La cabeza de Jiang estaba incrustada en la alfombra.
Los ancianos rojos de ira.
La rodilla del soldado dorado en su nuca pero todos veían la espada que estaba apuntando al cuello del soldado. Aliena lista para matarla.
"Atrevidos, matad a los dos."
Jiang le ganó en fuerza al soldado logrando ponerse de rodillas, veía directamente a los ancianos con el rey detrás de ellos. El soldado, tomado en sorpresa podía sentir el filo pasar por su armadura.
A su enojo, Jiang sonrió mientras su labio sangraba hasta su cuello.
"¡Muestra respeto al rey!"-El soldado estuvo a momentos de volver a patearlo al suelo, el filo de Aliena ya cortando las tiras de cuero que mantenían a la armadura en su cuerpo. Todos se detuvieron cuando el hombre del trono levantó su palma. la protección del hombro de la mujer cayendo al suelo.
"No importará, no planean moverse.".-Su voz no tenía algún ánimo, veía la escena sin sorpresa.
El soldado dejó de sujetar la cabeza del aventurero y se puso a un lado esperando órdenes, la espada de Aliena volviendo a su vaina como respuesta. Jiang se recompuso y se limpió la sangre retirándose el polvo de su nueva chaqueta.
Volvió a cruzarse de brazos sonriendo, logrando la ira en el rostro de los ancianos. Su compañera sólo suspiró.
"Tu nombre." -La calmada voz del rey hizo callar a los ancianos, ahora mirando a Jiang.
"Antes de preguntar el nombre de alguien deberías presentarte primero, ¿No?"-Su confianza logró que uno de los ancianos bajara a su nivel y levantara su mano para dar un golpe, primero le interrumpió el filo de Aliena y luego su rey.
"No esperaba nada más de tu tipo."-El Rey rojo cerró sus ojos y estuvo en silencio por unos segundos.-"Soy Nukoi Vin Jayu, Rey rojo de Neris, y por derecho, tu rey."
Los ancianos veían al rey sorprendidos, giraron para ver la sonrisa de Jiang.
"Jiang Yuhgo, un placer."-Sin mover sus ojos de los rojos del rey, sonrío.-"Aventurero novato y sobreviviente de la pobreza, de tu reino."
Lograba la vergüenza de los ancianos, algunos comenzando a gritar.
"Ya me interrumpieron demasiado, abandonen el pasillo real, ancianos."-La calmada voz del hombre hizo que todos se girasen y le vieran incrédulos, pero al encontrarse con esos ojos muertos bajaron sus cabezas. Aquellos que causaron demasiado ruido fueron retirados por una escolta de un soldado.
Una vez que los ancianos abandonaron el pasillo real, Jiang respiró aliviado y siguió viendo directamente a los ojos de la realeza. El soldado a su lado apretando su puño conteniendo su impulso. Su mano apretando su espada, la de Aliena lista para cortar.
"Tienes carácter para un plebeyo."-La voz calmada del rey llegó a los oídos de Jiang y sólo aumentaron la sonrisa confiada.
"Un rasgo que nunca se me quitó."-La confiada voz de Jiang hizo que el hombre se acomodara en su trono y cruzara su pie sobre la rodilla, dejando la espada descansar en sus muslos.
"Mi soldado informa que acabaste con los tres líderes No-Humanos, ¿Cierto?.-Los ojos del rey se desviaron de los suyos y miraron la espada que tenía.
"Por supuesto, aunque no estaba sólo, mi hermana me ayudó."-Jiang se apartó para revelarle a la joven detrás de él.
"Tal tarea es imposible para un simple plebeyo, menos aún un aventurero novato."-El rey miró de vuelta a los ojos esmeralda de Jiang, sin molestarse en ver a Aliena.-"¿Esperas que crea que ustedes dos pudieron asesinar a un orco como lo era el líder de los orcos?"
"La verdad no me importa si no me crees."-La simpleza de su voz hizo que el rey cerrara sus ojos, la espada del soldado dorado ya fuera de su vaina, la de Aliena igualmente.
"Entonces dejaré a mí consejero que determine la verdad."-Tan pronto terminó de hablar logró captar la atención de Jiang a la vez que un hombre se rebeló una vez la bandera detrás del trono se movió por si sola. Aliena mirando fijamente al soldado que aún tenía su espada fuera.
Cabello blanco como las nubes, uniforme plateado con un dragón sin alas en su espalda, en ambos brazos llevaba una tela blanca que ataba sus manos. Sus fuertes ojos azules miraban los verdes de Jiang y lograron que el mismo les respondiera ignorando una especie de talismán en su cintura. Sin hablar, el mago bajó los escalones del trono y se ubicó frente al aventurero, levantó su mano y Jiang lo miró sonriendo.
Los ojos del mago comenzaron a brillar alumbrando el pasillo, tocando la frente de Jiang a lo que el aventurero cerró los ojos aún de brazos cruzados. La luz desapareció y el mago le dio la espalda para volver a ver las montañas detrás del trono.
