Un aventurero novato corría asustado del grupo de goblins en pánico. Sus ropas rasgadas y sus heridas lograron que cayera golpeando su cabeza por las rocas.
Despertó con sangre en su nuca, las criaturas con púas riendo y saboreando su sangre. Gritó asustado mientras subía a la colina mirando a las horrendas bestias, escalando su piedra con ganas de comer, a momentos de morderle sus botas.
Jiang caminaba por los bosques con una espada diminuta en su cintura, fácilmente más corta que su meñique. El bosque era oscuro a pesar de ser de día y su atención fue al rastro de una pelea, siguió a la víctima y pudo identificar algunos rastros de sangre con un cadáver de duendes en el suelo.
Un humano, 10 goblins.
Derrapó por la colina y observó el cadáver siendo allanado por las criaturas, rompiendo su cráneo, lamiendo sus sesos, estirando los ligamentos y chupando los músculos por la poca sangre que no terminó consumida. Suspiró cansado, tomando la diminuta espada con sus dedos y estirando sus piernas en busca de alguna otra criatura.
Ni siquiera la mosca recorriendo el viento a su lado estaba percatada de su presencia.
Corrió hacia los monstruos y la espada aumentó de tamaño al tocar la piel enemiga. Usando un árbol como apoyo saltó y cortó el cuello del primero, usó su cabeza como un balón y tomó la mano de uno desprevenido para lanzarlo. Esquivando uno de los zarpazos, desvió la espada del más grande de ellos para conllevar un homicidio de camaradas. Detrás suyo una daga intentó cortarle, la pateó para poder tomar la mandíbula del más grande y enterró la espada en el césped. Saltó sobre su cuerpo dando una voltereta para patear la mandíbula del arquero. Aún balanceando del cadáver del que usó como soporte asimiló el gesto de un arquero, lentamente un arco comenzando a crearse en una imagen azulada con una flecha en sus dedos.
El cuello de uno ya perforado antes de que volviera al suelo.
Una vez aterrizó, rodó en el suelo cortando el cuello del goblin asustado y se escondió detrás de un árbol para recuperar su aliento, algo de sangre cayendo de su cien y apretando los dientes para esquivar una daga. Salió de su escondite tomando el cuello del más pequeño para usarlo como escudo, acercándose con lentitud hacia aquel que estaba lanzando todo lo que tenía a su cercanía. Una vez se encontraba cerca de los cadáveres extendió su palma creando una nube de fuego de su tamaño, consumiendo todo.
El último veía todo con intenciones de huir pero la espada de Jiang se había incrustado en su cuello al mover su pie.
En el centro del huracán respiró en cortos períodos, viendo la manada inmóvil a sus pies. Limpió la espada con su antebrazo y ésta volvió a su estado diminuto dejando toda evidencia ya en el pasado. Cayó en su trasero a un lado de los restos del hombre para retirar el colgante de cobre, su respiración aún irregular.
Aliena surgió de los arbustos siendo la segunda testigo de la masacre.
"Ya encontré al grupo, estaban muertos cuando llegué."-Mostrando los colgantes en su bolsillo con dos acompañantes, Jiang saltó de vuelta a la tierra comenzando a retirar las orejas de goblins, su respiración aún anormal.
La mujer viendo con asco.
"¿Esperas que te ayude?"-Aliena protestó pero comenzando a cortar las orejas de todas formas.
Los hermanos se quedaron en silencio, viendo hacia un arbusto a lo lejos.
"¿También vienes a buscar a ese aventurero secuestrado? Ya está muerto."-Volviendo a retirar las orejas Jiang habló hacia el arbusto. Un joven usando un casco de acero estaba temblando de miedo. El primer testigo haciéndose publico, orina cayendo en el metal.
"¿Te ocurre algo?"-Jiang se puso de pie asusrando al joven, se acercó logrando que cayera a su trasero. Mucho más miedo en sus ojos.
"¿Estás bien?"-Sin alguna preocupación el aventurero levantó el casco revelando a un joven de ojos castaños, cabello negro azabache.-"¿Eres mudo?"
"¡¿Como pudiste luchar contra 10 goblins?! "-Sin poder terminar sus palabras el joven hizo que Jiang mirara al suelo cansado, dejándole con mucho más miedo.
"¿Me viste?"-El joven de ojos esmeralda levantó al aventurero para volver a la aclaración de árboles, miró hacia Aliena antes de continuar.-"Soy un aventurero de nivel bajo pero tengo experiencia en combate de desventaja."
"¡Usaste magia!"-El joven hizo que Jiang cerrara sus ojos.-"¿¡Como puedes invocar un hechizo sin circulos!?"
Jiang miró al cielo.
"Mierda".-Sujetó al aventurero de la boca y lo hizo mirar a sus azules ojos parpadeantes.-"¿Le dirás a alguien lo que viste hoy?"
"¡No!-El miedo del testigo comenzaba a aumentar con el continuo parpadeo de colores a centímetros de él. Quedando sin poder ver por lo fuerte que brillaban sus ojos .-"¡Lo juro!"
"Promételo".-Lo acercó aún más a su rostro, ambos comenzando a ser rodeados de un fuerte tono dorado.
"¡Lo prometo!"-Tan pronto soltó las palabras sus ojos parpadearon en dorado dejando una sonrisa en Jiang.
El joven cayó a sus rodillas con un fino hilo dorado surgiendo de su torso, la mano de Jiang sujetó la lana de magia con su palma y la comenzó a atar en su propia mano. Una vez ya cubrió su palma, la apretó con fuerza soltando partículas doradas por toda la escena. La sola acción impulsó varias hojas lejos de ellos y el torso del testigo volvió a absorber el hilo, ahora rojo.
Ambos cayeron al suelo, uno inconsciente profundamente y el otro tratando de ponerse de pie. Aún asi, unos segundos bastaron para que Jiang perdiera su balance jadeando, su sudor dejando un charco en el césped. Aliena corrió de inmediato a verle, su aliento dejando una nube de frío alrededor provocando que parte de su charco de sudor terminara cristalizado.
