Un millón de años después de la creación de Uthird, una joven hechicera se dirigía hacia una colina para llevar a cabo lo que parecía ser un hechizo de invocación. Sin embargo, los preparativos eran extensos y el círculo mágico debajo de ella tenía un tamaño mucho mayor de lo habitual. Vestía los tradicionales ropajes de Varah, una vestimenta reservada para dar la bienvenida a alguien de mayor jerarquía. Varah era el nombre del reino que habitaba en Uthird. La joven llevaba su cabello rubio casi blanco recogido en un moño, y sus ojos grises con tonos morados brillaban mientras se preparaba para lanzar lo que parecía ser un poderoso hechizo.
Al llegar la noche, la joven se posicionó en el centro del gran círculo mágico y comenzó a recitar el conjuro.
-Coniuro te praeconis sanguine. Adiuro te per praecordia hominis ferro necati. Adjuro te per septem civitates Varaviae obtestor te occisionem.
Mientras ella recitaba el hechizo, en otra parte del universo, un hombre de repente se vio inmovilizado con un círculo extraño bajo sus pies. Cinco segundos después, se encontraba frente a la joven. El hombre tenía el cabello negro, sus ojos irradiaban un tono rojo brillante por alguna razón y aparentaba no tener más de diecinueve años.
Desorientado, el hombre observa a su alrededor y se da cuenta de la hermosa joven que se encuentra frente a él. Tras intercambiar una mirada breve, la joven hace una reverencia y se dispone a ser la primera en hablar.
-Bienvenido, mi nombre es Maya, Maya Astross. Debo advertirle que este no es su mundo. Por favor, venga conmigo. Creo que deseará una explicación de por qué está aquí - su voz era suave y tranquila, pero a la vez rebosaba de ilusión y esperanza.
Al escuchar esto, el hombre se da la vuelta y comienza a caminar en dirección opuesta a la ofrecida por la chica llamada Maya.
-No me interesa lo que me tengas que decir - respondió con desinterés. La joven se queda impresionada por la reacción del hombre. ¿Realmente era él a quien buscaba?
-¡Espera! Ni siquiera sabes nada de este mundo. Hay muchos peligros a los que te enfrentarás si te vas así - exclama la joven intentando detenerlo.
Tras pronunciar esas palabras, se produjo un estruendo cerca de ellos provocado por una extraña criatura. Parecía un golem descrito en los mitos, hecho de rocas. El hombre, sorprendido, retrocede un poco y de repente ve frente a él un círculo con extraños grabados en su interior, pero también parecía estar hecho de alguna forma de energía.
-¡Quédate ahí! Si eres quien yo creo, no puedo permitir que mueras. Eres demasiado valioso - exclama Maya. Acto seguido, se lanza hacia la criatura disparando extraños proyectiles desde uno de los grabados en el círculo. Sin embargo, el golem bloquea sus ataques con su brazo y la patea de vuelta hacia donde se encuentra el hombre.
-¿Necesitas ayuda? - pregunta el hombre con un tono de burla en su voz. -Supongo que no estaría mal... Ese es un golem de tipo cazador y son atraídos por grandes cantidades de energía mágica - explica Maya con vergüenza en su voz.
-No entiendo muy bien eso de la magia, pero supongo que si eso lo atrae, debe ser porque adquiere algo de ella, ¿no? - responde el hombre, aparentemente adaptándose rápidamente a la situación con una reacción calmada o tal vez ocultando su impresión.
-Sí, por lo que parece, se alimentan de la esencia mágica - dice Maya mientras se pone de pie.
-Entonces, ya tengo un plan - afirma el hombre. Tras finalizar la conversación, ponen en marcha su nuevo plan.
El hombre se lanzó por un lado del golem mientras Maya iba por el otro lado. Al acercarse lo suficiente, Maya creó un sello que hizo que el hombre rebotara hacia la cabeza del golem. Fue entonces cuando el hombre se dio cuenta de que en realidad era un ser orgánico dentro de una armadura de rocas. Maya continuó corriendo, haciendo que el golem se volteara para seguirla, dejando su nuca expuesta. Mientras tanto, el hombre se aferraba al golem y notaba que esa zona era más blanda que el resto de su cuerpo.
Mientras Maya seguía corriendo, el hombre buscaba desesperadamente algo que pudiera usar como arma. De repente, vio a alguien lanzando un cuchillo. Con dificultades, el hombre logró agarrarlo y se lo clavó al golem, dándose cuenta de que había alcanzado el equivalente a la vena carótida del ser, una zona vulnerable y crucial.
