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Chapter 57 - 57: Debilidad absoluta (II)

La sorpresa de que no estuviera atravesado o muerto fue por parte de todos los que estaban en el coliseo. Reinas, reyes, nobles, estudiantes, campeones. Especialmente se escucharon los sonidos de una bestia golpeando contra la jaula que la contenía.

Charles había decidido hacer las cosas rápido. Mi madre estaba en una jaula colocada en la zona de los humanos. Y al verme sobrevivir un golpe pude sentir su emoción, los golpes de aquellos grilletes contra la jaula. Los gritos. También la escena me daba algo de escalofríos. Ella era una mujer fuerte y corpulenta, pero su musculatura había disminuido y sus ropas eran harapos.

Al dejar de ver a aquella mujer por la que peleaba miré directamente a mi contrincante. Su rostro era de emoción, una emoción que me causaba miedo. Cómo un perro que no rompe algo al primer mordisco y está por probar cuántos puede aguantar.

Ella estaba por hablar, pero no era un idiota con pocas ganas de vivir como para dejarle descanso o tiempo de reacción a mi contrincante. Los hechizos de octavo nivel se acceden de distintos modos. Para un mago es con el conocimiento casi perfecto de la forma de generar un hechizo. Alguno podría llamarlo como que fuese matemática, pero era más hablar y escribir en un idioma. Un idioma dónde las palabras.

"Infierno en tierra"

Y la escritura nanometricamente perfecta hacían que un hechizo de nivel 7 pase a ser de nivel 8. Normalmente infierno en tierra aparece como una modificación del terreno que levanta pilares de fuego y calienta la zona. Eso es cuando se trata de un hechizo de nivel 7. Pero las cosas cambian al ser de nivel 8. Lo que anteriormente solo afectaría a la tierra afecta al usuario también. Su cuerpo es cubierto por una capa que le permite resistir las altas temperaturas, el fuego es más una especie de plasma a temperaturas casi de la superficie del sol. También esto es controlado por quién lanza el hechizo.

Parecía que a mi contrincante el calor no le afectaba mucho... O así parecía querer mostrarlo. El cambio en el terreno le hizo tener que sacar alas. Aquellas con escamas de varios colores que impresionaban a todos los espectadores. Utilizaba un hechizo así solo con una razón. Me encontraba en el suelo, por lo que ella tendría algunos problemas para verme cuando me ataque.

Se acercó a mi volando, su velocidad era menor que la de un impulso con sus piernas. También su movimiento era menos "preciso". No había practicado con sus alas en ambientes extremos. Lo que me permitió una abertura, al esquivar con un suave movimiento le devolví el gancho vertical en su abdomen. Pensé que solamente causaría un daño menor, pero la fuerza de mi golpe fue devastadora. Ella saldría volando hacia arriba y golpeó con una especie de cúpula. No tenía heridas, pero se agarró la zona del abdomen que golpee.

Mi festejo no duró demasiado. El tamaño de aquellos guantes creció para parecer más guantes de boxeo que simplemente guantes, y cuando volvió a lanzarse hacia mi y esquivé dió un golpe tal que aquella zona fue destruida. Partes de lava y magma del suelo salían hacia todos lados, y empezó a atacar con rápidas oleadas de ataques que parecían más que balas pasando por cerca mío. Al encontrar una apertura mínima me agarré a su brazo, pasando mis piernas por este y llegando a su hombro. Con mis piernas cerca de su cabeza le di un golpe a la misma mientras que intentaba inmovilizar el brazo o quebrarlo.

No salió nada bien, ella únicamente me sostuvo e hizo lo obvio. Darme dos golpes, el primero fue en mis piernas, el segundo en mi brazo izquierdo. A diferencia del gancho el sonido salió después de unos instantes después que el golpe. Tuve que dejarme caer mientras que sentí mi brazo totalmente roto y mi pierna por desaparecer de la existencia.

Me alejé lo más rápido que pude, y al tomar cierta distancia puse mis manos en la tierra. Usaría algo que normalmente es un hechizo de nivel 4. Pero modificado para cumplir un muy mejor objetivo.

"Lanzas de gea."

Tener dos elementos era algo asombroso de por sí. Ser capaz de usar hechizos de nivel 8 con ambos... Llevaría mil años.

La formación de lanzas de tierra de un color rojo brillante causó sorpresa. Y más sorpresa las causó cuando se volvieron pequeñas agujas. Millones de agujas que eran como cabellos dorados se dirigieron desde todas direcciones a la dragona, quien usó sus alas para cubrirse. El sonido era el del silbido de flechas y además de como golpeaban contra escamas de un dragón. El golpe cesó, pero no por la falta de agujas. Las alas que antes eran magníficas ahora tenían huecos, estaban en cierto punto como si la hubieran atravesado balas. El dolor se escuchó con un grito. Y pude sentir un miedo enorme.

Entendí por qué los campeones eran el equivalente a jefes finales. Tenían más de una forma.