"Es difícil no usar magia en combate."-Jiang se recostó en el suelo sin poder siquiera regular su catastrófica respiración, el vapor de su aliento llegando a su compañera. El rostro de Aliena recibiendo el frío viento de sus labios.
"¿Estás bien? Es demasiado para tu cuerpo. " -Aliena sujetaba la bolsa de orejas mirando a su compañero, notando la fiebre y sus lagrimas. Le ayudó a ponerse de pie para que se sujetara de un árbol.
"Solo fue un contrato de unos segundos, estaré bien y él también. Aún necesito aprender como crearlos, forzarlos en palabras es demasiado."-Sujetando a Jiang contra su voluntad, Aliena comenzó a caminar hacia el camino con el débil aventurero en su espalda.-"Aliena."
"Tendrá que ser rescatado por los guardias, no me pondré en peligro por un don nadie."-Dejó al aventurero detrás con todos los cadáveres y comenzó el camino devuelta al reino.
Entraron una vez los guardias les vieron los colgantes y se dirigieron al gran edificio verde del piso medio. Pasando del orfanato a una sección más sobre el suelo en camino al edificio con las banderas de los aventureros. Fueron contestados por el bullicio de los aventureros que bebían riendo a todos los vientos, algunos apostando y otros hablando casualmente en las mesas. Muchos viendo a Jiang siendo cargado en la espalda de su hermana, provocando unos gritos de burla.
La recepcionista Agah estaba hablando con un aventurero sin verles.En cambio, al ver a Jiang y Aliena entrando su rostro cambió de inmediato. Saltó la baranda tomando a la mujer de sus hombros, enojada.
"¡No pueden ir a una misión así solos!"-La recepcionista movió al chico de un lado a otro observando el colgante en sus dedos. Aliena mirándola con claro enojo dejando que la recepcionista se apartara por alerta, asustada de la hermana.
"Lo encontré, pero ya estaba muerto al llegar. La otra misión, tiene el mismo final. "-Le puso el colgante en su dedos y dejó que ella asimilara lo que estaba escuchando. Aún sudando.-"Mi compañera ya tiene las orejas de goblin, eran 10 no 6."
Aliena dejó la bolsa en las manos de la recepcionista dejándola muda. Mirando la simpleza de la noticia en los rostros, luego, la parte de su misión.
"¿Q-Qué pasó?"-Sin creer la noticia, la joven observó a Jiang limpiar algo de suciedad del cabello de Aliena. Los ojos esmeralda la miraron y se podía notar su desgaste.-"¿Por qué estás en ese estado?"
"Maté a los goblins, demasiado juntos para hacerlo sólo."-Sujetando su peso en los hombros de su compañera respiró cansado.-"¿Cuánto era por la misión? ¿100 o 150 monedas de cobre? Las orejas las pueden poner al precio que quieran."
Aliena retiró un trozo de pan sin mostrarse cansada por el peso de su hermano, jugando con la espada normal en su cintura.
"¡Señor Jiang!"-La mujer miró preocupada al novato, sujetando la bolsa con fuerza.-"¡Acaba de unirse al gremio hace poco! ¡No puede ir solo! ¡Sigue siendo un rango piedra!"
"No estoy solo, tengo a Aliena."-Apuntando con su cabeza a la mujer que le estaba sujetando, miró curioso a la recepcionista.-"¿Acaso hice algo que no debía?"
"No necesariamente."-Tenía problemas para comunicar lo que quería.-"Pero.."
"¡Genial! Hazlo rápido, me muero de hambre."-Sonriendo, el joven la miró con paciencia incluso si su dialecto era el más anormal que ella había escuchado.
Dejando a la recepcionista confundida, ni gestos sobre-exagerados de confianza o ego. La habilidad para reconocer a los aventureros y su experiencia que ella había desarrollado a lo largo de su carrera le estaba fallando, terriblemente.
"¡Agah! No te pago para conversar."-Una mujer musculosa apareció de la puerta y hizo que la mujer se alarmara, volviendo a saltar a su asiento.-"¿El novato se rindió? ¿Te asustaste?"
La mujer se acercó a Jiang y Aliena, ambos levantaron sus mandíbulas para verla directamente a los ojos.
"Completamos la misión."
"Deja de bromear, es un milagro que estés vivo. Mírate, ni puedes estar de pie."-La jefa comenzó a reírse pero se silenció al ver la medalla y las orejas de goblin en la bolsa. De inmediato sujetó a Jiang de su cabello y lo acercó a su rostro irritada, percatando como su victima no había reaccionado a su gesto de fuerza. Pero lo mismo no aplicaba a Aliena, la alejó con su antebrazo dejándola sorprendida, aumentando su enojo.-"¿Acaso le pagaste a algún grupo avanzado para intentar aumentar tu rango?"
Aún tomada en sorpresa, Aliena era la mitad de su tamaño pero logró hacerla mover con un simple gesto.
"No, no tengo el dinero para ello, solo maté a los goblins."
"¿Sólo?"
"Con Aliena." - No se dejó intimidar, si bien él estaba agotado la chica de cabello negro no tenía una pizca de sudor.
La jefa suspiró y tomó el pago de la barra, lanzó la bolsa de monedas y luego las monedas extras a las manos de la novata dejando caer aun gran monto. Los ojos de Aliena soltaron un lento brillo azul que la jefa no logró ver pero Agah sí, asustando a la pobre mujer que intentó separar a ambas.
"¿Podemos aceptar otra? Esa era muy fácil."-Hablando con la bolsa en su mano Jiang logró que la jefa negara, dudando si la persona a sus espaldas era real.
Agah veía a Aliena calmarse, el brillo desapareciendo.
"Imposible, tenemos que asignarlos como aventureros independientes, ahora que no fueron a la incursión tendrán que esperar."-La mujer adquirió una postura más formal pero aún cruzando sus brazos, Jiang tratando de recoger las monedas del suelo pero fallando por lo alta que era Aliena, Buion ayudando..-"Hasta este punto recomendarte a rango cobre no sería difícil."
Veía al dúo indecisa.
