Mientras Laria salía de la habitación la angustia de Quisil crecía cada segundo aún más, aun cuando cayó la tarde y regresaron de su búsqueda seguía inquieto, en ese instante en el que desmonto el caballo, lo atajo Terus que acaba de llegar para hablar con él.
Frente a frente, Terus comenta —: Quisil, hay problemas entorno a tu incursionador en Neoshin —Este mira a Terus asombrado y responde—: ¿No lo creo, yo di la orden que con el más mínimo movimiento de los Lucemfer, Samuel se retirara, él es muy cauteloso por eso le otorgue la tarea.
—Te contare lo que viví el día de hoy, pero primero —dice Terus previniendo que alguien lo escuchara, observa a ambos lados y Quisil sin necesidad de más señales, entiende de una vez el mensaje, lo pasa a sus aposentos y ahí se retoma la conversación— Vino a verme ... desesperado, quería convencerme de que atacáramos Cogar, dijo que estabas fuera de control que tenías espías en todas las colonias, que tenías pensado derrocar a Eoser— gira su mirar a la ventana, se tornó muy poético en su momento, y Quisil exclamo—: Los Lucemfer reclutarían un ejército en las tierras desconocidas; el cómo, no lo logro descubrir Samuel antes de nuestra última comunicación, pero tenía entendido que dominaban ciertos miembros del concejo, esta información te la confió a ti por nuestro lazo, no por tu comportamiento para conmigo en todo el lapso que nos conocemos Terus.
Terus sonríe, deja salir una pequeña carcajada y girando su mirar hacia Quisil comenta—: Creo que hay muchos lazos que aun con todos los chismes y rumores que cruzan los 4 pasos hacia Loyal, no se conocen, espero aparezca tu muchacho pronto, después de todo es tu heredero y necesitas presentarlo pronto para asegurarle la vida —En ese momento, Quisil se lleva la mano a la cara y comenta—: No es necesario que me lo recuerdes, aun no puedo creer como deje que se incrustara en esta guerra sigilosa —Terus vuelve a girarse hacia la ventana y en tono fuerte dice— Para que tuviese un acto de hombría y supiera que es eso, es una acción un poco baja aun, recuerdo que nuestros tiempos era mucho mayor esa acción ¿a cuántos no mataste para que te consideraran hombre y parte de la familia? —Quisil se sirve un trago y riendo contesta—: Jajaja extermine una familia... Es muy triste, aún tengo sus caras en mi mente, ni el licor, ni las mujeres las borran y todo solo para demostrarle a alguien que era digno de portar un apellido que hoy quisiera no tener, para así desprenderme de todas estas responsabilidades inútiles Terus.
Terus deja la ventana y empieza a caminar hacia él, pero mientras lo hace dice—: A mí no me pesan estas responsabilidades, y no es porque me guste el poder, es por el simple hecho de saber que no todos pueden postrarse en mi puesto y hacer lo que yo, como yo ¿por qué? es difícil hallar a alguien que al tomar poder no se corrompa, no todos tienen esos dones —Suelta una carcajada y toma a Quisil de sus mejillas— Los Lucemfer tienen poder, pero quieren más y es de esperarse que se quieran deshacer de todos los demás una vez estando en el puesto, para tener un dominio total —le suelta y le pregunta—: ¿Pero dónde está su debilidad?.
Un momento lo piensa Quisil y responde—: En su codicia, luego que tengan todo el reino, se pelearan el puesto de rey —Terus asienta su cabeza en señal de que es correcto y se aproxima a la puerta, y ahí expresa—: En ese momento las 5 ciudades arderán y es lo que no quiero que pase, guerras pueden haber entre 2 de ellas, pero no quiero que todo esto salpique a las 5, tengo mis razones para creer que luego de eso, el reino de Forsvarer no se levantara nuevamente.
Sin dejar más nada fuera Terus se retira.
Ya caía el sol y los representantes de Neoshin se hacían presentes en la puerta de la casa de la Terra-defensora de Magnair, en esta por supuesto habían algunas personas demás; estas eran contribuyentes de muy buena mano, para sostener el ejército a las afueras de esta ciudad, a estos no se les consultaba sino que solo se les notificaba los pasos a dar.
Mientras todos los invitados llegaban, Sórem se acercó a la habitación de Ursula y muy enfadado expresa—: Además que nos utiliza, se roba nuestro ejército y nos humilla poniendo a alguien de su familia en tu puesto, no se presenta en el anuncio de nuestras fuerzas a los contribuyentes —Sórem suelta una muy rabiosa risa y dice—: Me imagino que lo siguiente será que adoptara a Baren como hijo suyo.
Ursula mientras se coloca un colgante deja ir una risilla y lo observa con ganas de comentar algo pero se contiene y vuelve a mirar su espejo, pero esto lo nota Sórem y comenta—: No ocultas nada, supongo ¿no Ursula? —Esta lo vuelve a mirar pero esta vez con indiferencia y pregunta—: ¿Qué te puedo ocultar, Sórem? —Vuelve al espejo y desde esa posición dice—: Tu eres mi único aliado en esta aventura hijo mío, solo pido que cuando me vaya protejas a tus hermanos, por más lejos que estén. — Sórem se ve un poco distante con las palabras de Ursula y comenta—: Ni me has dicho a donde enviaste a Baren —gira su cabeza dándole la espalda y pregunta—: ¿Cómo proteger lo que no tengo?
Llega la hora de la cena y ya todos reunidos hace su entrada Sórem, tomado del brazo por su esposa toman sus lugares, en cuestión de momentos baja Ursula, su vestido era una muy fina tela, su bordaje era perfecto, no tenía detalles, parecía que se había gastado millones en él, su calzado era único, sus colgante era de diamantes y oro; al tocar el último escalón ordena que toquen un ritmo bailable, y a su primera pieza invita a su hijo, Sórem atiende el llamado y de inmediato pregunta—: ¿A qué se debe esta celebración Ursula? —Esta de inmediato responde—: El inicio de un nuevo tiempo en Magnair, tras el gobierno de un nuevo Terra-defensor. —Sórem destila rabia pero pronto se tranquiliza, no puede dejar que los invitados vean sus descontentos, pero aun así disimuladamente—: ¿Piensas celebrar un gobernante de otra tierra? —no espera respuesta y comenta—: Que repugnante acto, Ursula de Semper, mi padre no hubiese aprobado esto. —Ursula sonríe y dice con su cara en alto—: Tu padre me enseñó a hacer lo que hare.
Mientras se daba el baile en Avesic, Helio discutía con Tirsia en los establos, a poca luz y aun así se notaba la molestia de Helio que expreso—: No podemos quedarnos con los brazos cruzados, hermana nuestro padre no puede cargar solo con esta guerra silenciosa. —Tirsia repele con su cabeza señalando su descontento con esta acción y comenta—: Si hasta ahora no había dicho nada es por algo, no creo necesite de nuestra ayuda a tan gran escala... yo creo que deberíamos hacer lo que venimos haciendo y solo acatar lo que él dice, no debemos tomar responsabilidades que no nos son nuestras Helio, comprendo tu preocupación pero no es nuestra. —Este se rasca la cabellera y dice en un tono un poco alto—: No, Tirsia lo que sucede en Avesic nos corresponde tanto como a Terus como a nosotros y conozco mucho a nuestro padre y si nos dijo es porque confía en nosotros y cree que tenemos la capacidad como para ayudarlo.
En este último intento Tirsia sede y ya cansada de discutir pregunta—: ¿Qué necesitas que haga?