Bostezó.
Veía el sol aparecer de una de las montañas a su derecha, luego el camino. El sonido de los caballos y las ruedas del carruaje interrumpían lo calmado que estaba el bosque.
Ninguna nube a la vista, solo pájaros.
"Aún no me ha hecho esa hamburguesa."-Viendo a una pequeña babosa caminando por la tierra, levantó su ceja.-"No se supone que uno de tu especie debería estar afuera, en Iera ustedes se esconden a la mínima vista de luz."
Extendió su brazo con sus dedos congelados en una capa de hielo, sujetó a la criatura logrando y luchó contra los movimientos moviendo su mano de un lado a otro.
"Tranquilo, no te lastimaré."-La veía por todos lados, era una masa de líquido viscoso semi-transparente de un azul apagado. Las zonas donde sus dedos congelados lo sostenían comenzaban a tornarse azules oscuros, consumiendo la magia de los dedos del aventurero.-"Mismo concepto, supongo que no todo cambia."
La lanzaba en el aire observando cómo se alteraba, pequeños ojos morados dentro buscando con terror una vía de escape. La sujetó hacía el suelo y veía la gravedad con una sonrisa. Era un ser bastante pequeño, lo suficiente para cubrir su mano y tan estúpido como para olvidar las leyes de supervivencia.
"Me pregunto si aún saben tan bien."-Estuvo a momentos de morder a la criatura ignorando el miedo de sus ojos pero se arrepintió al sentir como el hombre se movía dentro del carruaje.-"Para otro día."
Soltó a la criatura a un lado del camino, el pequeño ser arrastrándose lo más rápido que podía fuera de la vista. Jiang se recostó en el soporte de madera para observar el cielo interrumpido por un ave volando en círculos sobre ellos. Alcanzó una manzana de un árbol y la masticó escupiendo la otra parte del gusano que estaba dentro, se limpió los restos de su boca asqueado y la lanzó al suelo fastidiado.
"Que fastidio es ser un aventurero, seguro los Cereza no tienen que hacer nada sentados en sus culos todo el día."-El ave se había acercado al carruaje captando su atención.
Levantó su mano al aire en conjunto con un círculo verde transparente surgiendo sobre la cabeza del ave, soltando una corriente de viento para lanzarla al suelo. Antes de que chocara con la madera del carruaje Jiang la sujetó del cuello.
En su pata derecha, una cinta verde.
"Eres doméstica."-Suspiró mientras la soltaba para ponerse de pie, levantando la tela del carruaje.-"Alguien nos sigue, deben ser los bandidos de hace dos días."
Al escucharle tanto el dueño como sus compañeros se prepararon. No podía escuchar a ninguno de ellos cerca, tampoco veía algún cambio en los árboles a su alrededor.
"Aliena."-Logró que su voz llegase a la chica detrás del carruaje.
"Voy a tratar de buscarlos, estén atentos."-La calmada voz de la chica resonó en sus oídos y asintió.
Aliena se sentó de piernas cruzadas en la parte trasera donde nadie le vería, meditando mientras un círculo carmesí extranjero comenzaba a formarse en la zona exterior de su pecho.
Ignorando por completo las leyes o creencias que los mismos magos se implantaron sobre sí.
Sus ojos comenzaron a brillar tan pronto la magia forastera tocó el aire de estas tierras. Gracias a su conjuro, Aliena miró hacia varios kilómetros de distancia al frente del carruaje.
"10 bandidos, mucho más entrenados que los de antes."-El círculo rojo se rompió en miles de cristales y se volvió a poner de pie con su espada ya lista para combatir.-"Hay uno de ellos que está usando una espada ligera, Jiang se encargará de él, ustedes de los demás."
Jiang saltó sobre los lomos de los caballos y desvió una flecha logrando que los caballos se detuvieran de golpe, el cuello de ambos animales era el objetivo. Volvió a cortar unas flechas protegiendo al carruaje mientras jugaba con su balance, invocando escudos con una mano y protegiendo con la otra.
