Jiang se sentó en una de las cuevas viendo a sus pies, un trozo de astilla en sus dedos. Heros le miraba sin entenderle. logrando que él abriera los ojos.
"¿Ocurre algo?"
"¿Es cierto que nos salvaste solo por querer hacerlo?"
"Lo haría miles de veces."
"Eres raro, ¿Todas las personas de tu nación son así de raras?"
"Por supuesto que no."
Heros veía a Jiang reír pensando a sus adentros, incluso aquí no se notaba en alerta, tenía su mentón en alto pero sus gestos le eran anormales.
"Necesito hablar con el líder de los elfos."-Poniéndose de pie pasó por el lado de Heros, dejando su esencia detrás.
La nariz del chico del brazalete se movió para oler el aroma, rosas, y un pequeño rastro de menta, el olor de las alcantarillas aún con él pero sin cubrir el aroma proveniente de su cuerpo. Se giró viendo a su salvador hablando casualmente con el elfo con barba, era mucho más alto que el hombre pero se inclinaba levemente cuando hablaba con él, su postura relajada.
"Así que los otros dos líderes se encuentran dentro de la montaña, ¿Sabe dónde?-Jiang observó un mapa que los jóvenes habían tomado de las ruinas, los dedos de los pequeños apuntando a dos aclaraciones.-"Estarán alerta al percatarse que uno de ellos escapó."
"¿Planea ir a buscarlos? Es muy peligroso, por favor, lleve algunos orcos con usted."-El elfo le veía analizar el mapa.
"Soy muy rápido para ustedes, sería molesto esperar por un grupo."-Logrando recordar los transcursos, asintió confiado.
"Otra cosa señor Jiang."-El líder elfo miró a Jiang y le susurró al oído.-"¿Sabe lo qué es el joven Heros?"
El chico asintió y llamó la atención del elfo.
"Por supuesto, no se preocupe, mientras no tengamos una luna llena no habrá problema."-El chico sonrió, comenzando su camino a la cueva.-"Me iré ahora, si ocurre algo no se preocupen por mi, huyan a un lugar a salvo."
El chico corrió entre los árboles como un suspiro perdiéndose de la vista.
Corría entre los pasillos con una bola de luz flotando en su cien mostrándole un camino, al cruzar quiebres de su camino derrapaba y sorprendía a varios guardianes, cortando sus cuellos con las propias armas que ellos portaban. Algunas veces desaparecía y aparecía confundiendo a los hombres, aprovechando su transe para provocar conflictos entre ellos, aún si no tenía cuerpo su sombra no desaparecía con él.
"No me creía que un humano sería tan idiota para salvar a la peste de los no-humanos." -Retirando una espada de su cintura, miró la figura joven del aventurero.-"Pero los jóvenes siempre han sido idiotas, es el deber de los mayores castigarlos."
La rapidez del hombre en llegar a su posición tomó por sorpresa a Jiang, el forastero usó la parte trasera de la daga interrumpiendo el ataque. Miró atento a los círculos en sus botas, verdes en naturaleza y brillando en la oscuridad. Se arrodilló esquivando un corte que le cortaría el cuello para poder observar el círculo mucho más cerca, distinto al de los collares, muchos más círculos a diferencia que las líneas largas pero simples de los anteriores.
Sujetó la espada con su daga y miró curioso al hombre. Patearon su rostro lográndole sorprendiéndole.
Limpiando la sangre de su nariz rota, miró al hombre suspirando y estirando su brazo.
Volvió a sujetar la espada con su daga y tomó la cabeza del hombre para arremeterlo contra la pared, agujerándola y rompiéndole algunos huesos de su cuello.
"Debes rendirte, ve a tratar eso."-Desvió uno de sus puños y le pateó en estómago quitándole el aire.
Pateó sus pies rompiendo su balance y mientras caía pateó el torso empeorando su caída.
"Con tu fuerza incluso les darías problemas a un orco."-El hombre tenia dificultad en reconocer su derrota, Jiang puso su pies sobre sus costillas heridas.-"Frente a alguien con experiencia en combate terminas abatido, combatir no es sólo golpear. Aún tienes mucho por qué vivir, olvida esta vida."
El hombre veía directamente a los ojos, ira y odio. Aquello bastó para que el pie de Jiang le rompiera el cuello aún más, un suspiro saliendo de sus labios.