"Ya veo, firmar unos papeles es demasiado para ustedes."-Aliena se giró esquivando el agarre provocando una risa de su compañero. Ambos se retiraron con la puerta detrás en fuerte golpe que llamó la atención de todos, ambas recepcionistas en silencio por un par de segundos.
" El señor Jiang se ve muy confiado."
"Es un idiota, terminará muerto si sigue con esa actitud o llevará a que esa chica muera por su culpa."-La mujer de gran tamaño veía el comprobante de la misión en sus dedos.-"O harán algo para terminar como un par de criminales, no todos son tan pacientes como nosotros."
Jiang se elevó un poco para poder ver más de la calle principal, Aliena buscando por varios callejones, una simple acción de curiosidad para aquellos que veían la escena al pasar. Estaban confundidos, ambos moviendo sus ojos buscando por todos los rincones, casi como si estuviesen buscando a alguien en concreto.
"¿No has visto a ninguno?" -Respirando, esperó la respuesta.
"No, ni siquiera en las tabernas."-Los ojos de Jiang se cerraron pensando, Aliena adentrándose al hotel de una pieza. Pagaron por una habitación con dos camas y dejaron sus cosas para descansar. Con solo una noche en ese hotel ya perdieron casi todo el dinero que hicieron por la misión de cobre que logró robar, Aliena viendo las monedas en sus dedos.
Dejó de hacer la espada diminuta y la dejó en el escritorio, su cinturón de cuero se deformó a otra espada que dejó en la cama, lo demás se había guardado en la mochila a sus pies. El resto volvió a su forma original revelando la camisa y pantalones formales con los zapatos lustrados, su compañera por el otro lado no los devolvió y se recostó con las ropas como las tenía.
"Voy a investigar, ¿Sigues teniendo el amuleto?" -Viendo a su compañera, como ella levantaba un artículo que tenía en su cuello le hizo sonreir.
"Bien."-Abrió la ventana, desapareciendo para saltar a la calle y recorrer en busca de lo que buscaba. Su pies sonaron al tocar el suelo y varios se alejaron confundidos al ver que nada había ocurrido. Entró a un callejón abandonado sin divisar nada nuevo, solo gente normal sin ver al hombre invisible que les estaba investigando con preocupante incomodidad, solo a unos metros de ser visible.
Una vista agotada en sus ojos, tonos rojos alrededor de su iris. Recorrió la ciudad por lo que pareció una eternidad sin algún cambio. La noche ya recorría en el cielo y estaba por volver cuando algo captó su atención.
Un hombre cualquiera, mirando a todos lados de forma y escondiendo sus manos en un abrigo de cuero, se le acercó para ver cómo entraba unos de los túneles debajo de la ciudad. Junto a él, ambos entraron a los alcantarillados de la ciudad pero Jiang ahora no estaba flotando en el aire, su cuerpo parpadeó y volvió a ser visible maldiciendo a voz baja. Puso su palma en su pectoral derecho y brilló por unos segundos, el sonido de sus pies moviéndose desapareció, lo único que debía hacer el hombre era ver a su espalda y Jiang estaría descubierto.
Caminaron por horas, el hombre con mucha más calma que en la ciudad a pesar de que había sido seguido. El olor a mierda, sudor y putrefacción le hicieron tapar su nariz solo logrando llamar la atención de Jiang. Al final del túnel ambos veían un edificio dentro de una cueva resguardada por un guardia, al verle le permitió pasar hacia una habitación más recluida, cerrando la puerta detrás de su compañero dejando al aventurero detrás.
Jiang cerró sus ojos, el guardián tenía un hacha inclinada en una mesa tan grande como él. El forastero acercó su mano a su boca y hizo un gesto de tirar algo invisible con sus dos dedos frontales, luego una niebla diminuta comenzó a escapar de sus labios desafiando al débil viento dentro de la cueva. La niebla se movió por el suelo, casi imitando las grietas de las ruinas y escondida en la oscuridad. Se acercó lentamente al hombre, escalando su cuerpo y de un movimiento simple se adentró a su nariz logrando una reacción de incomodidad inmediata.
Sus ojos lentamente comenzaron a caer, bostezó apoyándose en el pilar de la puerta y bajó la mirada tratando de aliviar el cansancio que le había tomado, culpando su horario. Al abrir sus ojos para ver la entrada de la alcantarilla, el puño de Jiang le sorprendió y golpeó su cabeza en la piedra cayendo a sus rodillas, luego a su lado, sangre cayendo de su nariz. Se despertó de inmediato pero el aventurero se sentó en su torso y puso su palma en la boca del hombre mirándole directamente a los ojos, lentamente, a pesar de estar lleno de dolor y miedo, sus ojos cayeron lentamente.
Jiang se puso de pie abriendo la puerta para encontrarse un pasillo, su guía cruzando una esquina, le siguió cuidando su ruido viéndole entrar a una habitación, sudor cayendo de su frente. Asomó su cabeza sobre el hombro del desconocido y se encontró con decenas de jaulas, gigantes, pequeñas, algunas en las paredes y grandes estacas en el techo, con adornos de carne. Sus manos sujetaron la boca del desconocido y de igual forma que el anterior, al mirar a los ojos rosados del aventurero cayó en sueño, el jadeo de Jiang en su oreja.
Se quedó de pie viendo dentro de las jaulas, una mirada llena de nada en sus ojos. Sus labios estaban tan calmados como las nubes, su nariz en cambio, se movía identificando diversos aromas, orina, heces, putrefacción en el aire, y mucho más fuerte que todo, sangre. Se acercó a una de las jaulas para ver a uno de los huéspedes que había encontrado, un cabello tan reluciente como el suyo detrás de la mugre de sangre y tierra mojada, sus orejas tan largas que apuntaban a sus costados, unos cortes en ellas y la derecha faltando. Un rostro hermoso a pesar de estar dentro de un mar de suciedad, su tono brillante combinado con la sangre daban la imagen perfecta para un retrato de una escena trágica, donde los expertos en arte buscarían un significado distinto al que se estaba mostrando.
