Los soldados sonaban a lo lejos, el más joven corría jadeando sin poder soportar el peso de su armadura. Apartando los árboles y arbustos, corriendo para llegar a la zona de combate.
Con el sol en su espalda, una espada en su regazo. La limpiaba de la enorme cantidad de sangre que caía al suelo, su asiento era rojizo. El asustado rostro de un enano siendo usado como reposo de una mochila de cuero, en sus pies, como descanso de los mismos, tenía la cabeza sorprendida de un elfo mirándoles a los ojos.
"Se tomaron su tiempo, tener que involucrarme en los asuntos del Rey rojo no me es grato, habla muy mal de él."-El hombre saltó al torso del orco y luego al suelo, los soldados sorprendidos, detrás del cadáver aparecía una mujer caminando a su lado.
El capitán apartó a sus soldados para encontrarse con el asesino de frente.
"¿Fuiste tú?" -Su voz era distorsionada por el casco, pero todos le prestaban atención.
" Yo y mi compañera."-El hombre descansaba, la espada con sangre de orco aún en su cintura.-" Si hubieran llegado unas horas antes hubiéramos agradecido su ayuda."
" ¿Cuáles son sus nombres?"
"Jiang Yuhgo."
"Aliena Yuhgo."
Los rumores comenzaron a recorrer entre los soldados y fueron silenciados por la mano del capitán.
"Nuestra información reveló que Jiang Yuhgo fue quien liberó a los prisioneros, los guardias dicen haber escuchado tu nombre." -El hombre sujetó su espada listo para combatir pero se detuvo, percatado de la falta de agresión.
"Limpio sus problemas, ¿Y me acusan de ser el que los causó desde el inicio? Quizás el Reino Carán sea más generoso con los cuerpos." -El hombre le dio la espalda al capitán y logró una reacción.
"¡Espera!" -El soldado volvió a su postura estrecha y continuó.-" El Guardia Real hablará con usted, será quien juzgará si usted fue quien liberó a los líderes. "
El joven guardó su espada en su vaina de cuero, acercándose al inmenso cuerpo del orco rojo que tenía a los otros dos líderes de los no-humanos en su torso, junto a ellos, habían más cuerpos de otros orcos y elfos, la mayoría con cuellos cortados, expresiones de miedo.
"¿Cuándo llegará este "Guardia Real"?"-Jiang se giró y miró de vuelta al lugar donde se había sentado anteriormente.
Con su pierna cruzada sobre su armadura dorada, la potente figura estaba viendo al chico mirando como ya tenía su espada fuera para defenderse. Se puso de pie y retiró su espada revelando un fuerte círculo verde en su mango, era el mismo soldado que habían visto en el orfanato.
Jiang se sorprendió por la inmensa velocidad bloqueando el golpe, sin poder controlar nada, ahora ambos en el bosque en un parpadeo. En cambio, la calmada postura del soldado seguía intentando cortarle, tratando de llegar al joven que usaba los árboles para alejarse. Jiang giró, ganando impulso y pateó el hombro del Guardia real logrando hacerle caer a su rodilla, un rodillazo en su casco para hacerle perder su balance por un momento.
Intentó acercarse pero fue expulsado por una corriente de viento cortando varios árboles a sus lados, el mango de la espada dorada brillando en un peligroso blanco. A una velocidad imposible para alguien con armadura el soldado vestido de oro lo tomó del cuello y le arremetió contra el suelo, sangre saliendo de su nariz.
"Deja de contenerte."-Le tomó del brazo lanzándolo hacia un árbol y pateando su rostro hasta cerrarle su ojo derecho.-"Si no me demuestras que puedes vencer a esas cosas te matarán frente al público."
Jiang esquivó la novena pateada y se impulsó por el árbol para volver con impulso y patearle la cabeza con ambos pies. Se quedó colgando de la rama mirando como la figura reía, esquivó la daga cayendo a su espalda con su cuello siendo apretado por la bota del soldado.
La mujer estuvo a momentos de apretar aún más pero en su garganta, esquivando el cuero que cubría su piel estaba presionada la espada de Jiang sujetada por su mano izquierda.
Resultó suficiente para permitir que Jiang le tomara del brazo y apuntara su espada al cuello, expuesto.
"Con esta fuerza, no es imposible derrotar a esos monstruos." -Respirando emocionada, la soldado se puso de pie recibiendo la espada de los dedos de Jiang.
Jiang respiró fastidiado.