"Están midiendo cuanto es mi rango de ataque."-Sonrió, un escudo ahora protegiendo a los caballos de las decenas de flechas.-"Aliena, toma cargo del carruaje, los alejaré de ustedes."
Jiang saltó sobre el escudo el cual lo impulsó hacia el bosque, su cinturón flojo y sus ojos brillando en azul.
Saltó a la copa de un árbol que le creó un suelo para mantenerse. Al caer cortó el cuello de un arquero desprevenido, rodó en el suelo viendo al próximo gritando al verle. Estaban distanciados y su único hechizo disponible estaba protegiendo su cabeza de ataques por la espalda.
Esquivó una puñalada y usó al atacante como escudo humano mientras sentía las gotas de sangre manchar su rostro. Quedaban 7 más el bandido experto, tres estaban a su lado con espadas y los otros cuatro eran arqueros, esparcidos en lugares anexos y separados por 4 árboles.
Sonrió mientras veía al carruaje desaparecer por la esquina.
"Te han dejado solo, incluso para un Oro luchar contra nosotros será imposible."-La distorsionada voz del hombre sonó por la oscuridad del bosque.-"Ríndete."
"Este rango oro tiene hechizos que jamás podrás imaginar."-Respondió mientras cortaba el cuello de su escudo para que dejara de sufrir.
"¿Un mago? Un mago es inservible cuando no puede ver a su objetivo, mucho menos cuando no se le deja conjurar sus círculos."-La voz sonaba más cerca, hizo que Jiang se arrodillase logrando que el peso del bandido muerto le protegiera de flechas superiores.
Comenzó a conjurar dibujos en el aire con sus dedos, con el pasar creaba signos de los libros que estaba estudiando. Los rodeó con una línea mientras ubicaba su palma derecha en el centro, la izquierda en una de las raíces.
"Veamos si esto funciona."-Se habló a sí mismo y sus ojos comenzaron a brillar de un alarmante verde. El sonido de las flechas incrustándose en el cuerpo de su protección le hicieron inclinarse aún más, una de ellas tratando de imcrustar su hombro.
El sonido de las ramas sonando y las hojas moviéndose hizo que las flechas se de tuvieran, el sonido del bosque igualmente. El silencio reinó y luego los gritos desesperados de los bandidos arqueros cubrieron toda la zona. Huesos rompiéndose y sus cabezas tornándose al otro extremo fue lo único que ahora se podría escuchar, los gritos de desespero tratando de suplicar por ayuda, suplicando que los árboles dejaran de tocarles, de jugar con ellos.
Jiang estaba concentrado con su pulgar ubicado en su frente, sudor cayendo por sus cejas. Un látigo de rama golpeó la boca de uno de los bandidos y otro fue tomado por las raíces de un agujero, guiando su cuerpo al vacío para consumir sus gritos.
Al ver que su cuerpo había sido sujetado por una raíz, la cortó en apuro. Se puso de pie con dificultad usando los árboles cubiertos en sangre para llegar al final.
Entró a la zona libre de arbustos grandes, vio al líder de los bandidos cubriendo su boca, asustado de los árboles. Los ojos de Jiang brillando en la oscuridad, tan azules como el hielo.
Sólo quedaba él vivo.
Se había orinado y trataba de alejarse de la nueva figura que llevaba una vestimenta noble, algunas manchas de sangre en sus antebrazos. Jiang tenía rastros de piel de su escudo humano en la nuca.
Se asustó, trató de alejarse pero volvió a levantar su vista y ver a uno de los árboles que había creado el genocidio se protegió la cabeza.
Ahora Jiang mucho más cerca.
"Esa expresión es adecuada."-Jiang se arrodilló, le sujetó de la boca para acercarlo a su rostro mientras sus propios rasgos se veían más oscuros.-"Ve a tu jefe y dile que jamás trate de meterse con Jiang Yuhgo."