"Mierda." - Su voz ya no tenia el tono con le cual habló a las recepcionistas, un áspero adorno le tomó y llamó la atención de la figura de orejas largas, una mirada cansada respondiendo, hermosos ojos azules dándole el gesto.-"¿A quién más tienen aquí?"
Se alejó del hombre para ver a aquella que estaba a su lado, una mujer por los grandes muslos y cintura pequeña, una de las primeras que le habían sentido entrar. Jiang ya descubierto debido a la nariz de la mujer que olía su cuerpo, ropas limpias, ninguna herida en él. Su cuerpo entero era tan similar a los demás civiles de arriba salvo por tres cualidades las que Jiang inspeccionó con cuidado, sus uñas estaban afiladas como nunca, a pesar de que estaban mal cuidadas fácilmente podrían hacer daño a cualquiera. Al final de su mandíbula no había ninguna oreja a la vista, en cambio, junto a su frondoso cabello negro sus orejas caninas se alzaban moviéndose, escuchándole respirar, buscando otros sonidos para captar peligro. Por último, cuando levantó su vista el rostro humano tenia dos ojos amarillos muy normales, salvo por el pequeño brillo que resaltaba en la oscuridad. El forastero de Neris miró a la mujer canina y luego a su lado, alguien sorprendentemente alto, tan alto como las puertas y una piel tan dura para poder resistir una apuñalada de una daga, verde en un tono enfermo, cicatrices de color rosa por todo su cuerpo, sangre a sus pies y una gran cantidad de sus dedos cortados. Dos colmillos prominentes apuntando al rostro de un demonio asimilando a un animal, gran mandíbula, cejas de gran tamaño dejando sombra en los ojos, desafiantes hacia él, incluso herido no estaba mostrando debilidad.
El aventurero volvió a estar de pie, todas las celdas con prisioneros similares a los tres especímenes que había encontrado, salvo una, una pequeña figura que estaba casi al final del pasillo, increíblemente similar a un humano salvo por lo pequeño que era su cuerpo en comparación, piernas fornidas y brazos cortos, una barba mostrando su avanzada edad pero sin poder tener una altura sobre 140 cm, Jiang ya sabía que gran parte de su especie no podía superar esa estatura. A diferencia que los otros que le habían sentido entrar ya sea por sus modismos o cuidado de no hacer ruido, el pequeño hombre no se asustó, o si lo hizo lo escondió demasiado bien. Le estaba viendo, unos ojos llenos de cansancio y ira agotada observando a la figura forastera, le respondía con una vista no común en los habitantes de este continente. La puerta de su celda se abrió creando un eco en toda la habitación, algunos que no le habían sentido levantaron sus cabezas, unos pocos poniéndose de pie para gritarle pero siendo silenciados por sus compañeros.
"¿Cómo te llamas? -Habló claro y despacio, percibiendo la reacción del hombre al escuchar la lengua del continente. Jiang no se inclinó como tampoco se puso de rodillas, le miraba directamente a los ojos desde su altura normal.
"¿Eres mi nuevo dueño?"-Con una voz más cansada que curiosa, como si se burlase de si mismo.-"Tú deberías darme un nuevo nombre."
"No vengo a comprar a nadie, no sabía que había un lugar como este en el Reino rojo." -Al estar cerca los brazaletes oxidados ahora eran fácil de ver como también lo era su rostro, cortes de golpes en sus brazos y mordeduras de perros por.-"Lo volveré a preguntar, ¿Cuál es tu nombre?"
"Si no vienes a comprarme ya puedes marcharte, con nosotros el pobre intento de simpatía no funcionará." -Escupió a sus pies ignorado por los ojos atentos de Jiang, al terminar con su gesto el aventurero dio una media vuelta volviendo al pasillo que conectaba todas las celdas, mirando a las lamparas que impedían a la oscuridad dominar esta sala.
Su nariz se movió hacía el lugar donde la luz no quería compartir sus flamas, caminó de inmediato y sus botas taconearon deteniéndose al final de la habitación, ahora con todos los huéspedes alertados de su presencia. Ojos amarillos, rojos, azules y verdes todos brillando en la oscuridad, viéndole, algunos sin su par, otros apenas abiertos. Dentro de la celda, un chico mayor que él en rostro mirando al suelo jadeando, un collar hecho de metal y grilletes diferentes a los demás fueron lo segundo que Jiang identificó, usaba ropas y no harapos, una chaqueta negra en su cuerpo y unos pantalones grises sucios por las condiciones de este lugar.
"Increíble." -Se arrodilló logrando llamar la atención de la criatura, dejando salir su voz de otro continente.
A su sorpresa, no lo intentó de lastimar al estar tan cerca, desvío su vista y fue cubierto por su castaño cabello oscuro, le levantó el cabello de su ojo derecho logrando que lo viera. Sus ojos eran dorados como el oro, brillando en la oscuridad de la celda y su fuerte tono oscuro de piel resonaba a una apariencia atractiva a pesar de lo mal cuidado que estaba, labios ni grandes ni pequeños, perfectos, nariz puntiaguda pero no robusta.
"¿Hablas Neris?" -Sonriendo al esclavo, esperó su respuesta pero no hubo una. Jiang se puso de pie pensando."Aliena me matará."
Se sentó mirando curioso, ahora el joven molesto, al verlo, Jiang sonrió.
"Me llamo Jiang Yuhgo, no eres humano, ¿Cierto?" -Esperó la respuesta con calma. Hubo silencio lo suficiente para que él volviese a hablar. "Planeo sacarte de aquí, ¿Me podrías ayudar?"
Logrando llamar su atención, Jiang sonrió.
"Mentira."
"De ninguna forma, odio mentir."-Sin sorprenderse a la respuesta levantó su cabeza al techo, volviendo a hablar.
"Pensar que puedes hablar, encontrar a un individuo como tú de por sí es raro pero uno que sea inteligente ya es un sueño." -Jiang parecía tener una mezcla de emoción en su rostro seguida de un aplauso que resonó en la habitación.-"Dime, ¿De qué es tu otra mitad? ¿Eres un hombre lobo? ¿Una araña? No hay por qué avergonzarse."
