Poco después me reúno con todos que había pedido encontrar a mi fiel general, lo que por supuesto fueron traídos a punta de espada, contra su voluntad y la de sus padres que a pesar de nosotros estar bastante lejos de los muros, todavía se pueden escuchar los gritos de angustia y preocupación de sus madres.
Los chicos me observan muy asustados sin atreverse a mirarme directamente a los ojos pues todos piensan que les voy a matar algo semejante para asegurar que nunca pierdan ese temor hacia mí como es la costumbre en casos así.
Junto a mí tengo un gran barril de vino que le retiro la tapa en cuanto veo que mis hombres ya han traído a todos los jóvenes de la ciudad y pronuncio tranquilamente a la par lleno una jarra de metal con la bebida, "Para los que no me conocen, yo soy su nuevo rey Hartmund Stolvegen y vine a reunirme con ustedes para comunicarles que quiero que en un futuro ustedes sean mis fieles subditos que lo den todo por el imperio que planeo construir con su ayuda. Pero para eso primero tengo que ganarme su lealtad y yo les garantizo que los que decidan ahora mismo unirse a mí ejército como reclutas para entrenar, a sus familias y a ustedes nunca les faltará absolutamente. Porque les voy a otorgar cargos de tenientes regulares de mi imperio y podrán poseer sus propias tierras en los nuevos territorios que conquistemos. Es una oferta más que generosa para un grupo de chicos como ustedes que acabo de conocer. ¿Qué opinan, les interesa?" Comento con una gran sonrisa tomando un sorbo del esquisto vino.
Los chicos se miran unos a otros un poco desconfiados sin saber que responder, hasta que uno joven de cabello rojizo y rizado da el pasado al frente y me pregunta, "Tu propuesta parece muy tentadora señor Hartmund, pero me gustaría saber, ¿qué garantía nos puedes ofrecer para estar seguros de que no nos estás engañando para convertirnos en esclavos o algo así?
"Mmmm, buen punto chico. ¿Cómo te llamas?
"Se lo diré cuando me responda mi pregunta señor, así que no de más rodeos y dilo de una vez."
Me sorprende un poco el fuerte carácter del chico y pienso, 'Interesante, a parte de ser muy precavido tiene una buena determinación, eso es bueno, muy bueno. Esos son aspectos clásicos de un gran líder que me pueden resultar muy beneficiosos para ganarme el apoyo de los habitantes de Urum que estoy seguro que me van a odiar después de conquistarlos. Pero con este joven apoyándome puedo hacer cambiar muchas cosas a mí favor."
Me expreso maravillado con la gran calidad de la bebida, "Ciertamente que este vino ruskoriano es de lo mejor que existe." Entonces respondo la pregunta del joven que me ve bastante irritado con mi forma de actuar tan desinteresada, Ahora responderé a tu pregunta con otras para que finalmente tú y tus amigos se decidan. ¿No crees que si yo hubiera querido convertirlos a ustedes en esclavos simplemente lo hubiera hecho sin más? Si de todas formas aquí no hay nadie que me impida hacer lo que me venga en gana. Otra pregunta. ¿No creen que i los quisiera usar como rehenes para hacer que sus familiares trabajen para mí ahora mismo los tuviera bien ocultos en alguna parte y no ofreciendoles que se unan a mi ejército? ¿Qué yo voy a ganar con engañarlos a ustedes ahora y no cumplir con mis promesas para que después se revelen contra mí? ¿Por qué yo gastaría oro y recursos en su entrenamiento para después tirar todo por tierra? ¿No creen que todo sería muy ilógico?
El chico se torna pensativo unos segundos y me responde muy de acuerdo, "Estás en lo cierto señor. De todas formas nosotros estamos completamente a tu merced y prácticamente puedes ordenar que nos hagan cualquier cosa sin que te veas perjudicado en nada. No tendrías ninguna nesecidad de venir a hablar con nosotros si no fuera porque que en verdad te hará falta nuestra ayuda.... Pero, todavía hay algo que falta por dejar en claro." Especifica arqueando una ceja todavía dudoso, "¿Y cómo es que tú puedes estar tan seguro que vas a conquistar todo Urum y no acabar muerto en la próxima batalla?"
Le digo con total normalidad, "Fácil, ahora mismo se los demuestro." Tomo mi lanza que siempre llevo a la espalda y me realizo un profundo corte el antebrazo.
Después les muestro la herida de la que no permito dejar salir sangre y al contrario sana velozmente. Todos abren los ojos tremendamente impresionados quedándose sin palabras unos segundos hasta que con quien yo hablaba comenta sin ceder una pizca de confianza a pesar de mi demostración, "Muy fascinante señor, puede curar sus heridas de inmediato que se las realizann, pero eso puede ser simplemente algún tipo de magia con ilociomes para engañarnos." Entonces el chico de forma inesperada corre hacia mí, sabiendo yo perfectamente lo que pretende e impedir que mis hombres se entrometan. Este chico arrebata el arma de mis manos y seguidamente me apuñala muy profundamente en el abdomen...
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Declaraciones del autor:
A partir de este momento solo voy a poder actualizar esta historia una vez por semana. Mis más sinceras disculpas por las molestias causadas pero en verdad que no cuento con el tiempo requerido para hacerlo.