En la cocina con las maids estaba esperando mí comida. Todavía sentía el remanente del peso que tuve en mis manos, era como si mis brazos tiraban hacia abajo y estuvieran por ser cortados por su propio peso. Necesitaba una forma eficiente de usar esa cosa aunque sea con dos manos para poder... La verdad solo por satisfacer mis ganas de usar un arma de tal tamaño con una mínima soltura. Por eso reí un poco, mientras que podía ver a mí madre llegando al comedor, su cabello despeinado, su cuerpo completamente limpio y usando un camisón. Estaba sin sospechar nada de su niño el cual vestía prendas elficas como algo normal. Únicamente vino hacía mí lugar para así levantarme del asiento y sentarme en sus piernas.
Sonreí contento manteniendo mí rostro de niño bien, mientras que miraba con una mueca un poco amenazante a las sirvientas, quienes decidieron irse para seguir cumpliendo sus labores, mí madre acariciaba mí cabello el cual si podía decirse era suave y sedoso naturalmente. Dejando sus manos allí para poder sentir siempre mí cabello. En condiciones normales era ya un chico bastante delgado, así que ahora que estaba aún más delgado por no comer bien era simplemente un palo, tampoco llegando a una desnutrición grave y casi imposible de recuperarse. Por un segundo vi el desayuno y era bastante grande, contenía de todo, grasas, proteínas animales, vegetales, hierro, carbohidratos... Tomé un poco de manteca para ponerla en una tostada y comer. No era tan rico como lo es actualmente, sí se sentía esa diferencia de sabor. Pero todavía era rico. Disfrutaba muy feliz de eso y unos bocados de jamón y ciertas tartaletas de pollo. Para darme cuenta era una cena de navidad, que comimos entre mí madre y yo hasta que mí estómago se notaba algo hinchado y yo recuperaba un poco más el color. Recuperar un cuerpo saludable era complejo.
Aún así, la situación más extraña fue mientras que tomaba algunos vasos de leche, para el calcio, mí madre me miraba con un rostro muy emocionado... Oh, no, iba a ser su niño mimado, solo esperaba no tener que ser sobre protegido por ella.
Ya que uno de mis objetivos era cultivarme como un mago así poder mínimamente contrarrestar cualquier magia que lancen contra mí tenía que ir a la escuela mágica a como de lugar y lo más pronto posible.
Sabía que lo que ellos llamaban alquimia no era exactamente lo que yo tenía en mente como existía en mí mundo, si no sería algo un poco más que ver con el funcionamiento de la magia. Desde el simple hecho de poder potenciar la magia casi como de milagro y sin aparentes dificultades... Me preguntaba que otras cosas podría hacer. También tenía las frutas de dragón que a este punto podrían hacerme pasar cualquier examen de nivel mágico y maná.
"Bo-ni-to~" Se escuchó desde encima mío mientras que notaba como el cuerpo de mí madre se apretaba un poco más contra mí. Al mirar hacia arriba me encontré con sus labios buscando mí rostro, moví mí cabeza para que bese mí frente, aunque ella parecía un poco decepcionada por darme un beso en la frente. "Qué hacer con un niño... Mmmmm... Oh, cierto, tendría que empezar a entrenarte para ir a esa academia tonta llena de nobles... Tu no quieres. ¿No?~"
"Quiero..." Tuve que decir con una voz un poco menos rasposa pero que gracias a Dios no se hizo tan de ultratumba.
Su rostro fue de sorpresa, por lo que solo suspiró con cuidado, mientras que acariciaba mí cabecita. "Es en dos años... Así que tenemos tiempo"
"¡Y-ya!" Dije un poco molesto, mientras que cruzaba mis brazos un poco, ella solo río suavemente.
"Apenas sabes hablar y además, se empieza a los 12... Solo las campeonas y los talentos ocultos pueden ir, pero es a una clase de... Lo digo como si entendieras. Solo no puedes. Para entrar tienes que pasar pruebas que son muy complicadas, mucho más cuando estás en una infancia y eres un hombrecito como tú."
"Grrr... Poder." Estiré mis piernas un poco, mientras que solo me levantaba para ponerme a cuatro patas y empezar a correr hacia la salida. Tras de mí aquella mujer que anteriormente estaba sentada. Parecía estar caminando mientras que me seguía, así se lanzó encima mío y logró atraparme bastante fácilmente. Me resistí como un gatito el cual no quiere ser levantado, haciendo sonidos de incomodidad y pateando suavemente hacía ella mientras que reía un poco.
"Bien, bien... Pero necesitas ropa buen... De dónde sacaste esto... Mmm... es demasiado delicado..."
Ella pasaba la yema de sus dedos suavemente por la tela, aún así llegó a tomar mis manos para revisarlas, notando los dos anillos. Mí vista mejoró por si sola un poco pero necesitaba los lentes todavía, así cuando ella tomó el anillo interdimensional llegó a sacar los lentes, que tomé para ponerme con una sonrisa.
"M-mios! n-no... veía nada..."
Su sorpresa era tal que me empujó un poco, cuando su pensamiento fue automático... Los lentes daban inteligencia! así que rió con cuidado, para tomarme de la cintura así abrazarme-
"Mí niño, puedes hablar... No te quites los lentes!"
"M-mamá... dónde estoy... Mi cabecita se siente nublada..." Fingir amnesia también era un plan sólido.
"No te preocupes cariño, todo está bien... Íbamos a dar un paseo por la ciudad, no?" Hasta ella parecía aprovechar. Me dejó en el suelo tomando mí mano y salió del lugar conmigo.