraños poderes.

 Aquella forma de salvar a Ace le parecía correcta a Lincoln, no le gustaba mucho la ejecución, pero estaba completamente seguro que el comic daría un final a la batalla contra Sombra de esa justa manera. Pero algo inconforme con el resultado, Lincoln trato de repensar un poco el escenario, dejando que aquellos que salvaran a Ace fueran en realidad Full House Gang, el grupo de héroes originales que Lincoln creo basado en sus hermanas. La primera en aparecer seria The Night Club, a la espalda de Ace, quien estaba abatido en el suelo, hincado esperando el golpe final de Sombra, seria a través de una voz que ambos verían detrás, hacia arriba, en una de las altas ventanas del hangar. Night Club atravesaría aquella ventana de una patada, gritando con fuerza si estaban listos para una nueva partida y apuntando con su mano derecha, en la cual llevaba su arma, un micrófono, hacia Sombra. Con aquella distracción Sombra seria presa de un poderoso ataque en forma de tackleo, el cual recibiría por la espalda de The Strong Suit, quien después de derribarla comenzaría a dar una lluvia de golpes sin tregua mientras Sombra se veía incapaz de levantarse de nuevo, notando que había caído sobre algo viscoso y muy pegajoso de color amarillo, siendo The Joker quien tomaría el crédito por aquella trampa tan simple, pero tan efectiva. En paralelo a aquello, Ace Savvy recibiría una suave caricia en su espalda junto a unas cálidas palabras provenientes de The Eleven of Hearts, quien le daba ánimos para ponerse de pie mientras a su derecha se encontraba ya The High Card, lista para comandar a toda la Full House Gang. Con ayuda de The Queen of Diamons y The Deuce harían que Ace recupere su energía y fuerza y entonces la pelea final comenzaría. Todo con gran facilidad gracias a que High Card organizaba muy bien a su equipo de héroes.

Lincoln rio en su mente ante aquella forma de fantasear, aquello le parecía muy divertido, y dejando la modestia y el ego a parte, creía que también era una muestra clara de que el podría sin dudas conseguir en un futuro un trabajo como guionista de comics. Aunque la palabra futuro en realidad parecía no quedarle muy bien a Lincoln, la evitaba en cada ocasión. Pero eso no le quito el buen humor que consiguió ante aquella forma imaginaria de terminar su comic favorito, especialmente porque uso a la Full House Gang, una invención que salió de su mente. Incluso pudo recordar rápidamente como es que la idea de crear aquellos héroes surgió en primer lugar, podría decirse que fue en coautoría con Lynn.

Lincoln se puso de pie y comenzó a caminar.

En aquella ocasión Lincoln aun estaba practicando su dibujo, el cual era bastante malo incluso para un niño de su edad, pero con ayuda de sus dos hermanas pintoras, lentamente se encaminaba a algo medianamente decente. Había comenzado a practicar aquello con la idea de hacer sus propios comics y algún día poder vivir de ellos. Mientras los hermanos peliblancos practicaban ambos sus dotes para el dibujo, Lynn permanecía con ellos haciendo sus cosas, que para aquel entonces ya estaban relacionadas con los deportes gracias a él gusto que había adquirido después de ver algo de tenis y futbol en televisión. Lincoln a pesar de su bajo nivel, solía hacer dibujos de súper héroes y en un punto de aquellas reuniones en su habitación el escucho de su hermana menor la idea de dibujar algo más que a Ace Savvy, incluso hacer sus propios dibujos originales. Meditando aquello Lincoln decidió que crearía a su propio súper héroe y casi de inmediato Lynn le respondió que debería ser alguien súper fuerte, así como ella lo seria algún día después de entrenar como en las caricaturas de pelea que tanto le gustaba ver junto a su hermano. Fue así de simple como la idea surgió, y agregando a cada una de sus hermanas, termino por tener a todo un grupo de súper heroínas originales a las cuales les había dado un súper poder y hasta les había dado nombres temáticos. Primero fue The Strong Suit por petición de Lynn, luego The Straight Flush por petición de su hermana menor peliblanca, y así sucesivamente hasta tener a todas sus hermanas incluidas. Hacer aquello era un gran recuerdo que Lincoln tenia de la época en que era tan unido a sus hermanas inmediatas, la mayor y la menor. A pesar de ser tan diferentes, siempre estaban juntos, aunque eso quizá era debido a que en aquella época ellos tres compartían habitación, pero de cualquier forma eran inseparables. Y siempre terminaban metidos en problemas también, eran un mar de problemas cuando niños. La hermana castaña siempre proponiendo travesuras nuevas, cada una más absurda y alocada que la anterior. La hermana peliblanca siempre tratando de ser la voz de la razón, explicando porque las cosas que hacían les causaban tantos problemas. Y el hermano peliblanco, siempre teniendo que idear un plan que los sacara de aprietos cuando todo se les iba de las manos y querían solucionarlo antes de ser descubiertos. Eran la triada caótica de la casa.

Sin duda eran recuerdos muy agradables, tanto que Lincoln no pudo notar su camino de regreso a casa una vez que se levanto de aquella banca en el parque. El solo noto repentinamente lo cerca que estaba de casa y, sin prestarle mucha atención al como llego hasta ahí, reviso su teléfono ya que en esta ocasión estaba seguro que llego temprano a casa. No quería toparse con nadie, por lo que esta vez seguramente vaya tras la cochera y se quede ahí hasta que sea más tarde para entrar a casa de una manera más relajada. Ya encaminado en la vereda de la casa, Lincoln noto dos cosas, la primera es que, tal y como había imaginado, había llegado antes de la hora habitual a su casa por culpa de vagar inmerso en sus recuerdos, aunque no podía decir que fue algo realmente malo. Gracias a aquello es que había olvidado un poco la paranoia que estar en la escuela le provoco algunas horas antes. Lo segundo que noto y que consiguió incomodarlo un poco, fue el silencio total que había en casa, era absoluto. De pie justo frente al pórtico de la casa, era sencillo escuchar el constante escándalo dentro de ella, tanto los gritos, como las cosas rompiéndose, la música fuerte o la televisión a volúmenes exagerados. Incluso cuando se hacía más tarde, después de la cena, Lincoln era capaz de notar con gran facilidad la presencia de sus hermanas en el segundo piso ya que aun en sus habitaciones y acompañadas únicamente por sus compañeras de cuarto, la mayoría de ellas era bastante escandalosas. Todos los vecinos sabían eso, pero Lincoln lo experimentaba de primera mano todos los días.

