—¡Aaah!— Comienzo a gritar por el insoportable dolor. —¡Maldición... Aaah!
El gigante me dice en un tono alegre y sádico —¡Te voy a hacer sufrir débil humano!
Llega el momento en que la presión ejercida sobre mi brazo izquierdo es tanta, que no puedo soportarlo más y puedo escuchar claramente el crujido del hueso romperse.
—¡Aaah, mierda, Aaah!— Mis gritos son desgarradores.
—¡Jajajajajaja! ¡Sufre infeliz, sufre!- Escupe en mi rostro. -Tus gritos son música para mis oídos... ¡Jajajajaja!- Se carcajea sin compasión.
—¡Por favor ayuda! Cual.. Cualquiera... ¡Ayúdenme!—Suplico a los demás desesperadamente.
Mis gritos y voz son cada vez más lentos por la falta de aire, no creo soportar más pero los muy cobardes a mi alrededor solo se limitan a observarme con indescriptible y temor en sus rostros en un verdadero acto de impotencia.
Prácticamente me encuentro a un segundo de morir y es cuando ocurre lo que a estás alturas no me esperaba.
El hombre vestido de militar aparece en el aire justo al lado mío con su gran hacha de doble filo alzada por encima de su cabeza que precipita con toda su fuerza contra el brazo del gigante que me sostiene.
—¡No te preocupes chico, no estás solo!- Su voz suena fuerte y decidida.
""Flinnnnn """
Se puede escuchar claramente el vibrar del acero de su arma cuando entra en contacto con el hierro de la armadura y posteriormente el hueso del brazo de mi captor, me libra de un solo corte de las fauces de la muerte y caigo junto con el brazo al suelo.
—¡Aaah! ¡Aaah!— Sus gritos incontrolables y desgarradores llenan el lugar mientras se retuerce por el extremo dolor.
Seguidamente la chica que le había cortado el talón con anterioridad, surge de la nada frente a él, le corta la garganta tras haberle clavado la punta de su lanza en está y desplazarla a un lado dejando salir sangre a montones como si de una regadera se tratase, permitiendo ver claramente el interior de su garganta mientras éste se asfixia con su propia sangre.
Después se escucha con mucho júbilo la voz de nuestro anfitrión a forma de festejo. —¡Y la prueba de iniciación a terminado! ¡Mis más sinceras felicitaciones a los que la han podido completar!- Recupera el aliento y continúa con sus agradecimientos. —Esta prueba de verdad que me resultó increíblemente satisfactoria. ¡Tres de ustedes han sido capaces de liberar el poder de su arma sagrada, eso no es algo muy común en una prueba y menos aún en la primera; eso es una clara demostración de que en este grupo hay muchos virtuosos candidatos a héroes— Pronuncia con mucha satisfacción. —En verdad que espero que en las siguientes pruebas sucedan resultados similares... Jeje, eso sería algo maravilloso de ver.
Yo me limito a reincorporarme lentamente tratando de tener cuidado de no lastimar mi brazo roto que se balancea cómo si fuera de goma.
Tras haberme puesto de pie dirijo mis ojos minuciosamente hacia mi alrededor, trato de calcular por medio de la cantidad de cuerpos destrozados que muestran su interior y sangre esparcidos cómo agua sobre una superficie, la cantidad de pérdidas que sufrimos, con una furia interior que hace que respire agitado y apriete los dientes.
Mis pensamientos de decepción y frustración inundan mi cabeza. «A este ritmo nadie va a completar este terrible juego».
No me contengo más ante la forma sádica de cómo muestra que le divierte nuestra agonía a esa voz que viene de la nada. Dejo salir toda mi furia retenida.
-¡¿Pero qué clase de estúpida segunda oportunidad es está, en la que para poder reencarnar en otro mundo tenemos que superar o mejor dicho sobrevivir estás pruebas absurdas?!— Grito muy furioso al ver las casi nulas posibilidades de lograrlo —¡NO ME JODAS! ¡Esto es nada más que para hacernos sufrir la muerte por segunda vez y así divertirte desgraciado!- Desgarro mi garganta gritando al aire sin saber hacia dónde mirar.
De pronto en aquel lugar se escucha un absoluto silencio, puedo percibir cómo las miradas de sorpresa de todos se ciernen sobre mí que prácticamente puedo escuchar sus pensamientos de que estoy loco en haberle hablado en ese tono al Administrador.
Aunque no lo parezca entre toda está ira que está plasmada en mi rostro, yo estoy perfectamente cuerdo, al contrario puede que sea el único que tiene el pensamiento más claro y objetivo aquí.
Tras haber transcurrido varios segundos de silencio absoluto, el Administrador comienza a hablar algo atónito con mis palabras colmadas de rabia.
—Creo que nadie nunca me había hablado en ese tono. De verdad que me sorprendes chico, no solo demostraste tener determinación y habilidad en el combate sino también un carácter fuerte que no teme en expresar lo que siente. Algo tanto bueno cómo malo dada la situación en la que te encuentras, deberías recordar siempre eso y aprender a controlarte.
Cambia su tono calmado por su habitual alegría sádica.
—Me caes bien chico, prometes mucho. Pero no eres tú nada más, los dos que te han ayudado también han despertado mi interés, en cuanto al resto... Veremos más adelante cómo lo hacen, al menos han sobrevivido. Ahora les voy a enviar a otro lado a que tomen un ligero descanso de dos horas y se equipen mejor. ¡Así que nos vemos en la siguiente prueba mis futuros héroes!— Habla nuevamente encantado por la situación.
Comienzan a aparecer los mismos diagramas rojos en el suelo bajo nuestros pies y nuevamente me habla tras haber recordado algo.
—Por cierto voy hacer que te sanen ese brazo, no voy a permitir que participes en la siguiente prueba en esas condiciones.
Cuando las luces alcanzan su mayor intensidad grito aún más enfurecido al ver que ni siquiera le tomó importancia a mis palabras. —¡Aaah, MALDITA SEA!