Chapter 2 - Capítulo 2

Uno de los tres restantes dice alarmado, "¡Ese maldito es un mago! ¡Matémoslo antes de que tenga tiempo de hacer otro hechizo!"

Entonces vienen a por mí y mientras lo hacen yo les comento sorprendido con su estupidez, "Y siguen pensando que soy un mago. Ustedes sí que son obstinados. Y más aún ahora que piensan que me van a hacer algo atacándome todos a la vez. Lo que yo hubiera hecho en su lugar sería huir lo más rápido que pudiera, pero su ego de valientes aventureros no se los permite."

El hombre que porta el hacha me habla muy furioso y alzandola listo para pegarme, "¡Deja de parlotear tanto y comienza a rezar por tu vida!"

'En verdad creen que son capaces de vencerme. Lo único que están consiguiendo es una muerte segura. Por lo menos sus cuerpos me servirán de ayuda para después.'

Termino la idea, y usando nuevamente mi habilidad hago que les sea sumamente difícil continuar moviéndose.

El mismo que me hablaba hace un instante se expresa aterrado como confundido, "¡¿Pero qué rayos me está sucediendo que casi no me puedo mover?!"

Le contesto mientras voy y mato a sus dos compañeros atravesándoles la garganta con mi cuchilla por el frente, que a pesar de encontrarse muertos todavía se sostienen en pié, "Lo que tienes es que yo puedo controlar la sangre en tu interior para que no te deje moverte y al yo hacerlo solo me permite conseguir que se hagan mucho más lentos de lo normal, al todavía tener una mente que les da las órdenes a sus brazos y piernas. Se puede decir que tenía un control parcial de ustedes hasta ahora."

"¡Desgraciado, si con dejarme de último quieres lograr que yo te obedezca, estás muy jodido en hacerte esa idea, porque primero muerto que seguir las órdenes de un asesino como tú!"

Yo me doy la vuelta y me quedo a la espera de que el soldado llegue hasta donde estoy e intente atacarme para yo esquivarlo con un paso atrás y después realizar un corte en su hombro.

Deja salir un pequeño grito por el dolor y seguidamente se pronuncia nuevamente, "¡Bastardo...! ¿Ahora qué pretendes? ¿Tortutarme haciéndome cortes por todo mi cuerpo hasta que me muera desangrado o decida obedecerte? Pues si es así estás perdiendo el tiempo, no importa lo que hagas no lo vas a lograr."

"¿Y quien te dijo que yo ya no conseguí lo que quería contigo? Si ya tu eres mi fiel servidor desde el momento en que la sangre cristalizada de mi espada entró en contacto con la tuya."

El sujeto ríe a carcajadas y me habla "Pues yo continúo queriendo matarte igual que..."

Inmediatamente se calla y haciendo una reverencia, me comunica, "Yo soy Lars Norm y me honra estar a su servicio Lord Hartmut. Por favor dígame lo que desee que haga por usted y lo cumpliré."

Sonrío muy satisfecho con el resultado de mi control absoluto y le respondo, "Por ahora solo espera a que yo termine lo que me falta por hacer."

"Como usted ordene mi señor." Pronuncia inclinado aún más la cabeza.

Voy cuerpo por cuerpo de todos los que se encuentran en la zona que no estén demasiado dañados y por medio de mi poder hago que la sangre que habían derramado regrese a donde le corresponde y así sanan completamente sus heridas. Hasta que por último me paro frente al enorme cadáver de la quimera y con poca expectativa por el considerable daño recibido en su torso, pero finalmente me decido por curarle de todos modos para ver si resulta lo que planeo.

Una vez que ya he sanado todos los cuerpos a los que se lo podía hacer, digo en voz alta y extendiendo mis manos al frente para activar mi habilidad en una de sus formas más potentes, la Resurrección Vacía, "Levántense y cumplan su cometido como mis fieles esbirros, que yo Hartmut Stolvegen les he devuelto la vida."

De momento no ocurre nada y yo ya me siento algo afligido por haberme esforzado tanto curando a tantos cadáveres en vano. Me doy la vuelta y le comento desmotivado a mi nuevo sirviente, "Vámonos Lars, que lo que yo quería hacer no resultó. Por lo visto solo me es posible controlar a personas vivas. Que en verdad es algo complicado tratar de hacer sangrar a alguien en combate sin terminar matándole."

De inmediato, escucho a mi espalda una voz apagada que me habla, "Vivo para servirle, mi señor Hartmut."

Una sensación de júbilo me llena el alma y reacciono diciendo felizmente mientras me doy la vuelta, "¡Ha sido todo un éxito, Lars!"

Río muy alegre y continúo, "¡Mi plan de revivir personas y bestias para que me sirvan ha funcionado!"

Luego comienzan ponerse de pie todos aquellos que yo había currado y diciendo de forma monótona la misma frase: "Vivo para servirle, mi señor Hartmut..."

Continúo expresándome muy satisfecho con mi genial idea, "¡Ahora sí no habrá palmo de tierra en este mundo que no termine bajo mi control!"

Seguidamente les hablo muy emocionado y alzando mi espada frente a mis seguidores de miradas sin vida, "¡Prepárense, mis fieles soldados, que antes de que termine esta semana vamos a tomar la capital de este reino, después todos sus territorios y por último cuando llegue este mismo día en el año próximo, todo el continente será mío!"