 Debido a la hora, su familia debería haber comido ya hace un rato, y faltaba algo de tiempo antes de que la cena fuera siquiera preparada. En ese periodo entre comidas, las hermanas Loud solían pasar el rato en la planta baja jugando o haciendo sus cosas favoritas. Lori solía estar atenta a su teléfono con la intención de actualizar los acontecimientos de su día en su red social favorita y conviviendo ahora con sus compañeras de la escuela a través de mensajes, chismorreando tonterías y cosas sin sentido como cualquier adolecente. Leni estaría a su lado, como en cada oportunidad, haciendo quizá bocetos o tal vez viendo la tele junto a Lily. Luna seguramente estaría intentando hacer su tarea con la ayuda de Luan quien solo la distraería con su amplio repertorio de bromas y chistes o practicando en la cochera con alguno de sus instrumentos. Lynn estaría en el sótano usando el escueto gimnasio que su padre había instalado ahí o en el jardín de la casa practicando algún deporte. Las gemelas seguramente estarían peleando por alguna tontería sin sentido por la cual, como siempre sucedía, terminaban reconciliándose mientras lloraban por ser tan malas la una con la otra. Algunas explosiones, varias peleas, discusiones verbales muy acaloradas, competencias, incluso algún evento improvisado entre las hermanas para festejar alguna celebración que recién inventaron, los conciertos que Luna daba, las presentaciones o practicas de Luan, las pasarelas que Lola preparaba con ayuda de Leni. Sin lugar a dudas, aquella casa era bastante movida y con un escándalo constante que hacía a la mayoría de vecinos molestarse. Pero esta vez lo que hacía presencia en la casa era el silencio, un silencio total y desconcertante.

Lincoln subió las escaleras del pórtico y de reojo lo noto, las cortinas de las ventanas que estaban en la fachada de la casa estaban cerradas, aquellas que pertenecían a la sala y el comedor. Aquello era también extraño, al menos para el comedor de la casa, el cual siempre estaba encendido, o con las cortinas abiertas permitiendo una iluminación natural. Aunque tranquilo con lo que veía, Lincoln pudo sentir su estomago contraerse un poco ante aquella extraña visión de su casa, la cual no sabía si llego a ver alguna vez antes. Guiado por la costumbre que le representaba, acerco su oído a la puerta, pegándose a ella para tratar de escuchar mejor lo que había del otro lado, pero solo consiguió que su estomago se encogiera un poco mas ante el silencio que prevalecía. Dio un suspiro corto y abrió la puerta con su llave, haciendo el mayor silencio posible, pero lo que se topo dentro de la casa fue algo que le hizo sentirse algo ansioso y alterado. La casa estaba en silencio total, pero también en una muy atípica oscuridad que hacía parecer al segundo piso como un escenario de película de terror. Debido a que eran zonas de mucho transito, tanto el recibidor de la casa, como las escaleras y el comedor tenían siempre sus focos encendidos por la mañana y de nuevo por la tarde, muy cerca del anochecer, con la intención de evitar accidentes en aquellos lugares, pero esta vez ningún foco estaba encendido. A esa hora debería de estarlo, era otoño y los días eran un poco más cortos, así como el cielo solía ser más gris que en verano, por lo que el resultado de no encender los focos era aquella oscuridad que se extendía. La casa era relativamente grande y con pocos accesos de luz, en especial en la segunda planta, por lo que a esa hora la oscuridad era mucha, aunque no absoluta, solo enervante. Después miro hacia su izquierda y sus emociones dieron un vuelco.

Ya no se sentía extrañado, ni tampoco atemorizado por ver la casa sola. Ahora estaba entristecido, su mueca lo dejaba ver con mucha claridad, fue casi instantáneo o al menos Lincoln así lo sintió, como un balde de agua fría cayendo sobre el sin previo aviso. Esta vez fue el vientre completo de Lincoln el que se contrajo ante lo que vio, causándole un leve dolor y la necesidad de llevar su mano derecha hasta esa región de su cuerpo. Veía en dirección a la sala, donde entre aquella oscuridad moderada podía distinguirse con facilidad el sofá gracias a la poca luz que se colaba a través de las cortinas. Igual de viejo y desgastado, con aquella tela descolorida y fea, en la misma posición de siempre, pero completamente solo. Su hermana no se encontraba ahí, al igual que el resto de la familia, parecía haber salido de casa y seguramente se estaría divirtiendo bastante en lo que sea que estuviera haciendo. Si ese era el caso, no había dudas de que Lincoln se sentía feliz por su hermana, pero también lo hacía sentirse solo ya que a lo largo de un año pudo ver a su hermana ocupando aquel lugar en el sofá, esperando por él para recibirlo sin ninguna palabra y después calentar su cena de mala gana, por último se sentaría frente a él mientras come, incomodándolo un poco. Así había sido todos y cada uno de los días desde la primera vez que sucedió, y para Lincoln aquella rutina le parecía muy valiosa, pero tras tantas repeticiones, la primera interrupción apareció. Ya había pensado al respecto, temía que quizá en algún momento su hermana simplemente se cansaría de darle aquel buen trato, después de todo aun no sabía porque es que ella hacia eso por él. Nunca le dirigió la palabra en todo ese tiempo, así que podría estar haciéndolo de mala gana, quizá obligada, aunque no podía imaginar por quien. O podría haber sido una apuesta, seguramente entre sus hermanas, en la que al perder su castigo fue atenderlo de aquella forma, no sería la primera vez, en la escuela hubo dos ocasiones en las que chicas lo invitaron a salir para después nunca presentarse en el lugar acordado y consiguiendo que al día siguiente de aquello un video suyo circulara entre sus compañeros, donde él esperaba por más de una hora a que alguien apareciera. O la ocasión en que un grupo lo invito a pasar el almuerzo con ellos, pidiéndole de favor que comprara el almuerzo de los cinco chicos mientras ellos apartaban algunos lugares en el comedor, para que al encontrarlos, ellos estuvieran ya comiendo y divirtiéndose entre ellos y algunos otros chicos, riéndose de él al verlo llegar al comedor con todas esas bandejas de comida. Aquella fue una broma verdaderamente cruel, después de comer tanto como le fue capaz, Lincoln se sintió fatal por haber tenido que tirar toda la comida que sobro ya que la compro con su propio dinero después de que los chicos mencionaran que le pagarían por ello una vez en la mesa del comedor. Podría ser que su hermana estuviera haciendo algo parecido, gastándole una broma, una broma muy pesada y dolorosa, una broma absurdamente elaborada y larga. En realidad pensar que era una broma no tenía sentido, pero Lincoln no podía imaginar un escenario optimista ante aquella ausencia.

 Que su hermana menor no estuviera ahí podría no ser tan importante para Lincoln de no ser porque vio lo comprometida que estaba con recibirlo al regresar a casa, después de todo había sido un año ininterrumpido de aquella labor, todos y cada uno de los días escolares, todos y cada uno de los fines de semana, sin importar si estaban en periodo vacacional, en varias ocasiones Lincoln incluso llego a verla sola en casa debido a que la familia salía a hacer alguna actividad grupal, como salir al parque o al cine, pero ella se quedaba en casa esperando por él. El peliblanco nunca supo cómo interpretar correctamente las intenciones de su símil ya que ella permanecía muda ante él, pero con el tiempo y haciendo uso de un poco de gimnasia mental, termino por convencerse de que era una muestra de cariño o de aprecio de su parte. Podía recordar cómo a pesar de su poca tolerancia al frio, ella lo esperaba en la sala el invierno pasado, envuelta en aquella gruesa cobija y con un pequeño calentador apuntando directamente hacia ella y a muy poca distancia; algo que le parecía algo peligroso a Lincoln, siempre con una taza en sus manos, bebiendo quizá café o quizá chocolate caliente mientras veía la televisión, para que al verlo regresar diera un profundo suspiro antes de levantarse de su lugar y dirigirse a la cocina, con la taza aun en sus manos. También podía recordar como la primavera pasada al entrar a casa la veía en el sofá, ya no sentada sino recostada, viendo la televisión con la luz apagada y sujetando un paño húmedo en su cabeza mientras tenía sus cavidades nasales tapadas con algunos pedazos de papel, tratando de evitar que sus hemorragias nasales producto de los cambios bruscos de temperatura de aquella época terminaran por desmayarla debido a una anemia. O los bochornosos momentos que pasaba durante el verano pasado, cuando al regresar a casa veía a su hermana sentada en el sofá, pero no vestida de manera normal sino usando su traje de baño mientras un pequeño ventilador de piso apuntaba directamente hacia ella, quien se extendía en todo el sofá tratando de mitigar el calor con ello. Todas sus hermanas hacían eso durante el verano, pero siempre en la privacidad de sus cuartos y en compañía única de sus otras hermanas, por lo que a Lincoln le pareció bastante chocante toparse con ese escenario los calurosos días de verano.

