En Cogar Laria se había quedado un cargo de todas las labores con la reciente salida de Quisil y Laura, pero está en una vez de atenderlas se mantuvo en su habitación solo mirando por la ventana, como en la espera de alguien.
De un momento a otro casi perdida en su pensamiento Laria no nota que alguien poco a poco se va posando tras ella; acercándose esta persona fue recogiéndole el cabello, pero ella en vez de llamar a alguien o hacer ruido, parecía dar aprobación a lo que esta persona le hacía, con cada beso en el cuello esta parecía estar más contenta, hasta que una de aquellas manos desconocidas pareció desaparecer, en ese instante Laria pareció estar asombrada.
Paso un instante en que no se supo de ella hasta que apareció nuevamente rozando su pantorrilla de abajo hacia arriba, poco a poco subiendo, aquella no quería querer detenerse ahí, así que decidió subir un poco más; la mano que sostenía su cabello paso a su cuello y la de abajo levanto su vestido dejando caer las bragas que usaba, sin esperar más que segundos luego de esto los gemidos de Laria comenzó a llover, muy rápidos e incesantes, aquella mano que había levantado su vestir paso a su boca, parecía querer hacer el menor ruido posible, mientras esta giraba sus ojos meciendo su cuerpo en esa ventana de adelante hacia atrás y de atrás hacia delante.
Al terminar aquel momento de placer Laria subiendo sus bragas comentó—: Siempre en las sombras; yo esperaba tu llegar y resulto que ya te hallabas aquí. —Aun en el anonimato aquella persona exclamó—: Si todo resulta como me prometió Sórem, no habrá más anonimato ni llegará sin aviso de mi parte. —Laria aun sin verle frunce el ceño girando sus ojos hacia arriba—: Espero sea pronto, ya no soporto a Quisil, Rowan. —Aquel riendo levemente le da un beso al igual que un abrazo desde atrás y suspira—: Solo quedan días, Laria, solo días. —Mientras este lo hacía desde la ventana se vio abordar el reino el carruaje de Quisil.
En Neoshin se había hecho presente Tirsia, pero corría con la mala suerte pues Osfer y había salido con rumbo a Magnair y quienes se hallaban eran, Condrac, Yoldric y Mauro, aun adolorido pero un poco más recuperado en el trono se hallaba Condrac cuando entro a la sala la hija del representante de Avesic; tan pronto entró Condrac comentó—: Si Terus te envió para iniciar una nueva disputa por tierras, es mal momento, no estamos para peleas por terrenos. —Tirsia observo la cara de todos y de inmediato comentó—: Lo noto, al parecer les preocupa algo, pero no vengo a iniciar discusiones, ni por terrenos, ni por nada; mucho que menos vengo a enterarme de sus asuntos por suposiciones… vengo a ofrecer mi mano a los Lucemfer, para así dar inicio a una era de unión. —Yoldric y Mauro quedaron totalmente sorprendidos, pero Condrac no; la acción de Condrac fue la de acomodarse en el trono como si fuera del, en una pose de pocos modales y sonreír diciendo—: Esto Terus no lo sabe. —Tirsia con la frente en alto negó—: Pero lo aceptará. —Yoldric miro a Condrac en conjunto de con Mauro y Condrac los miró a ellos.
Nadie decía nada, quien parecía tener el dominio era Condrac y hasta él se había quedado mudo, dando aires de grandeza a Tirsia, hasta el momento en que Condrac mencionado—: Bien, ya que viniste personalmente a ofrecerla, los Lucemfer aceptaremos tu mano con gran honor, pero hay un pequeño problema.
—Tirsia algo sorprendida preguntó—: ¿Cuál? —Y fue Yoldric riendo quien expresó—: Trajiste una propuesta, trajiste tu mano, pero no trajiste el nombre del hombre a quien se la darías. —Condrac levemente sonríe y comenta—: Exacto, no ha dicho cuál es el Lucemfer que quiere que la despose… También que no le quedan muchas posibilidades Lady, Osfer está ya casado, yo sin duda también y Oscar lo tenemos en proceso, restarían Yoldric y Mauro— Hace una pausa señalándoles y continua— y sobre ellos estarían sus posibilidades.
