Ali estiró las piernas por debajo del escritorio y los brazos por sobre su cabeza, dando un bostezo que amenazaba con comerse su computadora. ¡Por fin había terminado! Ese bendito ensayo le había tomado tres días de investigación y dos días de redacción. Sabía que si hubiese elegido trabajar en pareja hubiese sido más fácil, pero odiaba los trabajos en grupo. Le molestaba que redactaran por ella y no confiaba en que otros hicieran las cosas como a ella le gustaba... Prefería trabajar más pero asegurarse de hacer las cosas a su modo.

—Qué ganas de una ducha... —se dijo a sí misma, y miró distraída la hora en su computadora. Abrió los ojos sorprendida—. ¡Las dos y media! Y yo me levanto a las siete...

Guardó el trabajo en un pendrive para imprimirlo en la fotocopiadora de la Universidad, apagó todo y vestida como estaba se lanzó a la cama. Tomó el celular para poner la alarma y mientras lo hacía entró un mensaje de whatsapp. Lo leyó y rió incrédula.

—¡Está loco!

Dejó el teléfono sobre la mesa de luz y se durmió casi inmediatamente. Sobre la mesa quedó brillando la pantalla y, un minuto después, la luz fue desapareciendo, que dejó de mostrar el mensaje desesperado.

"Hola nena, soy Nico. Podré sumarme a tu trabajo? Olvidé hacerlo.. Prometo recompensa".

Del otro lado de la pantalla, tirado sobre su cama y con una chica desnuda dormida a su lado, un chico alto y delgado, con los ojos verdes ya casi cerrados del sueño, miraba insistentemente el celular, esperando una respuesta que intuía no iba a llegar.

Nico miró a la chica dormida y la tapó con la sábana azul, considerando si despertarla o no.

Le molestaba que se durmieran en su cama, el engorro que significaba despertarlas, subirlas a un taxi y despacharlas a su casa. Siempre querían quedarse a abrazarlo, intentaban lograr una cita, y él sólo quería que se fueran. Sabía que hacía mal... Pero él les aclaraba lo que quería desde el principio, cero ataduras, cero compromiso, sólo unas horas de diversión. Y nunca, jamás, ninguna se atenía a eso. Siempre buscaban algo más.

Se levantó con cuidado y se puso el boxer que había quedado tirado en el suelo. Miró nuevamente el celular: ninguna respuesta. Supuso que Ali estaría ya dormida, esa nerd responsable debía tener el trabajo hecho hacía días. Sabía que nunca trabajaba en grupo, por lo que era la opción ideal para acoplarse, siendo que este ensayo era en parejas. Suspiró desanimado y encendió la computadora, disponiéndose a una noche desvelada y aburrida haciendo el ensayo para Historia de la Música.