El cuerpo del golem cayó hacia atrás, y el hombre se lanzó al suelo para evitar quedar atrapado bajo el cadáver. Sin embargo, algo extraño llamó la atención del hombre: el cuerpo del golem comenzó a desaparecer sin motivo aparente. Maya se acercó a él, visiblemente cansada.
-En este mundo, cuando un ser vivo muere, su cuerpo se convierte en energía y su alma se dirige a un lugar donde puede purificarse y reencarnar - explicó Maya. El hombre quedó impresionado por esta afirmación, ya que no sabía cómo afectaría eso a su propia existencia en aquel mundo desconocido. Pero en ese momento, una voz desconocida interrumpió sus pensamientos. Era una voz femenina y agradable, pero también transmitía seriedad e intensidad. Una joven, de aproximadamente la misma edad que el hombre, bajó de un árbol en la misma dirección de donde vino el cuchillo. Sin embargo, la chica tenía orejas de animal y una cola peluda similar a la de un lobo. Maya se sorprendió al ver a la chica tan rápidamente.
-No esperaba verte por aquí, Aria - dijo Maya, revelando que ambas se conocían de antes.
-Me llamaron para controlar al golem, pero vi que estaban en acción y quería ver cómo se desenvolvían - respondió Aria, adoptando una postura más seria y desafiante que se reflejaba en su voz.
-Entonces, ¿él es el próximo "deiak"? - preguntó Aria, desconcertando al hombre. Era la primera vez que escuchaba esa palabra y no entendía su significado. Aria se acercó a él y le golpeó en el estómago, dejándolo sin aliento y haciéndolo caer al suelo.
-A mí me parece que no es más que un cobarde muy astuto - comentó Aria con una actitud más seria que Maya, pero el hombre no comprendía exactamente a qué se refería.
-Tal vez tengas razón, pero golpearlo de esa manera es demasiado imprudente. La prueba de "Dyrnwyn" aún no ha comenzado - dijo Maya mientras se agachaba y ofrecía su mano al hombre-. Si deseas volver a tu mundo, no te obligaré a quedarte, pero crear un amuleto de regreso llevará tiempo. Por las molestias ocasionadas, me encargaré de proporcionarte un hogar.
El hombre se sorprendió por la confianza que Maya depositaba en él, pero no tenía más opción que aceptar.
-Ahora que lo pienso, no te he preguntado tu nombre - comentó Maya con curiosidad en sus ojos.
-Soy Aiden - respondió él con cierta indiferencia en su tono.
-Bien, Aiden, te doy la bienvenida a Varah - dijo Maya, mientras Aria lo miraba con desprecio. Luego, Maya condujo a Aiden hasta una pequeña casa en las afueras de un pequeño pueblo. La vista era hermosa: hacia el pueblo, se podía ver la puesta de sol, mientras que en dirección opuesta aparecía la luna. Sin embargo, algo era extraño. Aiden se dio cuenta de que no había un crepúsculo; la luz del sol no mostraba los típicos tonos rojizos y amarillentos propios de esa hora. El día y la noche compartían espacio en el cielo, como si uno se retirara mientras el otro tomaba su lugar.
-Espero que no te importe dormir en el sofá esta noche. Mañana podré prepararte una habitación - dijo Maya. Aiden aceptó y, cuando llegó la noche, cada uno se retiró a descansar en sus respectivas habitaciones.
De repente, Aiden se encontró en un pasillo de lo que parecía ser un local u hospital abandonado. Frente a él había una puerta de madera bastante deteriorada, como si llevase mucho tiempo cerrada. Aiden se acercó a la puerta, pero de repente, apareció una persona desconocida sin ojos, con sangre brotando de sus cuencas. Su postura denotaba agotamiento, pero su expresión reflejaba una profunda tristeza. De fondo, se escuchaba una risa macabra que haría temblar al guerrero más valiente. El desconocido sin ojos repetía sin cesar:
-Él sabe que estás aquí...
Tras todos estos sucesos, Aiden despertó en el sofá. Parecía que todo había sido un sueño. Aiden se levantó asustado y se dirigió hacia la cocina, donde Maya apareció. En esta ocasión, llevaba un vestido gris con falda morada.
