POV. Uriel Cibryck
Me encontraba en la habitación de mis padres, acostado al lado de mi madre mientras mi padre nos narraba la historia.
Cuando finalizo la historia, mis padres decidieron salir de la habitación e ir al jardín de nuestra casa.
Mi madre me tomo en sus brazos mientras caminaba seguido de mi padre, quien realizaba gestos raros y graciosos mientras me veía desde la espalda de mi madre.
Cuando llegamos al jardín, mis padres caminaron a un pequeño gazebo que se había construido en él y se sentaron en unos hermosos sillones.
Me tomaron de la cintura mientras me alzaban de arriba hacia abajo, haciendo todo lo posible por hacerme reír.
Sabía que debido a mí madures no encontraría muy agradable estos momentos, así que decidí soltar el control de mi cuerpo y dejar que mis instintos de bebé se apoderaran de mí.
Fue muy vergonzoso pasar estos momentos, pero había una parte de mí que en el fondo atesoraba estos gestos y estaba feliz de ver a mis padres mimarme tanto.
Después de unos minutos de estar jugando conmigo, mis padres pararon sus actos. Mi madre me arropo entre sus brazos mientras recostaba su cabeza sobre el hombro de mi padre. Ambos cerraron sus ojos y disfrutando de la brisa de la tarde.
La tarde era reconfortante, no pude evitar que mis pensamientos divagaran mientras veía la felicidad que se reflejaba en el rostro de mis padres.
Después de mi nacimiento se había realizado una gran fiesta en honor a mí. Se invitó a toda nuestra familia. Solo recuerdo algunos nombres importantes de nuestra familia.
Mi padre se llamaba Jefferson Cibryck y mi madre se llamaba Erika Cibryck.
Mi abuelo Franklin era el pilar de nuestra familia y la abuela Louise era su esposa. No paraban de acercarse continuamente a mí esperando que les dedicara algunas sonrisas. Hubo varios primos que se presentaron, pero no recuerdo sus nombres ni sus rostros. Creo que poco a poco me integraré mejor a nuestra familia.
Habían pasado seis meses desde ese día. No había sido fácil ser bebé una vez más, a pesar de que había manipulado mis Artes de Qí para mantener el control de mi cuerpo. Entendí cuáles eran mis limitantes, ya que no podía mantener el control de mi cuerpo por mucho tiempo debido a la carga mental y física que generaba.
Estaba demasiado desesperado por cumplir un año, puesto que sería el momento en el que aprendería a hablar y mi cuerpo podría comenzar a soportar el entrenamiento interno de mis Artes.
Jano había cumplido su palabra y había preparado un excelente recipiente. Este cuerpo lograba sostener una carga muy exagerada de Arte a pesar de ser solo un bebé, pero aún no estaba listo para el entrenamiento.
Mi cuerpo era lo mejor de lo mejor y mi familia era una de las más fuertes de la raza de los humanos. Lo cual era una gran ventaja para mí, ya que me beneficiaba demasiado.
Primero, nacer dentro de una de las familias más importantes del reino me permitía tener muchos recursos a mi disposición y segundo, me aseguraba maestros capaces que pudieran guiarme en mi crecimiento.
Me toqué mi pecho mientras recordaba el día de mi nacimiento. Aún estaba en estado de shock. No podía dejar de pensar si había sido suerte o el estado de mis emociones, las que me habían permitido canalizar Maná en mi cuerpo, despertando así mi afinidad por el Arte de Maná.
Estaba feliz con haber despertado dos afinidades desde mi nacimiento, ya que al poseer dos Artes estaba ampliando mi arsenal de batalla.
El primer paso ya estaba resuelto, pero aún me faltaban dos más.
Hay tres pasos cruciales que debía cumplir para ser considerado un Artista. Estos pasos eran generales para todas las razas.
El primero paso era despertar mi afinidad por el Arte.
Debido a que mi raza era Humana, lógicamente mi afinidad principal era el Arte de Qí. Las demás afinidades despertarían solo si tengo el talento y los recursos necesarios para despertarla.
El Arte que tenía más ramas para aprender era el Arte de Maná, ya que poseía seis elementos y en mi caso al despertar mi afinidad por el elemento Rayo había despertado uno de los más fuertes.
La afinidad solo me permitía sentir la propiedad de mi Arte, pero no podía utilizarlo, puesto que no podía almacenarlas y mucho menos ejecutarlas.
El segundo paso era crear un núcleo de almacenamiento.
Generar un núcleo me permitía tomar las Artes y almacenarlas dentro de él. El nivel del núcleo estimaría la cantidad de Arte que puedo almacenar.