El hombre asintió asustado y hizo que sonriera.
"Muy bien, ahora ve, antes de que los árboles vuelvan a moverse."-La sonrisa del chico le hizo asustarse aún más. Comenzó a correr mirando cada movimiento de los árboles a su paso, llorando por el tronar de ramas.
El aventurero suspiró viendo la escena que había hecho.
"10 segundos es muy poco."-Volvió a poner sus dedos en la tierra y los árboles soltaron a todos los cuerpos, uno de ellos escupiendo a aquel que había consumido. Hizo que las estacas soltaran la sangre de un movimiento y se quedaran limpias de cualquier rastro de sangre. Lo demás, lo retiró con una burbuja de agua.
Retiró sus dedos con fuerza y algunos rastros de su piel quedaron en el suelo, usó el aura verde para curar los cortes y se retiró la tierra mientras comenzaba a caminar de vuelta al carruaje.
"Mierda, debí haber capturado a uno de ellos."-Caminó sobre los árboles que habían hecho la masacre y vio al carruaje con los aventureros esperándole. Ahora esperando en el punto de encuentro entre fronteras.
Veía a los aventureros pelirrojos hablar con el jefe del carruaje, otro grupo de aventureros de la costa se reunía y conversaba a la vez que la discusión de negocios se llevaba a cabo. La más seria de ambos era la mujer mientras que el chico se veía mucho más infantil en carácter, siempre soltando bromas cuando podía, una sonrisa surgiendo de los labios del militante al ver la escena frente a él.
Al terminar, el carruaje abandonó la frontera del reino rojo y los aventureros plata se le acercaron, Jiang usando a uno de los bandidos como silla.
"Nos tomará dos días recorrer por medio de la cima, usaremos la misma formación pues estaremos rodeados de desniveles y quedaremos débiles a ataques de la zona entre las rocas."-Limpió algo de tierra con la ropa del bandido y veía el amanecer terminar. La sangre de sus antebrazos secándose lentamente.-"Vamos partiendo."
"¿Estás bien."-La mayor de ellos lo veía sorprendida, un poco más de sangre en su cabello pero claramente no de él.
"No fue nada, solo los asusté con algo de magia."-Se puso de pie y tiró de la cuerda que mantenía a los prisioneros juntos.-"Hora de irnos, la noche ya viene."
Los bandidos estaban atados con ambos brazos en sus espaldas por riendas de un árbol que había usado. más una que ató a sus cuellos uniéndolos a todos para que no pudieran huir. Jiang llevaba la delantera pasando por las rocas, su cabeza mirando al suelo.
Tomó una de las hojas castañas que caían, algunos rastros del invierno ya comenzando a irse se mostraban en la naturaleza, pájaros ya volviendo a migrar y los animales dejando de invernar.
"Seria problemático enfrentarse a un oso con este grupo."-Se limpió los restos de tierra y caminó liderando al grupo por las colinas.
Algunos bandidos estaban cansados y otros con el estómago vacío. En su mochila tenía comida suficiente para Aliena y él, los otros dos aventureros debían estar preparados para lo mismo. Los obligó a detenerse y dejó que descansaran entre un grupo de rocas dejando uno de los finales atado a una gran piedra para evitar problemas.
"Iré a buscar algo de comida para ellos, vigilen los alrededores. Aman, empieza una fogata, de este tamaño."-Jiang les señaló una especie de agujero que estaba ocultado por una roca.-"Si uno de los bandidos intenta escapar, mátenlo, no podemos arriesgar a que lo haga de nuevo."
Subió una de las colinas y veía la zona en busca de animales.
En este tipo de territorio, cabras y algún que otro ciervo podría servir, una cueva podría tener a un oso que le vendría de anillo al dedo.