Limpió la sangre de sus manos con la pared y abrió la habitación donde se encontraban todos los esclavos, al final del pasillo, una inmensa figura estaba provocando una tensión en el aura que le hizo sujetar la daga por reflejo. Una sonrisa triste, Jiang ahora viendo al inmenso orco rojo anclado con anclas de barcos en sus cuatro miembros, era incluso aún más alto que los demás orcos que había visto. Al verle, los rojizos ojos del ser le comían con la mirada, haciéndole reír a voz alta.
"Soy un aliado, vengo de parte del líder de los elfos."-Cruzándose de brazos sonriendo hacia arriba, a los ojos que le querían matar.
"Las mentiras de los humanos ya no pueden engañarme."-Su inmensa voz lograba el silencio en la habitación, pero, haciendo la sonrisa de Jiang mucho más grande, rastros de melancolía en sus gestos.
Una sonrisa en un lago de oscuridad.
"Buena suerte mía, no soy un humano."
Las anclas cayeron al suelo dejando el inmenso cuerpo lleno de cicatrices en el suelo, sorprendiendo a su dueño el aventurero se arrodilló viéndole a los ojos.
"Vamos, tenemos que llevarlos con sus compañeros."-El pequeño hombre le ofreció la mano sonriendo, el orco no entendía mirando a todos lados, una mano bastante pequeña le estaba ofreciendo ayuda para ponerse de pie.
Antes de que se arrepintiera, tomó la mano del hombre sorprendiéndose de su propia acción.
Era anormal, él no había movido sus manos, en cambió, una niebla morada estaba entrando por la habitación que se tomó mucho tiempo en divisar. Los ojos de Jiang brillando en parpadeos no constantes, su piel ahora en un tono blanco más pálido.
"No querrán estar en este agujero."-Dándole la espalda permitiéndole una oportunidad para atacarle, salió de la celda pero regresó con una risa avergonzado.-"Lo siento, se me olvidó el collar."
Saltando con una velocidad anormal para un humano, se quedó sentado en su hombro derecho mientras jugaba con el collar de metal en su cuello, trató de agarrarlo y aplastarle la vértebra pero el sonido del metal cayendo sin reacción alguna le detuvo sus dedos. Se puso las uñas en la ahora libre garganta sin recordar como era el estar sin ella.
"Pequeño humano, ¿Es cierto que nos dejarás libres?"
"Ya te lo dije, no soy un humano."-Sus ojos ahora estaban centrados en las otras celdas.-"Vamos, tenemos que retirar al enano."
Saltando de vuelta al suelo, le volvió a dar la espalda esta vez siendo alumbrado por una de las lámparas.
"Libera a los demás, no hay ningún herido de gravedad, llévalos al lado sur."-Comenzado a correr hacia la derecha, donde se encontraba el peor lado con una sonrisa.-"No hay tiempo para presentaciones."
Le dejó a solas sin creer lo que estaba ocurriendo, los demás esclavos de igual manera, pero con el tiempo, comenzaron los gritos de ayuda para que el orco rojo se apurase.
Jiang pateó la cabeza de uno de los guardias hacia sus compañeros lográndose ganar su miedo.
"Mierda."-Volvió al suelo viendo su pierna con algo de sangre en ella, la magia cubriendo su planta, ahora desapareciendo. Mirando a los rostros asustados de los hombros.-"¿Qué clase de control es este? Un poco y no tienes nada, un poco más y das demasiado."
Cortando sus cuellos para cruzar, miró al hombre de brazos cruzados en el final del pasillo. Un hombre con una gran hacha en un edificio, similar al que había liberado antes.
"Pensar que es un humano de todas las cosas."-El capitán saltó al suelo y lo miró irritado.-"Te daré de comer a los mismos esclavos que quieres liberar, no tienes ni idea de cuanta pérdida nos has dado."
Jiang se tocó el rostro comprendiendo que había vuelto a ser visible, suspiró al ver lo que le esperaba. Estiró sus pies y brazos a la vez que veía al hombre acercarse, volvió a desaparecer en un suspiro y por reflejos el guardia logró detener la patada a su nuca, logrando que la boca del aventurero se abriera en sorpresa.
"Tienes mi halagos."-Se apoyó en la hacha y usó su propio peso para obligarle a cortar las láminas de piedra, se apoyó en la hoja y pateó la mandíbula logrando hacerle perder el agarre.