-Vaya, no esperaba que estuvieras despierto. Por si no te has dado cuenta, ya es por la tarde. Bueno, si no te importa, voy a hacer unos recados. ¿Vienes conmigo? - dijo Maya, esperando ansiosa la respuesta de Aiden. -Supongo que no tengo nada más que hacer, ¿verdad? - respondió Aiden con indiferencia. Una vez llegaron al pueblo, Maya quiso hablarle sobre el lugar, ya que Aiden iba a vivir por la zona un tiempo. -Este pueblo se llama "Afetiria". Puede que no sea muy rico, pero está lleno de buena gente. Además, Aria usa un pequeño almacén para guardar los objetos que trae en sus misiones - explicó Maya con tono tranquilo y sereno. -Aún no me has dicho por qué me has traído aquí - dijo Aiden con seriedad y calma, pero a la vez maravillado por la belleza del pueblo. -¡Oh! Lo siento por no habértelo explicado. En este mundo existe una leyenda. Cuenta la leyenda que un héroe de ojos rojos vendrá de otro mundo y destruirá todo el mal. Este héroe tiene el rango más alto que se puede alcanzar, el título de "Deiak". Yo soy la elegida para guiarlo - Aiden se quedó impresionado, pero por alguna razón no le pareció completamente extraño. - Si no te importa, ¿podríamos ir primero al almacén del que te hablé? Hay algo que quiero comprobar - Aiden negó con la cabeza y se dirigieron hacia allí.
Dentro había una mujer tras el mostrador. Era una mujer joven con cabello castaño oscuro y ojos verdes esmeralda. Parecía que ella y Maya ya se conocían, así que Aiden se quedó en silencio mientras Maya terminaba lo que estaba haciendo. -Hola, Iris. ¿Has notado algún cambio en Dyrnwyn? - preguntó Maya con un tono desconcertado en su voz. Iris negó con la cabeza. -Lo cierto es que no, pero si has venido a preguntar, ¿significa que él es...? - Antes de que Iris pudiera terminar, Maya la interrumpió. -No lo sabemos con certeza, pero las pruebas indican que no lo es. - Tras decir eso, una espada junto a su vaina salió volando en dirección a Aiden. Él la atrapó fácilmente en el aire, sin mucha dificultad. Casi al instante, un joven adolescente que aparentemente era el hermano de Iris debido a su gran parecido, corrió tras la espada. -Lo siento, Iris, pero Dyrnwyn ha despertado y no pude detenerlo - dijo el joven. Iris miró a Aiden con asombro y puso una mano en el hombro de su hermano para calmarlo. -No te preocupes, no es tu culpa - dijo Iris. Maya se puso frente a Aiden emocionada. -Aiden, intenta desenvainarla. Esto es lo que quería comprobar. - Sin mucha dificultad, Aiden sacó la espada de su vaina, revelando una hoja de metal oscuro con ornamentos de oro en el mango y en la parte sin filo. A pesar de ser bastante grande, era muy ligera y se podía blandir con una mano con facilidad. Su hoja era similar a la de un sable europeo, pero completamente recta y de mayor grosor.
-¿Y ahora qué tengo que hacer?- Preguntó Aiden confundido, Maya, Iris y el adolescente estaban asombrados por la facilidad con la que pudo desenvainarla
-¿Y ahora qué se supone que debo hacer? - preguntó Aiden confundido. Maya, Iris y el adolescente estaban asombrados por la facilidad con la que pudo desenvainar la espada. -No esperaba que pudieras sacarla tan fácilmente, ni que el poder de Dyrnwyn provocara cambios físicos - Aiden se sorprendió por lo último que dijo Maya. -¿Cambios físicos? - Aiden no entendía lo que Maya estaba diciendo, ni tampoco comprendía completamente lo que estaba sucediendo, pero su expresión cambió a una de cansancio y enfado al ver que Aria entraba por la puerta.
-Solo le ha cambiado un poco el color de su iris, todavía no tiene el infinito grabado en ellos, y el hecho de tener uno de los regalos del adalid no lo convierte en el deiak. Yo también tengo uno de los regalos - la voz de Aria era seria y mostraba cierto desprecio hacia Aiden. -Podrías ser un poco más considerada, Aria. Sabes que Dyrnwyn le ha otorgado más poder - Maya parecía tener grandes esperanzas en Aiden, pero él no entendía por qué.