Ambos caminaron de vuelta a la torre de cadáveres y el soldado de armadura dorada se arrodilló viendo el rostro del líder elfo, puso su dedos cubiertos por guantes en la sangre que caía de sus dedo, la inspeccionó tarareando.
"Sangre de elfo, ¿Qué hacías en el bosque?" -El soldado se volvió a enderezar y miró a Jiang, una de sus manos en la espada.
"Somos aventureros y los encontramos huyendo desde el bosque rosado, estaban junto a un anciano y otro hombre, bastante fuerte, huyó antes de poder derrotarlo." -Jiang se apoyó en el brazo del líder Ronm y miró al soldado dorado.-"Se llevaron una gran cantidad, al Oeste, por la costa."
"Sigue vivo." -Mirando hacia el bosque rosado a su izquierda, el Guardia Real continuó.-"Háblame del mago, todo lo que puedas."
" Un mago, usaba una especie de bastón con unos círculos que jamás había visto, no le pude ver el rostro. Me lanzó varios metros con un hechizo de fuego y viento, fue más complicado que matar a estos tres. Usaba una manta negra pero pude ver parte de su mentón, barba y piel bronceada, bastante viejo."-Respirando y estirando sus pies, Aliena tratando su herida.-" Estos monstruos estaban en mal estado, no ofrecieron mucho."
El Guardia real revisó el estómago del enano, como lo esperaba un enorme agujero se ubicaba en su estómago, en el costado con mismo tamaño de una lanza, su lanza.
"Supongo que está solucionado, reúna a sus hombres, volvemos a Castillo rojo." -Caminando a un lado de Jiang, la voz distorsionada del Soldado dorado le dio órdenes al grupo delante de los cadáveres.-"Quemen los cadáveres, no puede quedar nada como prueba."
Ambos hermanos se alejaron de los restos de la Unión diversa y veían como el fuego consumía todos los restos, dejando solo los esqueletos que fueron triturados por los pies de los soldados
"El Rey rojo está aliviado de que las cargas del Rey cereza ya no existan, para suerte suya querrá hablar con ustedes, por favor vengan conmigo." -El Guardia real caminó por unos metros mostrando un carruaje dorado como el mismo oro, dos fuertes caballos tan blancos como las nubes saliendo del escondite entre los árboles.
Jiang miró a Aliena y ella asintió.
Ambos jóvenes subieron por los pedales del carruaje y entraron con sus cosas listos para llegar al Castillo rojo. Jiang dejó su mochila de cuero aún goteando de sangre reposando en su regazo. Aliena volviendo a dibujar en su canvas, ambas piernas cruzadas para soportar el lienzo.
Las ropas de Jiang estaban en el peor estado, un gran agujero en su torso revelaba a una fea cicatriz asomarse, pero sólo la parte superior. Chamuscado por fuego y cortes de espadas.
"El líder de los orcos, ¿Era tan fuerte como dicen?"-Con su mano reposando en el mentón de su casco, el Guardia dorado hablaba al joven.
"Nunca había luchado con uno, pero su piel era tan dura que muchas veces pensé que mi espada sometería." -Jiang había acomodado su pie sobre el otro, descansado como si el carruaje fuera suyo. Le entregó su espada y la soldado veía el límite de romperse.-"El que fue más difícil de asesinar fue el elfo, usaba conjuros con un bastón."
"¿Un bastón?" -Logró que el Guardia comenzara a pensar a sus adentros.-"¿Qué hay del enano?"
"Muy débil para luchar, sus heridas estaban tan grandes que ni siquiera tenía color en su rostro, murió de una patada a la cabeza." -El aventurero miró por la ventana aburrido, pero riendo a la historia.-"La combinación entre el orco y el elfo fue problemática, de no ser por Aliena habría perdido mucho antes de que lograra asesinar al enano."
"¿Así que lo hicieron juntos?"
"No me voy a repetir."
"Amiga, ¿Cómo era ese orco en verdad? Tu compañero lo deja como un enemigo más." -La voz del soldado comenzaba a hacerse más animada, el suspiro de la ciudad a lo lejos.
Usando el camino principal con esos caballos era mucho más rápido.
" Jiang siempre es descuidado con sus oponentes, el orco podía detener nuestros ataques y hacia el trabajo de un escudo. El elfo lanzaba sus hechizos aprovechando la resistencia del orco para atacar."-La delicada voz de Aliena no se inmutó y continuó dibujando, desde esa distancia, el soldado no podría ver lo que hacía.
El guardia comenzó a reírse, mirando a la entrada del bosque que los llevaría al reino.