El guardia retrocedió algunos pasos con su lengua mordida, puntos blancos en su vista y sin poder ver a Jiang balanceándose entre el metal y madera de su hacha.
"Puedes soportar más fuerza que cualquiera de esta prisión, no eres un simple matón."-El chico dejó de jugar con el hacha y se cruzó de brazos mirando al guardia, sus ojos brillando con la luna en su espalda.
Una enorme nube rosada surgió de su aliento, nubló la aclaración dentro de la montaña obligando al guardia cubrir su vista y puntos vitales. Aún así, su vista comenzaba a nublarse, su nariz respirando toda esa niebla rosada.
"No tiene sentido resistirse, los encantamientos no les importa cuanto dolor tienes, la única forma de lidiar con ellos es simple resistencia."-Caminando con lentitud al hombre, se dejó golpear por el puño del hombre.
Pero no tenía fuerza, su puño estaba apoyado en la mejilla de Jiang pero no provocó ningún dolor.
"Perdón por terminar la pelea de esta forma, no disfruto pelear y lamento tu mala suerte de tener que enfrentarme."-Jiang tomó la daga del hombre en su cinturón y miró su filo.-"Al menos, en tus últimos momentos, te dejaré ir con una buena vista."
El hombre perdió su vista viendo algo que no existía, el aventurero respiró cansado y posicionó la hoja en el cuello del guardia.
Un brillo surgió de los ojos del capitán y apartó la daga de su cuello, le golpeó con su codo para tomar el hacha para cortarle el torso, lanzándolo al suelo.
"No eres humano."-Había respirado un preocupante monto de niebla pero sus ojos estaban tan atentos como nunca, su brazo izquierdo apuñalado por una hoja escondida.-"Puto monstruo."
Jiang mantenía el sangrado de su nariz y su torso, gotas adornando el suelo cayendo desde su camisa.
"¿Me lo dices a mi?"-El sangrado culminó con el aura verde desde sus dedos."Tú eres quien puede soportar todo ese...¿Tranquilizante?...no tengo idea como lo llaman aquí."
Trató de volver a vomitar la niebla rosada pero sus ojos parpadearon en tonos morados y se apagaron a su tono normal. El guardia cerrando su herida con una venda del mango de su arma le veía suspirar un gran monto de aire pero nada ocurrió.
"No eres de aquí."-El hacha descansó en su hombro, ambos mirándose a los ojos.
"No eres tan estúpido como te ves."
El hacha fue desviada por el pie del extranjero que intentó golpearlo con su hombro pero no tenía la fuerza suficiente para ello, solo logró evitar que le atacara antes de volver a alejarse.
"Maldito cuerpo de niño."-Soltó su voz de Iera confundiendo al hombre aún más, su daga apuntando a sus codos.
Soltó el agarre de su mano izquierda, la volvió a cerrar y nuevamente la soltó.
"Una persona como tú puede salvarse, solo tienes que hablar con la realeza y decirle que no eres de Neris."-El guardia comenzó a acercarse lentamente.-"Estoy seguro que te volverías la nueva maravilla del futuro."
"¿Y volverme un esclavo?"-El guardia sonrió al escucharle.
Jiang se inclinó esquivando el corte y se propulsó con ambos brazos para patearle el mentón con ambos pies. Logró romperle el balance y saltó hacia el hombre sujetándole desde el cuello, la daga siendo apartada por el mango del hacha. Ahora Jiang lo tenía en un agarre desde la espalda y el capitán se mantenía vivo en una lucha de fuerza.
Retrocedió hacia una pared y hizo a Jiang perder el aire, lo agarró del cabello pero solo pudo retirar un par antes de que el forastero alejara su cabeza de sus dedos. Trató de insertar sus dedos en los ojos de Jiang pero la daga cada vez se acercaba a su cuello, la madera del mango lentamente perdiendo su fuerza.
"Hagamos un trato."-Lo mantuvo entre la pared y su espalda, su otra mano aún luchando contra los movimientos de la cabeza del joven.-"Diremos que nunca nos vimos, nos dejamos heridos como prueba y partiremos por nuestros propios caminos."