—Tirsia en aquel momento les observo y sin pensar mucho dijo—: Yoldric, con Yoldric me casare, si acepta mi mano. —Condrac rio carbonatado y dijo—: Perfecto, ahora solo faltaría fijarle fecha a la boda. —Tirsia de inmediato interrumpió diciendo—: No hace falta, la boda será en 2 días ya Helio está haciendo los arreglos, solo hacía falta su aprobación. —Condrac sonriente se levantó del trono y comentó—: Ya tenías pensado todo ¿he? —Tomó una pausa y mirando a sus hermanos dijo—: Lo que me gustaría saber saber es: ¿Qué planeas? —Tirsia firme frente a él señaló—: Solo unión, la unión de las dos familias más fuertes actualmente en Forsvarer, quizás la unión de territorios, quizás fundar una nueva ciudad, pero quien sabe que grandes cosas se llorarían con esta unión. —Condrac aceptó lo expresado y se volvió a postrar en el trono exclamando—: Ten cuidado con las ambiciones, ese será mi consejo, pues como pueden dar inicio a grandes cosas como tu expresas, también pueden traer tragedias y catástrofes inimaginables. —Colgando su mano en su frente tomo una pausa y con los ojos cerrados dijo—: Si todo está planeado solo quedaría dar aviso al señor de este trono y dar bendiciones a la próxima pareja. —Con una sonrisa y semi-reverencia Tirsia se retiró.
En Magnair había mucho movimiento, soldados en cada esquina de la ciudad. Osfer al ver esto de inmediato supo que Sórem se preparaba para el ataque y apresuró al dirigente de su carruaje para llegar lo antes posible a la casa donde regia Sórem.
Al llegar, Sórem le llegó en su sala diciendo: Al menos algo bueno saldrá de todo esto; el señor de Neoshin otorgará una reverencia en conjunto de una disculpa ante alguien por primera vez. —Frente a él Osfer rió y comentó—: Si eso necesitas con gusto lo haré, pues no soy tan orgulloso como para no hacerlo, pero desde mi perspectiva parece que necesitas un consejo más bien… Y mi consejo para ti será: Retira la orden de alerta en tus soldados. —Sórem enfureció y levantándose de su silla gritó—: ¡NO NECESITO CONSEJOS! —Tomó un respiro y continuar— Y menos tuyo, si viniste a eso, has fallado mi orden se mantendrá. —Osfer ver al suelo caminó a su derecha 3 pasos y al detenerse dijo—: No vine por eso… y lo sabes, uno de mis hermanos llegó golpeado y el otro se mantiene prisionero, quien sabe dónde le tendrás. —Sórem ríe nuevamente sentándose y expresa—: No, no tengo prisionero Osfer. —Osfer ríe un poco y pregunta—: ¿Le soltaste entonces? —La cara de Sórem tomó un aspecto placentero mientras dijo—: Si, le liberé, le liberé de su peso, de las ataduras, le liberé de sus heridas, le liberé de la vida. —Tomó una pausa para reír fuertemente mientras Osfer fue llenándose de ira y luego comentó—: Debo reconocer que fue fuerte, mucho más fuerte que mi madre, hasta el último suspiro esperé su rendición. —Cerrando sus ojos negó con su cabeza—: Nunca llegó, debo admitir también que me gustado tenerle sirviéndome lealmente. le liberé de la vida. —Tomó una pausa para reír fuertemente mientras Osfer fue llenándose de ira y luego comentó—: Debo reconocer que fue fuerte, mucho más fuerte que mi madre, hasta el último suspiro esperé su rendición. —Cerrando sus ojos negó con su cabeza—: Nunca llegó, debo admitir también que me gustado tenerle sirviéndome lealmente. le liberé de la vida. —Tomó una pausa para reír fuertemente mientras Osfer fue llenándose de ira y luego comentó—: Debo reconocer que fue fuerte, mucho más fuerte que mi madre, hasta el último suspiro esperé su rendición. —Cerrando sus ojos negó con su cabeza—: Nunca llegó, debo admitir también que me gustado tenerle sirviéndome lealmente.