" Siempre quise combatir contra esa bestia, pero su majestad me lo prohibía, es una pena que no pude ver sus últimos momentos." -Su voz también parecía aburrida, pero al ver a Jiang, se puso más emocionado.-"Cuando podamos, tengamos un duelo."
"No hay caso, me mataría tan pronto comience." -Jiang negó con su mano logrando la risa del soldado.
"Tranquilo, nadie morirá, solo será una combate amistoso, espadas de madera." -La figura de la realeza comenzó a sugerirle y Jiang asintió.
"Es una ocasión rara, tendré que aprovecharla."
El soldado se emocionó y pareció ser más infantil de lo que esperaba, incluso cruzó sus piernas a pesar de tener armaduras en ellas. Jiang miró por la ventana a la ciudad y levantó sus cejas viendo la cabeza de la monja que había intentado violar a un niño, colgando de una pica, mirándole directamente.
"¿La conocía?"
"Era parte del orfanato, nunca pudimos ser admitidos a ese maldito edificio, mi hermana y yo tuvimos que criarnos en el barrio bajo." -Jiang miraba el cadáver de la mujer y luego a su compañera.-"Hace poco al unirlos al Gremio de los aventureros logramos tener un hogar."
"Así que es un huérfano." -El soldado miró curioso a ambos hermanos.-"¿Aprendió a pelear con el maestro Jio?"
"No, nos criamos en el barrio bajo por la guerra donde aprendimos como sobrevivir. ¿Usted también era una huérfana?"
"En cierta forma, mis padres fallecieron en un ataque de la última tribu de los enanos." -El soldado afilió su espada el sector más rico de la ciudad en la ventana."-¿Qué les ocurrió a los suyos?"
-"Duendes, quemaron nuestra aldea y nos enviaron en camino al orfanato, pero estaba muy lleno para aceptar a más niños." -Jiang respiró, viendo el cambio en la ropa de los civiles, muchos de ellos caminando con bastones y algunos guardias.- "Nunca podré recordar el rostro de mis padres, pero no tiene sentido enfadarse."
El carruaje se detuvo dejándoles salir, el clima mucho más tibio en diferencia al sector Medio. El sector Noble tenía una pared de cerezos permitiendo el paso a la calle principal por el puente, llevando al río dentro de la montaña.
" Cuando tengamos tiempo libre, tendremos esa pelea." -El soldado saltó a la piedra pulida y dejó sonar su cuidada armadura.
Fueron recibidos por el mayordomo de cabello azul que conocieron en el orfanato, Jiang bajó del carruaje sin sorprenderse.
"Así que ellos dos lograron lidiar con los tres líderes." -El hombre se acercó a Jiang y tenía que mirar hacia abajo para verle a los ojos.-"No se ven ni siquiera hábiles para atrapar una mosca, demasiado jóvenes también. ¿21 años?"
El mayordomo mantenía sus ojos en los verdes del aventurero que en ningún momento dejó de desafiarlo con la mirada.
"Ni siquiera puede arrodillarse frente a la nobleza, su majestad lo asesinará tan pronto lo vea con esas ropas tan sucias." -El hombre levantó la camisa de Jiang mostrando la esquina de una gran cicatriz en su estomago, pero logrando la atención en ambos servidores, Jiang se apartó sin darles la oportunidad de verla por completo.
" Lo puede lavar y darles ropas nuevas si quiere presentarlo para el Rey rojo, puede encargárselo a la sirvienta Isha."-El Mayordomo limpió sus manos con un pañuelo y caminó para entrar al carruaje dejándoles solos en la entrada del sector noble, sin antes dar un última mirada a Jiang.
" Ignore al señor Nash, es un idiota."-Sin mostrar etiqueta alguna, el soldado le señaló para que le siguieran.-"Vamos, debe ser el día libre de Isha."
Caminaron entrando por los cerezos y el clima cambió por completo. Las hojas de los cerezos caían al suelo con elegancia, el viento era tan gentil como el toque de una madre y los edificios, rodeados por los árboles, eran de la mejor calidad. Algunos con adornos de mármol y colores tan fuertes como lo era el color de los cerezos a su alrededor. Varios soldados daban patrullas en la zona y los nobles caminaban con sus sirvientes detrás de ellos sin alguna preocupación en sus rostros, muchos al verle se mostraban disgustados y se acercaron para discutir con el soldado dorado.
Más bien, caminaron por el sector noble y el soldado golpeó la puerta de un edificio con un color azul mucho más apagado que los otros edificios, era más pequeño que todos y sus adornos eran principalmente de madera, bien cuidada, pero madera.