"Ya sabes que no puedo permitir que Neris sepa de mi origen."-Le mordió el dedo soltando un grito en la cueva.-"Uno de los dos morirá hoy y yo tengo demasiados planes como para hacerlo ahora."
Le cortó un dedo con sus dientes y lo escupió a un lado, tomando provecho del grito de dolor soltó la daga de su mano derecha para atraparla con su mano izquierda. Mientras ambos caían al suelo insertó el arma en el cuello del hombre, soltando un hilo de sangre al suelo, el capitán sujetando el mango mirándolo con miedo.
Ambos se miraron por una eternidad.
Jiang veía el terror en los ojos del guardia.
El guardia observaba las indiferencia en los ojos de un rostro que era demasiado joven para tenerla. Trató de hablar pero solo logró un quejido lleno de sangre.
La daga fue retirada por las manos de Jiang soltando un fuerte quejido de dolor, la sangre ahora saliendo a montones de su nuevo orificio y las comisuras de su labio.
Apuñaló el ojo del hombre de inmediato cortándole la vida. Se apartó jadeando con sus manos llenas de rojo, el cielo relumbrando en su cabello.
"Misma historia, diferente continente."
Dos guardias entraron a la cueva atraídos por el sonido solo logrando ver un charco de sangre y el cadaver de su capitán mirándoles con un solo ojo. El rostro de Jiang estaba ocultado por la sombra de la luz que la luna le otorgaba, pero los fuertes ojos verdes veían a ambos hombres listos para hacerles lo mismo de la victima a sus pies. Pero ellos no tenían la valentía del cadaver, al verle lleno de sangre y un rostro de oscuridad ambos guardias soltaron sus armas para correr a la dirección del alcantarillado.
Jiang se puso de pie aún agotado, se estiró con el crujido de su espalda sonando fuertemente. Veía por donde los cobardes habían entrado y se dirigió a un paso lento, algunas gotas aún cayendo desde sus palmas.
"Que situación tan rara, para estar resguardando a los líderes tienen una seguridad de segunda mano salvo esos dos."-Pateó la puerta de metal sujetándose de una espada que los hombres de antes soltaron.-"Y ni siquiera una decena de estos guardias podrían lidiar con un motín de sus esclavos."
Miró al enano que estaba colgando de la pared, un collar mágico en su cuello, una inmensa lanza incrustada en su costado.
La retiró con rapidez para sujetarlo en el suelo, curando la herida .
"Debes ser bastante terco para que te hagan estas heridas, el carácter de un enano siempre dándoles problemas."-Mirando al líder vomitando sangre, Jiang sonrió terminado de curar las heridas que podía.-"Ahora vamos, tienes que ir con tus camadas, eh, ca-ma-ra-das."
Tomó al líder y lo dejó en los brazos de un orco indicándole donde ir, algunos le agradecieron pero les ignoró para darles más direcciones. Respirando, tomando su aliento de vuelta con ambas manos en su cintura estuvo jadeando por lo que parecía una eternidad. Sus dedos tomando tonos azules cerca de sus uñas, palidez ahora apareciendo en todo su cuerpo.
"Hora de recibir un sermón."-Caminando en busca de alguna entrada, observó una similar por la que había entrado. Saltó y la abrió revelando un callejón cerca de donde Aliena estaba esperando. Se limpió la mugre y sangre con un charco de agua fría para dar la imagen de manchas de tómate más que sangre. Salió al callejón principal para correr hacia el edificio que veía a lo lejos.
Saltó de vuelta por la ventana, volviendo a mostrar su cuerpo y se sorprendió al ver a su compañera sujetando una proyección de luz táctil en sus dedos..
Aliena estaba recorriendo fotos y dibujos que ella había tomado, en la actual, era del mismísimo Jiang durmiendo, varios dibujos de tinta en su rostro que lograban la risa en la joven.
"¿Por qué trajiste eso?"-Logrando la sorpresa en la mujer logró que la mujer soltara el proyector de su brazalete y cayera a sus pies agrietándolo mucho más, lo tomó y observó la pintura roja.-"Te dije que si alguien viera algo como esto nos dejaría en problemas."
Observó la vergüenza en la chica respirando para calmarse, le lanzó el brazalete de vuelta y tomó su bolsa para retirar la espada diminuta.
