Chereads / Herejía contra el Origen. Lenets. / Chapter 22 - Atraco Máximo.

Chapter 22 - Atraco Máximo.

Maldra no estaba muy seguro de actuar. Le parecía estúpido enfrentarse a divinidades más cuando venían de perder el último enfrentamiento.

—Piénsalo Maldra, robamos el reloj, damos la pelea de nuestras vidas con cuatro objetos imposibles ¿escuchaste bien? ¡cuatro! Ni Sahidra, ni mi madre, ni el padre tiempo ha tenido tantos.

—Un segundo ¿Dijiste cuatro?

—¿Acaso no sabes contar? Tus cadenas, el reloj, mi vara y la niña rara.

Lu estaba muy emocionada de ser un objeto imposible a pesar de que desconocía el significado de serlo o por qué era bueno. Maldra no sabía cuál era. Lenet se lo aclaró. «Líneas azules, color azul en sus manos, puede destruirlo todo. Es obvio que ella es el ojo que todo lo ve».

—¿El ojo de quién? —Preguntó Lu con la boca llena.

—Pero bueno, aun no cubrimos todo ¿Aun no sé qué vamos a hacer con tu hijo? — dijo el niño al sentarse decepcionado.

«Él está arriba» contestó el hombre de las cadenas. Le aseguró al niño que su tía se lo confirmó. Aliviado Lenet pensó tener todo resuelto. Maldra lo negó. «Tú sabes lo grande que es allá arriba» Bli sabía cómo contraargumentar.

—La tenemos a ella —. Señaló a la niña —. Si conseguimos el reloj ella lo podrá recordar.

—¿Pero cómo?

—Mi tía me dijo que mi madre utilizó algo de ella para crearla. ¿Hace falta aclararlo? De no ser por el cabello serían la misma persona.

El hombre de las cadenas no sabía por qué mejor no lo hacía el niño. Bli le recordó que no tenía alma.

—¿Qué pasa si la niña destruye el reloj con sus manos?

—He visto cómo su brillo a veces se pasa a sus pies y luego desaparece. Tal vez ella pueda hacer eso con sus manos. Puedo estudiarla, podemos encontrar una solución.

—Me esforzaré, es lo menos que puedo hacer por los dos por haberme rescatado de Saigona.

Maldra llegó a un acuerdo con Bli. Si lograba quitarle el brillo de las manos a la niña, él aceptaría entrar a la aventura. Así los tres bandidos de la calle partieron rumbo a las montañas de Kenot a encontrar la mítica puerta de piedra que unía al cielo y a la tierra.

* * *

—Esos tres bandidos me robaron mi llave y me quitaron mi mano —. Contó Saigona a su inesperado invitado.

—Créeme tío, si logramos este favor al cielo, obtendremos mucho de Sahidra —. Dijo sonriente Kaleck mientras probó el vino.