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Chapter 7 - Capítulo 7: Días felices (3)

Capítulo 7: Días felices (3)

El tiempo realmente volaba. Ya había pasado más un mes desde que regrese a mi primera vida, y era simplemente maravillosa.

Lastimosamente la armoniosa rutina estaba por terminar. A las vacaciones de los gemelos solo le quedaban un par de días cuanto mucho, después nuestro tiempo juntos disminuiría.

"¡No quiero! ¡No quiero! ¡Quiero quedarme para siempre con mamá!" Feng Yang seguía haciendo berrinches después de recibir la noticia.

"No seas un bebé... Ya sabíamos que esto pasaría" la siempre madura Feng Xue, aunque intentando hacerse la fuerte, no pudo evitar que se le quebrara la voz, estando a nada de llorar.

Realmente quería consolarlos diciéndoles que no había nada de qué preocuparse, que el jardín no sería tan mala y no nos separaríamos, pero realmente lo había olvidado. Los gemelos no solo tenían que ir a al jardín para terminar su último año, la cual era una de las más elitistas del país debido a la intervención del protagonista, también regresarían sus tutores privados para retomar otras clases extracurriculares. Básicamente tendrían clases tras clases, y nuestro tiempo juntos seria solo en el desayuno, la cena y antes de dormir.

La verdad también me ponía triste.

En mi primera vida fui la causante de que nuestra relación no fluyera. Me obsesione tanto con otras cosas inútiles que cuando me di cuenta, ya era muy tarde para tomar sus manos. Pero era diferente ahora, no solo había decidido aceptar su cariño y devoción, inevitablemente yo también había abierto mi corazón a ellos. No creía amarlos aun, eso sería una mentira, pero me sentía completamente en armonía a su lado. Quería que este sentimiento mutuo siguiera creciendo.

"Niños..." no pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas al pensar en que pronto nos separarían "Yo tampoco quiero que vayan"

Ambos pequeños me miraron con dolor en los ojos. Inmediatamente corrieron a mis brazos mientras los tres llorábamos por el final inminente de nuestra hermosa rutina juntos.

Una mujer y dos niños llorando mientras se abrazaban desesperadamente. Esta fue la escena que llego grabada al celular del asistente Dong. Había sido enviado desde un lugar secreto por la tía Lan.

¿Por qué pareciera que fueran a separarse para nunca jamás volver a verse? Para empezar vivían en la misma casa, y las clases extracurriculares también tendían a desarrollarse en la villa de los Feng para mayor comodidad, además de que aun tendrían los fines de semana libres, al menos hasta después del mediodía. ¿Era necesario armar tanto drama solo porque ya no podían jugar como todos los días?

Así es, el asistente Dong recibía un informe detallado de la ama de llaves de la Familia Feng, la tía Lan. Eso más los registros de actividad de las cámaras de seguridad de la villa por parte del jefe de monitoreo del equipo de seguridad.

Era su trabajo como el asistente de su jefe el reportarle diariamente el estado de sus hijos.

Pero lo que había empezado como un proyecto, que él mismo había considerado como un fracaso, todo al ver la incapacidad de la señorita Hu de separar su absurdo amor por el jefe Feng, de sus deberes como madre de los jóvenes amos, había dado un giro de 180° cuando menos se lo esperaba.

No solo había dejado de preguntar constantemente por el jefe Feng, sino que estaba llevando su labor como madre con toda disposición. Llegando a crear un vinculo poderoso con los gemelos de la familia Feng.

Sino fuera por los testimonios de la tía Lan, más todas las evidencias grabadas en cámara, el asistente Dong no podría creérselo.

De todos modos, aunque con la señorita Hu había tenido muchos tropezones en sus inicios, todo esto se hacía por el bien de los jóvenes amos, por lo que de verdad le agradaba el nuevo rumbo que tomaron las cosas.

Con un mejor humor tomo esta nueva evidencia y la unió al informe de la tarde que le tenía que dar a su jefe.

Se encontraban en Chicago, terminando un nuevo proyecto en colaboración con el conglomerado Wens, para el aniversario número 79 de los inicios comerciales de la familia Wens. Si todo iba bien, no solo sería un gran beneficio a nivel monetario, sino que su asociación con los Wens aumentaría aún más la influencia de la familia Feng, llegando a niveles astronómicos.