Se sentó en unas de las rocas y puso sus dedos en ella, el círculo rojizo que Aliena había comandado surgió en su estómago, sus ojos brillaron en busca de algunas vidas de animales alrededor. Un ave volando hacia el horizonte a su derecha, un zorro corriendo hacia un ratón, un león de montaña que nunca había visto persiguiendo a una liebre y algún que otro animal rastrero. Una figura grande y llena de carne le llamó la atención, como lo pensaba, un oso estaba despertando de su descanso, una figura casi sin magia a su lado a un lado de unos restos de otro animal. Bajó por las rocas en su dirección y se adentró a la cueva escuchando los murmullos del oso, les serviría para cubrir todo el día, quizás más.
Ajustó su espada para adaptarse a la zona más apretada y vio al animal mordiendo un hueso de ciervo, confiado de haber sentido al animal moribundo en la roca al tope de la montaña, se volvió invisible. Se acercó con cuidado, su espada lista y se detuvo cuando las orejas del oso parecieron moverse.
Estuvo en silencio por varios minutos para esperar que volviera centrarse en su alimento y suspiró aliviado.
El aliento de algo le tocó el cuello y se quedó helado, una gota de baba le cayó a la mejilla. Se volteó viendo a un oso adulto oliendo su zona sin comprender debido a la oscuridad de la zona, el olor de Jiang tan cerca que podía sentir la menta.
El zarpazo del oso lanzó a Jiang a la pared y el conjuro que cubría su apariencia desapareció, revelando su cuerpo alertando al adulto, enojándole.
"¿El conjuro de adivinación falló?"-Se había roto una costilla y su aliento estaba teniendo dificultad en aparecer.-"¿No me digas que fue a ti a quien sentí y el otro era ese pequeño?
El oso lo olió tratando de reconocer si era una amenaza pero Jiang se quedó inmóvil, los dientes del animal tomaron su camisa y la movieron de un lado a otro pero sabía que si se movía estaría muerto.
El golpe fue bastante fuerte y le tomó por sorpresa, su costado le dolía y su espalda había tronado, tenía que respirar en repeticiones cortas para evitar más daño.
Al ver que ya estaba muerto, el oso trató de morder la sangre que caía de su labio pero la espada de Jiang se incrustó en su mandíbula inferior. La osa adulta retrocedió en dolor tratando de sacarse la espada, la sangre del animal comenzando a salir a montones mientras que Jiang estaba curando sus interiores. Solo podía detener el sangrado interior.
Veía al joven oso acercarse a su madre asustado, viéndole desangrándose, a montones.
La espada de Jiang había caído pero el agujero había pasado la mandíbula atravesando la lengua y dejado el daño suficiente para que se desangraba en unos cuantos minutos. El aventurero se puso de pie con dolor y miró a ambos animales con tristeza, levantó su mano al oso joven, un aura morada en su aliento y ojos.
"Vete, busca otra cueva."-El aura de su aliento hipnotizó al oso y este abandono a su madre a morir.
Jiang se arrodilló frente a la osa adolorida y tomó su espada viendo como comenzaba a perder sus fuerzas, tratando de cubrir su herida solo empeorándola.
"Perdón."-Tomó la mandíbula del animal y insertó la espada con fuerza en su cabeza matándole al instante, ensuciando el rostro de Jiang con algo más que sangre.-"Ahora como mierda podré llevarte hasta la fogata, esperaba comerme a tu hijo."
Se puso de pie y levantó la enorme pata del oso con ambos brazos. Suspiró al no tener progreso y miró ambas manos manchadas de sangre.
Suspiró tratando de concentrarse y sus brazos fueron rodeados por hilos amarillos que parecieron aumentar el tamaño de sus músculos, haciéndole parecer más alto.
Levantó al oso en su espalda y salió de la montaña apretando sus dientes viendo el humo de la fogata a lo lejos.
"Justo como los días en ese maldito bosque."-Escalando algunas rocas con la sangre de la boca del oso cayendo en su cabello y empapando sus dedos, sólo logrando motivarle más para no llegar al punto donde la sangre le impediría el agarre.
