Lars me comenta un poco intimidado por sensación espeluznante que le causa la espeluznante caverna, "La Entrada al Infierno he oído que le nombran algunos. Mi señor, ¿está usted seguro que desea entrar ahí? No se sabe ni cuantos talentos aventureros nunca han regresado."
Contesto tan emocionado que se me eriza la piel y muestro una sonrisa demente, "Absolutamente Lars. Siento que mi espíritu clama a gritos que entre. Este es un reto que no puedo darme el lujo de evitar. Además, nuestro naciente imperio nesecita de lo más fuerte que pueda encontrar y en todo Urum( nombre de este reino ) no hay mejor lugar para encontrarlos que este."
Giro y observando a mi pequeña turba de fieles seguidores le oriento a mi ahora general Lars, "Los que formaban parte de nuestro equipo de aventureros incluyéndote a tí y la quimera se quedan esperando aquí fuera, el resto va entrar conmigo."
Mi general me pregunta confundido, "Mi señor, solo se va llevar a esos aldeanos que no saben ni pelear. Por muy fuerte que sea usted no creo que debería arriesgarse tanto."
"Déjame explicarte mi atento general." Le hablo a la par que levanto mi dedo para puntualizar, "Primeramente yo no te pedí opinión alguna para que me estés cuestionando mis órdenes."
"Disculpe mi señor, solo intentaba aconsejarle." Pronuncia el arrepentido soldado inclinado la cabeza.
"Descuida, yo creo que hubiera hecho lo mismo en tu lugar al no comprender mi forma de actuar. Pero ten presente que yo siempre sé lo que hago y nunca se me escapa nada. ¿Me comprendes?"
"Si mi señor, le he comprendido."
"Bien, déjame continuarte explicando entonces. Segundo, nunca subestimes el gran poder que poseo del que prácticamente no sabes absolutamente nada. Y tercero, yo no puedo arriesgar a perder mis pocas piezas de calidad como lo son ustedes los aventureros y la quimera si es que quiero conquistar este reino antes de que finalice el mes. Recuerda que esos campesinos son simplemente objetos desechables que puedo sustituir por otros de mayor calidad."
"De acuerdo mi señor Hartmut. Mil disculpas si le ofendí dudando de su capacidad como espléndido líder y guerrero."
"Por ahora te lo voy a dejar pasar por alto. Pero a la próxima ten presente que no dudaré en usarte como lo voy a hacer con ese hombre." Extiendo mi mano al frente y cerrando mi puño con firmeza hago que toda la sangre de uno de los aldeanos abandone su cuerpo por todos los orificios de su rostro dejando atrás un cuerpo seco como una momia para que esta fluya por el aire hasta mí y se convierta en una lanza cristalizada igual que la cuchilla que había creado antes.
Observo un poco inconforme con la insuficiente cantidad de sangre que proporcionó mi sirviente y digo, "Ya me imaginaba que uno no iba a ser suficiente. Voy a tener que tomar la de al menos tres más para poder crearme una armadura que me proteja un poco más que esta basura de hierro que llevo encima."
Extiendo en esta ocasión ambos brazos y como había dicho me hago con la sangre de tres hombres más para generar otra armadura por encima de la que ya porto.
Lars me dice aterrorizado, "No se preocupe mi señor le juro que no volverá a ocurrir."
"Eso espero Lars. De verdad que no me gustaría tener que sacrificar a mi primer general por ser un bocazas."
Después el todavía tembloroso hombre realiza las orientaciones que le di para seguidamente yo adentrarme a las profundidades de la espeluznante caverna.
Entramos formando un gran grupo de 59 personas conmigo el centro para evitar cualquier tipo de sorpresa.
Luego de avanzar una distancia considerable damos con una cantidad impactante de huesos humanos desperdigados por todas partes al punto de que forman una capa que recubre completamente el suelo.
'¡Mierda, esto si que no me lo esperaba! ¡Aquí han muerto cientos de personas! Lo que sea que se encuentre aquí lleva mucho tiempo matando a todo el que se atreve a entrar.'
Entonces me agacho y observo con detalle el mar de huesos y razono al encontrar algunos de estos cortados limpiamente, 'Esto no lo hizo un monstruo común. Un corte tan perfecto solo lo pudo haber hecho algo con filo como una espada o hacha. Lo que quiera que esté aquí es lo suficientemente inteligente como para portar armas.'
Luego escucho varios pies que se abren paso por entre la gruesa capa de muerte que se dirigen a toda prisa hacia nosotros. Entonces les advierto a mis seguidores, "¡Preparense para pelear, que parece que ya viene lo que vinimos a buscar!"
Todos mi hombres hacen una formación rectangular conmigo por detrás para recibir el ataque que se nos aproxima.
Tardan un par de segundos hasta que los podamos ver y me sorprendo al sus figuras ser reveladas por la luz de nuestras antorchas. Nos enfrentamos a aparentemente humanos con armaduras y espadas como evidente indicio que eran aventureros. Pero difieren en un par de cosas, el color de sus pieles es oscura como el alquitrán, sus ojos brillan como las llamas del mismísimo infierno y tienen un rostro sonriente de completa demencia.
Pero su peculiar apariencia no es lo que más me sorprende, sino su increíble fuerza, los cuales al golpear con sus armas las espadas y escudos de mis sirventes los arrojan un par de metros como si hubieran sido embestidos por un buey o algo por el estilo.
Entonces me pregunto intrigado mientras observo como derrotan fácilmente a algunos de mis soldados.
'Interesante... Me pregunto cómo es que pueden ser tan fuertes.'