La débil voz no le respondió, suspiró para ver hacia atrás, un guardia dando uno de sus paseos sin lograr ver al hombre inconsciente.
"Dije la verdad cuando mencioné que quería sacarte de aquí, la idea de un esclavo se me es horrenda." -Sin mirar al hombre, Jiang se recostó en el suelo pensando.-"La pregunta es, ¿Quieres ser liberado?"
Silencio.
Comenzó a reír tratando de aliviar la incómoda aura.
"Bueno, no es como si tu respuesta cambiaría mi intención." -De un solo salto se puso de pie y tocó el collar, sorprendido por unos segundos.-"Un círculo mágico impregnado al metal, curioso."
Al tocar su dedo una descarga eléctrica recorrió su cuerpo levantando su cabello, apuntó su otro dedo al suelo y un pequeño rayo salió perdiendo su fuerza.
"Mierda." -Golpeó nuevamente el collar y soltó el rayo a la pared, hablando en susurros, cuidando que el joven no le pudiera escuchar.-"Ya veo, raro, Iera está varios años detrás de esto, décadas diría."
Se sentó para ver mejor el collar, puso su palma completa en el metal y una fuerte descarga recorrió su cuerpo reflejada en rayos azules en todo su cuerpo. Ésta vez no la lanzó a otro lado, la mantuvo en su cuerpo y la suprimió por completo.
"Hechizo simple que el collar amplifica, ya veo, así que de esta forma usan la magia." -Jiang tiró del collar y un fuerte rayo azul impactó en su frente, aún así, solo su cabeza se movió.-"Aumenta su fuerza respectivo al tipo de fuerza que le aplicas."
Comenzó a mover sus dedos como si la energía del hechizo estuviera dentro de su cuerpo, terminando en su puño apretado. Volvió a acercarse al brazalete con el circulo azul engravado, sus dedos ahora brillando tanto como la luz que emitía, tocó el centro del circulo tomando una considerable parte de su brillo, aumentando mucho más la luz que surgía de la piel del aventurero. Unos segundos bastaron para que el circulo dejara de brillar, quedando con solos los dibujos en el metal y ahora el brillo en el brazo del ladrón. El símbolo del brazalete ahora estaba impregnado en la palma del hombre.
"Increíble, debo saber cómo esto funciona." -Apuntó a la pared y movió su dedo pero nada ocurrió, el tatuaje ahora brillando.-"Muy poca cantidad de energía dentro del circulo para actuar solo, pero puede hacer grandes hechizos."
Jiang dejó de adentrarse en sus pensamientos para acercarse al hombre encarcelado, tocando el metal que a su solo contacto se derritió cayendo a los hombros del sujeto, luego al suelo. Tan pronto como pudo respirar con normalidad el esclavo lo miró sorprendido con una pizca de alivio, su cuerpo aún anclado a la pared pero el único collar con esos círculos se había retirado.
"¿Qué hiciste?"-Su voz ahora era menos forzada y su duda escondía sorpresa, un poco ronca pero joven.
" Te retiré el collar. -La simpleza en su voz sonaba a calma, movía uno de sus clavos que tenía en la muñeca jugando.-"Te dije que te sacaría de aquí, ¿No?"
El hombre miró sus muñecas notando la falta de sus restricciones, las movió asombrado, sus heridas las que le habían influido ahora estaban cerradas. Algunas cicatrices pero todas las heridas habían sido curadas en unos segundos.
"Te lo volveré a preguntar, ¿Quieres ser libre?"-Miró hacia arriba siendo testigo de la sonrisa calmada de Jiang, los ojos del prisionero brillando levemente. El prisionero observando una fuerte aura de tono azulado recorriendo el cuerpo de su salvador de una forma libre, su sonrisa resplandeciente en la catástrofe del edificio. Su calma le parecía la misma de los retratos en las iglesias que él nunca podía visitar.
No, su aura no era sólo azul, tenía todos los colores, algunos que incluso no conocía, otros que no podía ver. Su cintura había sido liberada mientras lo admiraba, se arrodilló agradeciendo a la nueva persona que conoció.
."Se lo ruego."-Jiang se arrodilló igualmente forzándole a ver el rostro, le tomó ambas manos y sonrió.
"Que alivio, me llamo Jiang Yuhgo, ¿Cómo te llamas?" -Su salvación la estaba tomando de sus manos. Ahora que estaban cerca, su rostro no parecía el de un varón pero tampoco el de una mujer, sus finos rasgos se veían puros y esos fuertes ojos esmeralda parecían los de aquellos orbes que estaban enterrados tan bajo que el clima quemaba tu cabello. La duda de saber a cual sexo pertenecía le confundió pero al ver los fuertes ojos se desvió, perdiéndose en ellos, tomando unos segundos para responder.
"Heros, ¿Quiere que sea su esclavo?" -El hombre se volvió a arrodillar, logrando un gesto de incomodidad en el rostro de Jiang, apartó su mirada para ocultarlo.
"De ninguna forma." -Negando su petición Jiang se puso de pie y le ofreció su mano para que se pusiera de pie.-"Tienes que ser tuyo, vamos Heros, hay que salvar a los demás."
Heros miró asombrado a la figura delante de él, otra duda ahora ahogando a las demás. Ignorando por completo la falta de comprensión del idioma en el hombre pero de alguna forma captó su mensaje.
"¿Por qué quiere salvar a los demás? ¿Por qué me salvó?" -El hombre de cabello oscuro logró notar como Jiang se molestaba por la pregunta.
" Ya te lo dije, ver a otra persona siendo un esclavo es horrenda, no puedo quedarme de brazos cruzados viendo como te tratan como propiedad."-Sonriendo a la sorpresa del joven, Jiang estiró sus brazos mientras abría la puerta de la celda.-"Luego tendremos tiempo de hablar, dime si alguien se acerca."
Dándole la espalda, Jiang entró a otra celda y liberó a una de las personas con orejas puntiagudas, estaba inconsciente pero protegido por una capa de césped. Liberó al orco que estaba junto al elfo y le pasó al elfo inconsciente a sus brazos, logrando la sorpresa en el esclavo.
