Era un viernes 25 de Junio y ya había pasado casi un mes, la situación ya era insostenible en todo el mundo, los habitantes de la mansión Román ya vivían atrincherados prácticamente habiendo cambiado la modalidad de pensión para señoritas a fuerte de combate, donde los familiares por parte de Pamela, de Manuel del Villar y algunas amigas con sus esposos e hijos, muy cercanas de Adelina se habían mudado para reforzar el pequeño ejército que vigilaba sus instalaciones, de grupos de mujeres asesinas que intentaban tomarlo por asalto, ellos conseguían víveres para sobrevivir gracias a Soledad que se los llevaba por medio de las puertas mágicas, a ellos y a otras familias que al igual vivían atrincheradas en otros barrios, como la familia de Giovanny y Benjamín, mejor conocidos como el Ostro y la Ostra, que vivían en una casona ubicada en el barrio de la Huaca.
En puerto Arturo, las familias del barrio de los Verch, habían cercado la cuadra para protegerse de los saqueos, en las instalaciones de un templo mormón y más que nada de la furia de las mujeres asesinas, que asolaban a las comunidades de todo el mundo, pero no buscaban víveres, ni despensa para sus hijos y sus familias, buscaban hombres solteros y como ya no había por ningún lado, su furia era incontrolable.
Ya no había servicio telefónico, las luces se habían apagado más de una semana antes y ya la situación era de anarquía total, al comienzo de la maldición, los hombres perdían la lucidez al estar alejados de sus parejas, con la ventaja de que si no tenían compromiso no presentaban ningún síntoma, más que el de la alegría de ser solteros, pero las mujeres caían en furia asesina, perdiendo el control hasta llegar a un grado de histeria colectiva que las hacia actuar como fieras racionales en busca de su presa, que se armaban con cuchillos, machetes, hachas, pistolas y lo que tuvieran a la mano para allanar las casas de las familias, donde sabían o suponían que se escondía un hombre soltero, que al ser descubierto y capturado por aquellas jaurías de mujeres furiosas, tenía que escoger a alguna de ellas rápidamente para evitar que se mataran entre ellas, ya una vez hecha la elección, el muchacho u hombre ya en edad adolescente, era trasladado junto con la elegida a una zona de la ciudad controlada por ese tipo de matriarcado, hasta que se acabaron los solteros, los niños y jovencitos sobrevivientes de los ataques, también eran capturados y cuidados como ganado fino, las niñas y jovencitas eran puestas aparte, casi en calidad de esclavas al servicio de las guerreras, sin distinguir credos y familias, así fue como los Verch y los Hardman, con la ventaja que siempre tuvieron de saber lo que iba a suceder, por estar en constante contacto con Soledad y las mosquetebrias, se organizaron siempre antes de cualquier evento, invitando a los vecinos cercanos y familiares al movimiento, logrando mantener a salvo a sus familias, mientras la mayoría de los habitantes de su condado se comenzaron a hacer pedazos entre ellos, el único contacto que tenían los acuartelados de Veracruz con los de Puerto Arturo, era a través de las puertas mágicas, manteniendo ocupada todo el día a Soledad que se la pasaba apoyando con víveres y suministros que sustraía de bodegas y centros comerciales de varias partes del mundo a diferentes grupos de acuartelados, en Veracruz; Boca del Rio y 2 o 3 lugares, dándoles una considerable ventaja estratégica en su guerra contra el matriarcado, nombre que se le había dado al ejercito enemigo.
-Según las estadísticas de población mundial, existen 7 mujeres para cada hombre, o existían, antes de todo esto.
Dice Leticia revisando unos libros con Soledad, sentada en la mesa del comedor, que se había convertido en el centro de mando de aquel fuerte de combate; Adelina había subido a darles de comer a las chicas solteras de su casa, que las mantenían controladas con hechizos y brebajes de sueño, despertándolas periódicamente durante unas horas para que tomaran un baño y se alimentaran.
-Si fuéramos uno a uno, no estaría pasando nada de esto. –dice Soledad. –Pero estúpidamente, lo que antes veíamos como un pecado, era una necesidad.
- ¿A qué te refieres exactamente mulata? –pregunta Leticia.
-Es sencillo amigas. –dice Soledad a las muchachas. –La naturaleza en todas las especies hace más machos que hembras, como por ejemplo los leones, siempre veíamos un león con varias leonas, de 5 a 10, los rebaños de vacas igual, un toro para varias vacas, las ovejas, los lobos, en fin, creo que la única excepción que rompía la regla era con las abejas, que era una reina y miles de obreros o algo así de lo que no estoy segura, el punto es que si estas estadísticas demográficas que nos arrojan los censos de la humanidad se repiten con los animales, o sea, que para ellos también sean 7 hembras para cada macho, entonces la infidelidad es parte misma de la creación y es una necesidad, más que un pecado, porque los machos están naturalmente diseñados para perpetuar una especie con varias hembras, pero nosotros los humanos que razonamos, como nos parece algo que no debe de ser por eso de la buena educación, las religiones, la liberación femenina, las buenas costumbres y todas esas cosas que rigen a una especie civilizada, la convertimos en algo prohibido, en algo malo, en algo vergonzoso y que tenía que ocultarse ante los ojos de los demás, en fin; ¡En un pecado!
Romaia y Érika se quedaron mudas al escucharla, también Adelina, que se tomaba un café, pero se reservó su opinión.
-O sea que más que un placer; ¿Es un deber el de los hombres el de tener a varias mujeres? –pregunta Leticia, con un gesto de total desacuerdo.
-Tal vez no de tenerlas, pero sí de atenderlas, es como si esa pregunta se la hiciéramos a las leonas, o a las vacas, según las estadísticas y con lo que está sucediendo en el mundo, desde que la Condesa se llevó el pecado de la infidelidad así es. –dice Soledad. –Imagínate por un momento que la maldición de la Condesa alcance a los animales y que el único toro de un rebaño de reses, solamente preñe a una de ellas, entonces en vez de nacer 5 o 10 becerros al año, nacerían uno o dos apenas; ¿Te imaginas? Al igual que los leones, si el león le fiera fiel a una sola de las leonas de su manada, entonces tan solo nacerían uno o dos leones al año, e igual sucedería con cualquiera de las otras especies de animales, los caballos, las cebras, los osos, en fin, a la vuelta de 10 años ya no habrá ni leones, ni reses, ni tigres, ni mucho menos humanos.
-No me acaba de caer el 20 pero tienes razón; ¡De plano no lo acepto y no estoy de acuerdo! Y si no nos estuviera pasando esto por culpa de la falta de un pecado, mucho menos lo creería, pero en vista de los hechos, tengo que decir que tienes razón. –dice Leticia. –Ahora espero que la maldición no se extienda a nuestras especies animales, porque entonces sí que sería el fin del mundo.
Un par de semanas antes se había decretado el toque de queda nacional, debido a los brotes de violencia colectiva que se habían desarrollado en todos lados, donde las mujeres, primero en solitario atacaban a las parejas de los hombres que se encontraban a su paso, y luego en grupos que como hienas salvajes se unieron en manada, para atacar a los componentes familiares, con la finalidad de asesinar a la señora de la casa para disputarse al señor entre ellas, los habitantes de la mansión Román, también aprovecharon la ventaja de que se podían anticipar a los hechos, y al ver que la sociedad colapsaba rápidamente y día con día, cuando la sociedad colapsó por completo, ellas ya tenían un plan establecido.