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Chapter 62 - 62: Prodigio contra vergüenza (II)

Era extraño, totalmente extraño para mí. Todo mí cuerpo se tensó ante las palabras de Charles. Pero al mismo tiempo una cierta y extraña emoción me golpeó con un bate. Perdí un arma, ¿no?

Claro que no. Perdí un amigo y un aliado importante. Era extraño, porque pasar un tiempo muy largo con un arma como el único objeto que puedes poseer te vuelve muy apegado a ella.

La segunda ronda empezó con una imagen que a todos les sería muy desesperanzadora. Aquel chico alto, musculoso y rubio ahora tenía un cabello largo y blanco. Con sus ojos similares o más amenazantes que los de un dragón y con runas por todo su cuerpo. Recordé las palabras de mí misterioso amigo de cabello celeste. 'Elegido por todos los dioses menores'. Él no estaba recibiendo el favor de un solo dios. Recibía el de todos. Y su despertar hacía que pudiera controlar esa ingente cantidad de poder divino.

Con un adversario así hasta Viola siendo una dragona y que tenía a la diosa del poder como su patrona tendría cierto sentimiento de temor. Pero en mí caso no fue así. Mí cuerpo tembló con algo de ira y una sonrisa apareció. Mis ojos se abrieron, no porque estuviera impresionado, si no porque recibí un golpe en la mandíbula que me dejaría cercano a estar noqueado. Casi que sentí la vida salir de mí. Y pude devolver ese golpe. Usando magia de vida para arreglar mí herida y caos puro para mí puño. Dos estruendos se escucharon a la vez. Y ninguno de nosotros se llegó a mover ni un poco.

Aún así, usé la hoja de slayer para apuñalar su muslo, y conseguí atravesar un poco. Se sentía firme, como si fuese piedra. Aunque su muslo no fue lo único que recibió daño, una puñalada atravesó mí pecho, perforando mí estómago y haciéndome morder mí labio. Quizá el pensamiento de otros sería alejarse, pero no lo haría. Solté la hoja de Slayer y con ambas manos agarré el cuello de Charles, mientras que apretaba le di un fuerte cabezazo en su nariz, y cuando se aturdió un poco le di un codazo para alejarlo de mí.

Quité poco a poco la daga de mí abdomen, pero no podía reaccionar bien. Cuando quise usar magia de curación para cerrar la herida el círculo mágico se vio interrumpido por un golpe el cual llegué a interceptar con la daga. Al chocar un sonido metálico se hizo presente. Mientras yo tuve que recibirlo con ambas manos y curarme diciendo

"Palabra curativa grado 7"

Charles aprovechó qué él solamente tenía su daga tomada con una mano para golpear mí abdomen con la mano libre y hacerme sentir como mis órganos estaban a punto de salirse de mí cuerpo. No llegué a retroceder, no porque no pude salir despedido. Si no porque en un rápido movimiento agarré la mano del rubio y aprovechando la fuerza del golpe me hice a un costado, tomé su abdomen para levantarlo y en un derribo espectacular y de pura fuerza bruta terminé dejándolo en el suelo. Le puse su daga en la garganta y mientras mis heridas se cicatrizaban, cerraban y curaban. Mí vista era algo borrosa, cosa que los lentes solucionaron rápidamente.

En ese momento me habrían dado la victoria, si no fuese por esa maldita sonrisa de 'Justo lo que quería' que mantenía en su rostro.

C: "Concentración del caos"

Solo tres palabras me hicieron temblar y tener escalofríos. Hasta mí primer encuentro con Scarlett se sintió mucho más justo que esto. En el instante no pareció ocurrir nada, solamente a simple vista no pasaba nada. Pero eran como millones de fuertes golpes en cada zona. sentí incluso como si mis células se hubieran separado, pero estaba ni cerca de rendirme. Golpes que a otro destruirían me hicieron quedarme al borde de la vida. Con mí cuerpo temblando esa sonrisa que él tenía se transformó en cierto rostro con cierto miedo, sentí un líquido caliente caer por mí frente. Y no pude contener la risa. Uno, dos, tres, cuatro. Golpe y golpe sentí la forma que la cabeza del rubio chocaba contra el suelo.

Aún así, agarré lo que quedaba de Slayer, para golpearlo con el mango. Cuando ambos estábamos en el peor momento de nuestras vidas. O por lo menos yo lo estaba. Él se recuperaba con un aura verde muy suave. Aunque reconocía esa magia... No era suya, era de alguien más. Alguien que pensaba no tenía vida. Los golpes salían, aunque su fuerza habían disminuido y su velocidad también. Mí respiración era más lenta y me regeneraba a un ritmo muy muy lento. Incluso con magia curativa de séptimo nivel.

Mis manos se detuvieron, no por cuenta propia. Él las tomó y dió vuelta la situación. Si mis golpes eran estruendos, los de él eran una lluvia constante de explosiones fuertes. Ví bastante energía concentrarse en uno de sus puños. Por ello solo me quedó hacer una cosa.

"Consumir"

Y allí estaba... Me sentí fuera de mí cuerpo. Quizá la muerte no fue tan fea.