No cabía duda que su jefe sería un poderoso entre los poderos.

Pero para que esto se llevara acabó aún faltaba como mínimo otro mes más. Por más que su jefe fuese talentoso, las cosas aun debían de llevar su proceso.

Cuando el asisten Dong toco la puerta de la habitación de su señor, esta se abrió al tiempo, dándole paso a un hombre atractivo media cabeza más alta que él. Su traje negro y apariencia sobria le daba un aire de nobleza. Sin duda digno de su estatus.

"Jefe Feng"

"Prepara el avión privado y llama a la oficina en Beijing para que tengan todo listo para cuando regrese" sus pasos largos dejaron rápidamente atrás al desconcertado asistente.

"¿Qué?" reacciono rápido y se apresuró a seguir a su impasible jefe "¿Regreso? ¿Planea regresar ahora, señor? ¡Pero aún falta más de la mitad del proyecto! ¡Tenía una cena esta misma noche con la señorita Wens!" ¿No planeaba dejar a medias este proyecto multimillonario, o si?

"No es necesario. Lo culmine en privado con el señor Wens"

"¡¿Qué cosa?! ¡¿Cuándo?!" ¡Otra vez trabajaba a sus espaldas! ¡Era su asistente, por amor a todos los dioses! ¡No debería enterarse de estas cosas cuando ya habían acabado!

El hombre frente a él freno su avance, girando sobre sí mismo. Su expresión era la misma, distante a todos, pero el brillo de sus ojos era peligroso "¿Acaso me estás pidiendo explicaciones por lo que hago o dejo de hacer?"

El asistente Dong se encogió inconscientemente. Había olvidado cuanto odiaba su jefe ser acosado por respuestas "¡No me atrevería mi señor! ¡En seguida lo preparare todo!" sin perder tiempo se adelantó para completar sus tareas.

Con la conmoción había olvidado entregar el informe de la situación en la villa.

Por otro lado, en la villa Feng se llevaba a cabo una pequeña fiesta de cuatro personas.

Hu Bai Ling había ordenado un mini karaoke en línea, también le había pedido a la tía Lan aperitivos y bebidas, y con los niños habían puesto globos y serpentinas en toda la sala.

Después de llorar y deprimirse por casi una hora, Hu Bai Ling sugirió que en lugar de desperdiciar sus últimos días libreas así, era mejor aprovecharlos hasta la última gota. Por lo que planeaban festejar hoy, y mañana idearían otro plan aún más divertido.

Bai ling nunca había ido a un karaoke. En su primera vida era una práctica que estaba mal vista para una señorita de 'Alta clase' como ella, y en su segunda vida estaba tan ocupada que nunca pudo aceptar salir con las pocas chicas que se apiadaban de su estado.

¡Pero ahora podía desbordar todo su entusiasmo en ello!

En este último mes, aunque al principio eran reacios, los gemelos aceptaron ver algunas películas Disney con su madre, y su entusiasmo por las historias de finales felices era tal que termino contagiando a los niños.

Justo ahora llevaban ya más de quince canciones de princesas, y no parecían cansados.

Era tal el ambiente que inclusive la tía Lan se terminó uniéndose a ellos, siendo una entusiasta de las películas clásicas. Cuando cantaba, se podía sentir el profundo sentimiento que trasmitían.

Era una canción y después una ronda de aplausos.

Sin darse cuenta, entre risas y golosinas, ya era muy tarde. Y el celular de la tía Lan que ya estaba lleno de mensajes de diferentes horas, no había sido escuchado.

Hu Bai Ling se puso en medio del escenario, cantando la última canción de Frozen. Y justo cuando estaba en la parte más emocionante, la puerta principal se abrió en silencio. Unos pasos apagados entraron al tiempo que la música llegaba a su clímax.

Y en el gran final, todos le aplaudieron a Hu Bai Ling, haciéndola sonreír hermosamente, pero luego todos se detuvieron al tiempo, mirando sin palabras detrás de ella.

Hu Bai Ling temía mirar a sus espaldas, pero tenía que hacerlo de todos modos.

Encogiendo sus hombros giro para mirar atrás. Y tal y como se lo temía ahí estaba.

Feng Dingbang.

¡¿Pero por qué sus encuentros siempre eran así de incomodos?!