Chapter 7 - Capítulo 7

Terminada mi satisfactoria cacería me reúno con el resto de mis hombres en la entrada de la cueva, y en cuanto Lars ve que solamente regresamos el demonio y yo me pregunta conmocionado —¿¡Y qué les pasó a los demás!?

—Muertos, no fueron rivales para este grandote que traje— Comento muy orgulloso por mi nueva adquisición apollando mi mano sobre su hombro.

Lars mira detenidamente y un poco asustado al demonio por unos segundos y dice —Bueno, no se puede negar que con ese enorme tamaño igual que su hacha impresiona bastante y hace pensar que es un guerrero muy fuerte de nada más verle. Y si tú mismo dices que fue capaz de acabar el solo con los demás, entonces te creo completamente. Lo que no sé si con el reducido número que somos será suficiente como para hacernos con Esbjörn que es la ciudad más cercana. Y por lo que tengo entendido y he visto en mis travesías como aventurero, cuenta con un guarnición con número considerable de soldados.

Le hablo muy despreocupado —¿Y cuántos tu crees que sean? ¿1000 o algo más? No te preocupes que ese montón de débiles humanos no va a ser rival para nosotros, en especial para mí, que tengo que ir ganando ya una buena reputación. Y nada mejor para comenzar nuestra campaña de conquista que con una gran masacre— Termino sonriendo de forma macabra.

Traga saliva y menciona temeroso —Mi señor yo sé que cuando usted se refiere a los demás como débiles humanos es porque usted es mucho más fuerte que cualquier persona o ser que exista, pero no puedo evitar hacerme la idea cuando veo esa sonrisa que hace cuando va a hacer algo así que en verdad llego a pensar que en vez de ser un hombre es un demonio de los que relatan las leyendas.

Le respondo muy orgulloso —Puede ser que tengas razón Lars, en que yo pueda causar tal impresión. Pero te equivocas al compararme con un ser tan débil como un demonio. Porque el que yo perfectamente soy capaz de derrotar sin esfuerzo a varios de ellos. Pero para estar seguros mejor le preguntamos personalmente a uno de ellos— Sugiero señalado a mi nueva adquisición.

Entonces desvío mi atención a mi nuevo recluta y le pido completamente seguro —Por favor Fiamont, dile a mi amigo Lars si yo soy capaz o no de lo que afirmo.

El demonio responde sin dudar —Nuestro señor tiene un poder muy superior a la gran mayoría de mi raza que haya conocido. Yo que soy uno de los miembros más fuertes del ejército del señor oscuro, perdí muy fácil ante su abrumador poder. Y me atrevo a hacer la optimista suposición que si continúa haciéndose más fuerte, ni el mismo señor oscuro con todo su ejército demoníaco serán capaces de poder derrotarle.

Lars se abstiene a pensar impresionado unos segundos y me dice maravillado —Señor Hartmut, si antes yo dudaba lo que usted decía que es un Elegido para salvar a este mundo ya eso quedó atrás. Ahora creo febrilmente que así será.

Se da la vuelta y desenvainando su espada les grita eufórico a sus compañeros —¡Gloria, a nuestro Señor Hartmut el hombre más fuerte de este mundo!

Los demás responden a coro con un poco más de expresividad de lo normal —Gloria.

—¡Gloria, a quien salvará a este mundo de las fuerzas del mal!

—Gloria.

—¡Y gloria, por quien va a forjar el imperio más grande que el mundo ha conocido!

—Gloria.

Al ver el casi forzado entusiasmo de mis guerreros pienso un poco disgustado 'De verdad que este montón de seres vacíos no son capaces ni de imitar ningún tipo de emoción. Suerte que al menos a Lars no lo maté y todavía conserva su humanidad. Porque lidiar solamente con sujetos así en verdad que sería algo tan aburrido como tedioso.'

Ahora le aviso a mi fiel general —Lars, has todos los preparativos que sean necesarios, porque antes de el amanecer de mañana esa ciudad va a ser nuestra.

Pocas horas después llega el momento acordado. Es una noche bastante cálida y con luna de muy buena visibilidad, algo muy típico del verano. Me reúno con mis soldados en el bosque cercano a nuestro objetivo, donde Lars me ofrece la información que ha recaudado trabajando de espía haciéndose pasar por un simple aventurero durante el día —Mi señor, durante todo el tiempo que estuve investigando pude descubrir que es exactamente como pensábamos. Según mis cálculos por el número de soldados que pude ver en los muros, recorriendo las calles y en el campo de entrenamiento frente a su cuartel, hay no menos de 1000 hombres. Cosa que no me extraña al ser una de las ciudades más importantes de Urum y al haber sido un fuerte durante muchos años durante la guerra de hace 20 años con el reino vecino.

Comento optimista —Bien Lars, muy buen trabajo. Ahora quiero que todos los aventureros y tú custodien la puerta Este para que no permitan que escape nadie. ¿Me entendiste? Nadie. No podemos darnos el lujo de permitir de que alguien informe al resto de Urum de que esta ciudad está bajo ataque y envíen refuerzos antes de que haya sometido a toda la ciudad. Porque de el contrario si vamos a perder.

—Si mi señor, le he entendido alto y claro. Le juro con mi vida que nadie va a escapar.

Le advierto con total seriedad —Eso espero Lars, por tu bien eso espero.

Seguidamente le oriento a mi soldado más fuerte —Fiamont, tu y con la quimera se van a encargar de la puerta Sur, y va para tí lo mismo que le dije a las. El fracaso no es una opción, si es que valoran sus vidas.

Este me pregunta observando incrédulo a la bestia —Mi señor yo le aseguro que nadie escapará. Pero lo que me preocupa es si esa cosa me obedecerá— Termina señaladole.

—Descuida, lo hará, de alguna forma puede entender todo lo que yo digo a pesar de ser un animal.

Ahora me le dirijo a todos a la vez que me voy acercando a los muros con mucha confianza —Esperen a mi señal para tomar sus posiciones. Yo me encargaré del resto. Y descuiden que no debo tardar.

Lars me pregunta —Pero, ¿cuál señal mi señor?

Le respondo a todos poniendo la frase en su mente como uno de los tantos atributos que me otorga mi habilidad 'Asi...'

Mi general impresionado con esta nueva variante de mi poder, razona mientras me ve ir con la completa seguridad de que yo solo y sin la ayuda nadie, voy a ser capaz de derrotar a todo un ejército —No tengo duda alguna de su victoria cuando lo escucho hablar tan calmado. Es algo que me da tanta confianza como temor de hasta que límites es capaz de llegar.