 Pero esta vez no estaba ahí, nadie de la familia parecía estarlo. Seguramente fue una salida familiar, al cine era lo primero que a Lincoln le venía a la mente, aunque también podría ser que fueron al centro comercial o incluso que salieron a comer a algún restaurante caro para festejar algo. Cual fuera la razón, esta vez su hermana decidió no esperar por él. No había nada que recriminar, ella tenía una vida propia y podía gastar su tiempo de la manera que así lo prefiera, ya fuera saliendo a pasear con sus amigas, ayudando a sus hermanas, cultivando su talento, disfrutando su pasión, encontrando nuevos pasatiempos, estudiando para subir sus notas, explorando el pueblo, visitando lugares que hacía mucho tiempo había dejado de frecuentar, conociendo nuevas personas, reforzando sus amistades, haciendo algún tipo de activismo relacionado al bosque, uniéndose a algún equipo deportivo fuera de la escuela o asistiendo a algún club cultural, aprendiendo algo de alguna de sus hermanas o solo conviviendo con la familia. Cualquiera de esas opciones parecía ser mucho mejor que pasar su tiempo esperando por su hermano en la sala únicamente para acompañarlo a cenar ya que él es demasiado cobarde para enfrentarse a su familia y a las consecuencias de sus actos.

***

 En medio de todos aquellos pensamientos, y con su mano aun posada sobre su estomago, producto de aquella sensación que tuvo la cual hizo que su estomago se encogiera y le diera un leve dolor, Lincoln volvió a sentir algo en su estomago, una pequeña vibración acompañada de un sonido parecido a un gruñido. Dio unos pocos pasos y se adentro en aquella solitaria sala para encender la luz, miro al reloj de pared y noto que había regresado mucho antes de lo normal, más de una hora y media antes de hecho. Lo común para él era comer al regresar a casa, por lo que suponía que, a pesar de aun ser temprano para ello, su cuerpo simplemente le hizo tener hambre debido a la rutina, seguramente atravesar la puerta hizo que asociara aquello con la hora de la comida, por lo que entendió que su estomago hiciera aquel sonido.

Viéndose con la libertad de estar solo en casa, aunque sintiendo la ansiedad de que su familia regresara en cualquier momento, Lincoln camino hacia la cocina en busca de algo para comer. No esperaba encontrar nada ya que si su familia había salido, su padre no habría hecho nada de comer seguramente, mientras que la cena la prepararía hasta regresar, por lo que en el refrigerador no debería estar aquella porción que su hermana siempre guardaba para él. Tuvo razón. El refrigerador no solo estaba ausente de comida preparada, tampoco pudo encontrar algo además de un bote de jugo casi vacío y un cartón de leche sin abrir. Pensó al respecto un momento, la cena estaría lista hasta que su familia regresara de su paseo, por lo que hasta ese momento no tendría nada que comer. Incluso así, no sabía si realmente su hermana le guardaría una porción. Regreso al comedor, con la intención de subir a su cuarto y en su camino dos cosas llamaron su atención de manera fugaz. La primera fue el mueble en la pared, aquella vitrina que tenía un aspecto tan pesado seguía allí, pero Lincoln decidió no voltear a verla. La otra cosa que llamo su atención fue la mesa del comedor, la misma era usada para que los mayores coman en ella y ocasionalmente algunas de sus hermanas la usan para sentarse ahí y hacer sus tareas escolares o incluso algunos proyectos, pero su madre es muy estricta al respecto, la mesa esta siempre limpia y no tiene ningún tipo de objeto sobre ella además del florero central decorativo, por lo que de usar el espacio para alguna tarea, al terminar la mesa debía de quedar nuevamente impecable. Pero esta vez, en una de las orillas de la mesa, estaba una libreta, solo pudo verla de reojo, no era tan interesante como para voltear a verla, pero Lincoln no pudo evitar pensar en quien fue la que dejo eso ahí, sin importar quien fuera su madre le daría un sermón por no hacer caso a la regla de mantener el comedor impecable. Seguramente fue una de sus hermanas menores, no sería algo nuevo.

 Con su estomago aun quejándose ante la falta de alimento, y sabiendo que no podrá comer algo hasta dentro de una hora o puede que más tiempo incluso, Lincoln cerró la puerta de su cuarto y solo tomando su cobija, sin usar una sabana para evitar el contacto directo contra el suelo, se recostó. Trataría de dormir un poco mientras su familia vuelve a casa, aquel descanso seguramente le haría bien, y el hambre que sentía lo haría dormirse sin lugar a dudas, se había acostumbrado a aquello después de todo. No pensó en poner una alarma que lo despertara, la casa estaba completamente en silencio, así que el ruido de sus hermanas al regresar a casa lo despertaría sin lugar a dudas. Victima del cansancio de sus días madrugando, sus noches durmiendo de manera incomoda, y la poca energía producto de su mala dieta, Lincoln se quedo dormido bastante rápido, no era normal para él dormir por las tardes, pero esta vez lo necesitaba, la mañana en la escuela fue bastante pesada y termino por estresarse demasiado con ello.

 Al final, aquello que lo despertó no fueron sus hermanas o padres al hacer ruido cuando regresaban a casa, fue la misma sensación de hambre que lo ayudo a quedarse dormido en primer lugar. Su estomago se sentía vacío y podía sentir una molestia en el parecida a un ardor, siendo este ultimo el que termino por incomodarlo lo suficiente para interrumpir su sueño. Lincoln abrió sus ojos y quedo bastante confundido, no sabía cuánto tiempo había dormido exactamente, pero se sentía muy fatigado y le parecía que habían pasado varias horas, quizá era ya el siguiente día y el no lo había notado aun. Algo mareado se levanto del suelo y a través de la ventana en su cuarto pudo ver el cielo oscuro, aunque eso tampoco le dio una buena pista de la hora que era, al levantarse por las mañanas el cielo estaba igual de oscuro. Busco su teléfono y al revisar se sorprendió bastante, la noche había comenzado ya hace mucho y el no pudo escuchar a su familia regresar a casa, eran casi las diez de la noche y fuera de su habitación no había ningún sonido aun. Si bien a esa hora casi todas las hermanas menores estarían ya dormidas, las mayores aun estarían despiertas y activas, el lo sabía perfectamente, por lo que abrió su puerta al no escuchar nada. Todas las habitaciones de sus hermanas estaban cerradas y no parecían haber regresado aun, por lo que fue a la planta baja de la casa, no había señas de que alguien estuviera en casa además de él. A esa hora alguien sin lugar a dudas debería haber encendido la luz que ilumina la escalera para evitar accidentes, cosa que Lincoln no hizo al subir a su cuarto ya que a él le bastaba con solo encender el pasillo de la planta alta, pero a sus hermanas eso no les gustaba, seguramente habrían encendido aquella luz al momento de regresar, pero no lo hicieron. Volvió a tratar de prestar atención, pero seguía sin escuchar nada de ruido en la casa, estaba aun sola, sus hermanas y padres ausentes. Aquello no era nada normal.