"Saldremos de aquí, cuida de tu compañero." -Saliendo de vuelta al pasillo, Jiang entró a otra celda.
A los ojos de Heros y a la sorpresa de todos los esclavos, ese hombre que usaba una ropa desconocida los liberaba a todos con una sonrisa y curaba las heridas de aquellos maltratados, cuando liberó al último esclavo todos lo estaban mirando en el pasillo. Sin embargo, aún faltaba una celda.
Se acercó y al abrirla solo se encontró con humanos, entró y tan pronto puso su pie dentro una cadena ahorcó su cuello, tirándole al suelo. Jiang miró al hombre que le había atacado, un cabello blanco y ojos azules. Estaba lleno de cicatrices en sus brazos y su barba mal cuidada. Desnutrido pero vivo.
"Buenas noches".-Le habló con una sonrisa pero antes de que pudiera activar el hechizo del tatuaje una bota apretó su muñeca, al ver a la mujer de cabello oscuro y un parche en su ojo se sorprendió levemente.-"¿Les arruiné su plan de escape?"
Heros entró a la celda y al verle ambos humanos se alejaron con estacas en sus brazos listos para atacar. Al ver a Jiang en el suelo sus ojos comenzaron a brillar en la oscura habitación y sus uñas comenzaron a aumentar de tamaña. Antes de que se pusieran a combatir Jiang interrumpió a todos.
"Hace mucho tiempo que alguien me atacó por sorpresa."-Limpió su cuello de la suciedad y veía a los dos adultos listos para proteger al grupo a sus espaldas. Niños, ancianos, adultos heridos y jóvenes viendo con miedo al duo que estaba en la entrada de la su prisión.-"No te preocupes, no vengo a comprar a nadie."
"¿Es esto una especie de mal chiste?" -El hombre ajustó la estaca y hizo a Jiang pensar.
"Vine a liberarlos."-Al hablar, la mujer se enojó.
Ella era de la misma edad que el hombre a su lado, desnutrida y llena de cicatrices, ojo azabache mirándole con rencor.
"¿Señor Eliet?"-Un esclavo de afuera entró corriendo hacia el hombre y lo miró llorando.
Al verle, el hombre quedó sorprendido y bajó su arma con una sonrisa aliviado.
"Dalie, ¿Estás bien?" - Le tomó las manos y sonrió. El joven tenía dos orejas caninas en su cabeza de cabello plateado, ojos azules como el mar y una piel pálida por la enfermedad que estaba en su cuerpo.-"¿Donde está tu familia?"
"¿Lo conoces Eliet?"-La mujer aún estaba tensa, sin soltar su mirada de Jiang. Detrás de él, un grupo de esclavos comenzó a ver por su hombro.
"Tranquila Hanue" - Al soltar un tono de voz más cálido, la mujer guardó la estaca y comenzó a ayudar a los más heridos a ponerse de pie.
"Señor Eliet, ¿Está bien?" - Al ver la herida en su costado el joven canino la tocó soltando una pequeña aura verde conjurada por un circulo flotando que fue alejada por las manos del hombre.
"No servirá"-Le sonrió y negó.
Captando a todos en sorpresa Jiang le levantó el brazo y soltó un aura verde desde un circulo nublando a varios de los testigos, el circulo se trituró tan pronto la herida se cerró y la piel volvió a la normalidad. Eliet estiró su brazo y veía confundido lo que acabó se surgir, al ver a Jiang siendo ahorcado por Hanue detuvo la acción y luego a Heros.
Tomó un tiempo para hablar pero se dirigió a Jiang.
"Planeas liberar a todos los esclavos."-Al ver como asentía miró al suelo confundido.-"Imposible, esta prisión es ilegal pero el Reino Rojo tiene planeado comprar unos esclavos de otros bloques."
"¿Me estás pidiendo que solo salve a un número pequeño?"-Jiang le sonrió calmado, sin una pizca de miedo.
"El Rey rojo no permitirá que los líderes de la Unión no humana salgan de su territorio vivos."-Eliet ayudó a varias personas a ponerse de pie y se giró para ver al aventurero cruzado de brazos.-"Todos los aventureros de la ciudad y cada Reino te buscarán sin descanso."
"Si me logran identificar."-Dejó salir una risa provocando más confusión.-"Vamos, no es cómo si tenemos el tiempo para conversar."
El grupo se retiró con el resto de prisioneros esperando en confusión, algunos curando con magia
Esperó al guardia con paciencia y lo sometió al sueño con su rodilla tomando a todos por sorpresa, le cubrió la boca con una tela y le amarró los dedos con la soga que el guardia tenía en su brazo. Se sentó sobre el guardia y miró al enano que estaba su lado, uno adulto con una barba tan roja como la sangre.
"Oye tú, ¿Hay más guardias?" -Se estaba cruzando de brazos ,sin importarle la condición del guardia en sus pies.
"N-No, este es un puesto de camino al edificio principal, mucho más dentro de la montaña."
"Bien." -Jiang se subió a la espalda del guardia dejándole sin aliento y limpió su voz.
"¿Va a hablar?"
"¿Es él el que nos llevará a la nueva prisión?"
"Lo siendo Aliena."-Respiró con fuerza y hizo a todos callar.-"Me llamo Jiang Yuhgo, Vine buscando a grupos diferentes a los humanos de la superficie, si bien no conozco una especie de aquí en concreto, decidí liberarlos."
La sorpresa en las voces se hicieron claras.
" Debe ser una broma."
" Yuhgo, que apellido tan raro."
Jiang los ignoró.
"¿Alguien aquí sabe donde está la salida?"-Llamando a cualquier persona, Heros caminó sobre la multitud.
No era un edificio grande, debían ser cerca de 30 esclavos, algunos muertos y otros desesperados por recibir tratamiento médico.
"¿Por qué?. -Uno de los que tenían los ojos brillantes, lo miraba sospechoso.
" Ciertamente tienes una raz-"
"No la tengo." -Elevó su voz para que le escuchara, pero no gritó.
"Ver a personas esclavas simplemente me da asco."