Una mujer abrió la puerta sorprendiéndose por la inesperada visita, un uniforme de mucama negro con un mantel blanco en su cuerpo, su cinta de cabello de un fuerte color blanco que terminaba en un nudo cayendo hasta su oreja. Su castaño caballo estaba bien cuidado y tenía flequillos perfectamente cortados llevando a dos secciones al final de su cabeza . Sus verdes ojos alejándose al castaño los veían atentamente ,un leve rubor en sus mejillas de resfrío, a pesar de ello, su piel estaba tan viva como una joven de su edad.
Tenía una aparato de jardín y algunas ramas de flores en sus brazos.
"Soldado Mino, es un placer ver que su misión terminó en buenas nuevas." -La mujer sonrió en su inclinación, dejó las cosas en una mesa dentro de su casa que tenía miles de colores en tiras de tela, sus alfombras eran tan puras en color como el mismo cielo y el té en su mesa de estar seguía caliente.
" Lamento perturbar su tiempo libre, pero necesito que prepare a estos jóvenes para una visita a su majestad." -La voz del soldado seguía tan formal como siempre, pero Jiang y Aliena reconocían la confianza entre ambas."
" Entendido, los llevaré en el atardecer." -La mujer sonrió al soldado logrando que el mismo se inclinara despidiéndose.
"Los dejaré en su cargo." -Saliendo de la casa de la sirvienta, el soldado se retiró despidiéndose de ambos jóvenes.
Su actitud era mucho más diferente que la del carruaje.
"Un placer conocerles, soy la Sirvienta real, me pueden llamar Isha." -Levantando su vestido del lado, se inclinó presentándose.
"Un placer estar a tu cuidado, me puedes llamar Jiang." -El chico se cruzó de brazos sonriendo.-"Esta de aquí es Aliena, es un poco tímida."
Mientras hablaba, Jiang apuntó a su compañera y logró que ella saludara a la sirvienta.
"Por favor, síganme." -La mujer les permitió la entrada a su casa y Jiang entró con confianza comenzando a ver sus cosas despreocupado, logrando una leve risa en la sirvienta.-"Son muy energéticos."
"Por supuesto, somos aventureros después de todo. Puede dejar de tratarnos con respeto, no somos nobles ni nada de eso." -Mirando un hermoso dibujo de un paisaje mostrando a una isla flotando en el aire, llamándole la atención.
"Madame Aliena, ¿Cuál es su color favorito?" -Sonriendo mientras tomaba una de las tasas de té y se la dejaba en las manos de la mujer, Isha sonreía con calma.
"Celeste." -La gentil voz de la mujer aventurera hizo que la sirvienta asintiera.-"¿Y el de usted? Señor Jiang."
"Deja los modales, somos aventureros, puedes tratarme con confianza." -El chico sonrió y miró la pared de colores curioso.-"Nunca le he dado profundidad a mi gusto, el rosado es atractivo, pero si quiere elegir una ropa para nosotros.. El azul funcionará."
"Muy bien, el baño debe estar listo, por favor, dejen sus ropas fuera del baño, las cuidaré y les daré un nuevo conjunto." -La mujer aceptó las tasas de té de vuelta y los jóvenes se pusieron de pie. Jiang se cruzó de brazos y la miró aburrido, logrando que ella se pusiera nerviosa.-" ¿Señor Jiang?"
" Ya se lo dije, llámame Jiang, no soy ningún señor."-Mostrando su incomodad y enojo, logró que la sirvienta se confundiera.-"Eres mayor que yo y no me gusta ser tratado de esa forma."
"No puedo llamar a un invitado del Rey rojo tan casualmente." -La mujer miró en curiosidad al joven, la hermana del mismo comenzaba a dibujar algo en un canvas.
"Entonces no me moveré, él solo me hablará por unos minutos, no por ello merezco respeto de sus sirvientes." -El chico se sentó de vuelta en el sofá y la miró desafiante.
"Jiang, deja de darles problemas a las sirvientas." -Golpeándole levemente en su mejilla, Aliena seguía dibujando.
La sirvienta dejó salir una pequeña risa.
"Son muy raros, nunca había visto a alguien enojarse por ser tratados sin etiqueta." -Isha escondía su risa con un pañuelo y miró a Jiang curiosa.-"Por favor, Jiang, ve a tomarte un baño."
Jiang sonrió y luego asintió, se puso de pie y miró el pasillo curioso.
"Al final del pasillo, a la derecha." -La mujer miró al chico y él asintió dirigiéndose al baño.
