Claro que sentí un incremento exponencial en mis estadísticas, pero todavía recordé qué cosa me dijo en forma de aliento aquel dios que me había traído 'las campeonas van por las 8 cifras'. Yo ignoraba totalmente el revisar mis propias estadísticas y mi estado. Al no saberlo podía empezar a darme más maña viendo y sintiendo más o menos cuánto sería. Cada corte era más fácil, incluso cuando Cleffy venía a investigar y curiosear podía encontrarse con un crecimiento que le sorprendió a base de bien. Pasaron cuatro días sin descanso de cortar todo tipo de cabezas. Había dejado los platillos más interesantes al final, aquellas mujeres que se llamaban a si mismas grandes líderes que suplicaban mientras que miraban aterrorizadas como eran llevadas todas las personas al matadero. Gritos despiadados como 'Tengo familia e hijos. Vendrán a vengarme y quemarán todo esto.' A los que respondía con una sonrisa y con un simple 'Excelente, andamos faltos de prisioneros.'
Cuando la tarea finalizó miré mi cuerpo en un espejo, estaba bastante delineado, mínimamente podía decirse que estaba tan marcado como nunca antes había pensado que lo estaría. Aunque mi cuerpo y rostro eran dos cosas distintas, todavía era un niño, y al instante pensé lo estúpido que fue marcar músculo tan rápido... Dando un golpe en mi frente suspiré con cuidado, iba a quedar enano gracias a esto, de todos modos no me iba a preocupar por eso por ahora, tenía que aprender algún hechizo para alterar la forma de mi cuerpo, y hasta ahora solo pude aprender unos pocos. Gobi me había enseñado a como crear lanzas de tierra con una facilidad mayor de una manera práctica y teórica. Al final sí que sabía cómo manipular el maná de una forma teórica y lo había estado ocultando para parecer una tierna y amigable goblin.
Tenía todavía 9 días para el enfrentamiento, así que decidí perderme en el bosque para empezar a cazar criaturas. También buscando alguna que otra dungeon. En mi estado actual estaba seguro de que por mi mismo podría con una de un nivel B quizá, tal vez A. Nunca hay que estar tan confiado. Me detuve en el medio de mi trayecto... Mirando a todos lados me senté con las piernas cruzadas. Respiraba suavemente mientras que hacía algo que desde hace mucho no hacía. Proyectaba poco a poco maná hacia la tierra, buscando encontrar alguna emisión de energía mágica o algo que me diga que había una dungeon subterránea escondida en aquellas tierras. Con un rango un poco más amplio pude sentir una entrada a unos cientos de metros. Mi sonrisa se hizo grande mientras que me levanté y quité la tierra de mi pantalón. Empecé a correr en dirección de lo que había sentido, encontrando poca o ninguna entrada estaba en el lugar que había detectado. Por eso tomé aire, dando un golpe fuerte hacia el suelo, encontrando bastante rápido un sello en una superficie de piedra que parecía una tapa de alcantarilla típica de las películas.
"Bueno, hay que probar mi fuerza... Pero no tengo armas. No buscaré morir aquí así que cuando se complique demasiado me voy. Y ya estoy hablando solo... Yay~"
Tuve un leve escalofrío, quizá solo era la oscuridad que parecía impenetrable de aquella mazmorra. Al bajar pude sentir un olor no muy agradable. Bastante como ácido... Después de ello nada. Mis ojos no estaban acostumbrados aquí, por lo que al encender una luz pude notar por qué ese olor tan picante y extraño en el aire. Hormigas, de un tamaño enorme frente mío. El olor de un extraño organismo causó una forma de frenesí automático. Se lanzaron contra mi, intentando agarrarme con sus pinzas me hice hacia atrás, eran lentas o yo era muy rápido, al dar un paso hacia atrás quedaron con sus cabezas descubiertas, me tuve que acercar para golpear sus cabezas a mano desnuda. Eran dos, y murieron de un golpe. Pero se notaba que por lo palida que eran solo se trataban de recién nacidos y de obreros. Buscar a una reina era importante, y esperar que no sea una mazmorra con hormigas que puedan tener múltiples reinas, aunque por su agresividad a nuevos visitantes podía ser perfectamente una de esas.
Mi respiración tenía que calmarse, y empecé a usar control del aire para ocultar mi aroma, analizando los cadáveres pude ver una falta de ojos como estaban bajo tierra tenía sentido, las entradas estaban cerradas pero seguramente tenían algo así como trampas para animales.
Usé una ráfaga de viento para detectar cuan lejos estaba de las otras hormigas. era bastante. Así empecé a caminar usando una luz hecha con magia de ese elemento, estar en una cueva llena de hormigas y sin saber cuánto oxígeno entraba... Eso me dió una idea. Había aprendido un hechizo interesante. Una bola de fuego que superaba el nivel de círculo que tenía. Pero el modo de hacerlo era patético. Tenía que juntar 100 sellos de hechizos similares de un nivel menor. Aún así... Empecé a conjurarlos poco a poco, pero me volvía más rápido mientras que más avanzaba. Pude notar el objetivo que se estaba acercando con una forma de amenaza muy grande. Por eso solté una suave sonrisa, tenía un hechizo listo que lancé hacia las hormigas, un chillido sonó al impactar, y algunos más posteriores, parece que eran nuevamente solo algunos obreros, aunque por lo que veía unos 8. Mi caminata continuaba hacia abajo, por un segundo mis ojos se iluminaron, si había alguna larva de reina podría tener una granja de hormigas en caso de ser domesticables.
Avanzando y avanzado cada vez eran más las hormigas, hasta que encontré un camino principal. Esto sería largo, por lo que una vez en el lugar que teóricamente conectaba todo junté aire en mis pulmones llenos de maná para lanzarlos en cada dirección, podía sentir como al encontrar un cuerpo se tenía que dividir. Por mis sospechas ir hacia la arriba me llevaría con las hormigas que no habían recibido la señal todavía, aunque muchas estaban bajando, ir hacia abajo me mandaría contra la reina. Por eso decidí subir, los obreros eran lentos pero sus mordidas podían ser dolorosas si me alcanzaban, también cuando maté uno de una forma más limpia reventando su abdomen agarré su cabeza, tenían el tamaño de una moto. Por lo que podía usar su cabeza como unas especies de hojas con un escudo después de una buena limpieza. Ahora con un arma me encontré por primera vez una soldado. Con el tamaño de un camión eran la principal razón de por qué los caminos tenían techos tan altos. Incluso eran más rápidos que las obreras, y por obvias razones más fuertes y resistentes. Tuve que apuñalar muchas veces a una en su abdomen, el lugar tan cerrado me daba ventaja. Lo bueno de ser cada vez más fuerte es que cada vez es más fácil. Después de llegar a matar 20 soldados y más o menos limpiar de todo lo que había la parte superior. (con unas 300 hormigas obreras.) Empecé a bajar.