 Sus padres eran aun relativamente jóvenes, pero ellos no eran ya activos, antes que salir por la noches y pasar un rato divertido o romántico el uno con el otro, preferían quedarse en casa descansando de sus trabajos mientras pasaban tiempo con Lily o alguna de sus otras hijas menores, verlos salir de casa después de la cena era algo bastante extraño, por lo que no notar su presencia en casa siendo ya casi las diez de la noche era algo que ponía en alerta a Lincoln, algo malo debió pasar sin duda alguna. Incluso si sus padres habían decidido salir hasta tarde de casa, ninguna de sus hermanas menores estaba tampoco ahí, y Lincoln sabia que sus padres nunca las tendrían fuera de casa a esas horas, especialmente a Lily y Lisa quienes debido a su edad caen fulminadas por el sueño bastante temprano. Tampoco podía imaginar a sus hermanas mayores llegando tarde a casa, lo cierto es que en ellas era mucho más común ver ese comportamiento de salir hasta altas horas de la noche, pero no en todas, de hecho solo en algunas. Lori al ser la mayor tenía esa libertad de salir hasta tarde de casa, sus padres confían en ella, no solo es alguien responsable y casi siempre confiable sino que de hecho se merece que le den un descanso de vez en cuando, cuidar de Leni a tiempo completo es algo que le guste o no termina por estresarla, tanto como para causarle algunos problemas anímicos. Pero sus salidas nocturnas siempre debían ser planificadas y anunciadas, para saber con certeza como cuidar de Leni, quien sin lugar a dudas trataría de acompañarla a donde quiera que fuera. Eso era tan cierto que incluso a Lincoln solían avisarle de aquellas salidas nocturnas, para que apoye en caso que Leni tenga algún problema. Luna es otra de sus hermanas que se da el lujo de salir de casa por las noches, casi siempre de la mano de sus compañeros de banda, a ella también le dan esa libertad ya que a pesar de su comportamiento algo alocado y explosivo, es también bastante intensa, por lo que es perfectamente capaz de cuidarse sola, e incluso si no llega a poder cuidarse sola, sus compañeros de banda siempre están con ella para cuidarla. Sus padres suelen tener confianza en ella para reunirse con sus compañeros de banda a pesar de que ella ha traicionado varias veces esa confianza llegando bastante indispuesta a casa después de visitar algunos lugares poco recomendables para alguien de su edad. Luan es alguien que no saldría, ella es alguien tímida y bastante retraída, solo se la ve impetuosa estando en los escenarios o haciendo presentaciones y rutinas, por lo que salir a divertirse no es algo que haga mucho, especialmente porque no tiene muchos amigos, al menos Lincoln no le conoce a ninguno. Lynn es aun joven, así que de pedir permiso para salir, sus padres no se lo darían, aunque ella no pediría algo así de cualquier forma, su mente está ocupada solo en sus compañeros de equipo y como llevarlos a otra victoria, salir a conocer gente, divertirse y coquetear no es algo que le interese mucho.

Sabiendo todo eso era obvio que la usencia de su familia no era nada normal, incluso era extraña y hasta algo de lo que alertarse, por lo que con algo de nerviosismo Lincoln volvió a su cuarto en busca de su teléfono, debía llamarlos y saber qué es lo que había pasado. Su teléfono no tenia línea, por lo que debía usar el teléfono fijo de la casa, así que bajo hasta el comedor, donde aquel pequeño teléfono de color negro y apariencia de baja calidad estaba. Lincoln no sabía de memoria el número de nadie de su familia, y de hecho con el tiempo había olvidado su propio teléfono, culpa en parte de no poder usar aquel aparato para nada más que ver la hora, pero sabía que en su lista de contactos estaban los números de toda su familia. No podría llamar a ninguna de sus hermanas pues hasta donde recordaba casi todas ellas habían cambiado de numero y en su teléfono el tenia registrado aquel que ya no funcionaba, pero sabía que los números de sus padres seguían siendo los mismos, por lo que revisando la lista, y teniendo ya a la mano el teléfono fijo, marco el numero de su madre. Lincoln sintió un gran alivio cuando la línea conecto, el teléfono de su madre estaba intacto y en red, solo hacía falta esperar a que respondiera para preguntar si todo estaba bien, pero eso no paso. La línea dio tono, pero este sonó sin respuesta, una, dos, cinco veces y después se cortaba la llamada por falta de respuesta. Lincoln volvió a sentir su estomago contraído e intento llamar una vez más, pero el resultado fue el mismo, ahora, sin que él lo notara, su respiración se había vuelto pesada, probo una tercera vez pero su madre siguió sin atender al teléfono. Aun había otra opción, por lo que Lincoln marco a su padre, lamentablemente aquello no cambio la situación, seguía sin recibir respuesta aun después de intentar llamarlo tres veces a él también. Ahora con la garganta seca debido a su agitada respiración por la boca, Lincoln llamo nuevamente a su madre, un total de cuatro veces más, en todas la llamada conecto y dio tono, pero en ninguna hubo una respuesta. Lincoln ahora podía sentir como los latidos de su corazón eran bastante rápidos e intensos, incluso comenzó a sentir algo de calor por culpa de ello. "Estarán ocupados" se dijo a sí mismo, tratando de entender porque ninguno de sus padres le dio respuesta, pero siendo incapaz de pensar en que algo malo debió de haber pasado, nada de eso era normal.

 Volvió a su cuarto, pensando que si no respondían, lo único que le quedaba por hacer era esperar por ellos. Incluso apago las luces de la casa en su camino, dejándola completamente oscura, como normalmente estaría a esa hora aquella casa. La zona de su vientre se sentía comprimida y en la boca del estomago podía sentir un molesto ardor que parecía empeorar por momentos, al mismo tiempo aquello le hacía sentir el estomago caliente, y mucho, tanto que ya no percibía el hambre. Su respiración ahora era mucho más lenta y pausada, pero seguía siendo igual de pesada desde hacía un rato y su corazón no había bajado su ritmo en absoluto, incluso parecía que había terminado una maratón recientemente con lo rápido que palpitaba aquel órgano. Acomodo sus sabanas en el suelo, listo para recostarse, pero en lugar de hacerlo, prefirió sentarse con su espalda recargada en la pared, de frente a la puerta de su cuarto, se sentía agitado y seguramente aunque lo intentara, no conseguiría conciliar el sueño en aquel estado. Se rodeo con su cobija para escapar del frio y mantuvo su mirada atenta a la puerta del cuarto y ocasionalmente dirigiéndola al techo, ya estaba oscuro así que lo que veía eran poco más que siluetas muy difuminadas, tanto que por momentos la pareidolia le hacía ver cosas que no estaban ahí.