"
"¿Por qué sería eso?"-La sirvienta tomó una tasa de té aliviada de no tener que mantener la ética noble alrededor de ello dos, al final, su día libre no terminó arruinado.
"Ve a todos en el mismo nivel, así que no le gusta que le traten con respeto cuando él no cree que se lo merece." -Trazando a una velocidad anormal para la sirvienta, cambiaba de colores con calma pero precisión. Ninguna gota de pintura malgastada.
"¿El señor Jiang no cree en los sistemas de clases?"-La sirvienta veía curiosa el canvas que ella no podía ver.-"Sería un problema dejarlo cerca de la nobleza, un joven tan expresivo con ideales revolucionarios sería nuevo, pero problemático."
"Su...mentalidad es simple, si eres un idiota te tratará como uno, si eres una persona confiable te tratará como un amigo." -Limpiando su pincel en la madera miró al canvas y dejó el pincel para tomar algo de té.-"Al ver que a pesar de ser una sirvienta sonreías a un desconocido y le permites usar tu baño, le pareciste confiable, así que confiará en ti. Es un idiota, confía demasiado en la gente así que algunas veces tengo que tenerlo en mi vista."
Aliena miró el canvas y asintió, lo dejó en su costado y miró a los ojos verdes castaños de la sirvienta, ella estaba dentro de sus pensamientos y logró que saliera de ellos aclarando su garganta.
" Por favor no te aproveches de su confianza, quizás él no te haga nada ya que está acostumbrado pero eso no significa que me va a detener a mi."- Volviendo a dibujar en el canvas, la aventurera reveló un colgante en su cuello al moverse, tenía una reluciente gema blanca con unos engravados que jamás había visto en las gemas de la nobleza. Lo que sostenía la gema por el otro lado asimilaban raíces, similares a las de un árbol. Su color plateado confundían a aquel que veía el colgante.-"Es un colgante que él hizo, ¿Quieres verlo?"
Aliena sorprendió a Isha al verla y hizo que la sirvienta se avergonzara, con ellos dos parecía que no podías controlar tus impulsos.
"Puedes darle una mirada, no me molesta." -Sacándose el colgante, se lo ofreció a la sirvienta y lo dejó en sus dedos.
Era mucho más pesado de lo que había esperado, tomó la gema en sus dedos y tenía palabras que nunca había visto en su vida, pero dentro de la gema blanca, parecía haber un río azul recorriendo por toda la estructura y terminando en una especie de pozo del mismo color. Era tan detallado como las mismas gemas del Rey rojo, las raíces estaban tibias por el cuello de Aliena pero eran tan durables como las de un árbol, conectadas entre sí y tan naturales como las de uno real. Una prueba de la maestría enorme de aquel que forjó el colgante.
"¿El joven Jiang hizo esto?" -Veía las raíces en busca de donde comenzaban y terminaban, al final del colgante había una leve bola de madera, las raíces saliendo de ella. Un colgante tan bien hecho que las raíces harían a uno pensar que las raíces de un árbol se hicieron de metal para el colgante.
"Ayudó en algunas cosas, se las encargó a un amigo, hace mucho que no lo vemos." -La mujer terminó su dibujo y se lo mostró.-"Es uno de los tesoros de Jiang."
La mujer levantó su vista viendo la imagen de si misma bebiendo té en una montaña llena de flores, el trazo de los pinceles en el canvas eran suaves, pasaban como ríos de agua clara a la vez que los puntos que simbolizaban a las flores le daban un aura llena de color a la figura. Ella estaba llevando un vestido que jamás había visto, de una pieza pero con listones en sus cintura de un color rosado. Su rostro estaba calmado con una ligera sonrisa al horizonte, las montañas parecían sucumbir a su sonrisa y la tasa de té parecía ansiosa de tocar sus rosados labios. Usaba una trenza que sujetaba su cabello y caía en su hombro para ser perdida en su vestido, sus pies estaban descalzos cubiertos por una especie de malla, una prenda de vestir que no conocía.
Se quedó sorprendida viendo la hermosa pintura.
'Madame Aliena."-Sujetó el colgante cubriendo su boca mientras veía la sonrisa calmada dibujada.
Difícil creer que la imagen del canvas era ella.
" Traté de copiar tu vista centrada pero terminé cambiándola con una calmada."-La aventurera cruzó sus piernas acomodándose en el sofá, tomando un sorbo del té.-"Te la puedes quedar, es tu rostro después de todo."