El silencio recorrió a todos, un joven de piel verde y dientes grandes mirando con una vista triste al aventurero sobre el mismo guardia que les abusaba, queriendo seguir escuchándole.
"Pero les dejaré en claro que los liberaré, no me importan si no confían en mi. Deben ser lo suficientemente inteligentes para saber que me estoy poniendo en riesgo al ayudarles."
Algunos seguían viéndole indecisos, otros, los más jóvenes especialmente, con emoción suprimida.
Heros se acercó a Jiang y lo miró a los ojos.
" Hay un camino a la izquierda, una puerta de metal con llave nos llevará al Bosque rosado."-La calmada voz retumbó en la cueva y muchos de los esclavos más viejos vieron sorprendidos al esclavo más cuidado del edificio.
"Gracias Heros."-Jiang sonrió al joven mientras su atención era dirigida a uno de los esclavos.
"¿Como decías que te llamas?"
"Eso no es importante ahora mismo, tenemos que salir de aquí antes de que quien sea que los tiene aquí se entere que son libres."-Jiang se bajó del guardia que había perdido su consciencia y caminó con Heros detrás de él. La mayoría estaban indecisos, el primero en caminar fue el joven de tez verde que cruzó la esquina y algunos comenzaron a seguirle corriendo. Los más ancianos se veían entre sí , los heridos eran tomados en brazos por la mayoría de los orcos.
"¿De qué especie es?" -Un hombre con las orejas puntiagudas, cabello blanco, miró a otro con una tez más oscura.
"No se parecía a un humano común, su aura mágica era muy libre." -El más anciano de las orejas puntiagudas, con cabello castaño no tan reluciente como los otros, miró interesado.-"Se veía tan calmado como los ancianos de antes."
"No hay tiempo de pensar, es mejor seguirlo, incluso si es una trampa es mejor que pudrirse en una cueva." -Uno de ellos puso su palma en los delicados hombros del mayor, logrando que el asintiera.
El resto de los esclavos siguieron el camino hacia el final del pasillo a la izquierda, una gran puerta de metal tan grande como uno de los hombres de piel verde. Jiang se acercó, una puerta normal a pesar de la seguridad de dentro. Puso su palma en la manilla y estaba cerrada, suspiró fastidiado y miró hacia atrás viendo a los esclavos. Todos lo veían con curiosidad.
Volvió a poner su mano en la puerta y respiró indeciso. Los ojos de los esclavos presenciaron como la puerta se deformaba, grandes bultos se sobreponían y expandían un agujero donde Jiang tenía su brazo, el metal que solía estar ahí se comenzaba a adherir al brazo del joven Jiang que lo retiró con fuerza. Al ver la salida varios esclavos comenzaron a salir en apuro, nadie viendo los rastros de sangre en el brazo de su salvador. El gran trozo de metal se le había anclado en la forma de una cuerda y la soltó con cuidado, algunos rastros de metal dejando pequeños hilos rojos como recuerdo.
La sorpresa en los rostros de los prisioneros que se quedaron le hicieron apartar la mirada. Tomando provecho de las personas aún corriendo a la salida Jiang caminó y corrió una vez pudo ver el bosque rosado esperándolo. No habían rastros de caminos, de vida tampoco.
Jiang comenzó a pensar mientras los esclavos se reunían, los ancianos de orejas puntiagudas se acercaron y le llamaron la atención, aún asombrados por el aura alrededor de su cuerpo.
"Joven Yuhgo, le agradecemos." -Se inclinaron frente al aventurero, él sonrió mientras les pedía levantar sus cabezas.
"No hay problema, ¿Tienen a dónde ir?" -Esperando con paciencia, veía a uno de los hombres altos salir de la oscuridad con uno herido.
"Nuestra aldea fue quemada, somos los últimos miembros del Clan de los Elfos." -La leve sorpresa en los ojos del aventurero le hicieron dudar en seguir con su presentación.-"Los demás, son esclavos de otros clanes que no han podido unirse con su gente. Y los propios humanos que fueron esclavizados por diversas razones"
"Si me permite preguntar, ¿Es cierto que nos ayudó por que le incomoda ver a esclavos?"-El hombre tenía su mano tocando su barba.-"¿Ninguna otra razón?"
"En gran parte." -Sonriendo mientras desviaba su vista al bosque.-"Pero en términos simples, no veo la necesidad de tener esclavos."
El último hombre de piel verde apareció de la oscuridad, Jiang se acercó al elfo con su estómago empapado en sangre.
"Su herida se abrió." -El gigante tan grande como un árbol se arrodilló frente al joven, y Jiang miró la herida con concentración.
Puso su mano en ella, un aura verde que llamó la atención de todos les hizo mirar, con lentitud, la herida comenzó a cerrarse logrando detener el sangrado, dejando a Jiang sentado en una de las rocas, sudando y buscando aire con cansancio.
"Esa magia, ¿Qué es joven Yuhgo?" -El Elfo Mayor miró , interesado.
Jiang se detuvo en su respiración, miró a todos los testigos y luego a la víctima, soltando el suspiro para mirar al cielo.
"Mierda" -Dijo una palabra que ninguno de ellos entendió.
Heros bajó de la montaña y miró a todos con sus ojos en Jiang.
."Es un tipo de círculo que aprendí. " -Tratando de encubrir su situación, miró a Heros.-"Por favor, no les digan a nadie que tengo esa especie de círculo, es un secreto."
Los elfos asintieron, el hombre más pequeño, más maduro que muchos se acercó a Jiang y lo miró de pies a cabeza.
"¿Qué eres?" -Su voz era grave y hizo a Jiang recomponerse en la piedra, el joven ya rindiendo su finta.
"Ya no tiene sentido ocultarlo. En teoría, soy un ¿elfo?."-Logrando la sorpresa en los presentes, los ancianos elfos se acercaron y lo vieron de pies a cabeza.-"Los elfos son lo más cercano a lo que soy."
"¡Increíble! Nunca pensé que un elfo sin nuestras orejas podía nacer, aparentar ser un humano común es mucho más fácil." -Le levantaban los brazos y miraban sus ojos, a lo que Jiang no parecía molestarle.-"Ya veo como sobrevivió, que deformidad tan conveniente."