 "¿Dónde están?" pensó Lincoln, aun afectado por aquella ausencia en la casa. Había opciones en su mente, pero estaba alterado y no sabía si eso estaba jugando un poco con su imaginación al tratar de justificar la ausencia. Primero pensó en que quizá sería una cena en el pueblo, pero a esa hora ya no era una opción aquello, el Royal Woods no había restaurantes que estuvieran abiertos a tales horas, de hecho el negocio de su padre era uno de los únicos cinco restaurantes en aquel pueblo, el resto de lugares era más parecidos a simples tiendas de comida corrida. Aun así, podría ser una cena, pero no en un restaurante, quizá con algún vecino, a pesar de la extraña fama de la familia, lo cierto es que sus padres tenían varias amistades, por lo que podría ser una visita a una de estas. Algún vecino cercano decidió invitarlos, por eso estaban confiados a pesar de ser tarde, estando cerca de casa no habría problema al momento de volver, además el día siguiente era sábado por lo que no habría clases, desvelarse un poco para las menores no sería problema. Pero aquella idea era también endeble después de todo la familia entera estaba ausente, y Lincoln no podía imaginar a ningún vecino dispuesto a recibir a toda su familia, o con sus casas acondicionadas para tantas personas. Podría imaginar el caso si sus padres llevasen solo a sus hermanas menores, pero no si era la familia completa, tantas personas juntas, por muy bien portadas y organizadas que estén, terminan siendo un desorden. Si en verdad era una cena familiar, tomando en cuenta la hora, la única opción era que salieron de Royal Woods, a una de las ciudades vecinas, las cuales eran mucho más grandes y pobladas y por lo tanto tenían una vida nocturna mucho más presente. Pensó en Hazeltucky, ahí seguramente habría restaurantes muy refinados que permanecerían abiertos incluso a esas horas, así que podrían estar aun ahí. Pero Hazeltucky es ya una ciudad mediana, muy cercana a ser considerada grande, desde hace tiempo aquel lugar a tenido que lidiar con un aumento en la tasa de crímenes, incluidos los robos con violencia. ¿Podría ser ese el problema? Tal vez su familia si fue hasta Hazeltucky a comer en algún restaurante, pero pasaron demasiado tiempo ahí y al momento de salir se había hecho tarde, de camino al estacionamiento donde hayan dejado a Vanzilla algo pudo pasarles, un asalto. Su padre, tan protector como es, seguramente trataría de enfrentar al asaltante tratando con ello de distraerlo y así permitir que Rita y sus hijas huyeran, consiguiendo ser herido en el proceso, o peor aun. También podía imaginar a Lori siendo quien salte a defender a su familia debido a su rol como la hermana alfa, o a Luna debido a su imprudencia ocasional por culpa de su carácter. ¿Qué haría Lincoln si ese fue el caso? Probablemente nada, no tenia como ayudar después de todo, no sabía hacer nada ni tenía tampoco algo que ayudara en ninguna situación.

 Aquello altero bastante a Lincoln, era un pensamiento bastante fatalista y no tenía nada que indicara aquel orden de eventos, pero aun así le pareció tan natural llegar a aquella conclusión que simplemente se asusto, consiguiendo entorpecer aun más su respiración.

 Dejo aquel mal pensamiento de lado y trato de explicarse a sí mismo que un asalto no podía ser la razón. Pensó en otra cosa, podría ser que la familia realmente estaba ya en camino a casa pero Vanzilla tuvo algún desperfecto y eso los hizo detenerse y perder tiempo. Aquella vieja van era muy poco confiable después de todo, un desperfecto en carretera sería algo de esperar, aquello ocurría incluso en las calles del pueblo recorriendo distancias cortas. Aun siendo otoño y teniendo un clima fresco seguramente el viejo motor de la van debió sobre calentarse y termino por detenerse ya que no podía funcionar correctamente en aquellas condiciones. O quizá la vibración producto de la alta velocidad requerida para transitar en una carretera causo algún desperfecto, Vanzilla estaba completamente destartalada después de todo, aunque eso era en realidad peligroso. Con la suficiente velocidad la van podría perder tracción debido al peso de tantas personas dentro ¿cierto? Aquello podría hacer que el vehículo termine por coletear hasta perder el control y terminar estrellándose o volcando, cosa que sin lugar a dudas destruiría por completo a Vanzilla, retorciendo su metal y soltando esquirlas de vidrio a todos los que iban dentro. Podría ser incluso que al chocar el vehículo termine prendido en llamas por alguna fuga en el tanque de gasolina y alguna chispa causada por el metal retorciéndose. Si eso pasaba y su familia sobrevivía al choque o a la volcadura, serian las llamas las que se encargarían de terminar con sus vidas, de manera lenta y sin dudas muy dolorosa. Lincoln recordó un video muy grafico que vio en la escuela cuando hubo una visita del departamento de bomberos y les hicieron ver un pequeño documental de los peligros de un incendio. Había una parte que mostraba un incendio controlado en el que había un cadáver de cerdo para mostrar las heridas que el fuego podía provocar. Lincoln se sintió muy mal con eso, fuertes arcadas lo hicieron toser y escupir algo de saliva muy espesa mientras su cuerpo comenzaba a temblar y su estomago dolía bastante. "¿Les pudo pasar eso?" se pregunto Lincoln, bastante consternado tras imaginar a sus hermanas y padres recibiendo aquellos grotescos daños en la piel que el fuego causaba en el cadáver del cerdo, y una vez más tuvo fuertes arcadas que una a una hacían que su estomago se comprimiera.

 Lincoln ahora temblaba bastante mientras su respiración era tan intensa que no tardaría en hiperventilarse. También podía sentir su corazón completamente acelerado y algo adolorido entre tanto desgaste sin tregua, no había parado de latir así de rápido desde que comenzó cuando aún estaba en la planta baja. Un copioso sudor bajaba a borbotones por su rostro, procedente desde su frente a pesar de que su cuerpo se había enfriado bastante, tanto como para que Lincoln sintiera entumidas sus manos y sus pies.