Aliena le extendió el canvas y la miró sonriendo, su labios apenas se movían pero la pequeña sonrisa era clara de notar, inclinaba su cabeza un poco logrando que uno de sus cabellos cayera a su mejilla. Isha veía el retrato sin poder no sorprenderse, aún sujetando el adorno de cuello.
"Hace mucho que no tenía una ducha así." -Jiang apareció del baño con solo una toalla cubriendo su estómago viendo la escena, la sonrisa de Aliena llamándole la atención.
Isha observó a Jiang y se sorprendió al ver sus pecho, desvío su mirada hacia arriba y se puso de pie avergonzada.
"¡Señor Jiang!" -La mujer lo apartó de la habitación y lo dejó en el pasillo, cerrando la puerta deslizante.-"¡Sus ropas deberían estar en el mueble de la escalera!"
Escuchó a Jiang entender sorprendido y luego sus pasos hacia el final del pasillo.
"¿La viste?"-La gentil voz de Aliena le hizo girar y ella aún sostenía el canvas sonriendo.-"Por favor, no le preguntes."
Isha no entendió a lo que se refería, sólo había logrado ver sus hombros y lo blanco de la toalla, no había querido bajar su mirada cerca de la cintura.
"Bueno, ¿Vas a querer la pintura?" -Aliena la miró con calma y logró que la sirvienta volviera a sus sentidos.
Estando alrededor de ellos se sentía mucho más libre que lo que jamás había sentido.
"Muchas gracias madame Aliena, no se com-." -Antes de que pudiera terminar, la aventurera dejó de ofrecerle el canvas y lo volvió a mirar.
"Perdón, se me olvidó firmarlo." -La mujer volvió a tomar el pincel y escribió algo que no entendió, un tipo de firma seguramente.-"Aquí está, y no se preocupe por el pago, su amabilidad ya hizo suficiente."
Aliena le dejó tomar el dibujo y Isha lo sostuvo incrédula, sobre la firma de Aliena había una pequeña letra, "El pago de la amabilidad". Sostuvo el canvas con fuerza y se inclinó hacia la figura que estaba tomando té despreocupadamente.
"Ahora es mi turno, no te aproveches del idiota." -Aliena sonrió al ver su gratitud y salió mostrando como Jiang terminaba de ponerse una chaqueta dorada sobre una camisa de roja.
"Que colores tan fuertes, no se ve mal." -Jiang estaba viéndose en el espejo de su entrada y miró a Aliena.-"Esperaba algo azul por tus preguntas, pero nada mal.
Jiang entró a la sala de estar y se sentó en el sofá bebiendo de su taza fría.
"Es muy talentosa, no a todos les dibuja un retrato y deja que se los queden." -Terminando la tasa, bebió del té que su compañera había bebido.
"¿Es cierto que usted hizo este collar?" -Ya recuperándose de su sorpresa y gratitud, Isha sostenía el collar.
Jiang lo miró por un instante y luego volvió a ver el té.
" Si, en parte."
Isha comprendió que no era un tema que le gustaba tocar, se sentó frente a él y lo miró pensando.
" Perdón por hacer tantas preguntas, por alguna razón me estoy saliendo de protocolo." -Isha escondía su sonrisa avergonzada pero sus mejillas la delataban, lo que hizo a Jiang volver a sonreír.
"No te preocupes, como ya te dije no tienes que sentirte obligada de respetarme." -Sirviéndose otra taza de té, Jiang se veía gentil y lleno de calma, su leve sonrisa daba una vista difícil de ver en muchos.
Su fino rostro se juntaba con sus grandes ojos y el cuidado cabello de roble logrando dar una hermosa figura, su sonrisa daba un golpe aumentado la experiencia de ver su rostro. Su piel era un poco pálida, dándole un tono más irreal, juntándose con sus fuertes ojos que terminaba haciéndoles verse mucho más potentes en color. Desde lejos era demasiado difícil reconocer su rostro, de cerca resultaba complicado.
"Isha, ¿Sigues aquí?" -La sonrisa del joven le hicieron asentir.
"Perdón, debe ser el resfriado." -La mujer puso el colgante de raíces en la mesa mientras se limpiaba el sudor de su frente.
"Por favor no te esfuerces, lamento tener que molestarte en tu día libre." -Jiang dejó de verter el té y bebió un pequeño sorbo.-"Me aseguraré de recompensarte la ayuda, si necesitas algo solo dilo."
"No se sienta obligado, solo es mi deber como sirvienta real." -Isha se apoyó en el sofá y bebió más del té.-"La madame Aliena.."
"¿Te dijo algo? Espero que no te haya asustado con sus historias extravagantes." -El joven se apoyó en el respaldo y ubicó su pierna sobre la rodilla de la otra, su brazo en el respaldo.
