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Chapter 28 - Luna de Mayo.

Y así, les llegó el viernes 30 de Abril y con el pretexto de celebrar el día del niño, las mosquetebrias le solicitaron otra fiesta a Adelina, pero esta vez no la pudieron convencer, pero si les dio chanza de comprar unas botellas y prepararse unas bebidas, pero todo dentro de la casa y entre ellas mismas, tan solo Pamela fue la única invitada ajena a la casa, pero igual, la finalidad era tomar algo y divertirse para des estresarse, y cumplieron su objetivo, pero esta vez sí, no hubo código de ética, ni cumplimientos de leyes no escritas, porque todas cayeron de borrachas; Soledad y doña Adelina, divirtiéndose, las retaban a que tomaran más, para que así cayeran más pronto, se fueran a dormir y las dejaran descansar.

Afuera el ejército insurgente seguía con sus guardias, y los marinos seguían custodiando a las estudiantes, sin que se presentara novedad alguna ni rastros de la Condesa, los guardias del barrio de la Huaca y de otros barrios, tampoco reportaron eventos relacionados, ya que como estrategia sugerida por los medios de comunicación, se le recomendaba a los muchachos y muchachas que al salir lo hicieran en grupos, que mientras más grande fuera el grupo sería mejor, porque así llamarían más la atención en caso de que la Condesa se quisiera llevar a uno de los muchachos para abusar sexualmente de él, y en cada noche de Luna llena aventarlo al pozo de los cocodrilos, o a una de las muchachas, que igual, las aventaba de manera directa para que les sirvieran de alimentos, lo bueno era que entre las malas artes y maldiciones de la Condesa, no estaba el lesbianismo.

El domingo 2 de Mayo llegó, y entre ocurrencias las muchachas quisieron convencer a Soledad de que ella les estregara las cartas a sus novios y amigos por correspondencia, y a la vez les trajera la respuesta por medio de las puertas mágicas, para así hacer funcionar más rápido el correo, porque Adelina ya le había puesto candado al teléfono, ante la repentina subida de la cuenta telefónica, por causa de puras llamadas de larga distancia, y aunque seguían recibiendo llamadas no les era suficiente.

-Suponiendo que les hago caso, dándole la ubicación exacta de sus amores y amigos por correspondencia a la Condesa; ¿Y luego qué?

- ¿Cómo qué y luego qué? –pregunta Carolina Jiménez, otra de las internas, de 17 años.

-Para que entiendas tú y todas Carolina, si yo le doy la ubicación exacta a la Condesa de sus amigos, y va por ellos; ¿Luego que van a hacer ustedes cuando sepan que ya se los llevó? –dice Soledad, asustándolas. – ¡Acuérdense que vino por René y por poco se lo lleva! ¿A poco están dispuestas a ponerlos en riesgo?

- ¡No, mejor no! Mejor seguimos así, a la velocidad normal del correo por carta, no importa que sea lento, total, si gastamos un poco más en timbres de entrega por avión, no importa. –dice Érika.

Y así, se fueron pasando los días, en las noticias seguían anunciando a jóvenes desaparecidos, pero como no eran tantos como para salir de las estadísticas normales, no se podían vincular 100% con los secuestros de la Condesa, y los muchachos conocidos que traían sus amuletos de protección, no habían reportado incidentes.