 No, eso no pudo haber pasado, su padre es bastante cuidadoso, en especial cuando va acompañado de la familia, no puede ser que el ocasionara un accidente así. Pero, puede ser que alguien más lo hiciera. Royal Woods está ubicada en medio de un bosque protegido y una planicie utilizada para el pasturaje de ganado, por lo que todos los terrenos alrededor del pueblo son áreas intocables, eso ocasiono que el único acceso al pueblo sea una carretera que lo atraviesa. Y aunque aquella ruta no era precisamente transitada por turistas o por personas comunes de viaje, si lo era por camioneros que llevaban sus cargas desde y a través del pueblo para abastecer, Lincoln lo sabia después de haber trabajado con Flip, ya que es él quien se lo dijo cuando explico cómo es que su gasolinera, la única del pueblo, era tan prospera pesar de su deplorable estado. Si bien el padre de Lincoln era bastante responsable y cuidadoso a la hora de conducir, también sabía que había otros conductores que no lo eran, entre ellos algunos de los cuales conducían camiones. ¿Podría ser ese el motivo? El señor Lynn viajando tranquilamente por la carretera, mientras disfrutaba del paisaje al frente, escuchando a su esposa Rita, sentada a su lado en el asiento de copiloto, contándole lo agradable que fue aquel paseo y lo bien que se lo pasaron con sus hijas, quienes iban todas sentadas en la parte trasera de la van, platicando entre ellas y alguna quizá hasta peleando, mientras las más pequeñas seguramente dormidas o muy cansadas con aquel viaje. Disfrutando de su familia mientras respetaba las normas de seguridad al conducir, procurando la integridad de su familia, sin esperar que nada malo ocurra hasta que algún conductor imprudente termine causando un accidente con él. Quizá algún conductor de tráiler con carga, que muy confiado o con falta de experiencia, al tratar de rebasarlo, fue incapaz de medir correctamente las distancias entre los vehículos, golpeando a Vanzila y haciéndola perder el control. Podría ser que incluso Vanzilla, siendo tan endeble como es, terminara bajo los neumáticos del tráiler, retorciendo el metal de la misma y seguramente también los cuerpos de los ocupantes…

***

 Lincoln no supo en qué momento se quedo dormido, simplemente lo hizo estando sentado y cubierto por su cobija mientras aquellos malos pensamientos no dejaban de engendrarse en su mente. La alarma lo despertó con un susto, por lo que de inmediato olvido lo que había soñado, pero aquella ansiedad que dicho sueño le provoco aun podía sentirse, era incluso visible a través de la pesada y algo dificultada respiración que tenia mientras su ritmo cardiaco era tan veloz como el aleteo de un colibrí. Lincoln incluso pudo asumir que su presión arterial era bastante alta debido a que cada latido de su corazón retumbaba con mucha fuerza en sus tímpanos haciéndolos sonar como fuertes tambores, además de sentir que sus oídos estaban tapados debido a como escuchaba las cosas.

A pesar de aquel precario estado tanto físico como mental, lo primero que Lincoln pensó al despertar fue en como su familia no regreso la noche anterior a casa, por lo que de manera apurada se levanto del suelo y salió de su cuarto con prisa, bajo la intención de revisar las habitaciones de sus hermanas, de cualquiera de ellas, solo para confirmar que ahí estaban. Pero no fue capaz de conseguirlo, al menos no de inmediato. En cuanto cruzo el marco de la puerta de su cuarto, Lincoln pudo sentir como su cuerpo perdía fuerza rápidamente y se aflojaba de tal manera que parecía haber perdido todo control sobre él mientras un extraño cosquilleo recorría sus extremidades y espalda, al mismo tiempo su vista se nublaba con bastante rapidez, como si una extraña oscuridad de un tono muy claro se expandiera desde afuera hacia adentro en su campo de visión, siendo que también podía ver en cámara lenta como el pasillo parecía cambiar su orientación de una forma extraña y antinatural. Y por un momento que a Lincoln le pareció inmenso, el fue incapaz de sentir algo, o de ver e incluso escuchar, pero de alguna manera el sentía que estaba despierto y alerta, es solo que no era capaz de recibir ningún tipo de estimulo.

 Cuando al fin fue capaz de abrir sus ojos otra vez y de sentir su cuerpo, pudo saber que estaba tirado en el suelo en una muy incómoda posición, aun a medio camino de llegar a la puerta de Lisa o de las gemelas. Trato de levantarse, pero la acción le tomo algo de tiempo ya que aun sentía su cuerpo débil hasta el punto en que el solo acto de mover sus brazos era complicado, le costaba controlar bien sus acciones e incluso se sentía más sofocado y con más dificultad para respirar que cuando recién despertó en su cuarto. Tanta era la dificultad que tuvo que comenzar a usar su boca pera respirar, tratando de no sentir que comenzaba a ahogarse mientras hacia el esfuerzo por levantarse, dándose cuenta rápidamente que por mucho que lo intentara, no lo conseguiría. No sabía que le había pasado ya que es algo que no le toco vivir antes, pero sea lo que fuere aun estaba haciendo estragos en su cuerpo por lo que lentamente se sentó en el suelo haciendo uso de la poca fuerza y coordinación que poseía en esos momentos, recargando su espalda en la pared que daba a la habitación de las gemelas y dejando que su cabeza cuelgue hacia adelante ante la incapacidad de poder mantenerla erguida por el agotamiento que sentarse le represento. Lincoln dejo pasar algo de tiempo esperando a que su cuerpo se recuperara y cuando pudo articular mejor sus movimientos volvió a intentar levantarse, a pesar de que aun estaba algo mareado por todo lo ocurrido, pero consiguiéndolo esta vez. Sin despegarse aun de la pared ya que se recargaba en ella para ayudarse a caminar, Lincoln llego a la puerta de la habitación y la abrió con algo de prisa, sin importarle el ruido que hacía, ya que para él, en ese momento, la prioridad era saber si su familia había regresado o no mientras el dormía. Pero al recorrer todo el lugar con su mirada noto aquellas camas vacías, era incluso obvio que no habían sido usadas desde la mañana anterior, aun estaban tendidas de una manera muy desprolija como cuando por las mañanas, antes de ir a la escuela todas sus hermanas estaban obligadas a hacerlo. Pero siendo las gemelas aun tan pequeñas y tan poco responsables, aquella muestra desprolija era común. Ya sintiéndose más recompuesto y capaz de andar, Lincoln dio media vuelta y fue hasta la puerta de Lisa para tratar de abrirla, en esta ocasión no hubo suerte con ello, aunque eso no lo sorprendió en absoluto, esa niña era bastante celosa con sus cosas ya que la mayoría de ellas eran caras y especiales, por lo que no dejaba a cualquiera entrar en la habitación, mucho menos en su ausencia. Pero a pesar de no sorprenderlo, si consiguió que se exaltara un poco por lo que preocupado camino hasta la habitación de Lynn y de nuevo no encontró a ninguna de sus hermanas ahí, solo sus camas tendidas y sus cosas intactas.

 El pecho de Lincoln se hundió de inmediato, era obvio que no habían vuelto a casa aun y seguía sin conocer la razón de ello. Habiendo recuperado ya su fuerza y coordinación, así como su lucidez, regreso a su cuarto y sin revisar la hora en su teléfono o darse el tiempo de levantar sus sabanas del suelo, tomo su ropa limpia y fue directo al baño para iniciar con aquella rutina lo antes posible, esperando que el agua fría le permita pensar mejor las cosas y quizá entender que es lo que le acababa de pasar. Al encender la luz y pasar frente al espejo Lincoln noto una mancha en su ropa, así como debajo de su nariz, era sangre, no mucha, su camisa para dormir estaba manchada a penas por dos gotas una mucho más grande que la otra, mientras que de su nariz y gran parte de su labio superior estaba una mancha de sangre que ya había coagulado e incluso comenzaba a secarse. Su razonamiento lo llevo a pensar que quizá al momento de caer en el suelo debió lastimarse y eso provoco el sangrado, por lo que de manera cuidadosa palpo su nariz esperando sentir alguna molestia que evidenciara el golpe y esperando que dicho golpe no le hubiera roto la nariz. Pero no consiguió nada, su nariz parecía estar en perfecto estado, con excepción de que aun estaba algo constipada por culpa de la fría noche que paso por descuidado, por lo que después de sonar su nariz dejo ese tema atrás y fue directo a ducharse.

