Me desperté en mitad de la noche, sentía mi mano ser tirada y estar tocando algo suave aunque bastante húmedo, como sudoroso. Abrí mis ojos y saqué mis lentes de mí anillo para poder ver lo que estaba pasando. Podía ver a mí madre tocándose, usando mí mano contra su abdomen y como se estaba calentando aún más por la situación, por la oscuridad parecía que ella no se había dado cuenta de que estaba despierto, gracias a dios sacar ítems de mí anillo bolsillo no creaba ninguna luz ni cosa extraña que llame mucho la atención.
La escena era demasiado sugestiva para mí, que incluso podría ver perfectamente bien en la oscuridad como aquella mujer de cuerpo semi divino se dejaba llevar por una mezcla de perversión y gusto por tener a un menor a su lado. Sentí que poco a poco se acercaba más a mí, por lo que me quité los lentes para hacerme más el dormido. Aunque al instante noté algo que era bastante extraño, como gotas caían en mí rostro y como algo se presionaba contra mí. Mis ojos continuaban cerrados hasta que escuché un:
"Sé que estás despierto" Cerca de mí oído y sintiendo como el cuerpo de la mujer se pegaba al mío. Aunque parecía que solo lo dijo por si me iba a causar algo, solo riendo después y moviéndose de arriba mío.
Yo me quedé totalmente paralizado, únicamente respirando suavemente para intentar ignorar la situación que ocurría, mientras que la mujer jugaba con mí cuerpo supuestamente dormido hasta que ella también se decidió dormir. Agradecía tener una mentalidad de una persona madura y que seguramente las leyes de este lugar simplemente no tomarían en cuenta mí caso porque los matrimonios eran a edades estúpidamente jóvenes por una baja posibilidad de vivir más de cierto tiempo y tener que formar alianzas políticas. Parecía que aquello que dejó el puesto de un heredero no fue que mí supuesto padre adoptivo era estéril, si no que había muerto.
Cuando el sol salía yo me levanté como si nada, colocándome mis lentes mientras que mí madre dormía muy tranquila. Necesitaba entrenar y mantener mí cuerpo al 100% todo el tiempo, no quería perder costumbre por confiarme. Aún así, al salir de la habitación lo primero que encontré fue la guardia personal de mí madre y todas las sirvientas que parecían totalmente alerta. En comparación a aquella mujer yo era una pulga. Aún así miré a todas con cierta curiosidad. La líder de la guardia me miraba desde arriba con una superioridad impensable.
"Tu y yo. Un sparring. ¿O acaso la jefa tiene que venir a salvarte?"
Su sonrisa vino con un pensamiento de que yo me negaría porque había trucado mis estadísticas de algún modo.
"Vamos. ¿Apuestas?" Levanté un poco mí ceja, estaba usando apenas ropa interior y no me era nada vergonzoso... Cuando era pequeño en el otro mundo vivía de ropa interior cuando hacía calor. Aún así cuando empezamos a avanzar hacía lo que era las afueras sacaba vestimentas de mí anillo y me las colocaba. Todas estaban impresionadas, cómo un salvaje tenía un anillo dimensional.
Al llegar tenía ya puesta ropa casual, mientras que la mujer se quitaba partes de su armadura pesada y se ponía otras más ligeras. Ella me lanzó una espada de madera que era algo para mí tamaño, por lo que sonreí muy muy feliz. Ella usaría una exactamente hecha para si misma, de un material como metal que pareció modificarse a madera para hacerla menos letal.
"¿Está bien eso? ¿No es muy grande para ti y tus manitos?..." Una mujer de unos 30 años burlándose de un niño... Me hizo reír un poco.
"Usa tu espada al 100%. Y no soy de usar palos glorificados." Concentrándome para buscar algo en mí anillo lo encontré. Entre dagas, espadas bastardas, floretes y demás armas de todo tipo empezó a materializarse lentamente cierta arma a la cual abría la boca de la mujer. Una espada de un grosor del torso de un hombre, con un filo algo quebrado y que parecía no terminarse aparecía poco a poco en mis manos. Era prácticamente una columna de hierro de unos 2 metros con una empuñadura para cuatro manos. Demasiado para un niño.
"Q-qué es eso..." Su tono de burla y egocentrismo desapareció, mientras que aquella espada que sostenía tomó un color verde metálico.
Incluso con mí fuerza actual esto era como intentar balancear una tonelada en mí cabeza. Dar un paso fue algo costoso, por eso sonreí. Mirando algunas piedras que habían atrás de ella hice un intercambio, moviéndome detrás y dejando que el solo peso de la espada caiga encima suya.
Más por instinto que por un pensamiento racional colocó su sable para defenderse, que podía verse como era partido a la mitad como un palillo al cual le cae un auto encima, y mientras la velocidad empezaba a aumentar y por poco tocó el hombro de la paralizada mujer hice toda la fuerza posible, incluso usando alquimia con magia de vida para reforzar mis músculos. alcanzando a detener por poco mí arma para que ella no pierda su brazo.
"Gracias por la victoria..."
Tuve que volver a guardar la espada que estaba agarrando para no irme yo con ella. Parecía que mí fantasía de usar dos espadas similares a esta en cada mano era cada vez más lejana por un poder estúpidamente bruto.
"Y-yo... ¡E-eso es trampa! no dije que estaba preparada..."
Solo me di la vuelta entrando a casa nuevamente, todos los espectadores tuvieron dificultad para entender la situación y yo avanzaba hacia la cocina para desayunar y hablar con mí madre sobre mí inscripción a la academia de magia.