"Yo, ha, no podía dejarlo para que Arcani termine husmeando y se burle con el resto."-Riendo para ocultar su vergüenza la chica evadía los ojos esmeralda. Había escondido el brazalete con maestría, incluso pareciendo estar dibujando cuando en realidad estaba jugando.
"Deja de mentir, si verdad quisieras eso solo se lo hubieras dado a Ayre."-Mirándola fastidiado, el joven la hizo ponerse mucho más avergonzada.-"Solo admite que tienes una adicción."
Jiang comenzó a reír viendo la actitud de su compañera.
"Que alivio de todas formas, por un momento pensé que habías cambiado y te hiciste tan madura que los tiempos de antes solo eran memorias."-Sonriendo logró que Aliena le mirara de vuelta.
La mujer sonrió de vuelta y asintió.
"Ahora, por lo que quería decir."-Tosiendo ajustando su voz, miró a la chica con simpleza y habló rápidamente para evitar ser regañado.-"Encontré a los elfos, enanos, orcos y a un Mitad-Bestia como Liz, los reuní en un lugar para conocer la situación y ver que deberíamos hacer con ellos, necesito que cures a los heridos de gravedad, muchos fueron tratados de emergencia pero no sobrevivirán con mis tratamientos."
La rapidez de su voz le hizo un dolor de cabeza que terminó en Aliena cayendo a su cama, pensó por unos segundos repasando las noticias.
"No puedo dejarte ni un segundo sin que hagas una decisión continental."
Aliena sujetaba a su compañero en su espalda, corriendo por el bosque a una velocidad lo suficiente para asustar a los ciervos y goblins del camino, saltó por un agujero y cayó a una aclaración del bosque rosado, donde habían cientos de esclavos esperándolo.
"¡Joven Yuhgo!"
"¡Hermano Jiang!"
Muchos miembros de la Unión Diversa se acercaron felices de verle, algunos elfos, otros orcos y enanos sonreían mientras les daban la bienvenida, muy pocos de aquellos con orejas de lobos o similares. La mirada sorprendida de Aliena a sus heridas, las orejas faltantes de los elfos, los brazos cortados de aquellos con orejas de animales.
"Vamos con los heridos, podemos ayudarlos." -Uno de los participantes de la alianza asintió y les solicitó seguirle.-"¿Dónde están los líderes?"
Un chico de cabello blanco con ojos de lobo le apuntó a un árbol. El líder elfo con el orco sentados para hablar, ambos sonriendo.
"¡Señor Jiang!" -Poniéndose de pie, el elfo le dio la bienvenida y el orco aún de pie, incluso sentado, Jiang le veía directamente a los ojos.
"Un placer volver a verle, joven." -La voz del orco le sonó distinta, mucho más calmada.
"Es un placer conocerles, pero debemos salir de aquí, en mi camino vi a algunos soldados preparándose para una incursión." -El joven logró que el orco se pusiera de pie, ajustando una espada en su cintura, en su otro lado, una bolsa de tela anormal.
Ahora no usaba su vestuario de otro continente, usaba uno común. Los cientos de esclavos comenzaron a marchar con ambos hermanos caminando y a su vez tratando a los heridos de gravedad.
A la sorpresa de todos, las manos de Aliena estaban rodeadas por un aura verde que era tan grande como la cabeza de sus orcos, nublando a muchos que estaban cerca. Los que podían ver sobre la destellante magia, veían como ambos estaban sudando y respirando con dificultad.
Algunas veces uno de ellos tenía que meter sus manos dentro de las personas para retirar pedazos de metal, otras veces cortaban brazos con un movimiento de sus dedos. En raras ocasiones, el aura aumentaba de tamaño cuando debía cerrar heridas como las del líder enano, al tocarlas el aura lograba que las heridas cerraran, la carne y huesos creciendo de vuelta para volver a su estado normal. Pero no podían regenerar miembros, decenas de brazos, ojos y orejas no pudieron volver. Cada cierto tiempo, necesitaban dormir por unas horas para recomponerse, dejando a la alianza sin dos personas para proteger la incursión.
Cuando llegaron a la costa, algunas veces protegidos por Jiang o los líderes de la alianza, dejaron a los heridos lo más cerca de la costa. Estaban rodeados por pequeñas montañas y un agujero en ellas donde podían entrar, llevando a una separación con una playa al mar sur.
Era el lugar perfecto para un escondite, recomendado por el líder elfo como uno de los miles de escondites que sus ancestros habían mantenido en secreto en caso de tener que mover su base a otro lado.