"No, la madame Aliena fue bastante amable, quería preguntar-preguntarte si son hermanos, no se parecen en nada pero comparten el apellido." -La sirvienta volvió a darse cuenta que se pasó de la línea y intentó corregirse, pero la risa de Jiang la interrumpió.
" No somos familiares de sangre pero decidimos quedarnos juntos después de todo lo que sufrimos. Nuestra relación se hizo fuerte después de ayudarla, nos llamamos hermanos por que es lo más fácil de explicar pero Aliena me ve como una figura paterna."- El chico miró al cielo sonriendo, el clima afuera comenzaba a tornarse naranja.-"Si quieres saber su historia deberías preguntarle, aunque nuestra perspectiva de cuando empieza es muy diferente. "
"¿De dónde vienes? Te ves bastante calmado para ser un simple aventurero." -La sirvienta comprendió que él no diría más sobre la mujer, así que decidió tocar otro tema de conversación.
" Vengo del barrio bajo, nos criamos solos ya que el orfanato estaba lleno en su tiempo."-Jiang miraba la mochila de su hermana pasando por los dibujos.-"¿De dónde vienes tú?"
"Sector medio, mi familia era de comerciantes antes de nos aceptaran como sirvientes de la nobleza, desde ese tiempo nos hemos criado junto a la familia real." -La mujer sostenía el dibujo en sus dedos, miró la mesa y el colgante ya había desaparecido.
Jiang tomó de la mochila una cinta azul y se la puso en su muñeca, era un accesorio común que significaba que tenía un amuleto para protegerse de la maldad, pero el nudo parecía que se ataba a si mismo en su mano.
"¿Cuando comenzaron a ser aventureros? -Isha bebió, el agua cayendo al suelo del baño a lo lejos.
" Hace unos días, seguimos siendo novatos."-Jiang acomodó su largo cabello en una coleta, miró a la sirvienta sonriendo y terminó de ordenar su cabello en un peinado.-" Planeamos volver a tomar una misión cuando el Rey rojo nos dé la visita."
"¿Por qué los invitó? Si me permites preguntar, eres un proveniente del barrio bajo por lo que no creo que la nobleza esté interesada." -La sirvienta dejó el té en la mesa y se acomodó junto a su dibujo.
" Supongo que no me dijeron que debía mantenerlo en secreto." -Jiang habló en voz alta y la miró de vuelta.-" Me encargué de unos prisioneros que habían escapado, habían enviado al Guardia real pero cuando llegó ya había terminado con todos los prisioneros."
"¿Qué clase de prisioneros eran si incluso el Soldado dorado debía ir por ellos?" -La mujer comenzó a pensar pero no podría llegar a la respuesta, a los ojos atentos de su huésped.
"No eran el gran problema, quizás mantenían un significado personal con el Eey rojo."-El aventurero tomó uno de los pasteles que habían descansado en la mesa y lo comió dejando algunos rastros en su chaqueta, sin terminar de comer continuó hablando.-"Recibiré sus gracias y volveré a mi vida."
"No parece estar nervioso a pesar de visitar al rey de estas tierras.-" Isha veía a Jiang pensar, luego, él descansó su cabeza en el sofá.
"Bueno, para mí es u-." -Antes de siquiera terminar su aclaración la puerta se abrió revelando a Aliena vistiendo un vestido celeste con una cinta dorada sujetando sus hombros. En sus pies unos grandes tacones que combinaban con el hermoso color de su cabello, ahora estaba desatado y colgaba hasta su cintura.
"Deja de imponer tus ideales en los demás, ya hemos tenido suficientes problemas por como te expresas." -Viendo a su hermano sonreír a su aviso, Aliena sujetó su mochila y la puso en su espalda.
Isha veía a ambos hermanos conversar entre sí. La calmada picardía de Jiang, la inquebrantable aura de calma de su hermana mezclada con su reclusión de hablar.
No se veían como plebe.
"Es mejor irnos, ya nos hemos aprovechado de Isha lo suficiente." -Volviendo a sus pies, el aventurero tomó la mochila de cuero y se acomodó en su espalda.
"No se preocupen, es probable decir que incluso han mejorado mi día." -También poniéndose de pie Isha ahora veía que era bastante pequeña a sus lados, llegar al hombro de Jiang era un desafío para ella, su hermana tampoco se quedaba corta, ciertamente usaba tacones pero sin ellos la superaba en altura.-" Por favor, el carruaje ya debe estar esperándolos afuera."