"Dice la verdad."-Su calmada voz permitió que el rey continuara.
Hubo silencio al principio pero luego comenzó a hablar.
"Al parecer no podré dejar sus acciones sin recompensarles, me han aliviado un malestar lidiando con esas cosas."-Volviendo a su posición original, el Rey rojo cerró sus ojos.-"¿Qué es lo que desean? Mientras sea acorde a su ayuda les daré la recompensa."
Jiang se tomó su tiempo para pensar, miró a Aliena y ambos hablaron casualmente a un nivel que ninguno de los dos hombres en el trono podía escucharles.
El rey ya tenía una idea de lo que pediría, un plebeyo pediría un tesoro o ayuda de la nobleza, tal que ya había preparado un cofre con las monedas de oro suficientes para que pudieran ascender del barrio pobre al medio. Aún así, tal talento para combatir no podría ser ignorado, si estaba en el gremio de aventureros ayudaría incrementar la paz en la montaña y los planos del Este.
"Ya nos decidimos." -La actitud de Jiang era algo anormal. Había encontrado a gente sin respeto a lo largo de su vida, pero a diferencia que la mayoría este joven no parecía tener esa confianza por arrogancia o estupidez. Poseía un ideal que no se había encontrado antes, algo jamás visto por los ojos rojos se escondía en el estómago del joven frente a él. Su sonrisa no era falsa como la de los ancianos, su actitud no tenía la falsedad que reconocía en los nobles y parecía realmente feliz.-"Queremos formar parte del Ejército real, con tratamiento anormal obviamente."
El Rey se mantuvo en silencio, escondió su sorpresa.
Una propuesta completamente rara que le tomó desprevenido. Una tentación difícil de ignorar, dos personas capaces de asesinar a tres líderes de las especies que lideraban el Sur. Un aumento en su influencia y un gran aporte político.
"¿Cuál es el tratado anormal?"-Su voz escondía lo curioso que estaba, aparentando molestia.
"Queremos poder tener la habilidad de seguir siendo aventureros, podrá darnos órdenes y todo eso, pero no queremos formar parte de las reuniones y sus costumbres." -La calmada voz del aventurero hizo que el rey se interesara mucho más.
En resumen, un voto de lealtad. Cuando él les llame vendrán, pero a consecuencia podrán tener libertad logrando hacer su trabajo como aventureros y evitar tener que estar presentes en las estrategias y eventos de entrenamiento.
Así que, si aceptaba, en caso de que los reinos del Sur estuviesen en guerra ellos dos estarán de su lado a diferencia de la postura neutral que el Gremio de aventureros instaló por orden del Emperador cereza.
Obtenía dos beneficios más de los que esperaba.
"Me niego." -Su voz logró que Jiang suspirara, antes de que lograra hablar el rey lo interrumpió.-"El Ejército real no se basa en sólo ser fuerte, en cambio te ofrezco ser mi mercenario personal."
Los ojos de los forasteros de agudizaron. Lo mismo pero mucho menos formal. Ciertamente perdían el estatus social de un soldado real.
"Cuando te necesite y a tu hermana, llamaré. Podrán tener su vida como aventureros y me aseguraré de que mis mensajeros no se entrometan en caso de que estén desarrollando una misión." -El Rey ocultaba su alivio de gran forma. Una persona extremadamente anormal, aún faltaba conocer a la hermana de tal individuo.-" Les permitiré acceso al Sector noble de la ciudad y les entregaré una casa cerca para que puedan ir y venir más rápido. A pesar de todo, aún no es acorde a la ayuda que me hicieron lidiando con esos monstruos, salvaron muchas vidas y lograron atrasar la guerra que hubiera surgido con más rapidez si esas cosas hubieran sobrevivido. Tendrán mi bendición."
Jiang veía al hombre mientras sonreía. Aliena conteniendo una risa cubriendo sus labios.
" No tengo idea de que lo que significa estar bajo su bendición."-Con una sonrisa confiada, Jiang afirmó su ignorancia. Ganando cada vez más el agrado del rey.
Nukoi miró a Jiang y cerró sus ojos esperando.
"Ningún noble podrá reclamar tus visitas al sector noble ni pedir que tu nueva casa sea destruida para instalar algún edificio a sus nombres." -El soldado que le había atacado contestó.-"A su vez, si por alguna razón alguien te lastime su majestad el Rey rojo recibirá un reporte de la situación y actuará según lo estime necesario."
"Ya veo, entonces acepto." -Jiang no ocultaba su emoción mirando directamente al rey.-"Me agradas, ¿Quieres un dibujo de Aliena? Es muy talentosa."
El Rey miró a los verdosos ojos de Jiang, al principio no estaba seguro si era una mujer o un hombre, era difícil decir.
Que persona tan curiosa.
"Me aseguraré de cuidar de cualquier regalo, pero no crean que recibirán uno devuelta."-El Rey miró a ambos mercenarios y aprovechando que nadie le veía, sonrió levemente.
Había obtenido a alguien que logró captar su atención, estaba por averiguar si la persona a su lado sería la segunda.