Desde el castillo llevando a estas personas, les tomó cerca de 34 horas.
"Servirá, envíen a todos dentro, voy a cerrar la entrada, necesito a algunos guardias arriba de las montañas, ¿Pueden subir?" -Miró al orco rojo y él negó.
"Las rocas son muy lisas, la única forma de entrar es escalando las montaña, el mar o por el agujero."
Jiang respiró concentrado, sin antes ver a su compañera que le asintió.
"Eso lo decidiré yo."
Se puso entremedio de la entrada del lugar la cual podía permitir el paso de diez personas si caminaban al lado del otro, en cada esquina estaba el resto de montañas que habían sido moldeadas por los elfos antiguos para impedir el paso. Era una estructura anormal, dos montañas a los lados externos con una pared hecha de roca natural con una entrada en el medio, visto desde arriba era anormal, pero normal como cualquiera desde abajo.
Jiang se sentó en el césped en el otro lado del círculo en las montañas.
"Será peligroso, no he entrenado." -Sus dedos comenzaron a ser succionados por el césped como si quisieran atraerlo a la tierra, algunas rocas y piedras comenzaron a adherirse a sus dedos haciendo cortes en ellos.-"¿Hace cuando fue que no he usado a la naturaleza?"
" ¡Joven Jiang!"-El orco rojo intentó sacarle del agujero en la tierra que comenzó a succionarlo pero fue detenido por la gentil mano de Aliena.
"Estará bien, sólo necesitan sacarlo cuando él se los pida." -La leve voz de la mujer le hizo detenerse y ella comenzó a tratar a los demás heridos, ayudada por algunos voluntarios.
Los no-humanos veían a Jiang ser tragado por la tierra con lentitud, ahora tenía su rodilla debajo de la tierra ignorando lo que estaba pasando a su alrededor. Las raíces comenzaron a salir del suelo y sacar con ellas grandes rocas y tierra, la vista asustó a muchos que comenzaron a correr. Otras raíces, estaban escalando el cuerpo del aventurero, el temblor dejando un pánico en la multitud.
Las grandes superficies de roca capaces de soportar a un orco mayor se anclaron a la pared de la montaña y las raíces comenzaron a perforar la roca liza logrando hacer una escalera artificial que lograba llegar hasta la cima de la montaña. Las raíces actuaban como soportes en las piedras y a su vez, escaleras con algunos niveles de descanso para llegar a la cima, una escalera hecha de raíces, roca y piedra.
La naturaleza les había entregado una escalera para subir a la cima de la montaña para vigilar desde el cielo.
"Increíble, estos son los poderes de los dioses." -El orco rojo veía las escaleras naturales con asombro, las raíces tan grandes como sus brazos y sujetaban todo como madera de roble.
"¿Me podrías ayudar?" -La baja voz de Jiang le llamó la atención y lo vio con sus rodillas succionadas por la tierra.
Lo tomó de sus manos y jaló con fuerza combatiendo con la tierra, usó muchas más de lo que esperaba, pero a su sorpresa, Jiang no gritó.
Lo sacó de un fuerte abrazo y miró los pies de su salvador asustado.
La sangre caía en leves hilos mientras más piedras se habían perforado en sus pies ahora cayendo con lentitud, las raíces del césped entraban a sus cortes y algunos bultos de ellas podían verse en su piel, algunos gusanos caían ahogados por la sangre del joven mientras algunos insectos huían de él.
"¡Joven Jiang!" -El orco tomó al joven con cuidado y lo miró preocupado.-"¿¡Qué ha hecho!?"
"Usé una de mis habilidades natas, tiene un lado negativo pero el beneficio lo vale." -Con simpleza como si no se estuviese desangrando.-"Oh."
Se cayó de sus brazos y cerró la herida con un hilo de césped, cerrando las heridas con el aura verde que Aliena estaba usando a unos pocos metros de distancia, a pesar de ser bruto con su cuerpo Jiang no expresó dolor a la sorpresa de todos los testigos.
Se puso de pie mirando el gran agujero y se centró.
"Tendré que solucionar ese agujero." -Caminando, logrando que algunos salpicones de sangre le siguieran hizo que el orco rojo le siguiera preocupado.