En apariencia, su color de cabello era tan reluciente como el de ellos, pero sus ojos eran más brillantes, mucha más vida en ellos. Como si la misma naturaleza estuviera dentro de sus ojos, buscando salir de esa prisión, lo que no pudo pasar desapercibido por los elfos de edad.
"Luego podrán preguntarme lo que quieran, pero debemos llevarlos a un lugar a salvo." -Jiang retiró una de las manos de su cabello y miró a uno de los gigantes, que a diferencia que los demás, tenia un piel de tono azul.-"¿Sabes de alguna aldea que los pueda hospedar?"
Jiang veía como toda negaban. Su sorpresa comenzó a aumentar, nadie, en este continente. Nadie quería a ninguno de ellos.
"Ciertamente debe haber algún lugar donde puedan cuidar de ustedes." -Miró sin entender a todos.
Cada esclavo desviaba su vista cuando preguntaba por algún lugar a salvo. Todos le dijeron que no.
"Joven Yuhgo, usted no es de Neris, ¿Cierto?" -El elfo mayor le hizo desviar su vista logrando entender por qué los ayudó.
"Vengo del Sur, un continente pasando la tormenta." -Logrando la sorpresa en todos lo que no habían tomado las pistas, su voz ahora perdiendo el tono juguetón de antes, la madurez volviendo a su rostro.
"Como lo esperaba, nadie de aquí preguntaría si alguien ayudaría a un No-Humano, mucho menos ayudarlos de tal forma." -El Elfo sonrió entendiendo, los esclavos les veían a ellos dos hablar.-"Supongo que será mejor explicarle."
Los ancianos mayores, hombres pequeños, el gigante azul y los otros testigos se sentaron frente al joven, él al ver que estaba en la roca se sentó en el suelo.
"Hace siglos comenzó una guerra entre La Alianza del cerezo y La Unión diversa." -El hombre comenzó hablando, logrando el silencio de todos.-"La Unión diversa consistía de Los Clanes de Los Elfos, Los Enanos, refugiados de la especie Lentid y Los Orcos, empezó como una alianza para defenderse de los peligros de la zona Sur de Neris, pero con el tiempo, los enlaces entre nuestra especies comenzaron a fortalecerse."
Jiang respiró conteniendo su disgusto, ya prediciendo lo que venia.
" Pero cuando los clanes humanos del Norte, que habían negado unirse a la Alianza por estar a salvo de los monstruos mágicos, lograron ver la riqueza de la tierra todo cambió. La guerra comenzó con una pequeña chispa de una pelea mundana en un bar, uno de sus nobles humanos y el en ese tiempo jefe del Clan de los Enanos se pelearon por una bebida, una puta taza de liquor."-El Elfo Mayor respiró para continuar, buscando calma.-" El jefe orco asesinó al hombre en una pelea, pero ellos nunca lo vieron de esa forma. Ya que les superábamos en número, la familia del noble fue en busca del Emperador Cereza y se declaró la guerra con la Unión diversa como detonador, pero nunca la anunciaron a nosotros. Nos atacaron mientras nos defendíamos de una estampida de monstruos mágicos, tomando nuestras aldeas y quemando nuestros cultivos. Mi padre, el antiguo Jefe del Clan de los elfos, declaró la derrota cuando asesinaron a mi hermano, que protegió nuestro último cultivo de trigo."
" Nos dejaron sin comida para el invierno, asesinaron a nuestros animales y cuando estábamos débiles atacaron la aldea principal, asesinando a los tres Jefes terminando la Unión."-El orco azul terminó, logrando el silencio de los demás.-" Nosotros somos los últimos sobrevivientes de esa guerra, fue hace unos años ya, casi nadie recuerda cuando."
"Con eso es fácil percibir su confusión, sin ninguna duda ninguna persona viviendo en los reinos ayudaría a un No-Humano." -El enano que se veía cansado hizo que Jiang lo mirara. Jiang se puso de pie a la vista de todos, su mirada enojada lograba el silencio de todos, sus ojos estaban brillando en un fuerte amarillo como una aura, moviéndose con el viento.
"¿Dónde se localizaba la aldea principal?" -Veía las montañas a lo lejos.
"El Reino Rojo se fundó sobre los escombros, esta montaña era usada como punto de reunión de todas las especies." -El Elfo miró a Jiang cerrar sus ojos comprendiendo.
Jiang se acercó a la salida de la cueva, mirando a las montañas nuevamente.
" No sé si existen en este territorio."-El chico se cruzó de brazos pensando.-" Son lagartos gigantes con la alianza más fuerte con la magia, están llenos de escamas y pueden expulsar algún elemento de sus alientos, ¿Saben si existen en Neris?"-El silencio hacia que los jóvenes miraran a sus líderes sin saber la respuesta. De todos ellos, Heros era el único que se veía sorprendido.
" Debe estar refiriéndose a los Dragones."-El líder elfo reveló la palabra que estaba buscando.-" Ciertamente no debe estar pensando en viajar a sus montañas, le matarían tan solo verle."
Jiang se cruzó de brazos mientras veía al cielo.
"Así que también existen aquí." -Pensando a sus adentros, llamando la atención de todos.-"¿Dónde están sus montañas?"
El miedo en los rostros de los líderes les hizo entender que querían convencerle de detenerse.
"¡Joven Yuhgo! ¡No puede acercarse a esas criaturas! Nadie sobrevive al entrar a su montaña, se ha tratado hablar con ellos pero atacan tan pronto ven a un ser vivo."
Jiang miró sonriendo a los tres lideres.
"De dónde yo vengo, los dragones son mis amigos."
Les dio la espalda esta vez sus ojos al Sur.
"Solía tener a uno de ellos como mi compañero, no puedo permitir que seres tan nobles vivan en una tierra como Neris. Para mi mala suerte no tengo un camino devuelta a mi antiguo continente, así que no puedo llevármelos."Los líderes veían a Jiang mirar al cielo, enojado.
"Tendré que cambiar a Neris. "