—Osfer con la cabeza abajo y lágrimas recorriendo su rostro dijo—: La última cosa que debiste hacer fue asesinarlo. —Levantó su frente y sonriente expresó aun con lágrimas—: La única persona que te había sacado del lio que está por venir… Era él, ahora te ahogaras en tu sangre, yo mismo me aseguraré de eso. —Dándose un giro salió de aquel lugar.
Tan pronto salió un hombre vestido de guardia entró.
—JAJAJA parece que el señor Osfer no tolera perdidas irrelevantes. —Sórem desde el trono comentó—: Cuidado Tesogian, recuerda que tengo restringido asesinar soldados, pero últimamente ignoro las reglas. —Ambos rieron y al terminar—: Solo vine a planear con usted el ataque, mi lord. —Comentó Tesogian y Sórem le respondió—: Para que funcione el plan no deben quedar sucesores —Tomó una pausa—: Si mal no recuerdo mi padre cuando cumplí 15 m comentó que el trono por ley siempre volvía a los Celíce y sus descendientes; los Celíce siempre son pocos por esta razón, pero hoy en día de ellos solo queda Eoser de descendencia directa. —Tesogian carcajea y comenta—: Entonces no quedan cabos sueltos. —Sórem lo miró fijamente y dijo—: Hay que ver que los músculos solo te sirven para masacrar cráneos, porque para pensar no… Descendientes de los Celíce son los Orsvar, necesitaré que te encargues de los que tienen edades para ascender, Helio, Tirsia y Tárion. —Tesogian apenado lo miró y preguntó—: ¿Lord Terus también debería desaparecer? —Sórem rió y le dijo—: Si, debería, pero tengo ganas de encargarme yo mismo del, el día del golpe.
A Avesic retornó su lord y al ir desmontando su corcel sus hijos más pequeños corrieron a abrazarle, detrás se hicieron presentes Helín y Helio con gran alegría a comentarle lo sucedido con Quisil, pero la impresión de Terus fue por no ver a Tárion y Tirsia con ellos y sin esperar preguntó—: ¿Faltan Tárion y Tirsia? —Helio de inmediato bajo la cabeza y se propuso comentarle a su padre lo planeado pero en ese momento llego el carruaje de Tirsia, al desmontar Tirsia muy contenta expresó—: Me casaré. —A Terus esto le impresiona pero no le disgusta por lo que de inmediato pregunta—: ¿Quién será el afortunado? —Está abriéndose paso y abrazando a Helio comenta—: ¡Yoldric, Yoldric Lucemfer! —A Terus refleja que se le acaba la gracia en su gesto pero de inmediato comenta Helio—: Y yo con Laura, Laura Flamewar… Hoy se hizo presente Quisil y me la propuso.
Todos se regocijan y luego de un momento vuelve Terus preguntando—: ¿Pero dónde está Tárion? —Mira a su mujer mientras le abraza y expresa—: el debería estar aquí y tampoco nadie me ha comentado sobre él. —Tania hace un gesto inocente fingiendo no saber nada y Terus le mira riendo, la toma en sus brazos y cargándole le doce—: Tú sabes dónde está, ha de estar ocupado. —La niña riendo comenta—: No puedo decirte papi, él me dijo que no le podía decir a nadie. —Terus algo impaciente le baja y le dice al oído—: Pero no se meterá en problemas conmigo si me dices, ni tú con él, pues yo no le diré. —Tania luego de pensarlo le dice al oído lo sucedido y Terus se torna un poco más serio se levanta y luego de pensarlo mejor sonríe diciendo en voz baja—: Bien, así que Tárion es ese hijo.