"Señor Jiang, por favor, no se esfuerce, ya ha hecho mucho por nosotros." -Poniéndose en su camino, logró que el chico con un hilo de sangre cayendo en sus pies lo mirase a los ojos.-"Los elfos de antaño prepararon un sistema para esconder la entrada, solo debemos darles turnos a unos cuantos elfos guardianes, solo hay que volver a entrenarlos."
"De verdad eres amable, no te preocupes, no moriré." -Caminando con calma y una sonrisa, los demás anonadados."Y no quiero que vivan con miedo de una puerta abierta y no tenemos tiempo para esperar que los elfos oculten la entrada. El Reino rojo y los aventureros estarán rondando todo el sector Este en unos días."
Les dio la espalda en el otro lado del agujero, tocó un árbol y golpeó logrando ver su dureza.
"Ésta vez será más fuerte. Cuidado." -Sentándose delante del tronco, esta vez no tocó el césped, en cambio, adquirió una pose de meditación que nadie de los testigos conocía.
El orco rojo comenzó a correr decidido de detenerlo pero el terremoto le hizo caer, los demás no-humanos que le seguían corrían de vuelta al otro lado de la montaña. El líder de los orcos veía como el cuello de Jiang comenzaba a ser sujetado por una de las ramas, el árbol comenzaba a deformarse para acercarse a él y consumirlo con su tronco abierto, casi rompiendo sus raíces para poder consumirlo.
Pero, frente a Jiang un enorme bloque de tierra se levantó con la capa de césped cubriendo el agujero completamente. Toda la zona que antes era césped se encontraba con tierra con sus raíces arrancadas, la capa se movilizó para actuar como una pared en el agujero, asimilando moho con trozos de tierra y roca como una pared de costa normal. Ocultando la entrada al escondite de forma perfecta. Detrás de la pared de césped, de lado del orco rojo la tierra se deformaba para permitir que las raíces del césped se adhieran tanto a la pared como el mismo suelo, en algunas separaciones del césped cerca del suelo, se hicieron cuatro puertas del tamaño de un orco separadas por la distancia de sus brazos. Las raíces se movían para crear un camino, luego, en los agujeros sin raíces, el césped se abrió a su lado en dirección al cielo permitiendo ver al otro lado. Una puerta retractable hecha del mismo material que su alrededor.
El orco rojo corrió pasando por la puesta de césped y miró la otra escena asustado.
Delante de la nueva puerta, toda la zona ahora era tierra plana, pero, delante de la zona estaba Jiang, su rostro morado y el tronco del árbol abrazándole. Pedazos de su carne ahora abiertos mostrando partes de sus piel, sangre por toda la tierra.
El orco rompió la madera con sus dedos y retiró el pedazo donde el joven estaba formando parte, sacando la rama que le quería ahogar, pero deteniéndose de inmediato al ver como parte de su cuello estaba siendo tirado.
"¡Llamen a la señorita!" -El orco rojo gritó logrando el movimiento de los demás, viendo al joven con parte de su rostro abriéndose a la madera angustiado, el interior de su mejilla al aire, sus dientes asomándose por la esquina del trozo levantado.-"¡Joven Jiang!"
Incluso en la cúspide de su muerte, sonreía con sus ojos cerrados por las astillas de la madera llorando gotas de sangre, una vista angélica impropia de este mundo.
"Dios, siempre buscando tiempo para lucirse." -Aliena apareció de la inmensa puerta de césped y miró a Jiang fusionándose con el tronco, una sonrisa ahora en su rostro.-"No tienes solución."
Se acercó al orco rojo. Los demás miembros de la alianza comenzaron a llorar viendo el estado en el que estaba el joven que los salvó.
"Lo puede dejar en el suelo, estará bien." -Logrando la sorpresa en el líder rojo, la chica se puso cerca de ambos.-"Él es muy fácil de curar, con mi ayuda sobrevivirá estas heridas, no se preocupe, la madera contuvo gran parte del sangrado."
Sin poder creer, acercaba al joven de madera con algunas lágrimas en sus ojos, Aliena ajustando su cabello.