Una vez limpio y habiendo terminado de arreglar las cosas en su cuarto, Lincoln bajo como de costumbre al comedor, quería usar el teléfono una vez más y tratar de contactar con sus padres. Al entrar vio sobre la mesa aquella libreta la cual también había visto el día anterior, pero a la cual no le tomo importancia debido a que tenía cosas en mente, pero esta vez sí le prestó atención. Sobre la libreta estaba pegado un Post It algo arrugado y de color blanco el cual quedaba algo camuflajeado por culpa del diseño que la libreta tenía en la portada, se acerco sin mucha curiosidad y pudo ver que tenía algo escrito en el, con letra pequeña y usando un lápiz común, por lo que desde lejos era difícil notarlo, pero ha Lincoln le molesto mucho lo que ahí leyó. "Fuimos a acampar con tía Ruth" eso era todo lo que decía.

 Lincoln no pudo evitar molestarse, por el contrario era normal que lo hiciera, estaba justificado en lo que a él respectaba. ¿Cuándo fue que decidieron hacer ese estúpido viaje y porque demonios nadie le había mencionado nada al respecto? Hay trece malditas personas viviendo en esa casa además de él y a ninguna de ellas se le paso por la cabeza darle aviso antes, eso era algo estúpido. Podía entender que su familia este molesta con el por ser un idiota con sus hermanas, pero esto que hicieron estaba totalmente injustificado, no solo no lo invitaron a ser parte de la actividad sino que encima de eso se lo ocultaron por completo y se fueron de casa dejando atrás solo una estúpida nota con seis palabras a la cual ni siquiera fueron capaces de ponerle el punto final al escribirla. ¿Por qué? ¿Por qué demonios le hicieron eso?

El estaba preocupado, y mucho, al no saber el paradero de su familia, pensó que pudo ser algo grave, pero aun si a Lincoln eso no lo hubiera afectado era muy molesto pensar en lo poco que sus padres se preocuparon por él. Entendía que sus hermanas decidieran no decirle nada y que incluso planearan excluirlo de la actividad, pero no podía entender cómo es que sus padres también fueron parte de ello. ¿Es que acaso ya no les importa? Lo dejaron solo en casa, sin supervisión y sin un aviso claro de su partida, con el refrigerador ausente de comida y sin un maldito centavo que pueda usar para conseguir algo de comer. Maldición, no fueron siquiera lo suficientemente amables para responder sus llamadas la noche anterior, simplemente lo dejaron a su suerte y lleno de preocupación ante la incertidumbre de su paradero. Estuvo a punto de soltar un puñetazo a la mesa del comedor, tratando de sacar todo el enojo que sintió al pensar en lo que sus padres hicieron, pero al final no lo hizo, apretó su estomago con todas sus fuerzas, tratando de así ahogar aquella rabieta que estaba teniendo, sintiendo incluso como se quedaba sin aire por aquella acción. El reflujo estomacal volvió a hacerse presente y esta vez subió hasta muy arriba en su garganta, estaba cerca de tener un día completo sin alimentos, por lo que aquello que subió por su esófago ya no era aquella saliva espesa del día anterior, era únicamente jugo intestinal, y Lincoln lo supo al sentir como aquel liquido quemaba lo más profundo de su garganta al subir, haciéndolo incluso toser debido al incomodo ardor. Después de recuperar el aliento y suspirar un par de veces termino por calmarse, sentándose en una de las sillas del comedor y recargando su frente sobre la mesa, visiblemente derrotado y aun molesto. Así se mantuvo solo un poco, manteniendo aquellas quejas en mente las cuales le gustaría gritar directamente en el rostro de sus padres, pero sabiendo que no tenía el valor necesario para hacerlo. Levanto su mirada de nuevo para enfocar aquella nota que lo tenía tan molesto y sintiendo algo de curiosidad trato de adivinar a quien pertenecía esa caligrafía que era algo descuidada e incluso temblorosa. Descarto de inmediato a sus hermanas mayores y también a Lucy, ya que ella tenía un desempeño muy alto en esa área en particular proveniente de las actividades del club al que pertenecía. No podía pensar en que fuera Lisa ya que ella tenía una escritura que era legible solo por ella, lo cual decía era a propósito para evitar que alguien lea sus notas, y ya que Lily era una bebe a Lincoln le pareció que las únicas que podían ser autoras de aquel texto debían de ser por fuerza una de las gemelas. Pero saber cual en específico sería difícil, a pesar de que son sus hermanas menores, Lincoln ha convivido con ellas muy poco e incluso puede ser que debido a las edades que tenían en ese entonces, las gemelas hayan ya olvidado la mayoría de eso, por lo que vean a Lincoln mas como un extraño que como un hermano. Al menos con Lisa sabe que ese es el caso, aquella niña jamás ha demostrado ningún interés en él ni tampoco ningún respeto como miembro de su familia, ella lo ve realmente como un desconocido. Aunque tiene la cortesía de responder en caso de que el inicie una conversación.

 Pensando en ello Lincoln se levanto de aquella silla y miro detrás de él, en dirección a la pared, aquel espacio que estaba ocupado por un viejo mueble de madera que aun cuando era bastante agradable a la vista, desentonaba un poco con la decoración de esa habitación. Aquel mueble era una vitrina, del tipo que es propia de un comedor, destinada a tener platería o cubiertos decorativos en exhibición en su interior, los cuales seguramente jamás serán usados y permanecerán dentro de aquel mueble, visibles a través de los cristales de las puertas, al menos hasta que algún accidente termine por romperlos o dañarlos, haciendo que sea necesario reemplazarlos. Pero en su caso aquel mueble no exhibía ningún tipo de porcelana, platería o demás cubiertos decorativos, lo que ahí se mostraba era algo mucho más valioso y que hacía a la familia inflar su pecho en orgullo cada vez que algún visitante lo mencionaba. La llamada "Vitrina de los Trofeos" tal y como su nombre indica mostraba únicamente trofeos, todos los conseguidos por las hijas de la familia y que hacían a los padres sentirse tan orgullosos de ellos. Aquella vitrina estaba siempre limpia ya que su contenido era cambiado constantemente. Cada nuevo trofeo conseguido por Lynn al participar en algún deporte reemplazaba al anterior, de la misma forma que sucedía con los trofeos de Lori o los diplomas y reconocimientos que conseguían Lisa, Lucy o Luna. En general todas sus hermanas tenían algún talento que se veía premiado y después exhibido en aquella vitrina.

