Entrenar fue bastante efectivo, efectivo en ciertos ámbitos, el entrenar mi inteligencia con mi madre era más que nada cultivarme un poco en todo lo que era historia, tradiciones, modales incluso. Mi inteligencia llegó tanto a que obtuve algo llamado "pensamiento doble" que me permitía poder trabajar en dos cosas al mismo tiempo o una con el doble de eficiencia, incluso mi memoria mejoró lo suficiente como para poder recordar todas las canciones del otro mundo para reproducirlas en mi mente.
Mi entrenamiento físico era solo una fachada, matar criaturas, ir de cacería solo. Buscar una vida un poco que era más salvaje ayudaba mucho a ello, por eso mi fuerza física había aumentado enorme mente. O por lo menos así lo sentía, aunque también noté algo más. Mi cuerpo temblaba, la ropa algunas veces se me hacía pesada, pero incluso así, cuando recibía un golpe mi delicado cuerpo ignoraba totalmente cualquier daño, incluso estaba tan enfermo y casi en un estado de anemia. Ese era el efecto de mi anillo...
Nombre: Anillo de la fragilidad.
Categoría: C+
Habilidades: Eres frágil.
Habilidades Legendarias [Oculta] Todo lo fuerte es frágil, y lo frágil es fuerte.
También tenía que aumentar mis capacidades en todo momento, por lo que comer frutas del dragón fue importante, sentía mi interior quemar después de cada fruta, el duplicar mis capacidades mágicas era como ponerle un motor de camión a una bicicleta, aunque sentía que iba a romperme constantemente, esa debilidad la cual apenas te hace levantarte de la cama. Cuando no estaba caminando o corriendo tenía que usar incluso una silla de ruedas, aunque mi sonrisa no paraba de crecer y mi madre se preocupaba. Aún así en cierto momento sentí todo mi cuerpo tensar mis músculos casi inexistentes. Cuando escuché de una mensajera algo que me paralizó. 'El campeón está viniendo'
Tenía muchas dudas sobre esas palabras, incluso pude ver a mi madre verdaderamente paralizada por unos segundos, parecía que... No, yo era el campeón, o eso era lo que me habían dicho. Necesitaba hablarlo con ese dios que me había tomado de mi vida pasada para traerme aquí, me sentí bastante dolido por unos segundos, mientras que todo mi cuerpo me decía que tenía que correr. Incluso mi madre decidió avanzar un poco con mi entrenamiento mágico que era en el cual más tenía problemas para avanzar, aunque en un par de días llegué a una cuarta etapa de círculo, lo que mi profesora vió como una gran superación para solo unos días. Hasta yo estaba sorprendido, aprendí algún que otro hechizo y mi objetivo eran ser un mago de décimo círculo, el cual era uno únicamente hipotético. Hasta me causaba un poco de risa ese tema.
24 horas seguidas de clases mágicas, prácticas y teóricas, aprovechando mi capacidad para aprender dos cosas al 100%. Incluso mi profesora hizo una copia de si misma para explicarme las bases de algo alcanzable para mí, el obtener un elemento secundario, Fuego, aire, tierra y agua eran algo básico, pero con un manejo mayor uno podría obtener una mejora sustancial de esas capacidades, las más comunes era el manejo de metal, rayo, hielo y el sonido. También se podían desarrollar combinaciones de elementos, cosas más y más específicas o especiales. También tuve que trabajar por mi mismo aplicando lo que reconocí como en lugar de alquimia algo parecido a un "signo" era capaz de sumar elementos, multiplicar la fuerza de hechizos, incluso encontré una hipotética forma de analizar y evitar que un hechizo sea lanzado, claro, mientras mayor el nivel más difícil era esto. Hasta el punto de que un hechizo nivel 6 lanzado por mi maestra me llevaría minutos de análisis al momento, usando mi doble capacidad. seguramente de nivel 7 llevaría unas horas y 8 un día.
El ambiente era cada vez más extraño, mientras que notaba que se hacían ciertos preparativos para la llegada de aquella amenaza. Según decían faltaba un día, por ello evité con todo mi corazón escapar. Mirando las frutas de dragón que tenía podría duplicar mi fuerza mágica para tener el nivel de un mago de quinto nivel. Pensando que seguramente él tendría una fuerza similar a mi decidí tomar la vía rápida para aumentar mi potencia mágica. Un hechizo de quinto nivel era impresionante teniendo en cuenta que hace un mes no podía hacer ni mover nada mágico ahora tenía capacidades un nivel menor a las de mi maestra.
Cuernos de guerra empezaban a sonar, lo que antes era una pequeña ciudad o pueblo grande muy tranquila ahora tenía muros, los civiles estaban evacuados, claro que yo también tendría que estarlo. Pero ignoré cualquier advertencia. Me coloqué mi armadura ligera y saqué aquel ultra espadón. Fue extraño, pero ahora mi vida al estar en 50 puntos fijos pude sentir como era hasta más manejable, como si su peso fuese menor al que pensaba en un inicio. También sonreí muy tranquilo y algo confiado para decir.
"Mostrar estado. Arma."
Nombre: Malapetaka
Categoría: S+
Requerimiento: 'El valor de ser cuando eres nada'. Capacidad de magia 'Caos'.
Habilidades: Potencia de la destrucción. Elecciones difíciles. Sacrificio por potencia. ------. -------. -------.
Habilidades Legendarias: Consumir todo.
Era... La primera vez que pude ver las estadísticas, y parecía que era un poco más capaz de usar aquel arma... ¿Acaso aquello mal llamado 'alquimia' era solo 'Caos'? También habían habilidades totalmente censuradas, necesitaba algo más. Aunque mi pensamiento se interrumpió con el sonido de un cuerno, que llamaba a las guardianas contra un ejército que marchaba hacia aquí. Allí pude verlo, cabello rubio, una sonrisa engreída siendo llevado en un trono de oro. Su ejército se veía infinitas veces más amplio que el de mi madre, pero no era tampoco solo tema de números, pude ver a su lado una cabellera roja como el fuego. Era ella. La asesina de Eleonor.