Limpió la sangre de sus dedos en la ropa de noble y siguió con los pies del oso arrastrándose por el suelo, algunas veces quedando atrapadas en las rocas.
Invocó otro hechizo de hilos amarrillos en sus piernas y soltó al animal de un empujón en el suelo para que cayera debajo de la colina, sorprendiendo a los aventureros y bandidos al ver al enorme animal fácilmente dos veces más alto que mucho de ellos.
"Traje el almuerzo."-Empapado de sangre con su cabello mojado y sus ropas desgarradas en la espalda, Jiang sonrió mientras limpiaba algo del líquido en sus ojos.
"¡Wuah!"-Ayen se acercó corriendo, subiéndose al oso viendo la herida en la mandíbula y la cabeza asombrado.-"¡De solo dos golpes!"
Levantaba las patas, tocaba el pelaje asombrado por lo limpio que estaba, la única zona llena de sangre era la mandíbula y la cabeza, todo el cuerpo restante estaba limpio.
El rostro de los bandidos asustados fue ignorado por Jiang que se acercó a Aliena levantando su camisa mostrando una zona morada.
"Sigues esforzándote demasiado."-La mujer tocó alrededor pero sin lograr reacciones de dolor en su compañero. Tomó unas vendas y ocultó el aura verde de los ojos de los demás mientras cubría la herida.-"Solo te fracturaste una costilla, trata de no esforzar tu zona derecha, se curará más rápido. En la ciudad te la curaré por completo, aquí es muy peligroso."
El chico asintió y dejó que el vendaje rodeara su cuerpo mientras la otra aventurera bajaba viendo a su hermano tocando al oso asombrado, de igual forma, la mujer no podía creer lo que veía.
Un oso adulto era algo que un rango oro podría hacer ya que eran aventureros hábiles y fáciles de pensar en el momento, pero, que uno tenga la fuerza suficiente para arrastrarlo sobre una zona empinada era otra tarea muy diferente.
"Tendremos suficiente comida para dos días, por favor, aprovéchala."-El aventurero se trataba de limpiar la sangre con movimientos rápidos incluso manchando a algunos de los bandidos a propósito.-"Me voy a quitar todo esto."
"Ten cuidado."-Aliena se puso de pie y se acercó a la presa con su daga lista para cortar la preciosa carne que había dentro.
Jiang bajó por la colina con cuidado y se acercó a un río aliviado de poder sacarse ese olor de su cabello, las ropas por el otro lado sería mucho más difícil.
Se retiró la camisa, las vendas que servían como finta y los pantalones quedando con su ropa interior. Vertió todo retirando gran parte de la sangre, la dejo reposar en una roca y escuchó un gesto de sorpresa entre los arbustos. Decidió ignorarlo y limpió sus brazos mientras tenía cuidado de no tocar la zona dañada, la sangre caía entre sus muslos y era llevada por el camino del río.
"Sé que me estás espiando Aman, ¿Ocurre algo?"-Siguiendo limpiando sus brazos, escuchó el quejido de sorpresa de la mujer mientras salía de su escondite atrapada.
"Perdón, solo quería ver si estabas bien."-La mujer estaba tan roja como su cabello y logró que Jiang sonriera gentilmente.
"Ya veo, que amable de tu parte."-Aún limpiando parte de su cuello, no podría alcanzar su espalda por las costillas.-"¿Podrías ayudarme?"
La mujer miró sorprendida a la sonrisa calmada de Jiang iluminada por el sol y asintió avergonzada.
"¿Qué necesitas?"-Comenzaba a retirarse sus botas y a remangar su pantalón verde oscuro.
"Mi espalda, no puedo llegar ahí por mi costilla."-Jiang se arrodilló en las pequeñas piedras mostrando su espalda llena de sangre a la aventurera plata.