-Entonces, hagamos la prueba de fuego - dijo Aria, poniendo una mano en su cadera y sacando un anillo metálico rojo de su bolsillo, que brillaba como el fuego. - Este es el anillo de fuego. Según la leyenda, el deiak es el único con el atributo del fuego. Si este anillo te acepta, obtendrás el atributo del fuego, pero si te rechaza... Bueno, digamos que habrá una barbacoa. - La cara de Aria mostraba una sonrisa burlona, como si intentara amenazarlo o hacer que se acobardara y se alejara.
-Aria, creo que aún es demasiado pronto para darle el anillo de fuego. Aiden ni siquiera sabe nada sobre los atributos de este mundo - la cara y la voz de Maya reflejaban preocupación y miedo a partes iguales. Sin decir nada y sin dudarlo ni un segundo, Aiden tomó el anillo de las manos de Aria.
-No me digas que lo harás solo para pelear con ella... - dijo Maya, llevando su mano a la cara en señal de decepción.
Tras ignorar las palabras de Maya, Aiden se colocó el anillo en el dedo índice de su mano izquierda, y un tornado de llamas lo rodeó por completo. Maya, Iris y su hermano estaban aterrados por lo que pudiera suceder, pero las llamas no le causaban ningún daño. Aria estaba impresionada por el hecho de que poseyera el atributo del fuego. Con un rápido movimiento de su mano izquierda, Aiden disipó las llamas. Aria se acercó a él furiosa.
-¡Que te quede claro, yo no te acepto como el deiak y nunca lo haré! - al terminar la frase, pudieron sentir un temblor procedente de una de las murallas del pueblo. Aiden, Aria y Maya corrieron en esa dirección y se dieron cuenta de que la causa del temblor era una criatura amorfa y horrible. Su cuerpo era el de una araña y portaba tres cabezas en sus hombros: la cabeza de una rana en el hombro izquierdo, la cabeza de un puma en el hombro derecho y la cabeza central era la de un carnero negro. Su tronco era similar al de un humano, pero cubierto de pelo negro de carnero. Sus brazos eran similares a las patas de una araña, pero tenían versiones de sí mismos a modo de dedos. Maya y Aria estaban aterradas ante la presencia de esa criatura.
-Nunca antes ningún ente había atacado el pueblo. Esto es extraño - dijo Maya con miedo y preocupación en su voz. Aiden desenvainó su espada, preocupado por lo que estaba sucediendo, y Aria hizo lo mismo. La criatura se percató de su presencia y se dirigió hacia ellos.
-No esperaba ver aquí a dos paladines, y mucho menos a alguien de ojos rojos... - la voz del ente era grave, rasposa y casi demoníaca. Su sola presencia inspiraba miedo y peligro, además, hablaba sin mover ninguna de sus mandíbulas.
Sin dudarlo ni un segundo, Aria se lanzó a atacar al ente, pero este detuvo su espada con una de sus patas y le devolvió un golpe certero en el estómago. Aiden se dirigió a atacar al ente, quien intentó repetir la misma táctica, pero Aiden esquivó su pata y logró cortarle una de sus extremidades. El ente retrocedió sorprendido por lo ocurrido. Maya pudo ver que Aiden había logrado dañar al ente y sintió un breve alivio, pero notó que el ente alzaba sus brazos. Ella sabía lo que eso significaba, así que levantó a Aria y la llevó cerca de Aiden.
-¿Qué está haciendo? - Aiden se veía confuso, pero de repente una especie de suelo blanco se extendió desde el ente hacia ellos.
-Está creando un espacio vacío donde luchar. Este espacio no desaparecerá hasta que lo matemos o nos mate... - Maya explicó mientras se separaba de Aria y preparaba sus sellos mágicos. Aria se levantó y se puso en posición de combate. Aiden y Aria se lanzaron al ataque, pero el ente logró esquivar sus espadas. Sin embargo, Aria le propinó una potente patada que lo lanzó contra una de las paredes del cubo. Parecía que el ente no sufrió ningún daño. Rápidamente, Aiden utilizó la energía del anillo de fuego para rodear su puño en llamas y se lanzó a golpear al ente, quien no pudo esquivarlo y salió volando con una quemadura en la zona de su tronco donde estarían las costillas. El ente soltó una leve risa y habló con voz tranquila.