Un solo núcleo no puede almacenar dos Artes, ya que provocaría que el cuerpo explotara o quedara en estado vegetal debido al choque de dos Artes.
La cantidad de núcleos que se deben generar se determinara por la cantidad de afinidades que haya despertado. En mi caso debo generar dos núcleos, uno para mi arte de Maná de elemento rayo y otro para mi Arte de Qí.
El tercer paso es aprender los Cantos.
A prender los cantos era el paso final, pero también el más complicado, ya que este último paso tiene tres divisiones; memorizar el canto, profundizar en él y finalmente equilibrarlo.
Memorizar el canto era la parte más sencilla. Lo complicado venía cuando había que profundizar en él, puesto que debía realizar largos tiempos de meditación hasta comprenderlo e imprimirlo en mi cuerpo.
El equilibrio era la peor parte, por el hecho de que si no sabes equilibrar el canto que has aprendido podrían suceder dos cosas; podrías vaciar todo el Arte de tu núcleo en un solo canto, quedando expuesto en una batalla y asegurando tu muerte o podrías no tomar la cantidad necesaria de Arte para tu canto y generar un ataque ineficiente.
"Uuff ~~".
Un suspiro se escapó de mis labios, estaba feliz de haber despertado dos afinidades, pero también tenía un largo camino por recorrer.
'Me pregunto ¿Cómo estarán los demás?'.
Jano había dicho que nos reencarnaría en cuerpos capaces.
Mi pregunta es…
¿En qué clase de familia nacerán ellos?
Sus artes estaban lejos de ser normales, así que mi lógica me lleva a pensar que para aprovechar todo su conocimiento en las Artes debieron reencarnar en una raza que logre albergar todo su potencial.
'Me pregunto si ya nacieron'.
No puedo evitar preocuparme por ellos. Soy su líder y es mi deber comprender las circunstancias que rodean a mis subordinados. Por ahora solo puedo esperar hasta que podamos reencontrarnos.
Estaba tan sumido en mis pensamientos que pase por alto que tenía a mis padres frente a mí.
'¡Maldita sea! ¿¡Por qué están difícil ser un niño!?'
Mis padres habían abierto los ojos y me miraban fijamente. Estaba tan sumido en mis pensamientos que no me percate que me habían estado observando desde hace un tiempo.
Mi madre se acercó a mí mientras se desabrochaba la blusa. Sabía que era lo que venía, así que solo abrí mi boca esperando que su pezón entrara.
No puedo negarlo, ser un niño tenía sus ventajas y la leche de mi madre tenía un sabor tan exquisito que por momentos me sentí adicto a ella.
Tengo que decir que mi familia es la mejor desde mi nacimiento, hasta este día no encuentro nada de lo que pueda estar desconforme.
Solo había un pequeño detalle.
Este pequeño detalle no es tan pequeño cuando se habla de los cuentos de mi padre.
No soporto ver que se avergüence a sí mismo a pesar de que mi madre los disfruta y sonríe cada vez que los cuenta a mí me parecen demasiado vergonzosos.
Aunque creo que mi padre exagera con sus cuentos hasta el punto de disfrazarse como los personajes de la historia. Tengo que decir que es parte de su amor de padre y cuando considero su amor realmente no importa que se avergüence, aunque me gustaría que lo evitara.
En esta nueva vida trataré de disfrutar de mi familia y aprovecharé todas las oportunidades que tenga de hacerlos feliz. Sé que mi misión no es hacer feliz a mis padres, pero pienso que no está de más disfrutarlos.
'Espero que estés bien Jano'.
No puedo evitar pensar en él.
Sacrifico su propia vida para que pudiéramos reencarnar y así tener mejores posibilidades de acabar con la rebelión de los monarcas.
Hay muchas preguntas que aún están sin responder.
¿De quién era la mano que salió del portal?
¿Qué era ese anillo que contenía esa inscripción numérica?
¿Por qué Jano parecía conocer al potador del anillo?
¿Hay alguien más como el cerebro de esta rebelión?
Solo hay una cosa de la que estoy seguro.
Los monarcas no estaban solos, había alguien más que los estaba apoyando desde las sombras.
Aunque Jano nunca entro en detalle sobre como sucedió la rebelión de los monarcas, estoy seguro de que este ser los estuvo ayudando desde el inicio.
Si ya era difícil enfrentar a los monarcas en una batalla, con la llegada de un segundo enemigo las cosas se complicaban aún más.
Solo espero que logremos ser lo suficientemente fuertes para no volver hacer una carga para Jano.
'Solo espera un poco más jano, pronto iremos por ti' - pensé en mi mente disfrutando de la leche de mi madre.