La mujer asintió y levantó su mirada sorprendida por la condición de su espalda. Estaba llena de sangre obviamente pero debajo del rojo viscoso, habían cientos de cicatrices. Las únicas que podía identificar eran de espadas y otras parecían hechas por largas uñas como si fueran de un animal, ninguno que ella conocía obviamente. Pero la que más destacaba, era una superior en tamaño en la zona posterior de su cintura como si estuviera detrás de su estómago, una gran cicatriz de apuñalamiento que parecía haber quemado su piel y dejado algunos desniveles de piel ya pasados por el tiempo y convertidos en cicatrices.
"¿Aman? ¿Ocurre algo?"-Llamándole la atención, Jiang se giró para ver a la chica sorprendida y la miró curioso.-"¿Estás bien?"
"S-Si, ahora te limpiaré."-La mujer se adentró al río y tomó una cantidad de agua con sus manos para verterla sacando gran parte de la sangre.
Continuó lavando revelando más cicatrices de espadas y otras de uñas en sus costados, algunas que no conocía pero unas que le parecieron imposibles de hacer. En su lado derecho habían algunas que parecían hechas por fuego pero tenían rastros asimilando el transcurso de algo líquido, las tocó inconscientemente pero Jiang no reaccionó. No era sólo su hombro derecho que tenía esa especie de cicatriz de fuego líquido, recorría todo su brazo y en la zona posterior del brazo era donde se veían mayores rastros. Eran leves, fácilmente difíciles de ver desde lejos, pero si estabas lo suficientemente cerca podías notar cuán grave eran en su momento.
Continuó limpiando dejando la espalda de su líder limpia pero aún veía las cicatrices con una especie de disgusto, ¿Cómo alguien tan simpático como Jiang podría tener esas cicatrices? Les trataba con calma y no les presionaba por sus errores, muy diferente a los otros aventureros oro.
"¿Me podrías ayudar con el cabello por favor? No puedo llegar a todos los lados con un solo brazo." -El chico le miró sonriendo pero Aman notaba que no quería mostrar su estómago con intención.
Lo cubría con sus brazos y sólo mostraba sus pectorales.
"Claro."-La mujer le pidió acercarse más al agua y ella comenzó a limpiar el sedoso cabello castaño del joven.
Estaba bastante limpio y era suave al tacto, imposible de encontrar en los pobres de las ciudades y diferentes al tacto de paja como muchos e incluso ella lo tenía. Su vivo color parecía resonar con la madera y las leves canas que encontraba en sus raíces con algunos cabellos rebeldes parecían tan vivas como nunca.
Limpió la sangre con cuidado y notaba la débil respiración del chico, apenas la podías escuchar y al acercar su nariz al cabello sedoso del chico olió el distintivo olor de rosas recién cortadas, ganándole al de la sangre fresca.
"¿Ayan? ¿Tengo algo en mi cabello? Salvo la sangre por supuesto."-Sonriendo mientras sorprendía a la chica, Jiang la miró curioso, vio su reflejo aliviado.-"¡Muchas gracias! Me ayudaste un montón."
"No hay problema."-La aventurera se puso de pie mientras trataba de ver el estómago de Jiang sin lograr su objetivo.
"Estaré bien por ahora, puedes volver con los demás, muchas gracias Aman."-La sonrisa gentil de Jiang le dio la orden de retirarse y ella asintió mientras se dirigía hacia la montaña.
Jiang se puso de pie ya libre de la sangre y se puso su ropa ya seca, el agua en su cuerpo se evaporaba de la nada y cubrió su torso con las vendas volviendo al campamento con mucha más calma.
Aliena ya tenía varios trozos de la carne cocinando ayudada por Aman, Ayen por el otro lado estaba tocando el pelaje del oso sonriendo.
Jiang se sentó en una de las rocas viendo la escena de los tres aventureros sonriendo mientras tenía cuidado de no lastimar su costado.
Dos mujeres de cabello rojo cocinando comida mientras él estaba herido.
Una melancólica sonrisa apareció en los labios del aventurero, sus ojos mirando al suelo tratando de mantener esta ocasión lo más que podría, por segunda vez.