Lincoln podía recordar como cuando aún era pequeño aquella vitrina le parecía tan genial y especial. En aquella época Lori aun no había descubierto el golf, pero ya era poseedora de varios reconocimientos gracias a su participación en concursos escolares de deletreo, por lo que podía ocupar un lugar en aquella vitrina. Ella incluso tenía un lugar privilegiado en aquella vitrina, justo al centro de la misma, en el área más visible, con un pequeño trofeo dorado en forma de abeja sonriente que decía "Primer Lugar en el Concurso de Deletreo Interescolar del Estado de Michigan". Ese trofeo, aunque pequeño, fue el que inicio la tradición de la vitrina de los trofeos, o al menos eso es lo que sus padres decían. A Lori aquello en realidad le importaba poco o nada, esos logros aunque valiosos no la hacían sentir orgullosa, no solo porque nunca se esforzó por conseguirlos, ya que como cualquier otra hermana Loud simplemente era buena en lo que hacía de manera natural, sino porque para Lori la infancia fue más complicada que para el resto de sus hermanas. Lincoln sabia muy poco al respecto, pero entendía lo suficiente, siendo la mayor, era Lori quien más tiempo debía estar cuidando de Leni y de todas las responsabilidades que ella implicaba. Incluso si ella no queria aquella responsabilidad, muy a su pesar Leni ya la había elegido como alguien especial, por lo que Lori tuvo que sufrir de muchas carencias afectivas y sociales para mantener a su hermana menor inmediata alejada de problemas y en una situación aceptable. Aquello hacia que Lincoln admirara mucho a su hermana mayor, aun cuando sus padres tardaron, le dieron la oportunidad de hacer su vida sin tener que preocuparse de Leni, pero Lori fue incapaz de abandonarla, se sentía responsable de cuidarla. El precio de aquello fue una pequeña neurosis que Lori tenía, pero aun así era admirable como de comprometida estaba con el bienestar de su hermana menor inmediata.

 Después estaba Leni, quien a pesar de sus impedimentos siempre mostro una increíble habilidad en el dibujo, siendo esa actividad la que en esos momentos le permitía a su hermana sobrellevar sus problemas para socializar. Era tan buena que la Casa de La Cultura de Royal Woods en varias ocasiones le pidió a la familia que presentara sus dibujos como parte de exposiciones de arte juvenil, para promocionar la actividad entre los más pequeños, consiguiendo con ello reconocimientos por parte de esa institución. En el caso de Luna su talento era también su pasión, la música. Para ella fue bastante fácil llegar a esa vitrina y por mucho tiempo conservar la corona como la hija con más reconocimientos en aquel mueble. Cada oportunidad que tenia Luna de estar en un escenario ella la aprovechaba al máximo, incluso trato de expandir sus posibilidades y ampliar sus opciones aprendiendo a tocar diversos instrumentos, la dedicación que ella tenía hacia la música fue muy notoria desde muy pequeña y más aun su compromiso con los resultados. Luan de entre todas sus hermanas es quizá la que menos orgullo siente de sus trofeos en aquella vitrina, para la hermana con la dentadura dispareja, la comedia era su pasión, le encantaba todo lo que tuviera que ver con hacer feliz a la gente y en general era muy buena en ello y también dedicada. Había aprendido muchas aéreas diferentes de la comedia en su búsqueda por llenar aquella emoción que le daba ver a la gente sonreír y reír, pero la comedia no es un arte muy apreciada ni reconocida, mucho menos una en la que la competencia permita ganar reconocimiento, además de ser muy complicado hacerse de un renombre en ella. Pero a Luan eso no le importaba, esa era su pasión y no pretendía mancillarla tratando de sacarle algún beneficio personal material. Pero Luan además de aquella pasión, al igual que sus hermanas tenía también su talento, el cual fue descubierto después de haber sido castigada en la escuela por culpa de una broma que se le salió de control, por ello debió cumplir horas de servicio social en el club de teatro de la escuela, en pocas palabras, su habilidad histriónica era simplemente magistral a pesar de su corta edad, permitiéndole llegar a la vitrina con ello. Y aun cuando Luan quería ser reconocida por su habilidad como comediante, no podía evitar sentir algo de orgullo por aquellos reconocimientos dados por sus actuaciones. En el caso de Lynn la historia era mucho más simple, cuando sus padres la motivaron a hacer deportes para mejorar su, en ese entonces delicada salud causada por su nacimiento prematuro, ella termino por obsesionarse con los deportes, siendo bastante buena en ellos y de hecho consiguiendo ser la hija con mayor numero de trofeos en la casa.

Todo era orgullo y admiración a los ojos de Lincoln hasta ese momento, el problema llego cuando sus hermanas menores comenzaron a figurar en aquella vitrina a través de sus logros. Las primeras fueron las gemelas, que aun siendo muy pequeñas, Rita decidió inscribirlas en un concurso de belleza el cual era de exhibición en el pueblo. Ella tenía poco de haber adquirido un gusto por ese tipo de actividad debido a un programa que veía por televisión antes de dormir y que le resultaba muy entretenido, por lo que cuando se anuncio aquel evento de exhibición ella no dudo en inscribir a las gemelas, más que nada porque eran las únicas que no se negarían a hacerlo. Lincoln no recordaba quien fue la ganadora en aquella ocasión, pero sabía que fue una de las gemelas, y a partir de ese momento Rita continuo llevando a sus hijas a participar en ese tipo de concursos. La gemela mayor, Lana, con el tiempo perdió el interés en aquella actividad y termino por abandonarla en su totalidad, mientras que la gemela menor, Lola, mantuvo su interés en aquellas pasarelas debido a su gran imaginación. Eventualmente incluso Lisa consiguió exhibir sus logros en aquella vitrina siendo prácticamente una bebe.

 Al final, aquella vitrina estaba repleta de trofeos de todo tipo, cada uno proveniente de una de sus hermanas, las cuales sobresalían por mucho en las actividades en las que decidían aplicar sus talentos, consiguiendo así que la familia genere aquella peculiar fama en su pueblo. Incluso sus padres consiguieron algo de reconocimiento en el pueblo, Lynn Sr. Gracias a su restaurante, que aun cuando era pequeño y de carácter hogareño, atraía a bastantes comensales, mientras que Rita consiguió su reconocimiento gracias a la publicación de su libro con el apoyo del gobierno local, consiguiendo ser la primer escritora relevante de aquel lugar.

Lincoln por su parte, era también conocido en el pueblo, y bastante bien, pero no por algún logro o por sobresalir en alguna actividad gracias a algún talento natural que posea, el era conocido en el pueblo, o quizá sería más correcto decir que era reconocido en el pueblo gracias a su peculiar cabellera respecto a su edad. Pero aun con eso el no podía reclamar aquella fama como propia, después de todo el era el único niño en todo el pueblo; y quizá en todo el estado, que tenía esa cabellera blanca, pero su hermana tenía el reconocimiento de ser la única niña de todo el pueblo con una cabellera blanca. Ambos compartían aquel curioso detalle el cual aun siendo tan único como es, no es un logro y no amerita un trofeo, ya que solo es la genética familiar dándose a notar en un rasgo distintivo. Lo más frustrante era sin dudas que Lincoln de hecho había intentado hacer algo al respecto, muy inspirado por sus hermanas mayores y algo celoso de sus hermanas menores él intento conseguir algo propio de lo cual enorgullecerse. Pero hacer algo así es difícil y Lincoln debió de aprender eso raspando sus rodillas después de caer muchas veces, pasando por emociones que un niño de esa edad no debería y generando remordimientos con los que era injusto cargar.