-Ya veo, ya que han logrado golpearme tan rápido, les diré mi nombre. Soy Bael, el ente que habita en esta zona. - Antes de que dijera algo más, Maya colocó un sello que lo inmovilizó. Acto seguido, Aria se lanzó y lo atacó con un tajo certero impulsado por una potente ráfaga de viento. Bael alzó sus brazos y se disponía a hacer algo. Maya se dio cuenta de lo que iba a ocurrir y advirtió a los demás.
-¡Rápido, tapaos los oídos! - Aiden obedeció sin dudar, pero Aria dudó un segundo. Bael juntó sus manos y provocó una potente onda sonora de alta frecuencia. Aria no llegó a taparse los oídos y al escucharla soltó un grito de dolor evidente. Después de unos 20 segundos, Aria había perdido temporalmente la audición y Maya acudió rápidamente a socorrerla.
-Escúchame, Aiden. Su habilidad única es el control de las vibraciones. Almacena la vibración de los golpes en su cuerpo y luego los lanza en forma de una alta frecuencia. - Aiden asintió, confirmando que lo había entendido. Con gran velocidad, Bael lanzó a volar a Aiden y lo dejó tirado en el suelo. Mientras Aiden intentaba levantarse, Bael se acercó y le agarró del cuello. Aria se acercó por detrás y le hizo un corte en el brazo, logrando que soltara a Aiden. Después, encerró al ente en una cúpula de vacío utilizando su atributo viento.
-¿Alguna idea de cómo derrotarlo, Maya? - Aria parecía exhausta y aún no podía oír nada. Bael hizo un movimiento extraño con las manos y, de repente, el cubo comenzó a encogerse.
-Parece que va a aprovechar su control total sobre el área para aplastarnos y escapar. - Aiden se levantó aún más decidido a luchar y, por alguna razón, comenzó una cuenta regresiva.
-Cinco... cuatro... tres... dos... ¡Uno! - Al terminar, agarró con fuerza a Dyrnwyn y saltó sobre Bael, cortándolo entre su tronco y su cuerpo de araña. Luego saltó rápidamente hacia la pared y, gracias a la inercia, pudo apoyarse lo suficiente para saltar de nuevo y repetir la estrategia en la pared opuesta. La piel de Bael era difícil de cortar, pero si atacaba sin descanso, podría derrotarlo sin darle tiempo para usar su habilidad o levantarse. Consciente de eso, Bael volvió a agrandar el cubo para intentar evitarlo. Maya y Aria se dieron cuenta de su plan, y Maya creó unos sellos que permitirían a Aiden rebotar con mayor facilidad. Después de dos minutos, Aiden utilizó el anillo de fuego para calentar el filo de Dyrnwyn y finalmente logró cortar a Bael por la mitad.
Bael yacía malherido y agotado en el suelo.
-Me resulta increíble que yo, un ente, haya sido derrotado por simples personas... Con razón tengo el título de ser el ente más débil... - Aria, Maya y Aiden se sintieron sorprendidos y aterrados ante tal afirmación, pero Aria dio un paso al frente para hacerle una pregunta.
-Antes de acabar contigo, quiero saber algo. ¿Tuviste algo que ver con la destrucción de Ciudad Aster? - El ente parecía calmado, ya que se había dado por vencido.
-No tuve nada que ver con ese evento. Según tengo entendido, la princesa que gobernaba allí abandonó a su pueblo a cambio de poder. - Aria prestaba atención a sus palabras y, al parecer, no dudaba de su veracidad.
-Así que la princesa de la misericordia cometió un tabú... - Bael dirigió su mirada hacia Aiden.
-No sé si eres quien yo creo, pero si es así, mi recomendación es que despiertes tus ojos lo antes posible... Así podrás llevar a este mundo a una mejor época... Una época de paz... - Aiden asintió y, poco después, el ente murió. El cubo donde habían luchado comenzó a desaparecer gradualmente, y el cuerpo de Bael se desvaneció en el aire.
Rápidamente, un grupo de soldados con uniformes similares al de Aria llegó para socorrerlos y atender sus heridas. Aiden cayó exhausto al suelo, mientras Maya y Aria buscaron un lugar donde sentarse y recuperar el aliento.
-Oye, Maya, hay algo que creo que debes saber - Aria habló sin siquiera mirar a Maya, pero estaba claro que era algo importante, o al menos así lo percibía Maya.
-¿Qué sucede, Aria? - Maya mostró preocupación ante las palabras de Aria.
-Jade ha escapado de la prisión. Es probable que venga a buscarte. - Maya se asustó mucho al escuchar esto.