La sirvienta abrió la puerta mostrando el mismo carruaje que los trajo, el Soldado dorado estaba sentado a dentro esperándolos mientras leía un libro. Ambos jóvenes se despidieron de la sirvienta y subieron confiados, Jiang ayudando a su hermana a subir los pasos.
"Es difícil pensar que antes usaban ropas tan mundanas, se ven mucho mejor que las cosas que tenían antes." -El soldado guardó su libro y Jiang sonrió.
El carruaje comenzó a moverse llamando la atención de todos los nobles que le daban el paso.
"Madame Isha solo debía darles nuevas ropas y un baño apropiado." -La deformada voz del guardia les hizo verle.-"Pero supongo que no tuvo tiempo para enseñarle los modales frente al Rey Rojo."
El Guardia real se acomodó en el lujoso carruaje y continuó explicando.
"No deben verle a los ojos a menos que les hable, siempre cuando pase a su lado tienen que bajar su cabeza y esperar sus órdenes." -Su voz cambió por completo, como si estuviera leyendo un párrafo.-"Al entrar al pasillo deben presentarse y el trabajo de su familia, normalmente tendrían que entregarle un regalo pero debido a la circunstancias dudo que a su majestad le importe. Una vez las presentaciones terminen, el Rey rojo permitirá que la reunión comience, ahí, indicará lo que deben hacer. "
Jiang levantó su ceja burlándose en silencio de las costumbres mientras que la mujer a su lado sólo asintió.
" Llegamos."-El soldado salió del carruaje y les permitió el paso al impotente castillo frente a ellos.
Ciertamente, mostraba el poder del Rey.
Dos inmensas estatuas a cada lado de inmensas escaleras llevando al edificio principal que tenía dos separaciones, llevando a un edificio principal hecho de roca pulida. En medio de las separaciones había una gran tela roja con el símbolo de un león mordiendo a una espada rota.
Subieron las escaleras, los guardias de armaduras plateadas con telas rojas en sus hombros estaban postrados en cada esquina. Al llegar al final, a la vista de todos, ambos jóvenes podían ver la gran puerta pasando las separaciones de piedra llegando a una gran entrada de metal con protecciones rojas. Caminaron pasando las separaciones tan impotentes a la vista y sin fin aparente una vez que estabas dentro, cualquier forastero se asustaría por la impotencia una vez te enfrentas con ellas.
Llegaron a la puerta y esta se abrió esperándolos.
El interior era un largo pasillo con diversas puertas a lo largo, al final de ella, pasando el ventanal que mostraba el paisaje de la derecha de la ciudad, un paisaje abierto con un gran rio cruzando las montañas, se encontraba otra puerta moderadamente grande, con un escudo rojo impregnando, vigilándoles.
Caminaron sobre la alfombra sin fin y abrieron la puerta mostrando el trono del Rey.
Habían cuatro figuras impidiendo la vista del rey que estaba sentado delante de un inmenso ventanal con una capa roja cayendo débil hacia el trono, detrás de su asiento se imponía el impotente paisaje de las montañas en la que el castillo estaba ubicado, algunos árboles sobrevivían al frío clima y otros se quedaban en leves troncos ya muertos, las nubes pasaban por la punta de las montañas y algún que otro pájaro pasaba frente al cristal.
Jiang y Aliena caminaron hacia el trono mirando hacia arriba logrando que los cuatro ancianos se movieran del lado permitiendo que los verdes ojos de Jiang se encontraran con los carmesí del Rey.
Era un adulto joven.
Estaba reposando su cabeza en su puño cubierto por un guante rojo, la otra mano sujetaba una espada que reposaba en la piedra a un lado de sus botas rojas.
Su uniforme era puramente rojo salvo algunos detalles dorados que eran cubiertos en su mayoría por una capa que empezaba de su hombro izquierdo y descansaba en su brazo derecho para esconder el torso del hombre.
Su pálida piel mostraba su costumbre de vivir en el frío de las montañas a la vez que su fuertes gestos no aparentaban ninguna emoción, su largo cabello se dividía en dos secciones que llegaban a sus orejas para terminar en su nuca, un cuidado rostro con mejillas marcadas, mucho más joven de lo que aparentaba.
No se mostraba sorprendido al verles, no mostraba nada.
Los ancianos se mostraron impacientes a las acciones del aventurero, Jiang sonrió y se cruzó de brazos sin moverse un poco, mirando al Rey directamente a los ojos, violando todas las reglas que le enseñaron hace unos segundos.
"Un placer conocer a su majestad el Rey rojo."