Mientras que salía de la arena me ponía a pensar... Por qué. Estaba siendo abucheado con una enorme intensidad por personas a las cuales había yo mismo salvado. Cómo si fuese el malo de la película por no haber esquivado o haber muerto en el instante. Pero en cierto modo lo entendí. Muchas apuestas se perdieron por mí, quizá alguna familia se arruinó e incluso tal vez desperté a algún bebé que extrañamente había sido traído a unos duelos por tierras.
Con el paso de mi combate se intentó rápidamente reparar los daños que fueron causados, el terreno infernal tuve que desactivarlo mientras que miraba un sitio para dormir. Mi cuerpo estaba hecho pedazos y el dolor fue hasta penetrante, quizá no me llegó el golpe, pero la fuerza necesaria para consumirlo era como detener un golpe con la cara, aunque no dolió tanto como el golpe directo, todavía estaba doliendo.
Había una camilla desocupada, por lo que sería el sitio donde iba a descansar. Todo el torneo era durante cuatro días. Y se los voy a resumir bastante. El segundo día me enfrentaría a Alexandra, parecía que habían tenido que hacer algunas rondas para salvarse. no importaba mucho. Cuando era la cena fui a ver a mi madre. Las opiniones en ese punto no me importaban, incluso los guardias hicieron como si no existía mientras que yo me quedaba mirando a aquella mujer enjaulada. Aunque se notaba que ella era la que más confundida por mi aspecto. Me até mi cabello largo para así pasarle algo de comida que aceptó con mucha felicidad.
J.I:"Así que... Tu eres mi hijo... No eres tan adorable así... ¡Pero si que eres fuerte por dios! ¿Cómo hiciste eso del fium, cuchau absorber y demás?"
"Bueno... Hice mis propias aventuras. Me vienen bien para salvarte, ¿no lo crees?"
J.I: "Y que lo digas, ya sentí la hoja caer en mi cuello cuando te ví allí en problemas... Gracias hijo... Yo... Nunca pude protegerte."
"No exageres, apenas si estuvimos juntos. Además... No sabemos quién es el enmascarado que evitó la invasión. ¿No?"
Su risa fue algo agradable de escuchar, estábamos en la noche y decidí hacerme un lugar a su lado donde poder dormir tranquilo. Nadie se iba a acercar a menos que fuese un mago de octavo nivel. También le dí y coloque ropas más cómodas y le ayudé a limpiarse. Mis instintos me decían de liberarla en ese instante rompiendo la jaula que la tenía y escapando. Pero todavía algo me decía que era mucho mejor no pelear con todos y hacerme la persona más odiada.
Al levantarme miraba a las personas a mi alrededor, llevaba ropas sueltas y bastante rotas ya que no me había cambiado desde mi combate contra Viola. Ahora sí vería los combates pero con algo de sueño y hambre todavía. Un hambre que era una mezcla de necesidad de alimento por mi fuerza adquirida y por gula. Empecé a comer y comer como si fuese un foso sin fondo, aunque mi cuerpo se cansó rápido tuve que comer más y más. Aunque algo en mi cabeza apareció. Cómo tal la magia de caos podía hacer muchas cosas, era un arma bastante extraña, pero muy eficiente. Asi empecé a comprimir alimentos, haciendo pequeñas pastillas las cuales al comer me darían los carbohidratos necesarios. Con mi necesidad de nutrientes calmada me preparé para mí pelea. Afilando mis armas y reparando mi ropa.
Una campana empezó a sonar y mientras subía a la arena me sentía un poco más tranquilo. Al llegar allí me retiré mi capucha, atando mi cabello para más comodidad y mirando a quien era mi contrincante. Alexandra estaba frente de mi con sus armas levantadas y pidiendo aplausos. Parecía que le gustaba bastante la atención y antes de iniciar como tal su cuerpo crecía poco a poco. Se notaba más tonificado y lo que eran dos hachas para dos manos ahora las usaba como si fuesen unas pequeñas. Su tamaño era considerablemente mayor al de Viola.
Iba a empezar como ella y así saqué mis armas, una en cada mano. Habían crecido en tamaño después de la primera pelea... Y la criatura que estaba en el interior de ellas me dió un corto mensaje. 'Consume'. Rem aprendió a hablar conmigo... Me dió un escalofrío, pero no pude relajarme, ya que después de un estruendo dos hachas cayeron encima mío y las detuve con Slayer. El impacto hizo que el suelo se agriete. No había tiempo para criaturas monstruosas.