El aura verde nubló al líder que tuvo que mirar a otro lado, los demás miembros veían a la mujer retirar la madera con movimientos precisos, algunas veces, tocaba los trozos de carne y los levantaba para después retirar la madera, volver a presionar el trozo y empujándolo con su propio peso para después cerrar las heridas con su aura verde. Tenía que retirar los gusanos con burbujas de agua y antes de cerrar las heridas, parecía succionar el aire con sus manos. Su dedo comenzó a brillar de un fuerte azul, usándolo como cuchillo para separar la piel de Jiang con la madera
Cuando el aire volvió a llegar a su cabeza, Jiang comenzó a respirar con más libertad en vez de los transes cortos de antes. Aliena estaba retirando con cuidado las astillas de su cuello, succionando el aire, teniendo que usar esa misma succión para retirar la raíz que había encontrado en el camino a su oreja. .
Desancló el tronco de su cabeza y retiró las astillas en los ojos de su compañero con un rostro sereno.
Curó los ojos del chico y miró el nuevo estado. Un suspiro de alivio se divisó en la mujer y cayó al suelo agotada.
Terminó.
"Me matará algún día." -Recuperando su aire mientras se limpiaba la sangre seca que había llegado a su rostro, tenía los ojos de todos en su espalda.
Los miembros que comenzaron a llorar lograron llamar la atención de todos que habían venido estupefactos de la operación que la mujer estaba haciendo, Jiang estaba descansando en las manos estables del orco que no se movió ni un segundo para permitir a la mujer hacer su trabajo. Jiang dormía con paz sin algún rastro de madera en su cuerpo salvo los de la operación. Todo lo que quedaban eran las astillas, los pedazos de madera y el charco de sangre en los dedos del orco rojo. Su estomago lleno de sangre seca cubriendo los rastros de una cicatriz que nadie podía distinguir por la enorme capa de sangre.
Sin ninguna cicatriz salvo las de su pasado, ninguna sola cicatriz.
"¡Señor Jiang!" -Los gritos desesperados y asustados de los cientos de seres frente a su cuerpo comenzaron a llorar.
Muchos se quedaron en silencio, viendo a la figura durmiendo en calma, un tremendo sacrificio por unos desconocidos, arriesgando su vida por ellos.
"Joven Jiang." -El orco rojo trataba de contener su cansancio, viendo al joven en sus dedos sin poder soportar lo inservible que él había sido. A su lado, el jefe de los elfos y el de los enanos miraban al joven que les había dado un escondite tan perfecto que le debían sus propias vidas, incluso cuando ya le debían su libertad. Agotados en su magia, toda había sido usada por la mujer que estaba sentada, tratando de contener su cansancio.
"¡Deja de dormir!" -Aliena se puso de pie dándole una bofetada moviendo su cabeza..-"¡Por tu culpa tengo calambres!"
Jiang se puso de pie bostezando, sintiendo su cuerpo húmedo y con restos de madera cayendo.
"Gracias." -Poniéndose de pie para estirar sus brazos logrando la mirada sorprendida de los no-humanos y humanos.-"No se queden ahí mirando, debemos empezar a construir su refugio."
Los gritos de agradecimiento le hicieron sonreír, detrás de todas las personas que había salvado estaba la obra maestra de puerta escondida que había hecho, con el tiempo el césped volverá a crecer escondiendo el camino mucho más. La pared parecía natural como ninguna, solo una persona que la conoce puede caminar con calma y levantar la capa de césped.
"Buen trabajo Ali. -Mirando a su compañera que estaba estirando sus dedos, mirándole resentida.
" No podrás ordenarme, jamás."-La mujer le miró fastidiada logrando su risa.
A la vista de todos, veían al joven que sacrificó todo para su bien reír a todo pulmón, los elfos veían su enorme aura de color negro y rojo que mostraba cuanto dolor estaba sufriendo ser sometida al amarillo de la felicidad. Los orcos veían la sangre seca en todo su cuerpo ser sometida a rastros con el movimiento de su cuerpo. Los enanos veían su posición dejar de ser precavida por sus heridas a la calmada de siempre.
Aquellos con orejas de animales veían como su sonrisa brillaba en la noche con sus fuertes ojos de esmeraldas detallando en la oscuridad, agotados de magia pero no de emoción. Los pocos con aptitudes de insectos podían oler el peligro que su cuerpo anunciaba, dolor y precaución con él como el centro.
Heros veía a un ser de otro mundo, brillando en la oscuridad del infierno.
Aliena veía a su razón de vivir.
Muchos comenzaron a reír.
Él veía un futuro.